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Versión estenográfica de las conclusiones de la senadora Ana Lilia Rivera Rivera, presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, en la Audiencia Parlamentaria Anual en Naciones Unidas, con el tema “Poner fin a los conflictos: Recetas para un futuro pacífico”, llevado a cabo en el Salón del ECOSOC, sede de la ONU, Nueva York.

El Sistema de Naciones Unidas debe fortalecerse introduciendo reformas que le permitan ser más efectivo, considerando el contexto actual de la escena internacional, que ha cambiado radicalmente desde el siglo pasado.

 

Por eso, considero que los principios de Derecho Internacional, incluidos los deberes y obligaciones adquiridos por los diversos Tratados y Convenciones internacionales, deben imperar en la convivencia de los países.

 

En ese sentido respondo, sobre qué podemos hacer los parlamentarios para contribuir con este gran esfuerzo; pues tenemos la capacidad de dar seguimiento y de velar porque el acervo jurídico internacional se aplique de manera eficaz, sumando nuestra función de control legislativo y aprobación de presupuesto.

 

Lo digo contundentemente; optar por la fuerza de la selva, donde prevalece la fuerza sobre el derecho, conduce a un escenario global de inestabilidad, injusticia y conflicto.

 

Actuar así, socava los principios de soberanía, igualdad y respeto mutuo, que son fundamentales para la coexistencia pacífica entre naciones.

 

El Derecho Internacional, a través de sus Tratados, Convenciones y Organismos, es el marco para resolver disputas, promover la paz y fomentar la cooperación de asuntos de seguridad, humanitarios. Y si sumamos ahora, un gran riesgo para nuestras democracias, que es el desarrollo sin control de la Inteligencia Artificial, la consecuencia de la crisis climática, la movilidad humana y el tráfico de nuevas sustancias prohibidas, cada vez más letales; nos daremos cuenta de la importancia que es nuestro trabajo desde nuestros Parlamentos.

 

Y bueno, invertir para la educación, pero para la educación para la paz; para la educación del respeto a los derechos humanos; para la educación en el respeto y en el amor.

 

Si nosotros edificamos en un pueblo, en un pueblo educado en el amor, estaremos edificando sobre la roca. Educar en los derechos humanos, en la paz y en el amor, evitará que castiguemos a los adultos si los formamos desde niños.

 

Muchas gracias.