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Versión estenográfica de la participación de la senadora Olga Sánchez Cordero, presidenta de la Comisión de Justicia del Senado de la República, en el Foro Virtual “Mujeres por una vida libre de violencia”.  

Muy buenas tardes. Ya son las 12 del día. 

 

Le doy la bienvenida a la doctora Maribel Nájera Valencia. Gracias, Maribel.  

 

Directora de la Clínica del Instituto Latinoamericano de Estudios de la Familia (ILEF), y especialista en temas de abordaje clínico, de violencia, género, migración, así como en intervención de crisis, estrés postraumático y trauma.  

 

Muchas gracias. 

 

También veo a Alma Rosa Gutiérrez. Gracias, Alma Rosa, por estar aquí presente. 

 

Yo quiero darles la bienvenida a quienes nos acompañan vía web y por las redes sociales del Senado de al República, por el Canal del Congreso, en este ciclo de Charlas “Mujeres por una vida libre de violencia”.  

 

Hoy vamos a hablar de la violencia psicológica; así como hablamos ya en la sesión anterior de la violencia de pareja, ahora vamos a hablar de la violencia psicológica. 

 

El artículo sexto de la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, define a la violencia psicológica como cualquier acto u omisión que dañe la estabilidad psicológica que pueda consistir en negligencia, abandono, descuido reiterado, celotipia, insultos, humillaciones, devaluación, marginación, indiferencia, infidelidad, comparaciones destructivas, rechazo, restricción a la autodeterminación y amenazas, las cuales conllevan a la víctima a la depresión, al aislamiento, a la devaluación de su autoestima, e incluso lamentablemente al suicidio.  

 

La Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2021, reporta que alrededor de cinco mujeres de cada diez o más, han experimentado violencia psicológica a lo largo de su vida. 

 

Desafortunadamente, dado el contexto social y cultural de nuestro país, no es extraño el hecho de que la violencia psicológica sea el tipo de violencia más común en este sistema patriarcal y machista que domina. 

 

Todas alguna vez, todas, y me incluyo en todas, alguna vez, probablemente sin querer y a veces sin saberlo, hemos hecho comentarios que lastiman e impactan en la vida de quien nos escucha; sin embargo, hay quienes utilizan estos comentarios con el fin de desgastar, de manipular, de amenazar, de chantajear, de humillar, de crear confusión y hacer creer a la otra persona que su memoria o ideas no son las correctas; tacharla de loca, exagerada o tóxica. 

 

Este tipo de personas busca que la otra pierda su confianza en sí misma, su autoestima, para así poder tomar ventaja y provocar que cedan ante su poder en estas relaciones asimétricas.  

 

La ONU reconoce que, así como todas las mujeres son iguales de vulnerables, no todos los tipos de violencia son iguales. Así como todas las mujeres no son iguales en su vulnerabilidad, no todos los tipos de violencia son iguales. 

 

No obstante, todos deben prevenirse y tratarse, en especial las agresiones psicológicas, que ya la huella y el daño que causan es incluso más duradera que las huellas de la violencia física.  

 

Muchas de ellas, estas cicatrices se quedan hasta a veces el fin de la vida de las personas.  

 

Por eso es importante que cuando las víctimas se decidan a denunciar, existan protocolos que no las revictimicen ni minimicen en los hechos con comentarios como: “Es que lo hiciste enojar”, “Es que es tu culpa, por no tener la casa limpia”, “Es que no es una mala persona”, “Es que no te pegó”, “Es que no quiere que salgas, porque se preocupa por ti”, “Es que si lo dejas, qué es lo que vas a hacer”; y muchos de estos comentarios que desaniman a la víctima a seguir el proceso y que hacen evidente otros tipos de violencia que sufren en el hogar, como la violencia económica, familiar, emocional. 

 

Por eso la violencia psicológica es más difícil de demostrar para las víctimas, ya que no existe un rastro físico perceptible a simple vista, pero la violencia es violencia, y en estos casos es fundamental que la o el especialista en psicología que atienda a las víctimas lo haga con una perspectiva de género. 

 

Cada día es más amplio el espectro de violencias que sufren las mujeres. 

 

La violencia psicológica está soterrada, pero es tremendamente común y es tremendamente lastimosa.  

 

Se ejerce en diversos espacios, en la familia, en la pareja, en las aulas, en el trabajo, incluso en los espacios digitales. 

 

Yo quiero comentarles que también hay una relación narcisista que comentaba yo el otro día, en donde el narcisista que generalmente es hombre, nos van a corregir la psicóloga, hay narcisistas mujeres, pero generalmente es hombre; como que se alimenta de degradar la autoestima de sus víctimas. 

 

Y esto no lo perciben las víctimas, porque es algo que ya tienen internalizado a veces en esta cultura asimétrica patriarcal, y es algo que es muy difícil que se den cuenta, y es algo muy difícil que salgan de este círculo perverso de violencia psicológica, y cada vez su autoestima va más abajo y más abajo, pero es soterrada esta violencia. 

 

Y entonces la forma de atajar este tipo de violencia, y lo vamos a conocer por parte de ustedes que son las especialistas, es ir derrumbando el patriarcado, sus expresiones normalizadas que atentan contra la dignidad de las mujeres. 

 

Y asimismo se debe atender a las víctimas con perspectiva de género- 

 

Lo he dicho anteriormente. Si todas las autoridades, si todas tuviéramos perspectiva de género al investigar, atender, juzgar, las mujeres seremos verdaderamente respaldadas y tendremos un país completamente distinto.  

 

Que yo quiero escucharlas; no quiero pontificar, porque no estoy capacitada para pontificar.  

 

Así que, Maribel, adelante, por favor.  

 

Tienes el uso de palabra y muchas gracias.