plg_search_media
Search - EDocman
Buscar - Categorías
Buscar - Contactos
Buscar - Contenido
Buscar - Canales electrónicos
Buscar - Etiquetas

Versión estenográfica del mensaje de la senadora Ana Lilia Rivera Rivera, presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, en la Entrega de Reconocimientos al Personal del Instituto Belisario Domínguez.

 

Muchas gracias.

 

Buenas tardes a todas y todos los invitados; a los galardonados, a su familia.

 

Saludo con mucho cariño y respeto a quien dirige hoy este gran Instituto, un gran Instituto que es uno de los pilares del Senado de la República, el Instituto Belisario Domínguez, al senador Añorve Baños. Muchas gracias, estimado senador.

 

Efectivamente, nos ha tocado ser parte de la coyuntura histórica que le permite, y seguramente será excepción en la historia de México, la reelección. El senador y su servidora cerramos un ciclo en la historia del Senado, pero también en la historia de México; y desde nuestras trincheras nos va a tocar iniciarla el 1 de septiembre también.

 

Y eso nos permite darle continuidad a las cosas buenas que se hacen en nuestro país y en una institución tan importante como esta, a sus 200 años de existencia del Senado de la República, la pluralidad y la representación democrática de México está más viva que nunca; y prueba de ello es la presencia del senador Añorve y su servidora, que más allá de sus divisiones ideológicas, nos une lo más importante que es nuestro amor a nuestro pueblo y a nuestro país.

 

Muchas gracias, senador.

 

Escuché con mucha atención a Carla, a Lulú, a Reina. El trabajo que desde su espacio se desempeña todos los días, en esto que es como el engranaje de una máquina perfecta: no hay labor menor, todos somos importantes y todos merecemos el reconocimiento y el respeto que nos toca desde donde estamos, porque cualquiera de estos que no estuviera, sería indudablemente lo que detendría esta gran maquinaria que somos.

 

Gracias, porque 36 años, querida Lulú, se dicen fácil, pero es toda tu vida. Muchas gracias a ustedes, gracias, Rodrigo, gracias.

 

Estimados colegas, distinguido personal del Instituto Belisario Domínguez.

 

Familiares y amistades de las y los trabajadores.

 

Invitados especiales.

 

Amigas y amigos.

 

Este es un día para celebrar y para hacer justicia. Un día en el que nos une el reconocer y celebrar la extraordinaria labor de quienes forman parte del Instituto Belisario Domínguez; pieza angular en el quehacer legislativo del Senado y casa de personas de enorme calidad académica y humana.

 

Este recinto es sede continua de homenajes y distinciones al talento, trayectoria y contribución de perfiles que han sido reconocidos por peculiar trabajo y por el generoso esfuerzo con el que hoy se tiene que reconocer no a los ajenos, sino a los propios; a los que todos los días en esta Institución, con su trabajo, hacen posible que el Senado de la República funcione, y funcione muy bien.

 

A veces, a pesar de los propios senadores y que muchas veces es incluso invisible para muchos, el trabajo determinante que ustedes hacen para que día a día el trabajo de los senadores sea bien visto por la sociedad.

 

Gracias a esta iniciativa del senador Añorve Baños, quien preside este Instituto, y del maestro Rodrigo; quienes tuvieron esta claridad de que a unos días de que concluya esta Legislatura, se reconozca el trabajo que ustedes hacen.

 

Es un honor y un privilegio rendirles homenaje hoy. Reiterar nuestra gratitud a la contribución que hacen a esta Institución y a nuestro país; su colaboración va más allá de la elaboración de estudios y análisis, su labor ha sido crucial para acercar a la ciudadanía a los temas legislativos, fomentando una comprensión más profunda y accesible de nuestro trabajo.

 

Gracias a sus investigaciones, estratégicas y capacidad para comunicar de manera efectiva, han facilitado la toma de decisiones informadas y fundamentales tanto para nosotras, nosotras, las y los legisladores; como para la sociedad en general.

 

La solidez académica y humana de cada uno de ustedes, ha enriquecido enormemente nuestro trabajo como senadores. Lo digo con mucha humildad: muchas veces ustedes estudian más que los propios senadores.

 

Su capacidad para combinar rigor científico con sensibilidad humana ha permitido que el trabajo en el Senado no sólo sea sólido, sino también inclusivo y basado en evidencia. Sin duda, su esfuerzo diario y su compromiso con la excelencia, no sólo fortalecen al Senado, sino que inspiran confianza y respeto a la ciudadanía.

 

A estas alturas ustedes me conocen ya muy bien. Saben que hablo con franqueza y que al interior de mi opinión y de manera constructiva, me parece que es prudente y es loable reconocer que este Instituto ha logrado consolidarse particularmente y de ser respetado como un órgano riguroso.

 

Precisamente por esta ganada reputación es que siempre hay que esforzarse por mantenerla y por seguir sorprendiendo a propios y extraños con su labor, como ha sido hasta ahora.

 

Hace unos días tuvimos una reunión internacional de parlamentarios y estudiosos de los parlamentos, sobre todo del bicameralismo, y de la labor que el Senado hace en otras partes del mundo.

 

Y algo que nos reconocen fuera de México es la existencia de este Instituto en el Senado de la República, que están esperando reproducir en otras partes del mundo por toda la eficiencia y pulcritud con la que ustedes se dirigen.

 

Es por ello que me parece necesario garantizar que las investigaciones sean cada vez más pertinentes y alineadas con la Agenda Legislativa. Esto implica no sólo una mayor integración de sus estudios en nuestras deliberaciones, sino también asegurar la autonomía y plena libertad en sus procesos de investigación.

 

Es fundamental que el Instituto Belisario Domínguez, haciendo honor y justicia al nombre que lleva, mantenga su independencia para producir análisis objetivos y relevantes.

 

Asimismo, debemos fomentar una cultura de vinculación estrecha entre sus investigaciones y la toma de decisiones en el Senado.

 

Esto significa establecer canales efectivos de comunicación y colaboración, asegurando que los resultados de sus estudios no sólo informen, sino que también ayuden a impulsar y orientar nuestras acciones legislativas.

 

Ello implica un cambio de cultura institucional, que no es fácil, pero que debe comenzar a probarse. Reconocemos que este es un desafío continuo, pero también confiamos en que con su dedicación y nuestro apoyo podremos lograrlo.

 

Desde ahora les digo: cuenten conmigo durante los años venideros para experimentarlo y promoverlo. Imagínense ustedes lo que tenemos que empezar a investigar para las futuras legislaciones.

 

Hoy tenemos un panorama, como nunca, para empezar a investigar temas de inteligencia artificial. Tenemos que investigar profundamente sobre temas de biotecnología.

 

Hoy tenemos que empezar a hacer análisis del desarrollo de ciencia y tecnología ultraterrestre.

 

Tenemos hoy que empezar a diseñar una ingeniería legislativa en materia de ciberseguridad.

 

Hoy tenemos temas que antes eran de ciencia ficción, pero que hoy se nos han adelantado en la realidad, esta realidad virtual que genera acciones que impactan directamente en nuestra realidad y que tenemos que legislar.

 

Este año, es un año muy especial. Conmemoramos el Bicentenario de nuestra institución, y el 150 aniversario de su reinstalación.

 

Su apoyo ha sido invaluable. Yo sigo sorprendiéndome todos los días de la aportación, el profesionalismo y pasión con la que trabajan, y también su eficiencia; me consta lo que en poco tiempo son capaces de hacer.

 

Y aquí quiero reconocer, indudablemente, a nuestro querido compañero Rodrigo, porque escucha y atento. Me sorprende; cuando en menos del tiempo que me imagino, llega con los resultados de lo que le hemos pedido. Muchas gracias, Rodrigo, por todo tu trabajo.

 

No tengo duda que don Belisario Domínguez se sentiría honradísimo del Instituto que lleva su nombre, pues cada uno de ustedes hace honor a su memoria al encarnar los mismos valores de integridad, valentía y dedicación en cada una de sus actividades profesionales.

 

Gracias. Ustedes mantienen viva la llama del legado de este gran idealista y continuamos construyendo un Poder Legislativo sólido, democrático y vigoroso.

 

Queridas y queridos todos:

 

En nombre del Senado de la República, no me queda más que reiterar mi sincero reconocimiento a cada una y uno de ustedes; a su familia, a la Institución entera. Gracias por su incansable labor, por su compromiso, por ser fundamentales en esta gran familia legislativa.

 

Enhorabuena.

 

Muchas felicidades, larga vida y fructífera vida al Instituto Belisario Domínguez.