Versión estenográfica del mensaje de la senadora Ana Lilia Rivera Rivera, en la inauguración del Foro “Inclusión financiera de la comunidad migrante de Estados Unidos”.
Muchas gracias.
Buenos días a todas, a todos.
Saludo con gran beneplácito al senador José Narro Céspedes, de quien destaco su genuino compromiso por mejorar las condiciones de vida de nuestra gente en el campo y los connacionales que viven en el extranjero.
Es un placer siempre hacer equipo con mi querido amigo, el senador Narro, porque además de que nos unen las causas, más allá del partido político, el corazón que siempre está pegado en el surco con la gente del campo. Gracias, senador Narro.
Destaco la presencia de la maestra María del Rocío Mejía Flores, directora general de Financiera para el Bienestar, quien ha sido incansable en los esfuerzos para reducir las desigualdades y aumentar la calidad de vida de las poblaciones olvidadas. Sea muy bienvenida, maestra.
Saludo con mucho cariño y respeto a la senadora Lilia Margarita Valdez, congruente, siempre aguerrida y nunca, nunca ha llegado tarde a las reuniones donde es les convoca, puntual, puntual y estricta. Gracias, senadora.
A las personas que nos acompañan en este recinto histórico y a quienes nos siguen a través de las redes sociales y el Canal del Congreso, los saludamos también.
Sean todos y todas bienvenidas a esta, la casa del pueblo, el corazón del Pacto Federal.
Para comenzar, hablemos de la realidad en México, que ha sido históricamente un tema que reiteradamente duele conmueve y hoy promueve el senador Narro. Lo que significan los migrantes para nuestra gran nación.
Estados Unidos ha sido el principal destino para nuestros paisanos, que se aventuran en la búsqueda de nuevas oportunidades. Nuestra gente migrante lejos de sus hogares, buscan tener una vida mejor, no sólo para ellos, sino para sus familias; trabajan horas, enfrentan desafíos y adversidades, todo con la esperanza de asegurar un futuro más brillante para los suyos.
El presidente dice siempre, nuestro gran presidente Andrés Manuel López Obrador, dice siempre que la diferencia entre un migrante del mundo y un migrante mexicano, es que los mexicanos a donde se van se llevan a su país, nunca lo olvidan.
Pero, sobre todo, se llevan a su familia, nunca la olvidan, y eso hace que las remesas regresen a México, porque aquí dejan lo que más quieren; nunca se van.
Aquí, el reto es que tampoco México los deje, si ellos no se van, que no los dejemos nunca. Pero ¿qué sucede cuando las personas migrantes, después de tanto esfuerzo, no tienen el acceso adecuado a servicios financieros?
Estamos hablando de un grupo vulnerable que, sin apoyo financiero adecuado, puede caer en las garras de prestamistas sin escrúpulos, tazas de interés exorbitantes o sencillamente no tener un medio seguro para enviar o ahorrar su dinero.
El no poder abrir una cuenta bancaria o acceder a créditos por ser un obstáculo colosal para su integración económica y social.
Por eso es crucial brindar servicios financieros adaptados a las necesidades de los migrantes mexicanos en Estados Unidos.
Al hacerlo, no sólo estamos garantizando que su dinero esté seguro, también estamos apoyando el bienestar y el desarrollo económico.
A través de remesas, por ejemplo, se inyectan miles de millones de dólares anualmente a la economía mexicana.
Si garantizamos que este proceso sea seguro, rápido y económico, estaremos beneficiando tanto a quienes viven en el extranjero enviando dinero, como a quienes aquí en nuestra nación lo reciben.
Al proporcionar estos servicios, también fomentamos la inclusión financiera.
Con cuentas bancarias, los migrantes pueden tener historiales crediticios, lo que les permite acceder a préstamos o créditos para educación, vivienda o iniciar un negocio.
Esta inclusión no sólo les beneficia a ellos, sino que beneficia a la economía en su conjunto, ya que fomentan la inversión y el consumo.
Ahora bien, más allá de los aspectos económicos, brindar servicios financieros a los migrantes es también una cuestión de justicia social.
Lo digo enfáticamente. Reconocer a los migrantes como actores económicos, válidos y dignos de servicios, confiables, es reconocer su humanidad, sus derechos y su valor en la sociedad, en la que han decidido construir con mucho sacrificio la vivienda, la seguridad de sus hijos, sus hermanos, de sus padres, de sus pueblos.
Cuando uno recorre el país, indudablemente encontramos las regiones donde los jóvenes se han ido para Estados Unidos, porque el desarrollo se nota y no siempre es el que genera el Gobierno, es el que ellos mismos han propiciado en sus comunidades.
En el desarrollo de este foro, los invito a reflexionar sobre la importancia de esta cuestión y a trabajar juntos para brindar soluciones tangibles.
La migración es una realidad con la que vivimos día a día y nuestra responsabilidad es asegurarnos de que ellos decidan y tengan cómo decidir que ese azaroso camino tenga las herramientas necesarias para triunfar.
Enhorabuena, senador Narro, a quien hoy representa este gran esfuerzo del Gobierno Federal, vincularnos, organizarnos y servirles a nuestros connacionales, es lo más importante, porque, como lo vuelvo a repetir, si ellos nunca nos han olvidado, hoy deben estar más presentes que nunca con estas acciones.
Muchas gracias.
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