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Versión estenográfica del mensaje de la senadora Olga Sánchez Cordero, presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, en los Diálogos parlamentarios “Mexicanos en el extranjero: Presencia nacional y políticas de Estado”. 

Y que esta Reforma, nada más y nada menos ya es un país, México, transterritorial. 

 

Ya lo que nos habían enseñado de que el Estado era el pueblo, territorio y el gobierno, pues ahora sabemos que nuestro pueblo también está en otros lados del mundo como mexicanos, y sabemos también que ya la Nación mexicana, con estas reformas y con esta nacionalidad mexicana que tienen nuestros mexicanos nacidos en el extranjero, ya es una proyección transterritorial de nuestra Nación mexicana, que ha sido verdaderamente importante. 

 

Esta Reforma del artículo 30 de la Constitución, lo he dicho, no me cansaré de repetirlo, esta Reforma al artículo 30 es una de las grandes transformaciones de la Cuarta Transformación de la vida pública de México. 

 

Porque no solamente nuestros migrantes son los que nos mandan las remesas que están tan solidarios con sus familias. Los migrantes en México llevan más allá; llevan la cultura, llevan la hispanidad, llevan el idioma, llevan su identidad como mexicanos, y lo llevan al extranjero. 

 

Entonces, esto es una gran transformación, es un antes y un después, porque, no sé, el Constituyente había sido demasiado receloso con la nacionalidad mexicana. 

 

Inclusive recuerdo que la mujer casada con un extranjero perdía la nacionalidad mexicana por el hecho de haber contraído matrimonio con un extranjero. Y me acuerdo que no podía ceder su nacionalidad como mujer mexicana a su hijo nacido en el extranjero, porque solamente si era hijo de padre desconocido. Imagínense ustedes, así estaba la Constitución hace algunas décadas. 

 

Y hemos avanzado; hemos avanzado muchísimo. Pero creo que esta Reforma que se dio en el 2021, se publicó en el 2021, en el año del Centenario y Bicentenario de nuestra Patria, de nuestra Independencia, de nuestra consolidación como Estado Mexicano, no había más homenaje, mayor fiesta que darles la nacionalidad mexicana a nuestros hijos de mexicanos nacidos de padres mexicanos. 

 

Yo quisiera dejarles hasta aquí, porque estamos con Tonatiuh, que es un gran investigador y experto en esta cuestión transterritorial. A Gastón Melo, presidente del Instituto de la Mexicanidad. A Carlos Obrador, cónsul de México en Filadelfia. A Édgar Vielma Orozco, director General de Estadísticas Sociodemográficas en México. Sé que están muchos cónsules aquí reunidos en esta sesión. 

 

Quiero decirles algo, mis queridos cónsules: 

 

De ustedes depende; de ustedes depende que esta publicidad de la nacionalidad mexicana se dé en las comunidades mexicanas en el extranjero. 

 

Les voy a decir por qué: Porque todavía hace unos días, hace un par de días, tuve la queja de una persona que le exigían, en los consulados, imagínense nomás, renunciar a su ciudadanía norteamericana para poder adquirir la nacionalidad mexicana. O más bien, ya la tenía, para hacer su trámite, porque la nacionalidad mexicana la tiene desde la Constitución misma; la Constitución ya se la dio. 

 

Y la tramitología del acta de nacimiento, del pasaporte, es simplemente formal. La esencia y la materia de la Reforma, es que ya constitucionalmente se les reconozca como mexicanos. 

 

Entonces, ustedes, cónsules, no tienen más que hacer el trámite formal, pero ellos ya son mexicanos. Y no tienen por qué, no tienen por qué, de verdad se los digo, pedirles la renuncia de la nacionalidad mexicana, por ejemplo, cuando adquieren la ciudadanía norteamericana, porque además las nacionalidades son irrenunciables, ¡irrenunciables! 

 

La nacionalidad es un derecho, es un derecho humano, es un derecho a la identidad, a un sentido de pertenencia, un sentido de identificación y de identidad, ¿con quién? Con la Nación. 

 

Entonces, ustedes deben de reconocer la doble nacionalidad, o la triple nacionalidad y solamente checar que formalmente les presenten los documentos del acta de nacimiento de los padres, o, en fin, para que ágilmente, ¡ágilmente!, les den sus documentos formales, que no materiales, porque ya lo material lo dio la Constitución. 

 

Yo no quiero hablar más porque yo sé que aquí hay gente muy experta, muy experimentada. 

 

Pero también decirles a los cónsules que nuestros lazos culturales, nuestro sistema de pertenencia de identidad, a pesar de las fronteras, a pesar de las grandes distancias, en mucho depende de la labor y del trabajo que ustedes, las y los cónsules, que son nuestros representantes de México en el extranjero, hagan esa labor tan importante. 

 

Muchas gracias.