Versión estenográfica de la participación de la senadora Ana Lilia Rivera Rivera, presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, en la Conferencia Europea de Presidentes de Parlamento 2023.
Estimadas amigas, amigos:
Me siento muy complacida de estar en representación del Senado mexicano en esta reunión, en esta conferencia donde se reúnen parlamentarias y parlamentarios europeos.
Así como ustedes, estamos convencidos en mi nación, que la democracia es el único camino para poder combatir las desigualdades, el sufrimiento y la violencia en nuestros pueblos.
En la actualidad, las bases para una democracia fuerte y estable son la participación ciudadana y la verdadera representación política. No obstante, en cada región y país, están presentándose desafíos cada vez más complejos que atacan los valores liberales de la democracia y hacen que nuestros representados pierdan credibilidad en sus gobiernos.
Como ejemplo, me gustaría comentar que el Instituto Internacional para la Democracia y Asistencia Electoral, señala que las democracias están decayendo o se están estancando en un contexto global que cambia con gran rapidez.
No es nuevo que el ejercicio de la democracia enfrenta amenazas, las cuales se multiplican al ritmo de las problemáticas globales: la pobreza, la desigualdad, la debilidad institucional, los niveles de corrupción, la inseguridad ciudadana, los Estados de Derecho débiles, las amenazas a la libertad de expresión y el control incierto de las tecnologías digitales; son factores cada vez más frecuentes que no han sido capaces de generar soluciones a la par de muchos de los mencionados problemas que he mencionado e incluso, en algunos casos están agravándose.
La pandemia de la COVID-19 demostró las deficiencias de los sistemas de salud, educación, la infraestructura de servicios, de acceso a las tecnologías digitales y lo endeble de muchas actividades laborales.
Ante esta situación, la población ha exigido acciones inmediatas gubernamentales que respondan a sus necesidades; además de que se les genere un pleno derecho y goce de sus derechos humanos y libertades fundamentales que consideran, han sido mermadas.
En consecuencia, la confianza de la ciudadanía respecto a la importancia y eficiencia de las instituciones democráticas, están disminuyendo de manera alarmante.
En América Latina, en un estudio revela que en el 2023 el 54 por ciento de los latinos dicen que no importa si el Gobierno llega al poder por la vía democrática o no, siempre y cuando resuelva sus problemas.
México no está ajeno a los desafíos que están enfrentando las democracias, es prácticamente en todo el mundo. También hemos experimentado cambios económicos, políticos, sociales y debemos ser capaces de responder al desencanto de los ciudadanos con la política y con los políticos.
¿Cómo? Con imaginación, con sensibilidad, con honestidad, con honestidad y convicción, dando esperanza con bases objetivas y combatiendo las amenazas reales de la vida cotidiana de las personas a quienes representamos.
Mi país ha comenzado una transición democrática en los últimos años, de este siglo y del pasado, ha impulsado principales reformas electorales como la integración de las fuerzas políticas marginadas. Pero también acciones afirmativas de las minorías y ha garantizado la paridad en el ejercicio del poder público entre hombres y mujeres.
Hoy en mi país, la Cámara de Diputados y de Senadores, por primera vez tiene paridad de género y por primera vez, tiene presidentas mujeres. Estas instituciones y reformas además han generado instituciones que permiten competencia con mayor equidad; no solamente en el ingreso y control de los recursos públicos utilizados en campañas, también en el control de los medios masivos de comunicación, que antes solamente manifestaban la voluntad de una élite.
Estas instituciones y reformas enfrentaron durante muchos años una severa obstaculización por parte de grupos minoritarios que controlaron el poder en México.
En el 2024 tendremos nuevas elecciones y por primera vez en nuestro país, tendremos una presidenta mujer, porque las dos grandes fuerzas políticas de México decidieron darles oportunidad a las mujeres.
Estoy convencida de que seguiremos enfrentando numerosos retos, pero si la democracia realmente se construye en la voluntad popular y desde abajo, los representantes populares tomamos con humildad y con responsabilidad la representación popular, y nos damos cuenta de que la trascendencia de lo que hacemos repercute en la vida de miles y de millones; estaremos construyendo un mejor mundo, no solamente una patria para unos cuantos.
Muchas gracias.