Versión estenográfica del mensaje del senador Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, en la Capacitación en formación Política y Liderazgo Social
Muchas gracias.
Bueno, bienvenidos, buenos días. Bienvenidas.
De este grupo que hoy asiste a este curso de capacitación legislativa, quisiera preguntarles ¿cuántos han tenido la oportunidad ya de haber venido antes? Levanten la mano.
Muy bien, ya son clientes algunos de ustedes.
¿Y quiénes no habían venido? Levanten la mano.
Qué bueno. Miren, es un evento de carácter formativo. Van a recibir capacitación, lo que hacemos, la historia del Senado, que es lo que realizamos.
Esta fue una convocatoria abierta, seleccionados al azar, mitad hombres, mitad mujeres; y de 500 que se inscribieron de la FES Acatlán, seleccionamos 180 aleatoriamente.
Hay una efervescencia natural de participación de los jóvenes para conocer la vida pública del país. Eso me alega bastante, porque siendo sábado, muchos de ustedes bien pudieron haberse quedado, después de una jornada de clases de la semana presencial, o ayer haber disfrutado de la noche, propia de los jóvenes; sin embargo, aquí están. Eso habla muy bien de ustedes y muy bien de sus autoridades, Director, que ya tenemos tiempo de conocernos y que hemos hecho otros ejercicios parlamentarios con la FES Acatlán.
Yo soy maestro de la UNAM, doy clases en el posgrado desde hace varios años. Allí en la UNAM realicé estudios de especialidad, maestría y doctorado.
Hace mucho tiempo, muchos de ustedes quizás no había nacido, yo terminé el doctorado en 1985, tenía 25 años; y a los 27 años fui por vez primera diputado federal; y a los 30, fui por vez primera senador de la República.
Y de nuevo, terminando el Senado, fui electo diputado federal por otro distrito. Todos por mayoría.
En 1997, fui de nuevo por segunda ocasión diputado federal; y en 1998, tenía 37 años, fui gobernador de Zacatecas.
Y luego, terminando de gobernador, en 2004 volví a ser senador de la República, 2006; y luego volví a ser diputado 2012 al 2015.
Y luego fui alcalde de la Cuauhtémoc, de esta demarcación, 2015 al 2018. Y luego volví a ser senador, así es que me la he pasado brincando de la Cámara de Diputados a la Cámara de Senadores. En su mayoría han sido por elección directa.
Esta es la tercera ocasión que soy senador de la República y es la tercera ocasión que he sido diputado federal. Es decir, me decidí a ser servidor público toda mi vida y eso es lo que quisiera a ustedes estimular y motivar.
Tengo más de 40 años de ser servidor público. No tengo ninguna investigación, no tengo ninguna denuncia de corrupción en más de 44 años de servicio público, porque decidí ser servidor público toda mi vida.
En los puestos en donde he estado, casi siempre he representado a la oposición. Siempre o la mitad de mi vida ha sido en la oposición; hasta el 18, que ganamos con el Presidente López Obrador a la cabeza, es donde somos gobierno y somos una fracción parlamentaria mayoritaria en el Senado y en la Cámara de Diputados.
Pero es importante decirles todo esto porque de estas reuniones surgirán vocaciones de ser servidores públicos.
Si tu vocación es ser servidor público, tienes que aprender desde ahora que tu motivación sea servir a la gente; que tu motivación sea el compromiso social con el país.
Que tu objetivo y tu vocación sean servir a la Patria; no tener riquezas acumuladas, no viajar en yates privados o tener aviones particulares; no tener solamente ilusión por las ropas de marca ni tampoco por una vida de privilegios ni una vida distinta a la de la mayoría.
Nuestro objetivo como sistema político es que haya menos desigualdad.
Cuando las sociedades en la historia de la humanidad están similares en la comunidad, es decir, no hay contrastes entre unos muy ricos y los otros muy pobres, es menos conflictiva la sociedad, se vive con más justicia y más igualdad.
Yo aspiro a que se atenúe la riqueza y la opulencia y que se generalice la vida digna y el equilibrio digno.
Como he vivido muchas veces de ser senador y diputado en la oposición, siempre percibimos un salario o dieta por encima del trabajador, lo reconozco.
No soy extremadamente pobre; no soy pobre porque he sido un servidor público durante 40 años, vivo modestamente, pero sí he satisfecho mis necesidades más inmediatas de recreación, de cultura y de darle una vida digna, o más digna de la que yo recibí, a mis hijos y a mis hijas.
Eso no es malo, que tú aspires a que tu familia pueda superar su escala de donde surgió, es muy bueno. Que tú aspires que tu mamá y tu papá que son comerciantes o trabajadores o campesinos, puedan tener al final de su vida un apoyo tuyo para poder atenuar su existencia, no es malo.
Que tú aspires a tener un despacho profesional y exitoso tampoco es malo; pero tampoco es malo que aspires a ser un servidor público honesto, honrado, con una vida digna y un ingreso digno por tu trabajo, tu capacidad, tu formación y tu talento.
Por eso creo firmemente en que las sociedades que distribuyen la riqueza de manera más equitativa, son sociedades más justas.
Imagínense ustedes si yo no aspirara a ser maestro universitario hace 30 años, claro que aspiraba. Yo tuve maestros extraordinarios en la UNA, porque provenía de una comunidad campesina, no me iba a quedar en el campo.
Yo provenía de una comunidad de Zacatecas y éramos 14 de familia; mi vestido eran tres pantalones y cuatro camisas y les daba vuelta en la semana.
¿Cómo no podría aspirar a una vida digna si nuestra alimentación y nuestro sustento era miserable, muy cercano a la pobreza?
Por eso me formé, estudié, siempre realicé mis estudios de primaria, secundaria, preparatoria, universidad y posgrado en escuelas públicas, becado, siempre me becaron.
En aquel tiempo tenías que tener un mínimo en tus calificaciones y era buen estímulo, porque para conservar tu beca tenías que demostrar un promedio mínimo para que se entregara tu beca, y fue complicado.
Por esa razón, cuando vine a la Ciudad de México a estudiar el doctorado, ya era egresado de la Cniversidad de Zacatecas, tenía 21 años, y cuando vine sólo tenía un beliz de lamina color azul, con los cambios modestos que tenía, y me vine a inscribir a la UNAM en la especialidad.
Pasé el examen, me admitieron y me dieron beca, y tuve que ese mismo día buscar trabajo, que por fortuna había en ese momento. Ya como abogado tuve trabajo y fui maestro en la Escuela Superior de Turismo y daba clases y ahí inicié a los 21 años como auxiliar jurídico de la Cámara de Diputados, desde entonces me surgió la vocación de ser legislador en 1982.
Por eso soñaba y todos los días luchaba. Vivía en un cuarto de servicio de apenas dos por uno. Allí rentaba porque no tenía otra alternativa cuando llegué: cuarto húmedo que estaba en un jardín, que me rentaba la dueña, y que yo vivía feliz porque estaba luchando por mi sueño.
Por eso quiero decirles a todos que no dejen de luchar. Luchen, sueñen, esfuércense, porque el estar aquí ahora es una satisfacción.
Yo espero que de los 500 que se inscribieron, puedan estar en una segunda oportunidad otros 180 distintos a ustedes, porque todos tienen derecho.
Estamos haciendo de manera frecuente este tipo de encuentros, en donde platican con senadores, con senadoras, con expertos, y que les va a gustar mucho.
Los que han estado ya aquí se los pueden decir, que ahora ya repitieron; y los que no han estado, les va a gustar.
Lo que yo quisiera imprimir en sus cabezas, en su cerebro, es que México los necesita. Que necesitamos una generación que renueve la actual.
Necesitamos nuevos liderazgos, ya no los liderazgos anquilosados y reciclados que estamos viendo en todas partes. Necesitamos jóvenes que renueven la política y que renueven la esperanza de un México mejor y ustedes son esa generación.
Que no los engañen de decir: Ustedes son el futuro, no: Ustedes son el presente y ya deben participar.
Que no les dé temor debatir, que no les dé temor deliberar, que no les dé temor enfrentarse con ideas, con razones y con argumentos para construir un México más justo.
Uno de los temas que a mí me preocupa bastante es la Agenda Verde del Poder Legislativo: el cambio climático, que no estamos preparándonos para él y que cada día más se degradan nuestros bosques, nuestras selvas, nuestra agua, nuestro suelo, nuestro cielo; y estamos muy lentos para ofrecer alternativas a México sobre este problema fundamental del planeta.
Otro más es la desigualdad, y en México particularmente el problema de la seguridad pública que tenemos que vencerlo, que tenemos que derrotarlo.
Por esa razón, si algunos son abogados de aquí, defiendan en lo que creen.
Si algunos de aquí son economistas o son politólogos o están estudiando para formarse como futuros profesionistas, defiendan en lo que creen.
Nunca se hinquen ante nadie. Bueno, los que somos católicos sí, ante Dios, pero ante los hombres no, ante los hombres no.
Siempre defiendan en lo que creen, aunque se queden sin trabajo. No sea el ofrecimiento a tu ascenso ni a privilegios ni a dinero lo que cambie de opinión.
Es importante que siempre luchen por lo que creen. Se van a sentir muy satisfechos, aunque temporalmente se queden sin espacios, temporalmente, pero la congruencia siempre será reconocida y premiada con tu conciencia y con tu personal convicción de que las cosas deben de cambiar.
Yo soy un imperdonable, imperdonable rebelde con causa. Siempre he sido así, porque defiendo lo que creo; y, a pesar de donde esté, no pienso distinto.
A pesar de que ahora soy de la mayoría y soy parte del Gobierno y me siento orgulloso de haber contribuido con un granito de arena para que triunfara el Presidente López Obrador, sigo manteniendo mi criterio, mi autonomía y mi carácter independiente en mi pensamiento; y eso hay que mantenerlo siempre.
No hay que ir sobre las olas. No hay que ir sobre las circunstancias que son simplemente efímeras y coyunturales.
Hoy es muy importante recibirlos. Sé que ustedes provienen de clase media, la mayoría; no creo que vengan de élites económicas y poderosas, si no, no estarían en la FES, estarían en ora parte, en el extranjero.
Yo creo que ustedes son como yo, provenientes de familias humildes, de maestros, de trabajadores, de funcionarios públicos modestos, de comerciantes, de profesionistas libres, de profesionistas que han luchado por mantener su empleo.
Honren a su familia, nunca quieran ser lo que no son. Siempre siéntanse orgullosos de su esencia, de lo que son. No aspiren a ser de la élite, esos no los van a pelar, ni siquiera en una fiesta; en una fiesta lo vas a conocer temporalmente, si eres atractivo o guapa te van a usar y después te van a desechar.
Nunca aceptes eso, ubícate donde estás, lucha y adquiere admiración, adquiere reconocimiento por lo que eres y por lo que sabes, no porque te quieras incrustar en un grupo donde no te van a aceptar.
Ustedes y yo tenemos que luchar por un país mejor. Por eso me fa gusto que estén aquí.
Yo trato siempre de tener en mi equipo de asesores a jóvenes, siempre. El porcentaje normal de toda mi vida ha sido 70-30: 70 jóvenes, 30 experiencia; porque formo jóvenes todos los días y se forman bien, bueno, no tan bien porque he tenido algunos que fueron gobernadores muy pillos, pero también los formé, no aprendieron tanto; pero sí formé jóvenes que después fueron gobernadores o funcionarios de alto nivel y la mayoría ha hondado la palabra, pero otros no, eso tengo que reconocerlo.
Por ejemplo aquí, el que organizó todo esto es Santos. Santos es abogado de la UNAM y me ayuda hace varios años, es joven.
¿Dónde está Emiliano? Emiliano es otro chavo inquieto, a veces demasiado pendenciero, pero me ayudó también.
Ana, ¿dónde está Ana? Ana me ayuda a redes.
Yo no acudo a extranjeros para golpear, son muy caros y son muy mentirosos. Algunos adversarios míos acuden a contratar extranjeros, empresas extranjeras para la publicad para golpearme o para golpear los adversarios.
Yo tengo mi arma secreta: esta chaparrita es de Puebla y es la que lleva mis redes, ella es la que lleva mis redes, entonces no necesito extranjeros ni extranjeras. Creo en México y creo en publicistas mexicanos, y ella es la que lleva sola, bueno, no tanto porque ayer nos pusieron una tunda muy fuerte por haber votado en abstención contra la Guardia Nacional, nos pusieron como lazo de cochino.
Pagan mucho las granjas de bots, y por haber disentido, por defender la Constitución; por defender lo que crees y en lo que quieres, soy sujeto a la hoguera.
Pero no importa ¿eh?, porque la hoguera inquisitoria es efímera, se apaga con el tiempo, pero los pensamientos perduran y la posición perdura siempre.
Por cierto, estoy concluyendo un libro, espero ya concluirlo, aunque lo engargolé, lo encuaderné muy rápido esta mañana, un libro sobre la Guardia Nacional. Después se los voy a pasar.
Este libro habla sobre el origen, cómo lo formamos y toda la naturaleza jurídica y todo lo que pasó.
Ayer me dediqué, aunque es una edición demasiado doméstica, no es una impresión profesional, pero es un libro que espero ya, ya casi lo concluí, entre sábado, domingo, lunes lo voy a concluir y lo voy a poner a disposición en mi página de Internet, para que ustedes, los que quieran, los que intenten, porque es el debate ahora, sin meterme en enduras y en mayor diferencia con nadie, yo creo en México.
Cuando las sociedades se alejan del Estado de Derecho viene la anarquía y el caos. Nosotros tenemos que defender el derecho, defender el Estado de derecho, defender la Constitución y las leyes, más nosotros que somos, que somos quienes las construimos. Nosotros diseñamos el marco normativo y tenemos la obligación de respetarlo.
Lo primero que hacemos los legisladores y los funcionarios públicos es protestar, el primer evento que haces es: “Protesto guardar y hacer guardar la Constitución” y a eso estás obligado como servidor público hacerlo.
Hay que luchar. Por favor no se rindan, no se rindan ante nadie; ni se dejen ni tampoco se olviden de que esta lucha para ustedes comienza. Para nosotros, vamos a durar hasta el último día luchando por lo que pensamos.
Por eso es que hago este tipo de encuentros con ustedes, hombres y mujeres que, estoy seguro, voy a sembrar un granito de una semilla fértil que con el tiempo va a prosperar.
No sé si están algunos otros, Santos.
¿Quién? Toño, él es otro, él es un abogado también.
¿Quién más está? Él es otro abogado que también me ayuda, es Landecho.
María Fernanda, ¿dónde está María Fernanda? Ah, aquella gordita simpática, ella tiene 26 años.
Mónica Juárez, ¿Dónde está Moni? Moni también me ayuda.
Óscar… O sea, son un promedio de 26-28-30 años. Luis, que ayer fue presidente de un parlamento juvenil ¿Luis, cuántos años tienes tú? 23 pero su vida ha sido tan complicada que parece como de 40. No te creas, es broma, pero tiene 23, trabaja conmigo en la formulación de acuerdos y él es egresado de… No, ¿estás estudiando, verdad?
INTERVENCIÓN: (Inaudible)
SENADOR RICARDO MONREAL: Está estudiando, está terminando. Y así tengo equipos y todos los que me ayudan a asesorar los voy enseñando y van aprendiendo.
Así tengo todo mi equipo de trabajo con jóvenes.
Les deseo mucho éxito a todos. Yo tengo un evento ahora en el Monumento a la Madre más tarde, pero estaré pendiente de ustedes. Tenemos todo un día de desarrollo, de trabajo.
Les vamos a dar un libro, les tengo un obsequio a cada una, a cada uno, más tarde se los entregan.
No sé qué siga ahora en el Orden del Día, Santos.
INTERVENCIÓN: Va a hablar el Director.
SENADOR RICARDO MONREAL: Bueno, antes de que hable el Director, porque ahora que soy, les digo yo, Presidente del a Junta de Coordinación Política, tengo la posibilidad de que conozcan nuestro recinto oficial.
Algunos ya lo conocen porque la vez pasada los llevé.
¿Cuántos eran los que lo conocen ya, que se sacaron fotografías? Este grupo.
¿Pero los que no lo conocen cuántos son? Ah, la mayoría y aquí la mayoría gana.
Les voy a proponer una cosa: el Director les da un saludo o habla lo que él quiera, y luego, si los quiere saludar o los quiere reprender es su problema; y enseguida, después de él, los invito a conocer el recinto.
Y luego regresamos aquí para que inicien las pláticas, aquí está la senadora Gabi, ella es experta en materia de comunicación y estrategia y es senadora por Quintana Roo, aunque proviene de un pueblo, de un municipio de Istmo de Oaxaca, es senadora por Quintana Roo.
Ella les va a hablar más tarde, ¿pero les parece bien que hable el Director y luego pasemos al recinto? Yo estaré con ustedes cinco o diez minutos, nos sacamos una fotografía de conjunto y se la presumen a sus novios y a sus novias, dicen: “Miren dónde estaba”; o a sus papás, los que no tengan novio o novia, cada quien tiene su derecho a preferir lo que quiera, pero, a sus hermanos, a sus amigos.
Vale la pena que ustedes se sientan especiales porque son especiales en un día especial donde van a recibir esta capacitación.
Saludos y enhorabuena. Bienvenidos y bienvenidas.
Versión estenográfica del mensaje del senador Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, en la Capacitación en formación Política y Liderazgo Social
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