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Versión estenográfica del mensaje del senador Eduardo Ramírez Aguilar, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, en la presentación del libro “Regulación de la Amapola”. 

 

Muchas gracias, al maestro Rodrigo, que ha hecho un trabajo extraordinario en el Belisario Domínguez, dándole apertura a todas las fuerzas políticas y trabajando institucionalmente en este Senado. 

 

Saludo a todo el presídium, que ya lo han presentado, a mis amigos senadores, a los investigadores, a quienes hicieron posible este documento importante. 

 

Reflexionaba acerca del cultivo de la amapola, cómo ha impactado en la inseguridad que vive nuestro país. Cómo impacta en el tejido social de las comunidades, porque regularmente los sembradíos no se hacen en las cabeceras municipales, se hacen en los núcleos de población ejidal; y lo padecemos estados como Sinaloa, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Durango, varios estados que tienen esta actividad ilícita campesinos y que son propiamente algunos explotados, otros conscientes de lo que están haciendo y otros más obligados. 

 

Y, quisiera compartirles algunos de los datos que México tiene. 

 

La primera, es que México es el tercer productor de amapola ilícita en el mundo, sólo después de Afganistán y Birmania. No está autorizado por la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes para producirla legalmente con fines médicos. Es decir, toda la amapola que se produce en México termina en el mercado ilegal. 

 

La segunda, es que aun cuando se cultivan alrededor de 30 mil hectáreas de amapola en el país, hay un desabasto significativo de medicamentos, derivados principalmente opioides como la morfina o la oxicodona. 

 

Hay otro ejemplo. Más de 500 mil personas en México requieren cuidados paliativos contra el dolor.  

 

De ellos, imagínense 500 mil; de ellos, menos de la mitad los recibe, y no en la cantidad que lo necesita. 

 

Esto quiere decir que la gente está sintiendo dolor, familiares nuestros y se están muriendo de dolor, que eso es lo más grave. 

 

Entonces, sí es un tema que debemos reflexionar a profundidad, en su legalización medicinal. 

 

Y yo soy más atrevido todavía, hay que ir más allá.  

 

Seguramente puede ser objeto de crítica, pero tenemos que resolver de fondo los problemas.  

 

Y la tercera. En el año 2000 a la fecha, se han destruido más de 50 mil hectáreas de esta planta. No obstante, su cultivo no se ha erradicado y hay personas en prisión, hay un grave problema de desabasto para los medicamentos. 

 

Y tenemos que decirlo con mucha conciencia, debemos asumir una postura respecto a este tema. 

 

No podemos ser evasivos ni estar en posturas que a veces no son las más populares, pero yo creo que son las posturas más necesarias para el país. 

 

Y por eso comparto este trabajo que realiza el senador Manuel Añorve, que desde el inicio de la Legislatura presentó iniciativas con el senador Mancera, con el senador Bolaños y con otros senadores que se atrevieron a hablar de estos temas, porque no es fácil. 

 

La opinión pública siempre tiene distintas aristas, posturas; pero atreverse a hablar con esta transparencia, creo yo que es correcto y se reconoce, y más aún trabajar para el tema medicinal es un tema prioritario que debemos sacar con urgencia. 

 

Muchas gracias, senador Manuel Añorve, por este trabajo y por este ímpetu. 

 

Hay que generar nuestra Agenda Legislativa en este receso y poderle dar paso a una discusión amplia y profunda a partir del 1º de septiembre. 

 

Muchas gracias.