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Versión estenográfica del mensaje de la senadora Ana Lilia Rivera Rivera, presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, en la Entrega de Reconocimientos para la Selección Mexicana de Gimnasia Rítmica de Conjunto.

 

Buenos días a todas, a todos.

 

Muy buenos días a quienes hoy engalanan con su juventud y con su alegría, y con la esperanza que significa para el pueblo de México, este Senado.

 

Hoy es un día de gran orgullo y emoción para quienes nos reunimos a celebrar y a honrar a un grupo extraordinario de mujeres jóvenes que a través de su talento y dedicación, han llevado el nombre de México a nuevas alturas.

 

En estos momentos es imposible no sentirse inspirados por la pasión y su incansable búsqueda por la excelencia. Cada uno de los presentes, de los que hoy estamos aquí, compartimos el júbilo y sobre todo la esperanza de lo que ustedes irán a hacer en los próximos días a París, en nombre de México.

 

Es un honor para mí como presidenta del Senado de la República, darle hoy la bienvenida a este grupo de destacadas gimnastas de esta Selección Nacional de Gimnasia Rítmica de Conjunto, y a sus entrenadores, quienes han llevado el nombre de México a lugares nunca antes vistos por primera vez en la historia de México, hemos calificado en esta disciplina a las Olimpiadas, y eso merece un aplauso muy grande, muy grande.

 

La gimnasia rítmica es una disciplina que requiere no sólo talento, sino también una dedicación absoluta. Leí un poco antes de esta reunión y entonces, entender que para lograr llegar a este nivel y ser parte de esta selección, se tiene que pasar a veces 16 años de disciplina, de constancia, de tener una vida muy diferente a la de cualquier niño; porque ustedes han iniciado entre los cuatro o cinco años de edad esta formación.

 

Entre 10 y 12 años, todos los días, todos los años dedicados para llegar. Y claro, en esto nunca se llega solo, porque a los 4 o 5 años de edad, impulsadas en esta actividad, detrás de ustedes están sus padres. En un país donde todavía estamos en la construcción de la infraestructura y de los presupuestos y de las posibilidades que nos hagan atletas competitivos desde pequeños; el esfuerzo verdadero es el de sus padres, el que detectó esa oportunidad que tenían ustedes de desarrollarse.

 

Y si no están aquí, desde el Senado de la República, que este reconocimiento también sea para quienes las han impulsado a estar hoy aquí y a llevarnos muy lejos en los próximos días a todos los mexicanos. Un aplauso para su familia y el Senado de la República también los reconoce desde aquí.

 

Y se tiene que ser el primero en muchas cosas, no solamente la primera vez que se califica a las Olimpiadas en esta actividad y en esta disciplina; sino también saber que cerca de ustedes están personas tan importantes como su propia familia, como lo es Laura Patricia Acosta Rodríguez, técnica nacional de gimnasia rítmica.

 

Y por supuesto, la que también es una de las entrenadoras más jóvenes, que es Blajaith Aguilar Rojas, de las más jóvenes del mundo. Por eso también un reconocimiento para ustedes, para don Francisco, quien está hoy también aquí con nosotros, y para Héctor García Antonio, que han hecho lo que les corresponde; coordinador técnico de Cultura Física y Deporte en el Instituto Mexicano del Seguro Social, por su destacada trayectoria en el apoyo al deporte nacional, porque su esfuerzo ha contribuido significativamente al bienestar y al éxito de nuestros deportistas.

 

A todas, a todos ustedes. Pero sobre todo, quiero agradecer, porque nos contagió con su entusiasmo no desde ahora, quien en un grupo que tenemos lo senadores y senadoras, como padre orgulloso nos subía una notita donde nos decía: “el equipo de gimnasia rítmica de México acaba de ganar en Europa”, y nos mandaba el mensaje: el senador Reyes Hurtado.

 

Un gran aplauso para cada uno de ustedes.

 

Quiero comentarles, porque este es el momento para hacerlo, que este es el mejor momento para ser mexicano y es el mejor momento para ser joven y es el mejor momento para ser mujer y es el mejor momento para salir al mundo, a que toda esa luz, ese destello de esperanza que sale de México al mundo; hoy lo salgamos a despuntar en esta gran competencia en la que en los próximos días ustedes se van a enfrentar.

 

Prendemos el televisor y vemos cómo están rindiendo frutos los esfuerzos de nuestros atletas en esta Olimpiada en este momento. Y, quizá para nosotros sea muy fácil verlos, sentados desde nuestro lugar, pasar en unos instantes todos esos 16 años de disciplina y de constancia; sin que sea presión, que sea mejor una inspiración.

 

Cuando corre un mexicano, corremos 130 millones. Cuando se lanza el clavado un mexicano, nos lanzamos 130 millones. Cuando ustedes salgan a hacer su esfuerzo, estamos ahí 130 millones.

 

Los logros, las medallas es algo que queremos los mexicanos. Pero lo que más anhelamos es lo que ustedes ya lograron, es estar aquí, que por primera vez brillen con el brillo que les da esta nación pujante, brillante, próspera que está encontrando un verdadero espacio en el concierto de las naciones, en la competencia; pero sobre todo en la hermandad, en este momento donde tanta falta hacen cosas hermosas en el mundo, ver llegar a estas niñas maravillosas en nuestra representación.

 

Que las acompañe toda nuestra energía, toda nuestra alegría y toda nuestra buena vibra para que logren tener para nuestro país el mejor lugar que ustedes van a ir a lograr; porque nosotros sabemos que no van a ir a competir solas: se llevan el corazón de todas y de todos los mexicanos.

 

El Senado de la República hoy se rinde ante ustedes. Este espacio donde se reciben escritores, diplomáticos, políticos, personajes de todas las actividades y de todos los oficios y profesiones; hoy se rinde ante estas cinco jovencitas que por primera vez van a participar en nuestro nombre en las Olimpiadas.

 

Y queremos que antes de que vayan a esa gran competencia, reciban este reconocimiento del Senado de la República, por todos los años, por todos los días, por todas las horas, por todo el dolor, por todo el sufrimiento y por toda la satisfacción que implica ser competidoras de alto rendimiento.

 

En nombre del Senado de la República, muchas gracias, muchas felicidades, mucho éxito; y nos vamos con ustedes 130 millones a competir.

 

¡Felicidades!