Versión estenográfica del mensaje de la senadora Ana Lilia Rivera Rivera, Presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, en la clausura del Periodo de Sesiones de la Comisión Permanente, correspondiente al Segundo Receso del Tercer Año de Ejercicio de la LXV Legislatura.
Muchas gracias.
Señoras y señores legisladores y legisladoras:
Compañeras, compañeros legisladores; mexicanas y mexicanos, este día concluyen los trabajos de la Comisión Permanente correspondiente al Segundo Receso del Tercer Ejercicio de la Sexagésima Quinta Legislatura, y con ello llega también a su fin esta legislatura del Honorable Congreso de la Unión.
De esta Comisión Permanente, celebro su civilidad y madurez a lo largo de un periodo electoral apasionado y competitivo, y destaco la enorme capacidad de las y los legisladores de todos los grupos parlamentarios de mantener el diálogo que significó para este proceso el año más productivo, por lo menos del Senado de la República y de esta Comisión Permanente, que supo hacer las más de las veces a un lado el encono y la mezquindad.
Compañeras y compañeros: No hay fecha que no se llegue ni plazo que no se cumpla.
Al final, las obras quedan, los hombres se van. Otros que vienen las van a continuar, así es el servicio público.
La democracia, pues, encuentra su esencia en la representación política que se concreta en los parlamentos, para que estos operen de manera óptima, y es imprescindible la aplicación continua de los principios de argumentación racional y deliberación.
Esto garantiza que la representación política sea auténtica y efectiva en un órgano plural como este, donde se discuten posturas e ideas diversas, todas igualmente válidas, ya que representan la voz de los legítimos representantes de la sociedad.
Con esta premisa, los trabajos de esta Comisión Permanente se realizaron en un ambiente de diálogo, comprensión, respeto, inclusión.
Este escenario fue ideal para el desarrollo ordenado e institucional de amplias discusiones y debates intensos sobre temas de interés nacional, bajo la convicción de que el respeto al derecho a discernir y la decisión de la mayoría fortalece nuestra vida democrática como sociedad y como nación.
Estoy convencida de que, pese a nuestras diferencias ideológicas, cada legisladora y legislador interpreta las aspiraciones de nuestros compatriotas y las necesidades de México; por ello, hemos procurado crear un espacio de diálogo y de debate de altura, que refleje y atienda las preocupaciones y demandas de la sociedad que aspira a ser cada día más justa, igualitaria, visible y segura, en la que todos podamos vivir mejor.
Más allá de nuestras diferencias, los distintos enfoques desde los que trabajamos las y los legisladores federales, compartimos un mismo objetivo: el progreso, desarrollo y bienestar de nuestra Patria.
Aunque podamos diferir en los medios o procedimientos para alcanzar este objetivo, nuestro propósito e ideales son comunes y son los que inspiran nuestros esfuerzos. Esto es lo que engrandece al Poder Legislativo, como motor del progreso social.
El trabajo de esta Comisión Permanente ha sido particularmente fructífero. A través de 17 sesiones se atendió un total de 493 asuntos que impactan directamente en la vida de nuestro país, fortaleciendo nuestras instituciones, promoviendo la justicia social y garantizando derechos fundamentales.
Desde luego, todo este esfuerzo no hubiera sido posible sin el compromiso, la visión y la destreza política de las y los coordinadores de los grupos parlamentarios, que forman parte de la base de la organización política de este Congreso en sus dos Cámaras.
Por ello, expreso mi respeto y reconocimiento a los liderazgos de las senadoras y senadores: Ricardo Monreal Ávila, Julen Rementería del Puerto, Manuel Añorve Baños, Clemente Castañeda, Raúl Bolaños Cacho Cué, Geovanna Bañuelos, Sasil de León, Miguel Ángel Mancera Espinosa.
Y, de igual forma, a los diputados: Moisés Ignacio Mier Velazco, Rubén Ignacio Moreira Valdez, Carlos Alberto Puente Salas, Alberto Anaya Gutiérrez, Mijares Braulio López Ochoa y Francisco Javier Huacus Esquivel.
Como coordinadores de las fuerzas políticas representadas en este parlamento, demostraron su capacidad para construir puentes de diálogo.
Su experiencia y visión fueron fundamentales para enriquecer los debates y aportar soluciones concretas a los desafíos legislativos, haciendo posible nuestra labor.
No puedo dejar de reconocer la labor de las y los integrantes de esta Mesa Directiva, con quien he tenido el honor de transitar durante estos últimos meses de responsabilidad al presidir este órgano representativo.
Expreso mi más profundo agradecimiento, por haber sido la mujer que compartió conmigo este momento histórico en el que, por primera vez en 200 años de vida republicana, el Senado de la República y la Cámara de Diputados estuvo presidida por dos mujeres.
Mi agradecimiento y reconocimiento a Marcela Guerra Castillo. Muchas gracias, porque en la diversidad política el género une y es más fuerte que las divisiones ideológicas.
Muchas gracias.
También, reconozco a Rogelio Israel Zamora Guzmán, vicepresidente; a Adriana Bustamante Castellanos, extraordinaria compañera vicepresidente, en la humildad y la sencillez de su congruencia y siempre su permanencia; y de Juan Carlos Maturino Manzanera, vicepresidente.
Asimismo, a las y los secretarios: Mónica Fernández Balboa, Karla Almazán Burgos, José Erandi Bermúdez Méndez, Luis Edgardo Palacios Díaz. Nuestra joven senadora, Ruth Alejandra López Hernández, a quien la dulzura de su voz y su edad, siempre nos conmovía por la firmeza de sus convicciones. Y Ángel Benjamín Robles Montoya, en la dureza y en la convicción de nuestro compañero.
Como Mesa Directiva, en la conducción de nuestros debates, siempre privilegié criterios democráticos e inclusivos con lo complejo que es.
Construimos los acuerdos necesarios que permitieron un desarrollo equitativo, plural y ordenado en las deliberaciones, conforme a nuestras normas y procedimientos internos, y con un firme respeto a la libre expresión de todas las ideas.
Como muestra de este consenso, destacan los múltiples pronunciamientos emitidos por unanimidad durante este Receso sobre temas de trascendencia nacional e internacional de todas y todos.
Compañeros integrantes de este Órgano de Gobierno:
Destaco su profesionalismo, sensibilidad, compromiso y solidaridad.
Compañeras y compañeros:
Esta Presidencia ha sido para todas y todos, brindando igualdad de trato y consideración a cada uno.
La toma de decisiones para la conducción de las sesiones plenarias se basó sobre el respeto a los principios democráticos del derecho, a disentir y a la libertad de expresión, permitiendo que cada legisladora y legislador expusiera sus ideas ante esta Asamblea.
La aplicación de la Constitución y la Ley Orgánica se fundamentó siempre en la prevalencia del respeto a los derechos de cada legislador y de todos los grupos parlamentarios, asegurando la legalidad de nuestros pronunciamientos, posturas, actuaciones, sin inclinaciones partidistas ni personales, aunque a mi Grupo Parlamentario le consta, la firmeza de mis convicciones, y a veces la radicalidad de mi conducción, pero en este Pleno y en este Senado, mi participación siempre fue humilde y de servicio.
Aunque durante esta Legislatura logramos un éxito considerable como Poder Legislativo Federal, debemos seguir esforzándonos para que nuestro trabajo se alinee cada vez más con los ideales de las democracias contemporáneas.
Esto implica no sólo mejorar la eficiencia en el ejercicio de nuestras competencias y la eficacia en el desempeño de nuestras facultades de control interorgánico, sino también fortalecer nuestra capacidad de interpretar el mandato que nos ha sido conferido.
Es fundamental mantener una disposición constante para alcanzar consensos y construir acuerdos, siempre buscando el mayor beneficio social por encima de las aspiraciones de cualquier otro tipo.
Para concluir este mensaje, no puedo dejar de reconocer y agradecer el invaluable apoyo y trabajo de las áreas parlamentarias y administrativas.
La senadora Mónica ya las ha enunciado a cada una, porque todas son indispensables, todas son fundamentales y todas hicieron lo que les correspondía, siempre poniendo un poco más.
Los resultados alcanzados no se explican sin el esfuerzo incansable de los secretarios generales de Servicios Parlamentarios y de Servicios Administrativos, de los titulares de todas las áreas, de las y los coordinadores, directores, subdirectores, jefes de departamento, de las y los asesores, secretarios técnicos, secretarios particulares, auxiliares administrativos, elementos de seguridad, personal de intendencia, a la gente que nos alimentó cada día, y, en general, de todos los colaboradores de ambas cámaras.
No existen palabras para describir el privilegio de dirigir este Órgano de representación del Poder Legislativo Federal.
He puesto mi mayor empeño. Espero sinceramente haberlo logrado con la pulcritud, la rectitud y la excelencia que el cargo exige.
No soy perfecta; aprendí todo y pude haber cometido errores. Si los pude cometer, siempre una disculpa cabe en un momento de despedida.
A todas, a todos ustedes les ofrezco mi más sincero agradecimiento. La palabra más usada: ¡Gracias! Pero es que, gracias, es todo.
Nos despedimos de una etapa, pero estoy segura que nuestros caminos se van a cruzar nuevamente, porque quien le sirve a su Patria, para bien, siempre se encuentra.
Sigamos adelante con la frente en alto, sabiendo que hemos cumplido con nuestro deber y que el trabajo por nuestro país no termina aquí y no termina nunca.
Como lo dijo bien el diputado Godoy: “Quienes venimos de las luchas de izquierda, siempre sabemos cuándo es momento de volver a empezar, y para quienes luchan desde otros espacios de representación política, también saben asumir el papel que les corresponde”.
“Las mayorías absolutas siempre necesitan minorías organizadas con inteligencia y pluralidad, para que ese poder absoluto se ejerza con la responsabilidad que no nos desvíe del camino”, como bien nos lo dijo la senadora Paredes Rangel.
Todo ese poder conlleva una gran responsabilidad, y la oposición comparte la responsabilidad al saber poner límites y señalar.
¡Gracias por su servicio! Que el futuro que nos depare dé nuevas oportunidades a cada una de ustedes, de nosotros, para seguir sirviendo a la Patria.
En estos 200 años del Senado de la República, en estos 150 años de su restauración, concluir los trabajos de esta Mesa Directiva de la Comisión Permanente solamente representa para todas y todos nosotros una etapa más de la brillante historia de nuestra Patria.
¡Que viva México!
TODOS: ¡Viva!
SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: ¡Que viva la democracia!
TODOS: ¡Viva!
SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: ¡Y que viva la pluralidad!
TODOS: ¡Viva!