Versión estenográfica de la participación del doctor Gilberto Guevara Niebla, director del Instituto de Investigación Educativa de la Universidad Autónoma de Guadalajara, en el Foro “Libros de Texto Gratuitos frente a los Derechos de las Niñas, Niños y Adolescentes”.
Muchísimas gracias.
Me siento muy honrado de participar en este evento.
Voy a hacer comentarios puntuales, porque es lamentable que en la elaboración de los libros de texto haya sido, se haya dado a espaldas de la sociedad y quebrantando la ley. Se hicieron incluso a espaldas de los maestros, que sólo tuvieron oportunidad de participar en una consulta superficial, en asambleas estatales, que no duraron más de dos horas.
No olvidemos que los maestros de Educación Básica son alrededor de 1.5 millones, pero tampoco se consultó a los padres de familia, cuyo conjunto suma, se estima en 50 millones.
Lo que se propone en los libros de texto gratuitos, es una pedagogía radical y doctrinaria; la acción educativa que proponen tiene una intención antisistema, o sea se enfoca contra la cultura capitalista moderna.
La educación que proponen no se orienta hacia las necesidades y problemas de la nación; sino que su objetivo es abordar los problemas que existen en los espacios sociales que rodean a cada escuela, barrios, colonias populares, pueblos; a estos espacios, los autores las han denominado comunidades.
La doctrina antiliberal que guía a los libros de texto, condujo a quitar al alumno de la posición central que ocupaba en el proceso educativo. En su lugar, el centro de la educación fue otorgado a una entidad colectiva, que es la comunidad: comunidad de aula, comunidad de escuela y comunidad comunidad.
Y quiere hacer un viraje de la cultura moderna universal, hacia la cultura popular. Como sabemos, se abandonan las grandes disciplinas del conocimiento y se concede prioridad a los saberes populares, a las creencias y a los mitos, a las leyendas, a las memorias, a las narrativas locales.
Se está asumiendo en estos libros, que la cultura popular es irreconciliable con la cultura universal. Es decir, de lo universal y abstracto, se quiere pasar a lo concreto, concreto.
Pero hay además una actitud que la educación que se propone o se quiere, no se propone integrar o adaptar al alumno a la sociedad; sino que busca que cada alumno se convierta en un activista del cambio social.
Los contenidos de los libros tratan temas y problemas de la comunidad, pero obviamente lo hacen también de manera abstracta y general; ya que, siendo libros nacionales y únicos, los textos no pueden abordar los temas y problemas concretos de cada comunidad.
Como expresión del rechazo de los autores a la cultura moderna y universal, no hay libros por asignatura, en ningún caso se encuentran libros de matemáticas, español, biología, física, historia, ética o civismo, como antes. Por el contrario, los libros de texto reúnen anécdotas, leyendas, mitos, fiestas, problemas y narraciones recogidas en todo el país; de modo que los estudiantes de Sonora, por ejemplo, están obligados a estudiar los mitos y leyendas de Oaxaca, por decir algo.
una injerencia de la pedagogía es la acción, pero estos libros están lejos de ser vehículos para una educación activa, donde el alumno sea efectivamente quien construye sus propios conocimientos. No, en estos libros se piensa que los alumnos sólo aprenden en colectivo, en comunidad.
En consecuencia, los libros son vehículos más bien de una educación prescriptiva que enuncia incluso con pormenores, lo que deben hacer estos estudiantes.
En una buena parte de los libros, fueron redactados por maestros de banquillo, lo cual es una excedente idea y muy buena intención; pero nosotros dudamos legítimamente que si esos maestros poseen la cultura general, los conocimientos pedagógicos y las habilidades literarias que normalmente se exige a los autores de libros de texto.
En fin, los autores disfrazan su proyecto educativo con grandes figuras de la pedagogía como Kilpatrick, Dewey, Winnicott, etcétera. Pero toda esta pedagogía didáctica, referencias de pedagogía didáctica, son en realidad un mero disfraz para justificar intenciones políticas concretas.
Estos libros sólo pueden dar por resultado, lamentablemente, una regresión en la escuela y en la educación de niñas, niños y adolescentes.
Eso es todo.