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Versión estenográfica del mensaje de la senadora Ana Lilia Rivera Rivera, presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, en la Sesión Solemne con motivo del cierre de los trabajos ordinarios de la LXIV y LXV Legislaturas.

 

 

Distinguidas senadoras, senadores.

 

Pueblo de México.

 

Quiero que mis primeras palabras en este día de gratitud, aunque ser senadora o senador es un cargo unipersonal en la realidad, todo lo que ocurre al interior de la Cámara es el resultado de una compleja labor colectiva en la que converge una suma de conocimiento técnico, oficio político y compromiso institucional.

 

Por eso, quiero agradecer sentidamente a cada una de las personas que con su trabajo hacen posible el caminar del Senado de la República.

 

Agradezco de manera muy especial a los secretarios generales de Servicios Administrativos y Parlamentarios; a todo el personal adscrito a sus áreas.

 

De igual manera, agradezco a los integrantes y cuerpos técnicos de la Junta de Coordinación Política, de la Mesa Directiva, del Instituto Belisario Domínguez, del Centro de Estudios Internacionales Gilberto Bosques, del Centro de Capacitación y Formación Permanente, de la Unidad de Género; así como al personal de la Coordinación de Comunicación Social y del Canal del Congreso; haciendo y reiterando un reconocimiento público a todos los medios de comunicación, a los que conocemos como “la fuente”, que con mucho esfuerzo durante muchos años, nos han ayudado a difundir la información del Senado.

 

A las y los secretarios técnicos, asesores, personal de apoyo legislativo de los Grupos Parlamentarios, Comisiones y oficinas de senadoras y senadores.

 

De manera muy especial, a las y los trabajadores de limpieza, mantenimiento, Protección Civil y Resguardo, por ser el pilar fundamental de esta Cámara. A todas las que todos los días de sesiones, con su labor limpian la Tribuna, desde COVID y hasta ahora, para seguir haciendo de este espacio, un espacio seguro de trabajo, a costa de su propia salud.

 

Particularmente reconozco la labor de las y los coordinadores de los Grupos Parlamentarios que representan a las distintas fuerzas políticas que convergen en este órgano plural.

 

Reconocer al senador Ricardo Monreal Ávila, coordinador del Grupo Parlamentario de Morena.

 

Al senador Julen Rementería del Puerto, coordinador del Grupo Parlamentario del Partido Acción Nacional.

 

Al senador Manuel Añorve Baños, coordinador del Grupo Parlamentario del Partido Revolucionario Institucional.

 

Al senador Clemente Castañeda, coordinador del Grupo Parlamentario de Movimiento Ciudadano.

 

Senador Raúl Bolaños Cacho Cué, coordinador del Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México.

 

A la senadora Geovanna Bañuelos, coordinadora del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo.

 

Senadora Sasil de León, coordinadora del Grupo Parlamentario de Encuentro Social.

 

Y al senador Miguel Ángel Mancera Espinosa, coordinador del Grupo Parlamentario de la Revolución Democrática.

 

Pero también expreso mi reconocimiento por su aportación, de las y los senadores sin grupo parlamentario.

 

Sin la extraordinaria capacidad y voluntad de construir acuerdos, de cada una de ustedes, los trabajos realizados durante este Sexenio simplemente no hubieran sido posibles.

 

En suma, reconozco y agradezco a todas y todos los servidores públicos del Senado de la República por su entrega hacia la institución, que se refleja todos los días el amor, el cariño que tienen sobre todo, los que no son transitorios, como nosotros, y depende de ello en todo momento la estabilidad institucional del Senado de la República.

 

Es un honor dirigirme a ustedes en este día histórico, en el que cerramos un capítulo más de la historia legislativa de nuestra nación, que coincide además con una fecha memorable: el Bicentenario de la Instauración del Senado de la República y el Sesquicentenario de su Restauración.

 

En los últimos años, enfrentamos retos inimaginables, incluida una de las emergencias sanitarias más dolorosas y desconcertantes de la historia moderna. Sin embargo, en medio de la adversidad esta Cámara demostró su compromiso inquebrantable con la patria y con el bienestar de quienes representamos; pues a pesar de la pandemia no descansamos y todos mantuvimos nuestro trabajo al frente de la nación, con todos los demás Poderes de la Unión.  

 

Y lo hicimos, porque todas y todos aquí convenimos que el mandato de la representación no sólo es irrenunciable, sino también una labor que exige firmeza en la determinación de cumplir con esta tarea que nos llena de toda dignidad y entrega, merecida para ciudadanas y ciudadanos a los que representamos y merecen de nosotros lo mejor.

 

Por esa convicción a lo largo de la LXIV y LXV Legislaturas, aprobamos reformas fundamentales que han fortalecido nuestras instituciones, protegiendo los derechos de las personas y promovido el desarrollo económico y social del país.

 

De septiembre de 2018 a la fecha quiero, para sentir orgullo de lo que hemos hecho, nada más que conozcamos esta numeralia:

 

Realizamos 415 Sesiones Plenarias; 341 Ordinarias; 43 Solemnes; 16 Periodos Extraordinarios; 15 Congresos Generales.

 

Asuntos aprobados: aprobamos mil 166 reformas, de las cuales 24 fueron publicadas en el Diario Oficial de la Federación; 13 remitidos a la Cámara de Diputados y 2 devueltos a la Cámara de Diputados en materia constitucional.

 

Leyes de nueva creación: 47. Reformas a diversos ordenamientos: 877. Otros decretos: 203.

 

Nombramientos, hicimos 2 mil 530. Nombramientos de personal diplomático: 122. Un porcentaje de proyectos aprobados, para que veamos cómo fuimos capaces de construir consensos: el 72 por ciento de este trabajo fue aprobado por unanimidad y sólo el 28 por ciento, fue aprobado por mayoría.

 

Y los acuerdos de la JUCOPO no fueron 490: fueron 542.

 

Vale la pena hacer el reconocimiento a todas y todos por el trabajo realizado.

 

Todo esto es el logro que refleja el enorme nivel de productividad legislativa de todos los Grupos Parlamentarios en el Senado.

 

Pero vale la pena recordar, de cara al pueblo de México, algunos de los resultados que nacieron gracias a la altura de miras de quienes integramos esta Cámara.

 

Grandes reformas, como la creación de la Guardia Nacional y la elevación a rango constitucional de los programas sociales y las becas para estudiantes.

 

Asimismo, promovimos la figura de la revocación de mandato, la consulta popular y aprobamos modificaciones al fuero constitucional de la persona en el Poder Ejecutivo.

 

Abrogamos la reforma punitiva de 213 en materia educativa y aprobamos una nueva, que abraza el humanismo y el respeto a la labor docente como principios cardinales.

 

Por otro lado, este fue el Senado que impulsó la paridad en todos los órganos y niveles de Gobierno; las vacaciones dignas, una reforma histórica al sistema de pensiones; la regulación de la subcontratación laboral; la cobertura a la seguridad social a personas trabajadoras del hogar; la protección de la patería tradicional y los derechos laborales de las personas trabajadoras del campo; así como reformas en materias tan diversas como imprescriptibilidad del ejercicio de acción penal y de sanciones de los delitos sexuales cometidos en contra de niñas, niños y adolescentes, lo que establece una edad mínima para ocupar un cargo público y le da hoy especial atención a la representación de los jóvenes en los Congresos y la que se ocupa de garantizar la pensión alimenticia.

 

Juntas y juntos construimos y aprobamos nuevas leyes, como:

 

La Ley General de Alimentación Adecuada y Sostenible. La Ley General para la Detección Oportuna de Cáncer en la Infancia y la Adolescencia. La Ley General en Materia de Humanidades, Ciencia, Tecnologías e Innovación. La Ley Federal de Fomento y Protección al Maíz Nativo. La Ley de Fomento a la Confianza Ciudadana. La Ley para la Transparencia, Prevención y Combate de prácticas indebidas en materia de contratación de publicidad. La Ley Federal de Remuneraciones de los Servidores Públicos. La Ley Federal de Austeridad Republicana. La Ley Nacional de Extinción de Dominio.

 

La Ley General de Movilidad y Seguridad Vial. La Ley Federal de Protección de Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas. La Ley Nacional de Uso de la Fuerza. El Código Nacional de Procedimientos Civiles y Familiares, al que no se tocaba desde hace más de 50 años. La Ley General de Mecanismos Alternativos de Solución de Controversias, entre muchas, muchas más.

 

En materia internacional, el ejercicio de la facultad constitucional del Senado de la República, nuestra Cámara actuó como un órgano de voz potente, enriqueciendo sus trabajos con la pluralidad de visiones y aportes de las distintas fuerzas políticas representadas.

 

Nos empeñamos en honrar la tradición diplomática de México, promover la paz, la justicia social y el respeto al derecho internacional. Además, reconociendo la política exterior como crucial para el desarrollo nacional; adoptamos una estrategia dinámica, feminista y orientada a la defensa del interés nacional, la no intervención y la cooperación para el desarrollo.

 

En un contexto internacional complejo, este Senado apostó por una diplomacia parlamentaria innovadora, capaz de abordar desafíos como la rivalidad entre naciones y el cambio climático.

 

A través de diversos pronunciamientos conjuntos, condenamos el uso de la fuerza en las relaciones internacionales; defendimos nuestra soberanía nacional; instamos al respeto del derecho internacional, al reconocimiento de la vía diplomática como la única opción legítima de mantener la paz entre las naciones e instamos a la protección de derechos humanos, por encima de cualquier interés.

 

De cara al pueblo de México, puedo decir con orgullo que nuestros esfuerzos colectivos en la arena internacional, reflejan la fortaleza de nuestro compromiso con la paz, la justicia y la cooperación mundial.

 

Quiero agradecer a cada una, a cada uno de ustedes, senadoras, senadores, por su incansable labor y su inquebrantable dedicación a fortalecer el papel del Senado de la República como un acto responsable y proactivo para conseguir el multilateralismo que fortalece la acción coordinada y cotidiana en momentos de emergencia de México y el mundo bajo una visión humanitaria, afectiva y transparente, con base en nuestros principios constitucionales.

 

Senadoras y senadores:

 

Todo este trabajo lo hicimos conjuntamente, cruzando líneas partidistas en áreas del bien común y del progreso de nuestro país.

 

El filósofo estadounidense ‘Philip Haly’, al reflexionar sobre la agitación mundial, escribe: que cada uno de nosotros vivimos en el ojo del huracán.

 

“El poder destructivo y cruel del mundo, tanto de la naturaleza como de nuestros semejantes, siempre está cerca, arremolinándose a nuestro alrededor, pero en el centro, en el ojo del huracán, puede haber calma y puede haber paz si nos empeñamos en que nuestro trabajo individual y colectivo sea hacer lo mejor que podamos para ampliar los límites del ojo de esa tormenta y así expandir la calma, ensanchar lo razonable y lo bueno de lo que puede ser capaz el ser humano para mejorar el mundo en que vivimos”.

 

Si miramos el trabajo que hemos construido, podemos constatar que la mayoría de las veces logramos domar nuestras tormentas, y a pesar de los desacuerdos, hicimos del Senado de la República un lugar donde se materializaron muchas esperanzas, comunes, sueños comunes, y sobre todo deseos de que el nuestro, nuestro México querido, sea un digno país al que le debemos mejores momentos.

 

Hemos tenido el inmenso privilegio de transformar nuestras palabras en hechos.

 

Que esto sirva para que después de este momento, para cuando salgamos del Senado, seamos mejores personas.

 

Como Presidenta del Senado, les he invitado a usar con templanza y con apasionamiento nuestra voz, siempre con el respeto que merece esta alta Tribuna.

 

Lo hemos hecho muchas veces y creemos que el debate de altura política, es el que sirve a las sociedades democráticas.

 

Debatir desde la moderación, desde el respeto a la opinión contraria, desde la razón y la argumentación como la más poderosa herramienta de lucha contra los males que tanto debilitan las democracias, como son la desinformación, la desafección, pero sobre todo los discursos de odio.

 

Asumir este encargo me hizo comprometerme con todos ustedes moral, jurídica y políticamente, hacer del Senado un espacio donde la pluralidad coexiste en el diálogo y la búsqueda del consenso.

 

Parece difícil, pero no es imposible, y muchas veces lo logramos. Facilitar este diálogo, crear un ambiente propicio para el debate abierto, no sólo por una razón de dignidad en la propia Cámara, sino principalmente por la responsabilidad de fortalecer la democracia de nuestro país, que tanto costó conquistar por el bien de nuestro pueblo.

 

Este fue mi ofrecimiento al ser elegida desde hace unos meses, y agradezco el haber contado con su apoyo para hacerlo posible.

 

Desde luego no ha sido una tarea solitaria. Con el apoyo de todos ustedes, pero desde luego con el apoyo de todas y todos los integrantes de la Mesa Directiva, con quien he tenido el honor de trabajar todas, todos, honorables compañeros y compañeras, a la altura, siempre, del trabajo y solidarios.

 

Por otro lado, personalmente ofrezco una disculpa si en ese empeño se presentaron la desmesura o los errores, que son parte de la condición humana.

 

Mi respeto profundamente a todas y todos, y me siento muy honrada por haber concurrido con ustedes en este tiempo.

 

Queridas y queridos compañeros:

 

Al cierre de nuestra convivencia, en este extraordinario lugar, nuevamente quiero expresar mi agradecimiento a todas y a todos ustedes, mis colegas, por su dedicación y compromiso.

 

Unidos en nuestras individualidades y defendiendo con pasión nuestras razones y nuestras trincheras, todas y todos, hemos cumplido con nuestro país, y también hemos cumplido con quienes representamos.

 

Estoy segura que unidos o separados, desde el espacio en que nos encontremos, vamos a seguir trabajando para hacer de nuestro país un lugar mejor para vivir, con un futuro más igualitario, más justo, más sostenible, más inclusivo y más, más feminista, con valor y congruencia.

 

Senadoras y senadores:

 

Preservemos el legado y la responsabilidad que nos han otorgado, allá, donde vayamos.

 

Dejemos un país mucho mejor que el que nos tocó recibir.

 

Muchas gracias.

 

Y, desde aquí, un abrazo a todo nuestro pueblo, que hoy mira cómo termina un episodio de la historia del Senado de la República.

 

Muchas gracias.

 

Y no nos vamos sin agradecer al personal del comedor y de la cafetería, que siempre nos dieron nuestros alimentos.

 

Muchas gracias.

 

Y este aplauso es para todas y todos nosotros. Y que siempre Angélica García, Rafael Moreno, Joel Molina, Radamés Salazar, Faustino López, Juan Pablo Adame y nuestro querido compañero, Armando Guadiana, tengan paz y un descanso eterno, y una memoria de honor para ellos.

 

Muchas gracias.

 

Vamos a entonar nuestro glorioso Himno Nacional.

 

(HIMNO NACIONAL)

 

SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: ¡Viva México!

 

TODOS: ¡Viva!

 

SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: ¡Viva México!

 

TODOS: ¡Viva!

 

SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: ¡Viva México!

 

TODOS: ¡Viva!

 

SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: ¡Viva el Senado de la República!

 

TODOS: ¡Viva!

 

SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: Se levanta la Sesión Solemne.