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Versión estenográfica del mensaje de la senadora Ana Lilia Rivera Rivera, presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, en el Foro “Potencial de la infraestructura verde, retos para transitar al aprovechamiento sustentable de los recursos hídricos en México”. 

Muchas gracias. 

 

Buenos días a todas, a todos; a este panel de invitados y de conocedores de este tema tan importante, tan trascendente para México como para la supervivencia de nuestra especie en el planeta. 

 

Muchas gracias a las senadoras, los senadores, los panelistas. 

 

Pero, sobre todo, agradezco a mi amiga y compañera Nuvia Mayorga Delgado, porque la senadora el día de hoy ha traído al Senado de la República un tema de prioridad, que deberá ser considerado en los meses que nos quedan en esta Legislatura, en el avance de las leyes que tenemos todavía pendientes, y una que es seguramente de la que habrán de nacer políticas y presupuestos necesarios, es la Nueva Ley de Agua que México requiere para garantizar el derecho humano de este vital líquido para todas y todos. 

 

Escuchando a la senadora Nuvia Mayorga, vino a mi mente una claridad de lo que vimos con Otis en Acapulco. Cómo en pocas horas una tormenta tropical se convierte en una de las catástrofes climáticas, efecto del cambio climático, más duras, para entender lo que tenemos que enfrentar las y los seres humanos en el mundo, sobre todo. 

 

¿En qué momento perdimos nuestro contacto con la naturaleza? 

 

¿Cuál es el precio de la civilización consumista en la que estamos viviendo en este momento? 

 

No solamente es el que el destino nos haya alcanzado. Yo recuerdo, hace 50 años, cuando ya había científicos, académicos, que anunciaban que en algún momento el agua potable, el agua dulce sería el líquido por el cual se declararan guerras en el mundo. 

 

Hoy, que el destino nos ha alcanzado, donde vemos por primera vez que en 50 años la sequía que ha afectado, sobre todo del centro hasta el norte de la República, sin una respuesta clara, sin saber los efectos que tendrá en unos meses o en unos años. 

 

¿Cuándo se va a colapsar esta gran ciudad, si no recargamos a tiempo el agua suficiente para garantizar la sostenibilidad del modelo de civilización que hemos construido? 

 

Hoy nos llueve en una noche lo que no nos llueve en un mes, pero el agua pluvial no tiene conductos especiales para que no se mezcle con las aguas residuales.  

 

En algún momento, cuando fui candidata a la presidencia municipal del lugar del que soy originaria, eso fue hace 20 años, yo les plantee que el programa prioritario tenía que ser garantizar recursos vitales para la sobrevivencia de nuestra especie y que empezáramos por el agua; y yo les pedí un proyecto, pedí en un Proyecto General de Gobierno que presenté, que recuperáramos la sanidad de nuestras barrancas. 

 

Yo vivo en un lugar donde el impacto de la escasez de agua es muy grave. Allá nos racionalizaban, en ese tiempo, un día a la semana agua, entonces necesitábamos aprovechar y captar el agua de la lluvia; pero no había una sola barranca limpia, todas eran drenaje, todas son drenaje. 

 

Tlaxcala está en la segunda cuenca más contaminada de México y las empresas siguen contaminando todos los días esas barrancas y esos ríos; porque la corrupción, porque las leyes, porque las autoridades no han hecho lo que les corresponde. 

 

Qué momento tan propicio para estar aquí el día de hoy reunidos en el Senado de la República, para tomar la responsabilidad que nos toca. 

 

Nosotros hacemos leyes, otros se encargarán de ejecutar las políticas públicas emanadas de estas leyes; y otros se encargarán de disponer de los recursos económicos para que estos proyectos sean viables, pero tenemos que empezar por el principio. 

 

Requerimos una nueva Ley de Agua Nacional y que las leyes reglamentarias de ésta, nos lleven a programas de gobierno que tengan la obligación de vincular recursos etiquetados en los municipios, en las entidades y en la Federación, para tomar la responsabilidad de impulsar la infraestructura verde y los desafíos que hoy va a enfrentar para poder, si es que todavía estamos a tiempo, captar el agua necesaria que los mantos freáticos dejaron de recibir durante tantos años. 

 

Ahora éste deja de ser un tema de filantrópicos, éste deja de ser un tema de soñadores; éste se convierte en un tema fundamental de supervivencia humana. 

 

Tenemos que recuperar nuestra armonía con el medio ambiente; tenemos que recuperar el respeto al planeta y tenemos que darle el dinero que requiere. 

 

Porque, además, la infraestructura es vieja, es caduca, es obsoleta y habrá que invertirle millones, millones en infraestructura, para recuperar, para tratar las aguas residuales y para erradicar la terrible corrupción, que es la que ha generado que la infraestructura verde no se haya construido para enfrentar el momento que nos ha tocado. 

 

Y, finalmente, les voy a comentar sobre un tema que tiene que ver, los expertos nos dirán más y espero que las conclusiones nos dejen un gran legado para trabajar sobre legislación, pero, en el lugar donde yo nací tenemos muy poca agua, nuestros suelos son flacos, están desertificados, nos llueve cada vez menos, las heladas llegan tan temprano; y el reto que tenemos en la próxima generación es garantizar comida para millones con menos agua y con menos tierra. 

 

Y, entonces, decidí investigar cómo producían hace más de 500 años alimentos nuestros antepasados, sin infraestructuras, sin fertilizantes, sin semillas tecnológicas, como las tenemos el día de hoy, y encontré un sistema resiliente, que en Tlaxcala y en Hidalgo compartimos. Se llama “metepantle”. 

 

El metepantle es alrededor de las parcelas tener zanjas y sobre las zanjas tener bordos y sobre los bordos tener maguey y tener árboles frutales y tener nopales. 

 

Y, entonces, descubrimos que el maguey evita la erosión, conserva la humedad, filtra el agua a los mantos freáticos; con las púas atrae magnéticamente el agua, pero resulta que el maguey no está en el programa Sembrando Vida. 

 

Sin agua, ¿cuántos árboles van a sobrevivir? 

 

Pero, sin agua, una plantación masiva de maguey, ¿cuántos garantizarían que sobrevivieran? Y no está en el programa. 

 

Pero no sólo eso. El metepantle no tiene investigación científica. 

 

Estamos apenas estudiando para ver si podemos lograr que se declare un sistema resiliente al cambio climático y se le pueda invertir presupuestos en México. 

 

Tenemos tanto que recuperar del conocimiento de nuestros antepasados, pero sobre todo tenemos tanta humidad como seres humanos ante las generaciones a la que les vamos a entregar un planeta contaminado, corrupto, decadente, sin agua, sin comida. 

 

Qué gran reto para quienes hoy nos vienen a decir cómo potenciar la infraestructura verde y los desafíos en el tránsito y en el manejo sustentable de nuestros recursos hídricos en México.  

 

Ojalá y que todavía estemos a tiempo. 

 

Lo que legislativamente tenemos que hacer, lo vamos a hacer. 

 

Quiero decirles que la Ley de Agua que garantiza el derecho humano en México a todas y todos, ha encontrado un freno en grandes intereses económicos que no la han dejado avanzar. Ese es uno de nuestros grandes retos. 

 

Ojalá los senadores que hoy representamos a este país, de todos los grupos parlamentarios, sin simulación, sin hipocresía, dejemos a un lado los intereses económicos que nos financiaron campañas y seamos capaces de enfrentar este reto para el bien de México, sin poner frente de estos intereses los intereses de las minorías, que son quienes tienen hoy la concentración de la mayoría de concesiones de agua dulce en México. 

 

Muchas gracias. 

 

Bienvenidos y bienvenidas.