Versión estenográfica del mensaje de la senadora Patricia Mercado Castro, del Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano, durante la Iluminación de las instalaciones del Senado con motivo del “Día Internacional de la Memoria Trans”.
Buenas noches a todas, todos y todes.
Estamos aquí para realizar un acto simbólico por el Día Internacional de la Memoria Trans. Es simbólico, porque encender la iluminación de esta sede del Senado de la República con los colores de la bandera trans, es una forma de recordar que aquí donde laboramos y reformamos leyes, tenemos que ver porque todos los derechos humanos sean para todas las personas. Es nuestra responsabilidad.
En ese sentido, es muy importante tener siempre una mirada diferenciada hacia cada una de las poblaciones excluidas o vulneradas históricamente y hasta nuestros días. Sin duda, una de esas miradas debe estar puesta sobre las poblaciones trans, bajo el consenso de que trans es un término paraguas para cubrir a mujeres trans, hombres trans y otras identidades de género no normativas, como son personas no binarias, agénero, bigénero, género fluido.
El día de la memoria trans es una conmemoración internacional que nace de la propia comunidad, para visibilizar los crímenes de odio y toda la gama de expresiones discriminatorias, violentas y transfóbicas que suceden cotidianamente en nuestro país y en el mundo.
Déjenme decirles que es el primer año que vamos a encender la iluminación por esta conmemoración y quiero reconocer que la iniciativa fue de LGBT+ Rights México. De verdad, muchas gracias.
Esta organización, tan joven y tan dinámica, que hoy está representada por su presidente, Ari Muñoz, y un nutrido grupo de sus integrantes. De verdad, bienvenidas, bienvenidos, bienvenides.
La realidad es que ya estábamos trabajando en los preparativos para este día, cuando nos conmocionamos con la dolorosa noticia de la muerte del magistrade Ociel Baena y su pareja Dorian Herrera.
Supimos entonces, que con más razón teníamos que hacer hoy este acto simbólico, porque necesitamos mantener en voz alta la exigencia de justicia para todas las personas trans, incluidas las no binarias, también desde las instituciones del Estado mexicano.
La exigencia es de justicia verdadera, justicia con pleno respeto a los derechos humanos de las víctimas y sus familias. Una conducción del sistema de justicia que no estigmatice y no revictimice, como lo hemos estado viendo estos últimos días en el caso de Ociel y Dorian.
Pero es muy importante también, exigir todas las medidas de prevención de los crímenes de odio; porque además de pedir que no haya impunidad, necesitamos que no se cometan esos ataques.
Y aquí quiero reflexionar junto a ustedes, que nuestro querido magistrade no sólo se comprometió con una causa, al poner sus conocimientos como abogade al servicio del avance de los derechos de las personas y comunidades LGBT+; sino que además fue valiente al asumir públicamente su identidad como persona no binaria y más aún, al visibilizar una expresión de género muy personal, pero muy visible, disruptiva, en un ámbito tan rígido como es el servicio público en el Poder Judicial.
Como ustedes saben bien, y seguramente se hablará de eso en otras intervenciones, las mujeres trans son la población más violentada y discriminada de toda la diversidad sexual y de género. El informe más reciente de Letra S, nos dice que en 2022 se registraron en el país, al menos 87 muertes violentas de personas LGBT+, por motivos presuntamente relacionados con su orientación sexual o identidad y expresión de género.
Pero al mismo tiempo, este informe nos advierte que hay un subregistro y la cifra real se aproximaría a las 200 víctimas de homicidio durante ese año. De esas 87 muertes violentas documentadas, 48 fueron de mujeres trans, es decir más de la mitad.
Sabemos también que cuando sucede un asesinato, atrás hay una historia larga, toda una vida de padecer agresiones, actos de exclusión y discriminación; en los que también tenemos que poner una mirada constante y exigente.
La plataforma visible de Amicus A.C., reportó 354 incidentes violentos o agresiones contra personas LGBT+ el año pasado; de los cuales la mitad fueron agresiones verbales, 20 por ciento agresiones físicas; otro 20 por ciento agresiones psicológicas y el restante 10 por ciento, se divide entre agresiones sexuales y detenciones injustificadas.
Con la iluminación que haremos esta noche, queremos poner una luz sobre todas esas conductas o prácticas transfóbicas que siguen normalizadas en nuestra sociedad, que suceden en las escuelas, en los centros de trabajo, en las instituciones de salud, en el espacio público, en las redes sociales y lamentablemente también en muchas de nuestras familias.
Tenemos que parar. Iluminemos desde aquí el potencial que tenemos como país para incluir, para no dejar a nadie afuera, para reconocer que quien es diferente a mí tiene los mismos derechos que yo. Porque sólo bajo ese entendimiento llegaremos a vivir en paz.
Muchísimas gracias y de verdad, lo sentimos mucho en este Senado.
Gracias.