Versión estenográfica de la intervención del presidente de la Mesa Directiva, Gerardo Fernández Noroña, en la reunión informativa con trabajadores del Senado de la República.
SENADOR GERARDO FERNÁNDEZ NOROÑA: Muy buenas tardes.
Compañeras.
Compañeros:
Después de todo lo que han dicho mis compañeros, poco tendría yo que añadir, pero ya ven que me las ingenio.
Entonces, primero, quiero comentar, dijo aquí nuestro compañero.
Bueno, lo dije en tribuna, lo dije más bien desde la Presidencia de la Cámara de Senadores que: “el buen juez, por su casa empieza”. Y esto es justicia, justicia social.
Todos venimos del corazón del pueblo, de ahí surgimos y no debemos nunca traicionar nuestro origen.
Sabemos lo que ustedes son, lo que representan, lo que sufren, lo que luchan, la discriminación que han vivido, y no podíamos menos que dar la mano y reconocer el esfuerzo que ustedes hacen.
Ahora bien, decía el compañero Adán Augusto que no hay que volver atrás; y, sin embargo, sí.
Miren, yo fui diputado la primera vez en 2009, y a mí, hoy tengo sentimientos encontrados porque me pesa algo que quiero compartir:
En 2009 se me acercaron las trabajadoras y trabajadores de limpieza y me dijeron: “diputado, lo único que pedimos es que nos paguen el día de la quincena, el día 15, porque nos pagan el 16, el 17, el 20. El día último, porque nos pagan el 2, el 3, el 4”.
Y yo dije: “¿Cómo? Que les paguen a tiempo. Pues claro que les tienen que pagar a tiempo.
Pero no sólo eso, la Cámara de Diputados debe reconocer que ustedes son trabajadoras, trabajadores de la Cámara de Diputados.
Pero éramos minoría, como aquí lo planteó mi compañera y amiga, la gran gobernadora de Campeche, Layda Sansores.
Y, entonces, gobernaba el PRIAN y les valía madre, la verdad.
Hicimos una lucha durísima y, como resultado, corrieron a 150 trabajadoras y trabajadores.
Y, entonces, yo tomé la oficina del secretario general, que estaba mejor esa oficina que la mía, yo dije, aquí me voy a quedar ya, y dije: “No la voy a soltar hasta que no los reinstalen”.
Y me citaron a la Junta de Coordinación Política y me querían regañar, y yo les dije: “No, desde que se murió mi abuelita a mí nadie me regaña. Allí se ven”. Me salí.
“No, no, no, vamos a resolver”, “No, no, no, pues sí, sí, sí, resuelvan”, ¿no?
Y apenas salí de diputado, los volvieron a correr.
Y esa gente que dio esa lucha, que confió, se quedó fuera.
Hoy, la Cámara de Diputados, en la pasada legislatura, desde la primera del 2018, se reconoció igual que aquí su derecho, y me pesó mucho que quienes iniciaron esa lucha no la recibieran.
Pero llevo en el corazón algo que quiero compartirles. Un día, cuando teníamos tomada la oficina de la Secretaría General, yo les dije, no se desesperen, y una trabajadora me dijo: “No, Noroña, yo ya gané. Yo, siendo mujer, en mi casa me maltrataban, me pegaban, me discriminaban, me decían que no servía para nada, y yo crecí pensando que así era; y esta lucha me ha dado la claridad de que yo soy un ser humano que valgo, que merezco respeto, que debe respetarse mi dignidad como ser humano y hoy yo no me callo nunca más, y con eso he avanzado muchísimo”.
La verdad, yo me acuerdo y se me hace un nudo en la garganta, porque son de las cosas que más valoro yo, que me ha tocado vivir.
Hoy, celebro mucho, qué bueno todos estos salarios, qué bueno todo este reconocimiento, qué bueno que son ya trabajadoras, trabajadores de la Cámara de Senadores, como debe ser; pero, yo quiero cerrar planteando que, así como hoy se expresan esas voces que han estado calladas, así como hoy casi se atropellan para poder decir lo que quieren, lo que piensan, que durante tanto tiempo han callado, tienen que unirse, tienen que ser solidarias, solidarios entre ustedes.
Tienen que alzar la voz, tienen que luchar, tienen que tener en claro que absolutamente nadie puede ni debe pasar por encima de su dignidad como seres humanos.
Que lo que aquí estamos diciendo no es demagogia, no es retórica; efectivamente, sin su trabajo nada funcionaría, y sin el trabajo de las trabajadoras y trabajadores del país y del mundo, nada funcionaría.
Así es que es muy importante este día, es muy importante esta fecha.
Celebro que nos toque a nosotros, después de décadas de lucha, que se corone este acto de justicia.
Ya otros sectores de trabajadoras y trabajadores del Senado dicen: “¿Y nosotros qué?”, a todos y a todas se les va a dar, a responder con justicia, porque, y en el país, y en el país.
Este movimiento no llegó para enriquecerse, no llegó para servirse, llegó para servir al pueblo y representarlo con honor, con principios, con justicia, con seriedad.
Y termino: en México manda el pueblo de México y nadie más. ¡Que se oiga bien y que se oiga lejos!
Porque cada una de ustedes, cada una de las personas que aquí están, por más que se les subestimara, por más que se les discriminara, por más que buscaras hacérseles a un lado, el 2 de junio fueron a votar igual que cualquiera, y el 2 de junio dijeron queremos seguir por el camino que inició el compañero presidente López Obrador.
Y, gracias a eso, hoy, la compañera presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, es la primer mujer en 200 años que encabeza los destinos de la patria.
Así es que los agradecidos somos nosotros. Nosotros les agradecemos su respaldo, su participación, su compromiso y los invitamos a que no dejen de luchar, a que empujen en todos los espacios, en su trabajo, en su casa, en su colonia, en todos los espacios donde se desenvuelvan.
Y bienvenidas, bienvenidos compañeros trabajadores y compañeros trabajadores.
Hoy son parte del Senado de la República.
Siendo las tres de la tarde con cuatro minutos, hacemos la clausura de esta reunión.
¿Antes? Ya iba a hacer la clausura, pero una compañera trabajadora.
UNA TRABAJADORA: Gracias. Buenas tardes a todos.
Yo veo a mis compañeras muy emocionadas. Y yo creo que les damos las gracias por todo esto, por voltearnos a ver, porque de repente nos sentíamos olvidadas y pues muchas gracias por todo esto.
Y, compañeros, esto es un nuevo comienzo, y, los invito: ¡vamos con todo!
UNA TRABAJADORA: Buenas tardes a todos.
Les agradecemos a los senadores y a las senadoras, en especial a la senadora Layda Sansores, que hace mucho tiempo siempre estuvo para todos nosotros. La llevamos en el corazón siempre, a diario.
Y, bueno, me da gusto que todos estén contentos y que, como ella dice, estos nuevos senadores ya no son como los pasados, que nos acercábamos junto a ellos y nos aventaban a los de Resguardo. Ya no. Ya son diferentes.
Se los agradecemos.
Senador Noroña, senador Lima, muchas gracias a todos los aquí presentes.
Muchas gracias.
TODOS: ¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo! ¡Sí se pudo!
SENADOR GERARDO FERNÁNDEZ NOROÑA: No hay nada qué agradecer.
Y lo de la fiesta, pues esto es fiesta y no chingaderas, la verdad.
Así es que, siendo las tres de la tarde con seis…
Sí. este es un gran momento; claro, claro. Sí, hubo gente que perdió la vida en el camino. No hay nada qué agradecer.
Siendo las tres de la tarde con seis minutos del 11 de diciembre, damos por clausurada esta fiesta de justicia social para las trabajadoras y trabajadores de limpieza del Senado de la República.
Un abrazo, compañeros y compañeras.