Versión estenográfica del mensaje de la senadora Ana Lilia Rivera Rivera, presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, en la muestra cultural “Tlaxcala Eterna”.
Muchas gracias.
Buenos días a todas, a todos.
Quiero, antes que nada, saludar a quienes hoy me acompañan en este presídium.
Me da mucha alegría compartir este día lleno de alegría para mi corazón, con el gran compañero senador José Antonio Álvarez Lima, senador por el estado de Tlaxcala.
Y también recibir con mucha alegría, le dije cuando llegó que mi corazón se llenó de alegría de verla llegar, a la senadora Beatriz Paredes Rangel, también orgullosamente tlaxcalteca.
Hoy tres tlaxcaltecas aquí, rindiéndole tributo a nuestro querido Estado.
Recibo también con mucho cariño a todas y todos ustedes, invitados especiales, compañeros legisladores, queridos y queridas amigas de Tlaxcala y de todo México.
Es un honor para mí darles la bienvenida a esta muestra, que hemos titulado “Tlaxcala Eterna”.
Un acto mediante el cual celebramos la riqueza y diversidad de una de las culturas más vibrantes y antiguas de nuestro país.
A través de una serie de actividades cuidadosamente seleccionadas, tendremos la oportunidad de sumergirnos en las tradiciones, sabores, colores y voces de Tlaxcala, una tierra que ha sabido mantener viva su herencia a lo largo de siglos.
Como hija de esta bendita tierra, del lugar de las tortillas, me llena de orgullo estar aquí hoy compartiendo con ustedes la riqueza cultural de mi tierra natal, una tierra que es inmensa en historia, en tradiciones y en valores.
Traer un pedacito de Tlaxcala al Senado de la República es para mí un privilegio y un deber, porque en cada una de las actividades, en cada uno de los símbolos se refleja la esencia de un pueblo que ha contribuido de manera fundamental a la construcción de nuestra identidad como nación.
Este orgullo no sólo personal, sino que lo comparto con cada uno de los tlaxcaltecas que, con su esfuerzo diario, mantienen viva la esencia de nuestro pueblo.
Hoy más que nunca me siento profundamente orgullosa de mis raíces y de poder compartirlas con ustedes.
Comenzamos este recorrido con una muestra de personajes y vestimentas, una ventana al pasado y presente de Tlaxcala.
Aquí podemos admirar los atuendos tradicionales que han sido símbolo de identidad y resistencia.
Cada prenda cuenta una historia, cada detalle bordado es un testimonio de sabiduría ancestral que sigue viva en las manos de los artesanos Tlaxcaltecas.
Los personajes históricos y legendarios que hoy revivimos, nos recuerdan la valentía y el espíritu indomable que ha caracterizado a este pueblo.
Después, nuestros sentidos se deleitarán con la degustación gastronómica, un banquete para el alma y el paladar.
Tlaxcala es conocida por su rica gastronomía que fusiona ingredientes autóctonos con técnicas milenarias, desde el maíz, la base de nuestra alimentación, hasta los platillos más elaborados.
Esta degustación es una celebración de la vida y de las raíces profundas que compartimos como mexicanos.
Continuaremos con la representación de Matlalcueyetl, la deidad prehispánica del agua.
A través de esta representación, nos conectaremos con la cosmovisión tlaxcalteca, que ha sabido honrar a la naturaleza y sus ciclos con un profundo respeto.
Matlalcueyetl no sólo es un símbolo religioso, sino una manifestación de la relación armoniosa de los tlaxcaltecas con su entorno.
A continuación, también seremos transportados al pasado con la representación del mercado de Ocotelulco, uno de los más importantes de la época prehispánica; uno de los más antiguos, si no es que el más antiguo de nuestro país, pues este se sigue estableciendo en el mismo lugar que desde hace más de 500 años.
Era un punto de encuentro para comerciantes de todo Mesoamérica.
En esta representación veremos cómo el trueque y el comercio no sólo fueron medios de subsistencia sino también vehículos de intercambio cultural y de ideas.
Los portales decorativos que adornan este recinto, son una muestra del ingenio y la creatividad de los tlaxcaltecas; cada portal con sus colores y formas, nos invita a cruzar un umbral hacia un mundo lleno de simbolismo y tradición.
Son el reflejo de una cultura que, lejos de estancarse, sigue evolucionando y adaptándose a los tiempos modernos sin perder su esencia.
Finalmente, el tapete colorido de agua y fuego, este que vemos aquí abajo, simboliza la dualidad que permea la cosmovisión tlaxcalteca: El agua, fuente de vida; y el fuego, símbolo de transformación.
Este tapete, hecho con esmero y dedicación, nos recuerda que la vida es un ciclo continuo de creación y destrucción, donde cada elemento tiene su lugar y su propósito.
Además de estas maravillosas actividades, quisiera destacar un momento particularmente significativo que tendrá lugar el día de mañana: la Ceremonia Solemne en honor a Xicohténcatl Axayacatzin, este ilustre líder tlaxcalteca cuya valentía y sabiduría han dejado una huella indeleble en la historia de México.
Será homenajeado con la inscripción de su nombre en el Muro de Honor del Senado.
Con este acto, reconocemos su legado y reafirmamos nuestro compromiso de honrar a quienes con su vida y ejemplo han contribuido a forjar la identidad de nuestra nación.
Antes de concluir, quisiera dedicar un momento especial para reconocer a todas las personas que han hecho posible esta extraordinaria muestra cultural.
A las y los artistas, cocineros, artesanos, historiadores y a todas las personas que con su talento, dedicación y amor por Tlaxcala, han contribuido a que hoy podamos disfrutar de esta celebración de nuestra cultura.
Cada pieza de arte, platillo y detalle de esa muestra, es el resultado del arduo trabajo de quienes con sus manos y creatividad mantienen viva la esencia de nuestro pueblo.
Ustedes son guardianes de nuestras tradiciones, los que con su esfuerzo cotidiano aseguran que las futuras generaciones sigan conociendo y valorando la riqueza de Tlaxcala.
Sin su labor incansable, esta muestra no sería posible.
Ustedes son los verdaderos protagonistas de Tlaxcala Eterna, y es gracias a su dedicación que hoy podemos sentirnos más conectados que nunca con nuestras raíces y más orgullosos que nunca con nuestra identidad.
Desde el fondo de mi corazón y, en nombre de todos los aquí presentes, les doy gracias a todas y todos ustedes, queridos amigos, amigas tlaxcaltecas, que hoy se vinieron desde la madrugada para estar aquí y compartirnos sus saberes.
Queridas y queridos todos:
Tlaxcala es eterna, porque su cultura, sus tradiciones y su gente siguen siendo un faro de identidad y de orgullo para todos los mexicanos.
Esta eternidad no se mide en años o en siglos, sino en la persistencia de un espíritu que ha sabido sobreponerse a los desafíos y mantenerse fiel a sus convicciones.
Cada uno de los elementos que forman esta muestra cultural, es un reflejo de esa grandeza eterna.
Desde los personajes históricos que nos inspiran con sus hazañas, hasta las vestimentas tradicionales que hoy portan con orgullo estos colores y símbolos de nuestro pasado.
Todo en Tlaxcala habla de una identidad que no se doblega.
Esta eternidad se manifiesta en la capacidad de su gente para adaptarse sin perder de vista sus raíces.
Tlaxcala ha sabido evolucionar con el tiempo, integrando lo nuevo sin renunciar a lo que lo define.
En cada fiesta, en cada rito, en cada platillo, podemos sentir el latido de la tierra que se niega a ser olvidada, que sigue vibrando con la misma fuerza de sus ancestros.
Que esta muestra cultural nos inspire a valorar y preservar la riqueza que heredamos, y a seguir construyendo un México en el que todas nuestras voces y colores tengan un lugar.
En un país tan diverso como el nuestro, es esencial recordar que nuestra fortaleza radica precisamente en esa diversidad. Nuestra resistencia es la que nos hace permear y mantener una raíz tan profunda.
Tlaxcala con su historia y su cultura, es un testimonio viviente de la importancia de mantener viva la memoria de nuestros pueblos originarios, de honrar sus contribuciones, de garantizar que sus tradiciones sigan vivas y sigan siendo parte de nuestra identidad nacional.
Muchas gracias, queridos compañeros, por esta celebración de Tlaxcala.
Que disfruten de esta maravillosa muestra cultural.
Y, antes de concluir, le quiero pedir a mi equipo me entregue la lista de los dioses y diosas, y de los héroes y heroínas de Tlaxcala que están aquí, para que pueda yo dar lectura a ellos y presentárselos.
Quiero pedirle a quienes los representan, levanten las manos para que quienes están aquí puedan identificar quiénes son ustedes.
Quiero presentar a la diosa Coatlicue.
A Huehueteotl;
A Mayahuel;
A Toci;
A Tlaloc;
A Mexicatzin;
A Citlalpopócatl;
A Xochiquetzal;
A Tlahuexolotzin;
A Xicohténcatl;
A Xicohténcatl joven;
A Xicohténcatl viejo;
A nuestro dios principal, Camaxtli;
A Ximetecuatli.
Y, por supuesto, recibir con todo el cariño que Tlaxcala le tiene a Tlahuicole; a la Malinche.
Quiero decirles, amigas, amigos, que este día lo esperé con mucha ilusión, porque el estado de Tlaxcala es un estado que necesita salir de la oscuridad histórica en la que la narrativa de la alianza con España, sobre todo después de la Independencia y en la construcción de la República nos sometió.
Tlaxcala es un pueblo extraordinario, trabajador; tiene hasta cuatro jornadas de trabajo al día.
Nosotros tenemos una montaña maravillosa, la Matlalcueyetl, que es el símbolo de nuestra resistencia.
Nosotros queremos la reivindicación y necesitamos el reconocimiento para volver a caminar con dignidad, construyendo y reconstruyendo la grandeza del pueblo de Tlaxcala.
No me podía yo despedir de esta oportunidad histórica que un tlaxcalteca haya presidido el Senado de la República por primera vez en 200 años sin rendirle tributo y culto a mi tierra, a mis raíces, a mi cultura, a mi pasado indomable y libre.
Porque Tlaxcala, si algo tiene que heredarle a México y al mundo, es el espíritu indomable en la lucha por su libertad.
¡Que viva el pueblo de Tlaxcala!
¡Que viva la historia de Tlaxcala!
¡Y que viva la grandeza de este maravilloso pueblo resistente!
¡Perpetua eternidad a la historia de mi pueblo!