Versión estenográfica del mensaje de la senadora Ana Lilia Rivera Rivera, presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, en el desayuno con reporteros de la fuente.
Muchas gracias por haber acudido a esta invitación que les hace la Mesa Directiva.
Muchas gracias, mi querido vicepresidente, por acompañarme.
Me da mucho gusto que estemos aquí algunos medios que cubren la fuente del Senado.
Yo sé que es muy temprano; también que hay, creo que un bloqueo.
Yo quería compartir con ustedes los alimentos este día porque sé que ya muchos compañeros de “la fuente” están incorporándose a las campañas políticas y que a muchos ya no los vamos a poder ver estos días, además, nuestro Periodo concluye la próxima semana y si Dios quiere nos vamos a ver hasta el próximo año.
Pues qué mejor manera de terminar este año a través de lo más importante para los seres humanos, que son los alimentos.
Y a partir de esta comida que les traigo con mucho cariño del estado de Tlaxcala, que es lo más típico de la región donde yo he nacido, que es la barbacoa; no sé si a las salsas les pusieron gusanitos. ¿Sí?
Además, quiero decirles que quienes son hoy nuestras cocineras, obtuvieron el Premio Nacional; ellas son campeonas de cocina. Entonces, me da mucho gusto que estén aquí nuestras compañeras porque son muy buenas cocineras.
Les trajimos un poquito de lo que allá comemos y es mi manera de decirles muchas gracias. No por el trabajo que hacen hoy; por el trabajo que han hecho siempre.
Muchas gracias, porque ustedes están ahí llueva, truene, relampaguee, con pandemia y sin pandemia, los medios de comunicación nunca descansan.
Muchas gracias.
Que tengan un año que cierre con las expectativas que ustedes se marcaron. Que Dios les llene de bendiciones, que tengan mucha paz, mucha tranquilidad en sus hogares. Que estos últimos días del año nos sirvan para reflexionar.
Qué mundo nos ha tocado vivir. Que le pidamos a Dios porque estos, parece que, síntomas de violencia que en el mundo han renacido, que sobre todo en Israel y en Palestina llegue la paz, porque de ahí puede detonarse un conflicto que nadie en el mundo quiere.
Que ojalá Rusia y Ucrania pronto lleguen a encontrar el acuerdo que regrese a sus pueblos a vivir en paz y tranquilidad.
Que todos los migrantes que atraviesan nuestro territorio puedan encontrar pronto la libertad en sus pueblos, que les permita tener desarrollo y que no tengan que huir de la violencia y de la pobreza.
Hay tantas cosas por las que estar agradecidos. Nosotros que no estamos en esas condiciones, abonar, desde donde estemos, para que en el mundo la paz y la tranquilidad sea el mínimo derecho que tengamos los seres humanos.
Y decirles muchas gracias. Que Dios los bendiga.
Gracias.
Buen provecho.
Ya, por favor. Yo los invito a que aquí, ¡ah!, porque además les voy a decir -yo hablo, ustedes coman-, en mi pueblo dicen que de la vista nace el amor. Tú ya estás comiendo desde que estás mirando, y calientito.
Yo los invito a que, por favor, pues ya puedan pasar ustedes a consumir sus alimentos. Yo voy a seguir platicando con ustedes.
Gracias.