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 Versión estenográfica de la comparecencia de Rogelio Ramírez de la O, Secretario de Hacienda y Crédito Público, ante el Pleno del Senado de la República, como parte del análisis del Tercer Informe de Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador.  

SENADORA OLGA SÁNCHEZ CORDERO: Les solicito ponerse de pie. 

 

Doctor Rogelio Ramírez de la O, en los términos de lo dispuesto por el artículo 69 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, le pregunto, ¿protesta usted decir verdad en la información que exponga a esta Asamblea y ante las preguntas que se le formulen, tanto las senadoras como los senadores de la República? 

 

SECRETARIO ROGELIO RAMÍREZ DE LA O: Sí, protesto. 

 

SENADORA OLGA SÁNCHEZ CORDERO: De no cumplir con el compromiso que asume ante esta Asamblea, la Cámara de Senadores estará en posibilidad de iniciar los procedimientos a que haya lugar. 

 

Favor de tomar asiento. 

 

En consecuencia y en cumplimiento del resolutivo 6º del Acuerdo aprobado para normar esta comparecencia, procederemos a la intervención inicial del doctor Rogelio Ramírez de la O, secretario de Hacienda y Crédito Público, hasta por 20 minutos. 

 

Señor Secretario, tiene usted el uso de la palabra. 

 

SECRETARIO ROGELIO RAMÍREZ DE LA O: Buenas tardes a todos. 

 

Saludo con gusto a la senadora Olga Sánchez Cordero Dávila, presidenta de la Mesa Directiva. 

 

Al senador Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Junta de Coordinación Política. 

 

Al senador Alejandro Armenta Mier, presidente de la Comisión de Hacienda y Crédito Público. 

 

Senadoras y senadores de esta Legislatura. 

 

Es un honor estar aquí con ustedes el día de hoy, para compartir mi intervención con motivo de la Glosa del Tercer Informe de Gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador. 

 

En 2018 el Gobierno de México inició un proceso de transformación a través de cambios estructurales, que hicieron posible un modelo de crecimiento económico sin brechas sociales.  

 

Como todos ustedes han observado en sus regiones, a lo largo del país, México sufre desde hace décadas de una gran desigualdad. Y, para atender esto, algunos de los objetivos del Gobierno de México ha sido fortalecer el poder adquisitivo de la ciudadanía, sobre todo la población con menores recursos; incrementar la conectividad física entre las regiones rezagadas y separar los intereses privados de los intereses de la Función Pública. 

 

La transformación que está impulsando el Presidente López Obrador, está basada en dos elementos importantes, que son la estabilidad macroeconómica y social; y la disciplina fiscal, los cuales protegen a las generaciones presentes y futuras, y generan un círculo virtuoso para que México tenga una economía y una sociedad igualitarias e incluyentes. 

 

Sobre todo para que cada mexicana y mexicano tengan las mismas oportunidades, y no enfrenten limitaciones en sus necesidades básicas, incluyendo salud y educación. 

 

La prudencia fiscal ha sido clave para lo anterior. No podemos gastar lo que no tenemos, el manejo fiscal se ha enfocado en el incremento de la recaudación mediante eficiencia y combate a la evasión y no a través de incrementar las tasas de impuestos. 

 

Se han respetado los techos de endeudamiento aprobados por el Congreso, y la deuda como porcentaje del Producto Interno Bruto, se ha mantenido estabilizada. 

 

México es hoy reconocido por tener una posición fiscal y fundamentos económicos sólidos. 

 

Quiero expresar que si bien esto ha sido una premisa para la conducción de las finanzas públicas. En este esfuerzo es importante reconocer la participación y contribución de todos los actores políticos y económicos del país, como son los miembros del Congreso de la Unión y los diferentes gremios de los sectores productivos. 

 

Combatir la desigualdad y poner siempre primero a la gente, retribuye en el corto y en el largo plazo.  

 

Hoy, México es un país más consciente que hace tres años en sus retos sociales y lo que implican.  

 

También es una economía de ingreso medio que ha evolucionado favorablemente tras pasar la más severa crisis sanitaria y económica del último siglo. 

 

El país se encuentra en un proceso de firme recuperación económica, que ya se percibe en varios sectores productivos del país. 

 

Este proceso comenzó en la segunda mitad del año pasado y muestra un ímpetu positivo que se extenderá en los siguientes años. 

 

Estamos a punto de sobrepasar los niveles económicos que teníamos antes de la pandemia.  

 

Al segundo trimestre del 2021, la recuperación del Producto Interno Bruto ya alcanzó 97.9 por ciento del nivel observado en el cuarto trimestre de 2019, sumando así cuatro trimestres consecutivos de recuperación sostenida. 

 

Estimamos que la economía mexicana se restablezca por completo en los próximos meses del año 2022.  

 

Estamos entrando de lleno a una recuperación económica más balanceada y estabilizada.  

 

Recordemos que al primer impulso vino de la demanda externa, pero actualmente se observa también hoy un dinamismo del sector interno, el cual es un motor más fuerte de la recuperación. 

 

El consumo privado y la inversión, representan en su conjunto el 80 por ciento del Producto Interno Bruto y explican buena parte de la reactivación económica observada a partir de la segunda mitad del 2020. 

 

El consumo privado registró un crecimiento anual de 7.9 por ciento entre enero y junio del 2021, comparados con el año anterior, y se apoya en el avance positivo del empleo, los salarios, las remesas y los apoyos sociales para el bienestar.  

 

Esto también se ha reflejado en la confianza del consumidor y las ventas al menudeo registradas por la ANTAD.  

 

Por su parte, la inversión fija bruta continúa recuperándose, con un crecimiento anua de 11.1 por ciento, incluyendo maquinaria y equipo nacional e importado. 

 

Lo anterior, se debe a que el crecimiento global está siendo mejor que lo esperado, ya que México ha tenido importantes avances en la estrategia nacional de vacunación. 

 

Hoy, 67 por ciento de la población adulta ha sido vacunada con al menos una dosis, lo que ha reducido las probabilidades de contagios, hospitalizaciones y fallecimientos; al mismo tiempo que hemos visto incrementarse la movilidad y la actividad económica en el país. 

 

Durante 2020, el año de la pandemia, los apoyos sociales probaron ser una política contra cíclica efectiva.  

 

La red de protección social del Gobierno de México, contribuyó a atenuar y contrarrestar los efectos esperados de la pandemia sobre los ingresos de las familias, ya que con estos programas se logró poner un piso en el consumo de los sectores de menores ingresos. 

 

Sin estos apoyos, el impacto de la pandemia en los hogares de menores recursos habría sido muy sensible. 

 

En materia de empleo, ya se recuperó el 100 por ciento de los empleos perdidos durante la pandemia.  

 

Desde los inicios de la pandemia en abril del año pasado hasta julio de este año, se han generado 13.6 millones de empleos perdidos. 

 

El sector industrial ha mostrado un mayor dinamismo como resultado de la integración comercial con Norteamérica y políticas de distanciamiento social más flexibles. 

 

Desde el primer trimestre del 2021, recuperaron su nivel de actividad económica previo a la pandemia, entidades federativas orientadas a las manufacturas y al sector exportador como: Aguascalientes, Baja California, Chihuahua y Zacatecas.  

 

El sector servicios, al ser más afectado, tuvo un ritmo de crecimiento más moderado, de 5.7 por ciento anual en el primer semestre. 

 

Destaca la recuperación del comercio al mayoreo, al menudeo, transportes, inmobiliarios y servicios profesionales. 

 

Los rubros de alojamiento y preparación de alimentos, también han acelerado su recuperación, aunque aún por debajo de sus niveles pre pandémicos. 

 

Resalta Quintana Roo y Baja California Sur, entidades ligadas al turismo, que tienen un franco proceso de recuperación. 

 

Los proyectos de infraestructura enfocados a conectar el sureste con el resto del país, tuvieron un papel importante para mitigar los efectos de la pandemia en la Región. 

 

Las entidades federativas como Chiapas, Oaxaca y Tabasco, al primer trimestre de 2021, ya habían recuperado su nivel de actividad económica previo a la pandemia. 

 

Destaca el caso de Tabasco, que, debido al importante impacto en el empleo de importantes obras de infraestructura, fue una de las primeras entidades federativas en recuperar todos los empleos perdidos en la crisis. 

 

De esta manera, México se está recuperando y comienza a dejar atrás algunos de los impactos más fuertes que trajo el Covid-19. 

 

Más aún, México goza de una estabilidad que nos permite enfocar nuestros esfuerzos de política económica y social hacia los siguientes años. 

 

Por esta razón, el Paquete Económico 2022 fue formulado con la mayor información económica disponible y con las estimaciones más realistas. 

 

Los agregados fiscales de ingreso y gasto, fueron calibrados con la mayor precisión por todas las áreas de la Secretaría de Hacienda. 

 

Su dinámica está en línea con una senda de sostenibilidad fiscal. 

 

En este sentido, el Paquete para el siguiente año está construido sobre tres pilares, que servirán para maximizar el impulso económico del país. 

 

Primero. Incrementar los apoyos para el bienestar como herramienta para mantener y fortalecer el consumo de una base social muy importante y con ello el consumo interno agregado. 

 

Segundo. Mantener la disciplina fiscal para no imponer un costo a las futuras generaciones. 

 

Tercero. Incrementar el gasto público en infraestructura para establecer un soporte al crecimiento económico del siguiente año, el cual estimamos será 4.1 por ciento. 

 

La inversión pública para el siguiente año será mayor que en los años previos, y funcionará como ancla para la inversión privada. 

 

En este sentido, será complementada por el tercer paquete de inversión, que tendrá un marcado componente de inversión privada e inversión mixta, pública y privada, distribuido a lo largo de todo el país en sectores como conectividad física, telecomunicaciones y puertos, entre otros. 

 

De esta manera, el gasto de inversión que se propone en el Presupuesto de Egresos de la Federación, es una cifra histórica de casi un billón de pesos, lo que va a situar el gasto en inversión física en 3.1 puntos porcentuales del Producto Interno Bruto. 

 

Asimismo, las transferencias federales a las entidades federativas, verán un incremento de 4.7 por ciento real, con respecto a lo aprobado en la Paquete anterior. 

 

Parte de estos recursos también serán destinados a inversión física y permitirá a los estados atender las demandas institucionales, económicas y sociales de sus respectivas demarcaciones. 

 

Otro motor de crecimiento para el siguiente año, será el fortalecimiento del bloque comercial de Norteamérica. 

 

Con la modernización del T-MEC, entramos a una fase de mayor colaboración, que permitirá consolidar e integrar mejor las cadenas de valor dentro del bloque comercial. 

 

Durante el primer semestre de 2021, México se ubicó como el principal socio comercial de Estados Unidos, al representar 14.7 por ciento del comercio total de dicha economía. 

 

Asimismo, a nivel mundial, México ha pasado del onceavo al séptimo lugar a nivel mundial, como receptor de Inversión Extranjera Directa, de acuerdo con la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. 

 

Por este motivo, quiero resaltar que la reactivación del diálogo económico de alto nivel entre Estados Unidos y México, ayudará a los tres países a establecer una visión de largo plazo y brindará el comercio y el crecimiento de Norteamérica. 

 

Esta visión se centrará en crear y atraer valor a la región, y ayudará a la relocalización de cadenas de valor hacia nuestros tres países. Parte de estas cadenas serán establecidas en México, como por ejemplo parte de la cadena de semiconductores. 

 

La estrategia acordada entre los dos países tiene un sentido de urgencia. Se establecieron fechas específicas para los siguientes tres, seis y doce meses, para ser definidas y comenzar su implementación. 

 

Quiero puntualizar que las estrategias acordadas con Estados Unidos, se centran en que el comercio en la región tenga una mayor integración y esté mejor preparado para enfrentar futuras interrupciones de la cadena de suministro; lo cual blindará nuestra actividad comercial y nuestra economía. 

 

Estos factores serán sin duda, primordiales para apuntalar el crecimiento económico de los próximos años. 

 

Continuando con la conformación del Paquete Económico, quiero decir que en cuanto al gasto, la propuesta del Presupuesto de Egresos de la Federación, fue construida con principios de  austeridad, racionalidad y eficiencia en el gasto, y refleja la vocación social de la actual Administración. 

 

Conscientes de la coyuntura sanitaria, los recursos para seguir haciendo frente a la pandemia, fueron plenamente garantizados en este presupuesto. 

 

En la función salud, que agrupa el gasto de todo el sector público en esta materia, se observa un crecimiento de 15.1 por ciento en términos reales, con respecto a la asignación presupuestal de 2021. 

 

Así, se asignaron 800 mil millones de pesos a este sector, que incluye, entre otros, la adquisición de vacunas y medicamentos; servicios de salud gratuitos y atención al rezago en servicios de salud. 

 

Para el 2022, los ingresos totales tienen un aumento de 7.5 por ciento real, comparado con los ingresos aprobados en el Paquete de 2021. En la iniciativa de Ley de Ingresos, no se crearon nuevos impuestos y me gustaría resaltar que se incluyó un nuevo régimen de confianza, con medidas de simplificación y facilitación del pago por parte de los contribuyentes, con el objetivo de ampliar la base y reducir costos de cumplimiento. 

 

El nuevo régimen de confianza, tiene por objetivo simplificar el pago de impuestos entre las pequeñas empresas y personas físicas, que comúnmente encuentran muy costoso cumplir con sus obligaciones con el régimen actual. 

 

Este nuevo régimen tendrá reglas sencillas para el pago y cálculo de ingresos e impuestos, para que los contribuyentes se mantengan al día con sus obligaciones, con menores costos. 

 

Quiero comenzar a cerrar esta intervención, mencionando los cambios estructurales por los que está transitando México para convertirse en un país sin brechas sociales. 

 

Se va a consolidar la separación de los intereses privados de los intereses del Gobierno. El administrador del Gobierno público no puede responder a los intereses de los grandes consorcios privados; sin embargo, seguiremos colaborando con el sector privado para construir un México próspero, siempre poniendo adelante el interés de la ciudadanía. 

 

Esta separación no es nueva ni exclusiva de México, otros países ya la vivieron y experimentaron con éxito. Esta transición permite en el largo plazo, usar los recursos públicos de manera más eficiente, ya que se eliminan costos excesivos por condonaciones fiscales e insuficiencia de fiscalización y una serie de huecos que tiene el sistema anterior. 

 

México ya se está beneficiando de esta separación de intereses.  

 

Los resultados más tangibles de este cambio, los vimos en 2020. Pese a la crisis sanitaria y económica, la recaudación de los ingresos tributarios aumentó en aproximadamente un punto porcentual del Producto Interno Bruto y esta tendencia se ha mantenido durante 2021. 

 

Los ingresos siguen desempeñándose mejor a lo estimado y parece que esto es un verdadero cambio estructural. 

 

Esto ha sido un esfuerzo de nación y por eso quiero agradecer a todos los sectores que han contribuido, como lo son los miembros del Congreso de la Unión y ciudadanos empresarios con los que hemos tenido un diálogo constructivo y productivo. 

 

Quiero resaltar que, desde mi llegada a la Secretaría de Hacienda, he encontrado siempre en el Congreso una disposición a dialogar y a escuchar, pero sobre todo una conciencia clara de los retos sociales que enfrenta nuestro país, lo cual me entusiasma y anima para seguir colaborando y coordinando esfuerzos para la búsqueda de soluciones. 

 

Senadoras, senadores: Muchas gracias por su atención, pero sobre todo por la invitación a estar hoy con ustedes aquí en este salón tan solemne. 

 

Me siento muy honrado, pero a la vez humilde. 

 

Quiero reiterarles mi completa disposición al diálogo. 

 

Estaré atento a las observaciones que tengan a bien proveerme.  

 

Con mucho gusto responderé sus preguntas y, antes de cerrar, una vez más les reitero que todos los equipos de Hacienda están a su disposición para proveerles toda la información que requieran para el análisis y discusión del Paquete Económico. 

 

Por su atención, muchas gracias.