Versión estenográfica del Informe de Actividades Legislativas de la senadora Ana Lilia Rivera Rivera, presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, durante el Tercer Año de Ejercicio de la LXV Legislatura
SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: Muy buenas tardes a todas y todos.
Todo pasa y todo queda, porque lo nuestro es andar, andar haciendo camino, el camino que se hace al andar.
Esta Legislatura, la Sexagésima Cuarta y la Sexagésima Quinta que conmigo culmina, ha hecho el camino que otros habrán de caminar; y la que viene tendrá que abrir espacios que profundicen los caminos por los que transite esta nueva Patria que estamos construyendo desde abajo y entre todos.
Es un honor darles una cálida bienvenida en este acto de presentación de mi Informe de Actividades y Resultados en el cierre del Tercer Año de Ejercicio correspondiente a la Sexagésima Quinta Legislatura del Congreso de la Unión, el cual coincide con mi periodo como presidenta del Senado de la República.
Quiero agradecer la presencia de quienes hoy están aquí con nosotras, embajadores y representantes diplomáticos.
Quiero darle la bienvenida al excelentísimo señor Zhang Run, embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República Popular de China en México. Muchas gracias.
Al excelentísimo señor Pankaj Sharma, embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República de la India en México.
Al ministro Mustapha Sadiq, ministro consejero encargado de negocios de la Embajada del Reino de Marruecos en México.
Tenemos invitados especiales, cercanos a este gran proceso que vive nuestra Patria y que han sido y son hoy más que nunca invitados especiales de este sencillo evento.
Le doy la bienvenida con todo mi cariño y mi respeto al doctor Martí Batres Guadarrama, jefe de gobierno de la Ciudad de México.
También quiero darle las gracias por su compañía, por su solidaridad, por su enseñanza a quien considero no solamente un hombre de causas, sino un ser humano extraordinario: al licenciado Jesús Ramírez Cuevas, coordinador general de Comunicación Social y vocero del Gobierno de la República, del Gobierno Federal.
Al maestro Esteban Martínez Mejía, titular de la Unidad de Enlace de la Secretaría de Gobernación, en representación de la secretaria de Gobernación.
A Lupita Cuamatzi Aguayo, diputada del Congreso de Tlaxcala. Bienvenida, querida diputada.
Quiero darle la bienvenida a mi amigo y maestro, al ingeniero Víctor Suárez Carrera, subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria en México. Muchas gracias.
Al doctor Publio Rivera Rivas, director general de Coordinación Política, que viene en representación de nuestra querida compañera, la canciller Alicia Bárcena. Gracias.
Al maestro Cutberto Chávez de la Rosa, dirigente de la Sección 31 del SNTE de Tlaxcala. Del SNTE, gracias.
Dar la bienvenida a mis compañeras, compañeros senadores que hoy están aquí.
Pero quiero hacer una mención, todos somos especiales, pero quiero hacer una mención especial hoy, a la senadora Mónica Fernández Balboa, quien fuera también presidenta del Senado y representante de este nuevo espacio de representación de las mujeres, y a la senadora Olga Sánchez Cordero. Las tres, las presidentas mujeres de este Periodo de la Paridad.
Dar la bienvenida a una gran compañera, Imelda Castro Castro, de Sinaloa. Malú Mícher Camarena, de Guanajuato. Marce Mora Arellano, de la Ciudad de México. María Merced González, senadora del estado de Hidalgo. Patricia Mercado, una gran compañera, senadora de Movimiento Ciudadano, de la Ciudad de México.
A mi querido compañero vicepresidente, al senador Checo Pérez. Compañero de lucha, Gabriel García Hernández. Maestro y amigo, al senador Higinio Martínez. Vicepresidente en la Comisión Permanente y gran compañero, al senador Israel Zamora.
Un gran compañero de fórmula, de lucha, de territorio y de corazón, al senador José Antonio Álvarez Lima, mi querido paisano. A mi paisana, Maura Hernández, senadora de Tlaxcala. Y de Baja California Sur, Ricardo Velázquez, senador muchas gracias.
A todas y todos gracias por estar aquí.
Me honran con su testimonio en esta presentación, pero quiero también agradecer la compañía de las y los tlaxcaltecas, de la gente de mi pueblo, de mi querido estado de Tlaxcala que hoy me acompañan.
A mi familia, a mis amigos, a mis compañeros de lucha. Es un honor poder rendir cuentas directamente ante ustedes; el pueblo al que me debo.
Sean todas y todos bienvenidos a ésta, que es la Casa histórica, la Antigua Casona de Xicohténcatl.
Estimadas, estimados invitados: Con su permiso, hago uso de esta Tribuna por última ocasión en mi calidad de presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República.
Lo hago principalmente con el propósito de dar cumplimiento institucional y republicano a dos principios constitucionales que hoy más que nunca debemos promover quienes representamos a la sociedad.
La transparencia y la rendición de cuentas, la democracia se fundamenta en la representación política que se materializa en los parlamentos.
Para que éstos funcionen adecuadamente, es indispensable aplicar de manera constante los principios de la racionalidad argumentativa y deliberativa.
Esto asegura que la representación política sea genuina y efectiva en un órgano plural como éste, donde se debaten posturas e ideas diversas, todas igualmente válidas, ya que son expresiones de los legítimos representados que están hoy, a partir de los grupos parlamentarios presentes en esta Asamblea.
Con esta idea, como guía, los trabajos de este Tercer Año de Ejercicio se llevaron a cabo en un ambiente de diálogo, entendimiento y respeto, lo que configuró el escenario idóneo para el desarrollo ordenado e institucional de amplias discusiones, debates intensos sobre temas de interés nacional, bajo la premisa de que el respeto al derecho a discernir, pero la decisión de la mayoría son los que habrán de definir una vida democrática ágil, transformadora, y, más que nunca, viva en esta democracia que hoy se siente, se percibe y se vive en todos los espacios de la sociedad, pero sobre todo en la Cámara de Senadores y de Diputados. Es, esta nueva democracia, la que está moviendo a la Patria.
Así, a pesar de nuestras diferencias ideológicas, estoy convencida de que cada senadora y senador es un intérprete de las aspiraciones de nuestros compatriotas y de las necesidades de México.
Por ello, hemos buscado y estoy segura que hemos logrado crear un marco constitucional y legal que contribuya a la construcción de una sociedad más justa e igualitaria en la que todos podamos vivir mejor.
Más allá de nuestras diferencias y de los distintos espacios desde los que luchamos las y los senadores, compartimos un mismo objetivo: El progreso, desarrollo y bienestar de nuestra Patria, aunque ocasionalmente podamos diferir en los medios o procedimientos para alcanzar ese objetivo, nunca diferimos en los propósitos, ni en los ideales que aspiran nuestros esfuerzos. Eso es lo que hace grande a esta Cámara bicentenaria.
No obstante, el contexto en el que nos hemos desarrollado y en el que se han llevado a cabo en este último año, sobre todo nuestra relación parlamentaria muy compleja, se determinó, que los retos económicos, políticos y sociales que vive nuestro país, eran los que debían llamar a culminar en acuerdos, tomando en cuenta que habría temas en los que nunca los podríamos alcanzar, tener la oportunidad de trazar una ruta que nos permitiera en qué sí podíamos, y eso nos permitió encontrar el camino a lo posible.
Y por eso este último periodo de la Mesa Directiva fue el más productivo de los seis años, porque encontramos cómo transitar en lo que estábamos de acuerdo y cómo discutir con respeto la diversidad de opiniones en las que no lograríamos acuerdos, pero que en el Pleno se tendrían que plasmar las diferentes formas de pensar, aun cuando los votos no nos dieran las mayorías para temas que quedaron para la siguiente Legislatura, de importancia y de trascendencia nacional.
Como hemos visto, el trabajo legislativo de este año ha sido particularmente productivo, por ello es imposible dar cuenta en este espacio de una revisión detallada de los grandes productos logrados.
Sin embargo, no puedo dejar de reiterar la importancia de asuntos significativos, como las reformas constitucionales y legales, que inciden directamente en la vida de nuestro país, fortaleciendo nuestras instituciones, promoviendo la justicia social y garantizando derechos fundamentales.
Aprobamos reformas a la Constitución, que reflejan nuestra voluntad de adaptar al marco jurídico de la nación las realidades actuales.
Tal es el caso de la modificación del artículo 65, que armoniza los periodos de sesiones ordinarias del Congreso de la Unión y la reforma constitucional para garantizar derechos, prestaciones, rango y antigüedad del personal de las policías militar y naval asignado a la Guardia Nacional.
Se promulgaron leyes de nueva creación, entre las que destaca la Ley General de Alimentación Adecuada y Sostenible, de la cual fui redactora e impulsora.
Esta nueva Ley representa un paso decisivo hacia la garantía del derecho a una alimentación sana, suficiente y de calidad para todas y todos los mexicanos, mostrando cómo las leyes pueden transformar realidades y asegurar un futuro mejor para las personas.
Esta Ley en México, también representa un hito a nivel mundial. Por primera vez tenemos una ley reglamentaria del derecho constitucional a una alimentación sana.
Otra legislación relevante es la Ley General de Mecanismos Alternativos de Solución de Controversias, que fortalece el sistema de justicia en México y ofrece nuevas vías para la resolución pacífica y efectiva de conflictos.
Esta Ley no sólo alivia la carga sobre los tribunales, sino que también empoderan a la ciudadanía a proporcionar herramientas legales para resolver sus diferencias de manera más rápida y menos costosa.
Durante este año, se aprobaron 233 modificaciones a diversas leyes, lo que refleja el firme compromiso del Senado con la modernización continua del marco legal de nuestro país.
Estas reformas abarcan una amplia gama de temas esenciales para el bienestar y desarrollo de la sociedad mexicana.
Por mencionar solo algunos, en materia de igualdad de género hemos incluido disposiciones clave para garantizar la igualdad salarial y la eliminación de la violencia de género, reafirmando el compromiso con la equidad y la justicia en todos los ámbitos de la vida social y laboral.
Asimismo, se han implementado mejoras significativas en las condiciones de trabajo del campo, un sector vital para la economía y la seguridad alimentaria de nuestra nación, asegurando mayores derechos y oportunidades para quienes laboran la tierra.
También se ha dado un paso importante hacia la inserción de comunidades indígenas y afromexicanas en actividades productivas, promoviendo su inclusión económica y social.
En el ámbito educativo, se aprobó un descuento en el servicio de autotransporte para estudiantes, facilitando su acceso a la educación.
Otros temas legislativos destacados, incluyen la protección y promoción de los derechos culturales de las personas adultas mayores, asegurando que disfruten una vida plena y con acceso a la cultura.
Además, se ha establecido un periodo único, un precio único, perdón, para el libro electrónico, democratizando el acceso al conocimiento, y se ha eliminado la restricción para la pensión de hijos adoptados, garantizando la equidad de los derechos familiares.
En el ámbito de vivienda, se aprobaron medidas para que las personas trabajadoras independientes puedan acceder a una vivienda digna, a través del aseguramiento voluntario.
Y también se implementaron medidas para proteger los derechos de niñas, niños y adolescentes al contraer matrimonio, salvaguardando su bienestar.
La legislación también avanzó en la actualización de la tabla de enfermedades de trabajo, reflejando los cambios en las condiciones laborales y las necesidades de salud de la población trabajadora.
Además, se implementaron acciones afirmativas para asegurar la participación de los jóvenes en la sociedad.
En cuanto al respeto y cuidado de animales, legislamos para garantizar su atención médica preventiva, mostrando un avance en la conciencia sobre el bienestar animal.
Asimismo, se reforzaron los derechos humanos de las personas migrantes asegurando un trato digno y respetuoso.
Estas reformas no sólo modernizan nuestro marco legal, sino que también reflejan una visión inclusiva y progresista, que coloca al ser humano en el centro de las políticas públicas, buscando siempre el bienestar y la justicia para todas y todos los mexicanos en igualdad, sin discriminación.
Por otro lado, en el ámbito de las facultades exclusivas del Senado en materia de Política Exterior, se fortalecieron las relaciones bilaterales y multilaterales de México a través de la ratificación de importantes instrumentos internacionales y la recepción de dignatarios de diversas naciones.
Este año, el Senado ratificó acuerdos que refuerzan nuestra cooperación en áreas clave como el comercio, la seguridad y los derechos humanos.
Recibimos la visita de líderes parlamentarios de diversas regiones del mundo. Y en mi carácter de Presidenta de la Cámara, procuré la ampliación de nuestras relaciones diplomáticas ante las principales instancias parlamentarias del mundo.
Todo ello, permitió el intercambio de ideas y la adaptación de mejores prácticas, que enriquecen nuestra labor legislativa.
Particularmente significativa fue nuestra participación en foros internacionales dedicados a la lucha contra el cambio climático y la protección de los derechos humanos.
México reiteró su compromiso con la Agenda 20-30 para el Desarrollo Sostenible y el Senado jugó un papel crucial en la alineación de nuestras políticas nacionales con los objetivos globales.
La ratificación de acuerdos internacionales en materia de protección ambiental y derechos de los pueblos indígenas, es testimonio de nuestra voluntad de contribuir activamente a la solución de los problemas que enfrenta la humanidad.
Además, el Senado ratificó 25 nombramientos de personal diplomático, incluidos una Secretaría de Relaciones Exteriores, tres empleados superiores y 21 embajadores y cónsules, fortaleciendo así la representación de México en el extranjero y asegurando la continuidad de una política exterior activa y respetada.
El Senado también desempeñó un papel fundamental en la ratificación y aprobación de importantes nombramientos.
Se atendieron 492 nombramientos, incluidos ascensos militares y navales, personal jurisdiccional de órganos autónomos y administrativos.
Estos nombramientos reflejan la función esencial del Senado, la conformación y fortalecimiento de las instituciones clave del Estado Mexicano, asegurando, que las personas más capacitadas y comprometidas ocupen los cargos más relevantes para el desarrollo y estabilidad de nuestro país.
Por otro lado, el buen funcionamiento del Senado depende en gran medida de la eficiencia y transparencia en su gestión administrativa.
Este año hemos redoblado esfuerzos para garantizar que nuestras actividades se realicen con la máxima transparencia y responsabilidad.
Hemos cumplido con todas nuestras obligaciones en materia de rendición de cuentas, asegurando que cada peso del presupuesto asignado se utilice de manera eficiente y racional.
Asimismo, el Senado ha avanzado en la creación de un ambiente laboral inclusivo y respetuoso, donde se reconoce y valora la diversidad.
Las capacitaciones a las personas servidoras públicas en temas de igualdad de género y derechos humanos, han sido fundamentales para lograr estos objetivos.
Además, de nuestras funciones legislativas y administrativas, la Mesa Directiva ha organizado una serie de eventos que han contribuido a fortalecer el sentido de comunidad y pertenencia en el Senado.
Estos eventos han incluido, conmemoraciones históricas, reconocimientos a personalidades destacadas y la promoción de actividades culturales que reflejan la rica diversidad de nuestra Nación.
Al respecto, uno de los logros más significativos para mí, como la primera persona tlaxcalteca en presidir la Cámara Alta del Congreso de la Unión, fue lograr el primer reconocimiento a un personaje de mi Estado en el Muro de Honor de esta gran institución.
La inscripción en letras doradas: “Xicohténcatl, guerrero tlaxcalteca indómito”. No sólo simboliza una lección y un mensaje de reivindicación para la historia de México, es también un testimonio de mi profundo, profundo orgullo y amor por mi raza, por mis raíces y por el pueblo al que me debo y al que todo le debo.
Otra de las acciones más destacadas de esta Presidencia, fue el conmemorar dos hitos históricos de suma importancia para nuestra institución: El bicentenario de la fundación del Senado de la República, y el sesquicentenario de su restauración.
Estos eventos no sólo nos recuerdan la rica tradición parlamentaria de nuestro país, sino que, también reafirman nuestro compromiso con la democracia y la representación política.
Por ello, este año la Mesa Directiva aprobó la creación de una Comisión Especial para conmemorar dichos acontecimientos a través de diversas actividades y ceremonias que hemos honrado de esta manera la historia a lo largo de 200 años, que han contribuido al fortalecimiento de nuestra Nación desde esta Cámara.
Estos festejos han sido una oportunidad para reflexionar sobre el camino recorrido y renovar nuestro compromiso de seguir construyendo un México más justo, más libre, igualitario e incluyente con el Pacto Federal.
Desde luego, todas las acciones enunciadas hasta ahora, no hubieran sido posible sin el compromiso, la visión y oficio político de los coordinadores de los grupos parlamentarios, que constituyen la base de la organización política de esta Casa del Pacto Federal.
Por ello, expreso mi respeto y reconocimiento a los liderazgos de los senadores y senadoras: Ricardo Monreal Ávila, Julen Rementería del Puerto, Manuel Añorve Baños, Clemente Castañeda, Raúl Bolaños Cacho, Geovanna Bañuelos, Sasil de León y Miguel Ángel Mancera, quienes, como coordinadores de las fuerzas públicas representadas en este parlamento, demostraron su capacidad para construir puentes de diálogo; su experiencia y visión fundamentales para enriquecer los debates y aportar soluciones concretas en nuestro quehacer y desafío legislativo.
Gracias a esto, se hicieron posibles muchos de los acuerdos en esta labor.
Por otro lado, durante el año legislativo que concluye, mantuvimos una relación cordial e institucional, basada en el estricto respeto a la división de poderes con todas las instituciones nacionales.
En particular, destacamos nuestra colaboración con la Cámara de Diputados, con cuyos miembros de su órgano de gobierno logramos importantes acuerdos para hacer más eficiente nuestro trabajo conjunto.
También establecimos vínculos constructivos con el Poder Ejecutivo, el Poder Judicial, los Congresos Locales y las entidades federativas.
Además, trabajamos de manera cercana con los organismos constitucionales autónomos, los representantes de los tres órdenes de Gobierno, así como con la ciudadanía y la sociedad civil organizada.
Finalmente, no puedo omitir señalar que todos los logros de esta gestión no habrían sido posibles sin el respaldo de las y los integrantes de la Mesa Directiva, con quienes he tenido el honor de transitar durante estos 12 meses de responsabilidad, de solidaridad, al presidir este órgano representativo.
Por ello expreso mi más profundo agradecimiento a sus miembros, tanto en su formación actual, como a quienes desempeñaron el cargo a lo largo de este año.
A los vicepresidentes: Checo Pérez Flores, Alejandra Noemí Reynoso, Sylvana Beltrones, Claudia Edith Anaya Mota, Verónica Delgadillo y Noé Castañón.
Y a las y los secretarios, los senadores: Verónica Noemí Camino Farjat, Cora Cecilia Pinedo Alonso, Ricardo Velázquez Meza, Navor Alberto Rojas Mancera, María Guadalupe Saldaña Cisneros, Alejandra Lagunes Soto Ruiz, Elvia Marcela Mora Arellano y Daniel Gutiérrez Castorena, así como Martha Márquez y Claudia Balderas.
Como Mesa Directiva, en la conducción de nuestros debates siempre privilegié criterios democráticos e incluyentes, por difícil que fuera el momento que tuviéramos que enfrentar.
Quienes han presidido la Mesa, como yo, saben lo difícil que es controlar la Mesa Directiva en los momentos de pasión desbordada y, sobre todo, cuando frente se está viviendo un proceso electoral como el que acabamos de vivir.
A pesar de la dificultad, logramos esos espacios de inclusión.
Para ello, construimos acuerdos necesarios que permitieron un desarrollo equitativo, plural y ordenado de las deliberaciones, conforme a nuestras normas y procedimientos internos y con un respeto firme a la libre expresión de las ideas.
Como muestra de ese consenso, destaco los múltiples pronunciamientos emitidos por unanimidad durante este año, sobre temas de trascendencia nacional e internacional.
Por ello, todas y todos, compañeros integrantes de este órgano de gobierno, destaco su profesionalismo, sensibilidad y compromiso social.
Queridos invitados, invitadas, les prometí, el día de mi toma de protesta como presidenta del Senado, que pondría todo mi esfuerzo y todo mi talento para lograr acuerdos que nos permitieran transitar de la mejor manera a todas y todos los grupos parlamentarios.
Fue difícil, pero creo que lo logré.
Puedo afirmar con certeza que cumplí mi palabra.
Esta Presidencia fue para todas y para todos, brindando trato igualitario y consideración a todas y todos.
La toma de decisiones de mi presidencia para la conducción de sesiones plenarias, se basó en el respeto a los principios democráticos, al derecho a discernir y a la libertad de expresión, permitiendo que cada senador y senadora pudieran expresar sus posiciones en esta asamblea.
La aplicación de la Ley y nuestro Reglamento se fundamentó siempre en la prevalencia de los intereses del Senado de la República y el respeto a los derechos de cada legislador y de cada Grupo Parlamentario, asegurando la legalidad, de nuestro pronunciamientos, posturas y actuaciones, sin inclinaciones partidistas ni personales.
La misión de dirigir los trabajos del Senado es un alto honor que requiere un estricto apego a los principios constitucionales vigentes y un debate de calidad que responda a las demandas de la sociedad.
Aunque durante este año logramos un éxito considerable, debemos seguir esforzándonos para que nuestro trabajo se alinee cada vez más con los ideales de las democracias contemporáneas.
Esto implica no sólo mejorar la eficiencia en el ejercicio de nuestras competencias y la eficacia en el desempeño de nuestras facultades de control inter orgánico, sino también, fortalecer nuestra capacidad de interpretar el mandato que nos ha sido conferido.
Es fundamental mantener una disposición constante para alcanzar consensos y construir acuerdos, siempre buscando el beneficio de las mayorías por encima de cualquier otra aspiración.
Para ir cerrando este mensaje: No puedo dejar de agradecer y de reconocer el invaluable apoyo y trabajo de las áreas parlamentarias y administrativas.
De manera especial, reconocer la labor del doctor Arturo Garita, Secretario de Servicios Parlamentarios, y del maestro Mauricio Farah, Director de Servicios Administrativos.
Y de todas y de todos los titulares de las áreas. De las y los coordinadores, directores, subdirectores y jefes de departamento de las áreas de asesores, asesoras, secretarios técnicos, secretarios particulares, auxiliares, administrativos, elementos de seguridad, personal de intendencia.
Y, en general, todos los colaboradores de este Senado de la República, por supuesto incluidos todos los que estuvieron todo el tiempo, a través de los medios de diversos espacios de comunicación, al pendiente del Senado de la República.
Asimismo, quiero, reconocer y agradecer de manera especial el trabajo de todo el equipo técnico y administrativo de la Mesa Directiva.
Agradezco tanto a quienes me han acompañado durante este sexenio, incluso mucho antes de asumir este honor, como aquellos con quienes tuve el placer de colaborar en esta última etapa de mi gestión legislativa.
Sin la dedicación y compromiso de cada uno de ustedes no hubiéramos podido alcanzar estos resultados.
Hoy estoy orgullosa de todo el trabajo que hemos hecho juntas y juntos, porque hemos sabido dejar a un lado lo temporal y suficiente, para hacerlo permanente y lo excelente, a favor de lo que se requiere en esta Institución y en el país.
Compañeras y compañeros senadores:
No existen palabras para describir el privilegio de dirigir y representar la Casa del Pacto Federal.
He puesto el mayor de los empeños para cumplir cabalmente con la encomienda.
Espero sinceramente haberlo logrado. La rectitud y la exigencia de este cargo lo exige.
Este informe no es mío, es de ustedes, que han puesto su capacidad y trabajo para mejorar la vida de las mexicanas, de los mexicanos.
A todas y todos ustedes, puedo ofrecerles mi más sincero agradecimiento, mi corazón también.
La gran oportunidad de haber presidido el Senado de la República, es el privilegio más grande que me ha dado la vida, el que nunca esperé; y la vida me dio, gracias a su confianza. Gracias por su respaldo, por su comprensión y por su paciencia.
En pocos días concluiré este alto encargo. A partir del 1° de septiembre me reincorporaré como una compañera parlamentaria más en un nuevo capítulo de la historia de esta institución.
Asumo el compromiso de seguir luchando con honestidad, congruencia y pasión por dar lo mejor de mí durante la LXVI Legislatura que está por iniciar, con la firme intención de aprovechar todo el conocimiento, la experiencia, que he adquirido durante estos años para ponerla al servicio de mi Patria, de mi pueblo y del gran proyecto de transformación que está en las manos de muchas y muchos mexicanos.
Continuaré siendo una humilde servidora, que defenderá desde su trinchera los intereses de todo el pueblo, pero sobre todo el pueblo de Tlaxcala.
Contribuiré de manera decidida, siempre, a ser útil a esta gran Nación, que es México.
¡Que viva México!
TODOS: ¡Viva!
SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: ¡Que viva el Senado de la República!
TODOS: ¡Viva!
SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: ¡Que viva la democracia!
TODOS: ¡Viva!
SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: Muchas gracias.
MODERADORA: Bien. Señoras y señores:
Con este ánimo de satisfacción, cerrando este ciclo, damos por concluido este Informe de Actividades de la senadora Ana Lilia Rivera Rivera, correspondiente al Tercer Año de Ejercicio de la LXV Legislatura.