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Versión estenográfica del mensaje de la senadora Ana Lilia Rivera Rivera, presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, durante su encuentro con integrantes del Consejo de Líderes MX.  

 

INTERVENCIÓN: Primero que nada, agradecerle, senadora, por el reconocimiento, por el espacio, por (inaudible) para todos nosotros, para seguir motivando a nuestra (inaudible) y principalmente el apoyo que se nos está brindando desde aquí, desde el Senado de la República, un apoyo fuerte, un apoyo conciso. 

 

Una mujer, presidenta, una mujer (inaudible). Muchas gracias. 

 

SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: Muchas gracias, (inaudible) …pero ustedes han visto (inaudible). 

 

Eso que ustedes viven es escuela para la población, de la participación. Me imagino que muchas veces ustedes están (inaudible) involucrarse de lleno en los partidos políticos. Deben ser partícipes de las candidaturas y de ocupar espacios. 

 

Entonces, a mí me da mucho gusto (inaudible) conocer a este grupo de jóvenes que vino a abrir el espacio para ustedes, el abrir estos lugares, porque los mismos (inaudible); no sé a qué hora llegaron ustedes, pero aquí, compañeros, abre las puertas el Senado a las 8 de la mañana y a esa hora empiezan. 

 

Ustedes nada más ven en las pantallas a veces, el momento final de la elaboración de una ley; pero la vida en las comisiones es (inaudible) mucho trabajo. Entonces, hay a las 8 de la mañana reuniones de comisiones, (inaudible). 

 

El debate en realidad es en las comisiones. Ya en el Pleno es un debate pactado, tú ya sabes que ese dictamen va a pasar o no va a pasar, porque aquí hay leyes que se votan de manera calificada, otras que requieren solamente mayoría simple. Entonces, es una construcción de acuerdos y el Senado de la República es una escuela de hacer política profesional. 

 

Como todos los personajes que prefieren la descalificación, pues ese es su escenario, dicen que el Pleno es el teatro más caro de la República. Pero no, en realidad los resultados los construyen los que hoy confrontan y yo aprendí aquí en el Senado a ser política profesional. 

 

Llevo 26 años en el movimiento. Hoy se llama Morena, pero es un movimiento que impulsa la (inaudible) de México, el acabar con los fraudes electorales, el que la democracia sea real, que el pueblo decida. Pero el pueblo no puede decidir sin orientación, sin información, sin educación, sin partidos políticos que hagan su trabajo. 

 

Los partidos políticos son instituciones de gobierno público, la ideología es la que identifica a las personas con, para qué lucha un partido. Y entonces tú vas tomando tu afiliación y tu militancia, porque hay una causa y porque hay un programa de trabajo para que esas causas puedan tener derechos y libertades (inaudible) para los ciudadanos. 

 

Tenemos muchos cambios políticos, pero los partidos no hacen su trabajo. Su trabajo es salir a la sociedad, mostrar este quién y cómo (inaudible). Mientras los partidos políticos no tomen su papel en la sociedad, vamos a seguir siendo rehenes de la despensa, de la chamba, del dinero en efectivo por el voto. 

 

Porque los partidos políticos es lo único que han ofrecido. Son instrumentos de control político clientelar; no han querido ser instrumentos del pueblo para poder expresar el gobierno que quieren y desean. Entonces, la democratización de este país es fundamental; no importa si es la izquierda, si es la derecha, todos tenemos que impulsar que la gente haga suya la posibilidad de que la democracia es el gobierno de las mayorías y las construimos, ¿cómo? 

 

Es que ahí es donde está el fraude, ¿cómo construyen las mayorías? Con fraude, con mentiras, con chantaje, controlando programas, utilizando dinero; lo más peligroso es recibir el financiamiento de la delincuencia organizada. 

 

Entonces, la democracia es la respuesta a muchas cosas. Cuando llegué aquí al Senado, yo venía de una política, de tener una formación política más, pues más, era más, cómo les puedo decir, no era profesional. Aunque llevaba muchos años en este proyecto, aquí aprendí, hay que escuchar a todos, es un valor de la democracia. Hay que tolerar a todos, es un valor de la democracia. 

 

Hay que garantizar la libre expresión de todos, es un valor de la democracia; pero hay que defender con valor lo que crees y lo que piensas, para que no termines convertido en un espacio, como es el Senado, en un instrumento de intereses que están por encima de nosotros, de intereses fácticos; que no termines siendo rehén de los empresarios, de los intereses trasnacionales. 

 

Entonces, la política es una actividad muy bonita. 

 

Ser representante popular es una actividad, es un privilegio y eso nos invita a que nos preparemos mucho, a que estudiemos. 

 

Yo los invito en esta visita que ustedes han hecho, porque no sé en qué partido militan, ni les voy a preguntar, que, donde estén, prepárense; donde estén, compitan; y, donde estén, ganen limpiamente y quiten del camino a todos los que le han hecho mucho daño. 

 

Vamos a empezar por el estado. Tlaxcala es uno de los claros ejemplos de lo que vive un estado controlado por la oligarquía todavía; minorías, minorías que controlan el poder y lo disfrazan de democracia, para seguir controlando para sus privilegios. 

 

En Tlaxcala llevamos casi un siglo controlados por cinco familias: los abuelos, los hijos y ahora vienen los nietos, desgastados, sin profesionalismo, sin conocer su pueblo, sin conocer las necesidades de los barrios, de las comunidades; pero ya llenaron todo el estado de propaganda. 

 

Y si tú empiezas a ver quiénes son, solamente vas a encontrar que son hijos de alguien, pero no les importa el pueblo, no les interesa la política. A lo único que van es a hacer business, y eso se tiene que acabar. 

 

Pero eso solamente lo puede acabar, ¿quién? El propio pueblo. 

 

En estos días voy a mi estado y platico mucho con la gente. Les decía yo hace unos días a mis compañeros: yo quiero terminar este año haciendo mil asambleas informativas en Tlaxcala.  

 

Llevo casi 700 y en los meses que vienen voy a completarlas. Voy a hacer mil asambleas informativas.  

 

Pero, compañeros, yo llego a reuniones donde me están esperando dos viejitos y una señora, y hablo como si estuviera en el Zócalo lleno. 

 

Hay reuniones donde me motivo más, pero hay unas donde llego y digo: Ay, híjole, son todos los que llegaron… “Es que, como no regalan nada, senadora”. 

 

La gente pregunta: “¿Va a venir la senadora? Y, ¿qué nos va a dar?”, “Es que ella no regalan nada”. “Ah, sí llego”, y no llegan. 

 

Entonces, veo cómo pusieron 30 sillas y nada más llegan los de la casa, y yo me doy cuenta. Pero eso no me desanima, me motiva. Tengo que seguir trabajando más. 

 

Y todo lo pongo a prueba, por eso se los digo a ustedes, porque es un reto que yo les doy a ustedes. 

 

¿Ustedes qué tienen que perder, para romper ese cerco de corrupción y de manipulación que vive nuestro municipio y nuestro estado? Nada.  

 

Atrévanse, muchachos.  

 

Atrévanse a enfrentar al cacique de Apizaco, al cacique de Huamantla. Atrévanse.  

 

Si no se atreven hoy, ¿cuándo? 

 

¿Qué tienen que perder ustedes? 

 

Nada más no se pongan a hacer política como todos y empezar a pedir dinero prestado y ya quebraron al papá a la mamá, ya vendieron la casa. Todo eso es mentira, todo eso no regresa. 

 

Entonces, ahora yo voy a estar en un proceso inédito, porque decidí registrarme en la reelección. 

 

Por primera vez, desde los 200 años que tiene, este año cumple 200 años el Senado de la República, por primera vez en 200 años un personaje de Tlaxcala preside el Senado de la República. 

 

Ya quítenle ustedes hombre o mujer, ya decir mujer me va a decir que (inaudible), pero un tlaxcalteca.  

 

¿Y por qué ustedes creen que es la primera vez que un tlaxcalteca preside el Senado? Porque me atreví a desafiar a todos. 

 

Y, ¿por qué no? 

 

Ah, pero no me atreví a desafiarlos en la mediocridad. Me puse a estudiar, me puse a leer y era la más puntual y llegaba antes que nadie, y no dormía y no descansaba; y, cuando nos tocaba dictaminar, porque cuando llegué aquí me tocó dictaminar cosas muy importantes, la Guardia Nacional, yo no me iba de aquí de la oficina.  

 

Me traía mi ropa y aquí me quedaba a dormir, porque había que leer así, porque presidía yo una de las comisiones que iba a dictaminar.  

 

Iba yo a debatir con Dante, con Damián, con Claudia Ruiz Massieu, con Beatriz Paredes, con Miguel Ángel Mancera, con Noé Castañón, con los constitucionalistas. Yo no les iba a permitir que me exhibieran como una ignorante. 

 

Y entonces estudiar, estudiar y estudiar; y la siguiente estudiar, estudiar, y estudiar. Y cuando tú estudias tienes seguridad en lo que dices, y cuando tienes seguridad de lo que dices tienes liderazgo en conocimiento no en dinero. Y para qué quieres el poder; no como lo compras, porque el que compra el poder termina entregándoselo al que se lo vendió. 

 

Y entonces llegamos al Senado y ahorita voy al proceso de la reelección; me tocó esa oportunidad y entonces voy a mi Estado y me dicen, “senadora, ¿no va a poner usted espectaculares?” ¡Ni uno! “Senadora, ¿no va a pintar usted bardas? ¡Ni una! Porque eso es hacer política como en el viejo régimen. 

 

En su momento; en su momento quizá tenga que hacerlo porque es importante que la gente sepa cómo votar. Pero ahorita en el proceso interno me la voy a jugar con lo que soy, sin que haya dispendio de dinero ni de recursos. 

 

Si mi trabajo alcanza, ese sí lo voy a considerar; que la gente sepa qué hago, dónde estoy, qué he estado haciendo. Cuando me dicen: “es que, si no te ven, si no gastas, si no inviertes”. No tengo nada que perder; es el momento de retar al viejo régimen. 

 

Y mi manera de retarlo es: ¡no voy a hacer política como tú, y no voy a recibir dinero para que me financies la campaña! Y yo soy yo, porque crecí desde abajo, no porque sea la hija de alguien y vaya yo a poner ahí mi lona, con mi cara, donde oculte mi segundo apellido, porque en el primer apellido me van a identificar con mi padre, pero en el segundo van a saber que no soy nadie. 

 

Y entonces ponen el nombre y el apellido de su padre y el de él lo dejan chiquito, para cuando la gente diga quién es ese, por eso lo ponen chiquito, lo desaparecen, porque lo que quieren es engañar a la gente, y lo peor es que la gente se deja engañar. 

 

Yo voy a los pueblos y me dicen: “es que yo ya no voy a ser candidato porque fulanito de tal va a ser. Es que su papá, dicen que ya es porque es muy amigo de, y porque está muy cerquita de aquel”. No; la cercanía hay que hacerla con la gente, hay que hacerla con el pueblo. Entonces yo los invito a ustedes, amigas y amigos. 

 

Me da gusto encontrar una amiga con la que batallamos cuando nadie quería ser candidato de Morena. 

 

INTERVENCIÓN: Muchísimo. Desde la creación del partido hasta que fuimos candidatas y perdimos en el 2015. 

 

SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: Es que, de veras, el Presidente nos dijo en el 2015, “les voy a dar un par de tenis”. Váyanse. ¿Te acuerdas? ¿Y qué creen? Que ni nos dio los tenis, pero sí nos dio nuestro montón de volantes; no es por dinero, y nos mandaron a hacer campaña casa por casa, sin dinero. 

 

Ahora tenemos que cerrar la puerta porque las ratas se meten hasta por las orillitas. Pero cuando construimos este Movimiento éramos un puño. 

 

INTERVENCIÓN: Poníamos de nuestro dinero. 

 

SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: Todo poníamos. El dinero, el carro, ¿verdad?, todo, dejábamos la casa, los hijos.