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Versión estenográfica de la ceremonia solemne del Senado de la República, para la develación en el Muro de Honor del Salón de Sesiones de inscripciones en letras doradas.  

 

SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: Honorable Asamblea, como recordarán, en las sesiones de los días 4 y 18 de octubre de 2022; y 25 de abril de 2023, se aprobaron diversos dictámenes con proyectos de decreto para inscribir con letras doradas en el Muro de Honor del Senado diversas leyendas, relativas a fechas conmemorativas, hechos trascendentes y/o personajes relevantes de nuestra historia. 

 

Para organizar las ceremonias en las que se inscriben esas leyendas de Mesa Directiva, se aprobó un acuerdo. Conforme a dicho acuerdo, este día develaremos las leyendas correspondientes a: 

 

“Gustavo A. Madero” y “Adolfo Bassó”. 

“Francisco Villa, General revolucionario del pueblo” y “Resistencia heroica de Puebla, marzo, abril y mayo de 1863”. 

 

Damos la bienvenida a quienes nos acompañan en este presídium. 

 

La senadora Elvia Marcela Mora Arellano, secretaria de la Mesa Directiva. 

 

El senador Gustavo Madero Muñoz. 

 

La senadora Susana Harp Iturribarría. 

 

La senadora Lilia Margarita Valdez Martínez. 

 

La senadora Rocío Adriana Abreu Artiñano. 

 

El senador José Ramón Enríquez Herrera. 

 

También están presentes y agradecemos la asistencia, de las y los senadores César Cravioto Romero, Blanca Estela Piña Gudiño, Bertha Alicia Caraveo Camarena, Cristóbal Arias Solís, Germán Martínez Cázares y Raúl Bolaños Cacho Cué, la senadora Nestora Salgado. 

 

Saludo la presencia del historiador Manuel Guerra de Luna, investigador y escritor de la vida de Gustavo Adolfo Madero. Gracias. 

 

Del antropólogo Diego Prieto Hernández, director general del Instituto Nacional de Antropología e Historia. 

 

La licenciada María Isabel Merlo Talavera, secretaria de Educación del estado de Puebla. 

 

El licenciado Juan Jesús Aquino Calvo, representante del estado de Durango en la Ciudad de México. 

 

Los familiares y descendientes de los señores Gustavo Adolfo Madero, Adolfo Bassó y del general Francisco Villa. Su presencia en esta ceremonia realza la importancia del acto que organiza el Senado. 

 

Sean bienvenidas y bienvenidos a esta ceremonia solemne, en la que develaremos diversas leyendas sobre personajes distinguidos de nuestro país y un hecho trascendente de México. 

 

En cumplimiento del resolutivo tercero del acuerdo aprobado para normar la ceremonia, en primer lugar, la senadora Susana Harp Iturribarría, promovente de la inscripción de la leyenda “Gustavo A. Madero y de Adolfo Bassó”, hará uso de la palabra hasta por cinco minutos. 

 

Señora senadora, tiene usted el uso de la palabra. 

 

SENADORA SUSANA HARP ITURRIBARRÍA: Con su permiso, senadora Presidente de la Mesa Directiva.  

 

Senadoras, senadores, invitadas e invitados. Sean todos y todas bienvenidos al Senado de la República. 

 

Las y los mexicanos, como muchos de los pueblos y de las naciones de este mundo, honramos a las mujeres y hombres que han dejado una profunda huella en nuestra historia. 

 

Creamos monumentos, creamos hemiciclos, museos, mausoleos para traer a la memoria a las personas y a los acontecimientos que han dado vida e independencia a nuestra patria. 

 

El Muro de Honor del Senado de la República, es una evidencia de nuestro respeto a todas aquellas personalidades que dedicaron y a veces entregaron sus vidas a las causas más nobles para la construcción de esta gran nación, que es México. 

 

Hoy día, rendimos homenaje al Capitán de Fragata, Adolfo Bassó Bertoliat, distinguido militar que se sumó a los ideales de la patria, a partir de los postulados del sufragio efectivo y la no reelección. 

 

Hombre distinguido por su integridad personal y militar, se sumó a la causa maderista y empeñó diferentes responsabilidades en la lucha contra el régimen porfirista. 

 

Es muy conocido el hecho de que Adolfo Bassó disparó en contra del golpista Bernardo Reyes; asimismo, trató de impedir el secuestro de Francisco I. Madero, a manos de Aureliano Blanquet, a quien le disparó de manera directa. 

 

Sin embargo, fue hecho prisionero más tarde y, compartiendo el mismo destino con los hermanos Madero y José María Pino Suárez, murió con honor, por defender la democracia.  

 

He de señalar que todas las personalidades a las que hoy brindamos este merecido homenaje, con la inclusión de sus nombres en letras doradas en el Muro de Honor del Senado de la República, constituye un reconocimiento respetuoso de quienes, con su ejemplo, nos recuerdan que la patria se construye a cada momento, en el día a día, bajo cualquier circunstancia y para hacer de la nación mexicana el sitio donde todos tenemos cabida, bajo el cobijo de la justicia y de la libertad. 

 

Muchas gracias. 

 

SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: Muchas gracias, señora senadora, Susana Harp. 

 

Tiene ahora el uso de la tribuna el senador Gustavo Madero Muñoz, quien es otro de los promoventes de la inscripción de la leyenda Gustavo A. Madero y Adolfo Bassó”.  

 

Señor senador, Madero, tiene usted el uso de la palabra hasta por cinco minutos. 

 

SENADOR GUSTAVO MADERO MUÑOZ: Muchas gracias, Presidenta. 

 

Estimadas senadoras, senadores, integrantes de la Mesa Directiva; distinguidos invitados de honor: 

 

Hoy es un día especial.  

 

Fue el 20 de febrero del año 2020, cuando coincidimos tres senadores: la senadora Susana Harp, la senadora Mónica Fernández Balboa, que entonces era presidenta de la Mesa Directiva, y su servidor y amigo, para suscribir una iniciativa. 

 

Y la iniciativa se trataba de hacer una reivindicación. De proponer que se pusieran en letras doradas, en el salón de plenos del Senado de la República, los nombres de Gustavo Adolfo Madero y Adolfo Bassó. 

 

Esta iniciativa fue aprobada y el día de hoy estamos aquí para hacer el acto solemne.  

 

Ambas personas, Adolfo Bassó y Gustavo A. Madero, fueron víctimas, fueron hechos prisioneros y asesinados en la Ciudadela, en lo que se conoce como “La Decena Trágica”.  

 

Y murieron, Gustavo A. Madero, de manera trágica también; fue cruel, cruelmente maltratado por los Cadetes de Tlalpan, en aquel entonces. 

 

Y, uno no puede entender a Francisco I. Madero, sin la mancuerna de Gustavo; sin embargo, la figura de Gustavo es poco conocida. 

 

Por eso era la intención de traer a la luz a estos dos personajes que fueron cercanos y apoyaron y dieron hasta su vida por los mismos ideales en los que creyó don Francisco I. Madero. 

 

Gustavo y Francisco eran inseparables desde chiquitos, se llevaban poco más de un año de edad y su abuelo los mandó a estudiar juntos a Estados Unidos primero, después a Europa; y, cuando regresan, los dos toman la decisión de participar, de llevar adelante esta idea de promover un cambio en México, un cambio para combatir a la dictadura, a la injusticia que entonces en nuestro país reinaba. 

 

La figura de Francisco todos la conocemos. Era el ideólogo, era el apóstol, el carismático. 

 

La figura de Gustavo no siempre se identifica con claridad. Él era un hombre de negocios y, por lo tanto, le ayudó mucho a Francisco a conseguir los recursos financieros, los aprovisionamientos, las negociaciones. 

 

Pocos saben que Gustavo era diputado. Era diputado del Congreso, en aquel entonces, cuando fue hecho prisionero y asesinado. 

 

Era esta mancuerna que hizo que la historia no rescatara en toda su dimensión la participación también heroica y también determinante de Gustavo A. Madero en el éxito de la Revolución Mexicana.  

 

El día de ayer hablé con don Enrique Madero Bracho y no nos pudo acompañar por su avanzada edad, pero aquí nos acompañan dos de sus hijas. María Madero Garza y Margarita Madero Garza, quienes vienen siendo descendientes directos de Gustavo. 

 

Yo no soy descendiente de Gustavo, yo soy descendiente de un hermano de ellos que se llamaba Evaristo.  

 

También nos acompaña Mara. Mara, hija de Julio y el embajador Carlos Almada, que aquí nos acompañan. Loreto García Muriel; todos ellos descendientes de esta familia y de estos hermanos que decidieron ir juntos a una gran lucha para cambiar a nuestro país. 

 

Yo preguntaba por qué a Gustavo A. Madero se le da tan poco lugar.  

 

Francisco I. Madero tiene plazas, tiene calles, tiene edificios, recintos; y Gustavo, lo único que yo identifico, no sé ustedes, es la delegación, la delegación Gustavo A. Madero. Esa sí la conocemos todos.  

 

Pero hasta pregunté yo curiosamente por qué se le dio el nombre a la delegación en 1931. Hay varias interpretaciones, pero se habla de que Gustavo A. Madero ya iba a Japón, en misión diplomática ya, y precisamente en el tren rumbo a Monterrey le avisan que se estaba fraguando la Decena Trágica, que había una traición, y Gustavo A. Madero se baja en la primera estación del tres y se regresa para apoyar a Francisco I. Madero y defenderlo. 

 

Y se habla de que precisamente fue en la delegación, lo que ahora conocemos como la delegación Gustavo A. Madero, este incidente casual. 

 

Lo relata el cronista. Dice: “En vísperas de la Decena Trágica, don Gustavo había abordado un ferrocarril con destino a Monterrey, que ya iba a embarcar hacia Japón”. 

 

Sin embargo, un desconocido se le acercó y le dijo que no fuera porque estaban fraguando una traición en contra de su hermano. Y entonces, en esa estación se regresó y sin sospechar que unos 10 días después lo iban a asesinar. 

 

En realidad, lo que se dice es que en 1931 el presidente de la República, Pascual Ortiz Rubio, le impuso a esta localidad el nombre de El mártir de la Decena Trágica, antes se llamaba Guadalupe Hidalgo. 

 

Pero hubo una gran pugna, que, si se le ponía el nombre Gustavo A. Madero porque Gustavo A. Madero no era una figura muy popular, tenía muchos enemigos y sus enemigos no querían que se le diera el reconocimiento, el lugar que se merecía en la historia. 

 

Entonces por eso lo único que tenemos para recordarlo hasta hoy es el nombre de la delegación y a partir de hoy, también, en el Muro de Honor del Senado de la República, tendremos el nombre de Gustavo Adolfo Madero González. 

 

Y esto para mí es muy simbólico porque nos ayuda a traer a la luz las figuras de muchos héroes, héroes que están en las sombras, pero que tuvieron la misma determinación, valentía, para poder hacer que nuestra historia triunfara en estos episodios gloriosos de la Revolución Mexicana. 

 

Por eso, agradezco mucho al Senado de la República que haya aprobado esta Iniciativa que presentamos hace tres años, el 20 de febrero del 2020. 

 

Y por eso, cuando estaban asesinando en la Ciudadela a Gustavo A. Madero, don Adolfo Bassó gritó, les gritaba a los que estaban primero torturándolo y después asesinando a Gustavo A. Madero, les grita, les exclama: “No es el último patriota. Aún quedan muchos valientes a nuestras espaldas que sabrán castigar estas infamias”. Fueron las últimas palabras de Adolfo Bassó, que también murió trágicamente en esas fechas de la Decena Trágica en la Ciudadela. 

 

Muchísimas gracias. 

 

Que viva Gustavo A. Madero, que viva Adolfo Bassó, que viva la Revolución y sus anhelos por un México más democrático, más libre para todos, más justo. 

 

Muchas gracias. 

 

SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: Tiene ahora el uso de la palabra el señor Manuel Guerra de Luna, para referirse a los personajes Gustavo A. Madero y Adolfo Bassó, hasta por cinco minutos. 

 

Muchas gracias. 

 

MANUEL GUERRA DE LUNA: Muchas gracias. Buenos días. Muchas gracias por la invitación a este Honorable Recinto. 

 

Yo vengo a hacerle justicia a Gustavo A. Madero y Adolfo Bassó, y voy a ser; no les voy a dar clases de historia, les voy a decir lo que está sucediendo en estos momentos, y tiene que ver mucho con la muerte de estos dos personajes históricos y valientes. 

 

Hay una demagogia internacional que se quiere instaurar en México por medio del populismo para instaurar una dictadura militar. 

 

Si no lo quieren ver, tengan mucho cuidado, porque México está muy cerca de una dictadura militar, y me refiero, en este caso, a Gustavo A. Madero y Adolfo Bassó, fueron asesinados por militares, no por porfiristas, no por revolucionarios. Los propios militares los asesinaron. 

 

Debemos de entender las repercusiones de lo que viene en nuestro país para hacerle honor a estos dos grandes pensadores, libres de pensamiento como lo fueron ellos. 

 

En este caso, Gustavo, quien provenía de una familia muy acaudalada, familia que, sin embargo, era progresista y liberal, y creía en el libre pensamiento, en los postulados cívicos. 

 

Esa familia, parte de esa familia, respaldó con recursos y con su propia vida, como lo fueron, respaldó con recursos y con su propia vida a la Constitución. 

 

Hoy se encuentra en peligro la Constitución por gobiernos populistas que están respaldados por China, respaldados por Rusia. Así lo debemos de ver. 

 

Quien no lo crea, tengan mucho cuidado. Cada vez que entren a este Recinto se van a dar cuenta; se van a dar cuenta, se van a dar por enterados, que México necesita defender sus postulados cívicos y democráticos. 

 

En esta clase media, que todavía tenemos en nuestros tiempos, fue la misma clase media que defendieron Gustavo A. Madero y Francisco I. Madero. 

 

Nunca, en la historia, se había dado, en aquel entonces, tantas giras proselitistas como las que pagó Francisco I. Madero, como las que se dieron en México; no existían en otro lugar en todo Latinoamérica. Fue Francisco I. Madero quien levantó el arma, quien levantó la voz, quien levantó las imprentas. 

 

Fue Francisco I. Madero con una visión a largo plazo, pensando que, si no podía por medio de la democracia, lo iba a tener que hacer por medio de levantarse en armas. 

 

El testigo, hubo un testigo presencial. Estando Francisco I. Madero en San Luis Potosí, quien se dio cuenta de cómo Gustavo fue quien convenció a Francisco I. Madero para que se levantara en armas, con el miedo de que a toda su familia la iban a fusilar. 

 

En un inicio, Díaz, había dado toque de queda y había dicho que fusilaran a todos los de la familia Madero, a toda la familia Madero. En ese momento un empresario le salvó la vida a la familia Madero. 

 

Pero hay que entender qué es lo que está en juego. Si le salvaron la vida es porque existía una dictadura militar y a eso estamos llegando, estamos muy cerca de eso. 

 

Porque no se trata solamente de instalar un partido de Estado, como fue el PRI, y regresar a lo que digan unos cuantos. Se trata de entender las repercusiones. 

 

¿Por qué estamos poniendo aquí los nombres de estos dos personajes? Los militares los asesinaron. 

 

Muchas gracias. 

 

SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: Muchas gracias, señor Guerra. 

 

Destaco que, como todas las ceremonias y reuniones, las opiniones que se exponen son de la responsabilidad única de quien las expresa. 

 

El propósito de la ceremonia a la que se ha convocado, únicamente es para rendir homenaje indiscutible para el general Francisco Villa, los señores Gustavo A. Madero y Adolfo Bassó, así como el sitio de Puebla de 1963; por lo que se concede el uso de la palabra al senador César Cravioto para referirse a nuestros próceres. 

 

Mientras llega, queremos saludar la presencia del arquitecto, ingeniero Carlos Ruiz Cárdenas, secretario general del Instituto Politécnico Nacional. Bienvenido, muchas gracias. 

 

Tiene el uso de la palabra la senadora Lilia Margarita Valdez Martínez, promovente junto con Daniel Gutiérrez Castorena, senador de nuestro querido de Aguascalientes, la inscripción de la leyenda “Francisco Villa, general revolucionario del pueblo”, hasta por cinco minutos. 

 

Señora senadora, tiene usted el uso de la palabra. 

 

SENADORA LILIA MARGARITA VALDEZ MARTÍNEZ: Muchas gracias, senadora presidenta. 

 

Bienvenidos, bienvenidas a esta casa del pueblo, que en los últimos años, en los últimos cinco años se ha caracterizado por la libertad de que aquí podemos expresarnos como mexicanos, como nuestras convicciones, nuestros principios y en algunas ocasiones nuestros intereses lo determinen. Y nadie, nadie, como en otras épocas que no les tocaron a los jóvenes, es reprimido; aquí lo podemos hacer sin tener miedo de que al salir, vayan a estar y nos macaneen o nos amartillen los helicópteros o nos quiten el trabajo. 

 

Bienvenidos. Un gusto y un placer el que estén aquí. 

 

Hace más de un año, año y medio, muchos de los duranguenses, que me da gusto encontrar aquí distinguidos duranguenses, queríamos que se honrara a Francisco Villa. Un gusto, una necesidad de miles y miles de mexicanos; afortunadamente coincidimos y por decreto, el 2023 se designó el año de Francisco Villa. 

 

Agradezco a la distancia al senador Daniel Gutiérrez, de Aguascalientes, el que hayamos coincidido y que se haya hecho esto iniciativa. Al igual que la estampilla de Francisco Villa, la moneda conmemorativa, el que vayamos a cerrar el año con una exposición fotográfica; eventos en Durango por su natalicio, por su fallecimiento. Y muchos otros más. 

 

Pero, ¿por qué honrar a Villa? 

 

Simplemente porque le tenemos que dejar constancia al pueblo de México del honor que el pueblo mexicano ya le dio a Francisco Villa. No somos nosotros los primeros, ya el pueblo de México tiene años, más de 100 años honrando a Francisco Villa, a ese niño que fue fustigado para que trabajara; a ese niño adolescente que tuvo que salir a cuidar las vacas ajenas del patrón, para poderle dar de comer a su familia; a ese joven que se fue a la sierra de Durango y de Chihuahua, enarbolando  las causas de los más pobres, de los que menos tienen, de los que siempre habían sido explotados, humillados y sometidos y que, efectivamente, todavía hay esas circunstancias. 

 

¿Cuántos no esclavizan a sus trabajadores en las maquilas? ¿Cuántos no los esclavizan en el campo y no quieren pagar seguro social? 

 

Claro que las circunstancias las tenemos que seguir cambiando, y las vamos a cambiar. 

 

Y se dicen muchas cosas de mi Pancho Villa, muchas cosas, pero la mayoría de esos tabúes no están comprobados. 

 

Pancho Villa ha batallado y batalló toda su vida. Ahora no me lo dejaban entrar aquí, que venía Pancho Villa y decían que dónde estaba el oficio. Pues no hay oficio, pero Pancho Villa está acostumbrado y entró, como debe de ser, así como entró a Torreón, así como hizo la toma de Zacatecas. 

 

Francisco Villa, no se ha dicho y hay que platicarlo aquí, tenía una puntería excelente, y eso no lo dice nadie. Sacaba el fusil y donde ponía el ojo, ponía la bala, tenía muy buena puntería. 

 

Poco dicen sus detractores que cuando llegó a la Ciudad de México, en 1914, esta estaba plagada de niños pobres que dormían en las calles, ordenó que fueran llevados en el tren a Chihuahua, donde se les dio comida, ropa y escuela. Pancho Villa fundó en su hacienda, la Escuela Felipe Ángeles para todos los niños desprotegidos y que necesitaban estudiar. 

 

No tenía escuela Francisco Villa, pero él sabía de la movilidad social, la entendía. Y no era populista, y la entendía, así de simple. 

 

Que era borracho: mienten. Francisco Villa no tomaba ni una sola gota de alcohol, y eso que en Durango tenemos el mejor mezcal del mundo y también el oaxaqueño es muy bueno. Todos los mezcales son muy buenos. 

 

Villa no tomaba ni gota de alcohol y siempre mantuvo una estricta disciplina sobre el consumo entre sus tropas. Un ejército de más de 40 mil hombres, con adelitas, con médicos, con enfermeras y lo tenía bien disciplinado. 

 

Uno de sus grandes gustos era cuando llegaba a las ciudades era bailar, bailar y bailar, hasta entrada la noche. Y se refrescaba con su bebida favorita, malteada de fresa, bien fría. 

 

Dicen los historiadores, y agradezco la presencia de la comunidad cultural e histórica de nuestro país, que cuando tuvo que brindar con Zapata en la Ciudad de México, Zapata mandó traer un coñac muy bueno, muy fino, y le dio el trago mi Pancho Villa: le dio la tos. No pudo con el coñac tan fino, no estaba acostumbrado a beber. 

 

Los corridos villistas se han quedado en la historia, en la memoria, en la consciencia de los mexicanos. Inti-Illimani, ese grupo chileno con el cual nos formamos muchos jóvenes y que aquí estamos presentes, también lo cantó y también lo dejó en un disco, ahora llamados acetatos. 

 

Este monumento, que los invito a todos y a todas a que lo conozcan el original, en Durango, pesa más de 100 toneladas, y estuvo en una glorieta que lo veía uno desde que llegaba a Durango. Pues lo cambiaron de lugar, a un ladito, porque estorbaba para los carros; pero aun así Francisco Villa está pendiente de su tierra, está pendiente de su gente, de su pueblo. 

 

Esta gran obra la hicieron escultores duranguenses de la Escuela Superior de Escultura, Pintura y Artesanía de la Universidad Juárez de Durango. La hacen también pequeñita, está al alcance de que la quiera mandarla pedir, pero es una obra de arte. 

 

Tiene sus espuelas, tiene sus carrilleras, su sombrero exactamente igual, como la original. Pancho Villa sigue cabalgando. 

 

Como comercial, y para finalizar, en el mes de diciembre también vamos a promover y tenemos la autorización y agradezco, de la Mesa Directiva, senadora, el que se nos facilite la reja para poner la exposición fotográfica de Francisco Villa; a la cual también están invitados todos y todas. 

 

También la ofrenda de muertos dedicada al general Villa, en el Museo Nacional de las Intervenciones, que está su director aquí. Muchas gracias por la ofrenda al general Francisco Villa que va a hacer aquí, gracias. 

 

Un gusto que estén aquí familiares, amigos, al Ejército Mexicano muchísimas gracias por estar presentes aquí con nosotros, en esta ceremonia solemne. Esta sesión es histórica y es de fotografía; el Pleno está lleno, desde arriba hasta abajo. 

 

Pero no hay que desaprovechar que estamos todos, que estamos contentos y que va a ser un día histórico. 

 

Acompáñenme y no me dejen sola: 

 

¡Viva Villa! 

 

TODOS: ¡Viva! 

 

SENADORA LILIA MARGARITA VALDEZ MARTÍNEZ: ¡Viva Villa! 

 

TODOS: ¡Viva! 

 

SENADORA LILIA MARGARITA VALDEZ MARTÍNEZ: Gracias, amigos y amigas. 

 

SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: Gracias, senadora Valdez Martínez. 

 

Enseguida tiene el uso de la palabra el senador César Cravioto, que ya se encuentra aquí con nosotros en el Pleno, hasta por cinco minutos. 

 

SENADOR CÉSAR CRAVIOTO ROMERO: Muchas gracias. 

 

Presidenta, compañeras, compañeros senadores, invitadas, invitados todos: 

 

En primera instancia, me quería referir a Gustavo A. Madero como senador por la Ciudad de México y exdiputado justamente de la Alcaldía Gustavo A. Madero. Tenía interés en hablar de él. 

 

Pero también quiero referirme a las tres leyendas que el día de hoy se van a develar, porque tienen que ver una con otra.  

 

No están desligadas, no deben de verse como tres leyendas por separado, porque tienen que ver justamente con hechos y con personajes heroicos en este país. 

 

Por supuesto, también soy poblano, entonces también tengo que hablar de la resistencia heroica de Puebla.  

 

Y, por supuesto, soy un admirador también de Francisco Villa.  

 

La verdad es que Adolfo Bassó, no lo conocía, pero qué bueno que también se devela esta leyenda, junto con la de Gustavo A. Madero. 

 

Y quiero referirme a estas tres develaciones, porque justamente nos encontramos hoy en la Cuarta Transformación de la vida pública del país.  

 

Y la Cuarta Transformación, justamente se llama así, la hemos nombrado así quienes somos integrantes de esta etapa histórica del país, porque viene siendo la continuidad de las tres grandes transformaciones: la Independencia, la reforma y la Revolución.  

 

Y justamente la develación de estas placas, tienen que ver con dos de estos momentos históricos del país. 

 

Y hoy hay una disputa también que está ocurriendo en México.  

 

Hay una diputa por quienes queremos que la continuidad de estas reformas, de esta transformación, de este cambio profundo en la vida pública del país continúe, se fortalezca, se generalice. 

 

Y, quienes quieren que regrese este régimen que, de manera democrática, más de 30 millones de personas dijeron: Basta. Basta que siga este proceso de corrupción y este proceso de deterioro de la vida pública de México. 

 

A diferencia de las anteriores transformaciones, ésta se está haciendo sin un solo disparo. 

 

Se está haciendo sin enfrentamientos entre los dos polos, o por lo menos enfrentamientos armados.  

 

Hoy, los enfrentamientos son en los debates, son aquí en las tribunas, son en las discusiones de las leyes, son, como lo que estamos viendo hoy en día, de que hay quien quiere que sigan los privilegios en la alta burocracia del Poder Judicial y quienes queremos que esos privilegios ya no existan en ningún poder de este país. 

 

Qué bueno que México ha evolucionado así y que ahora, insisto, estos debates o esta lucha por la transformación o por la regresión se dé en la tribuna, se dé en los parlamentos, se dé en los medios de comunicación; y que todos podamos hablar y que todos podamos discutir y que no pase lo que le pasó a Francisco I. Madero que, por defender sus ideas, fue cobardemente asesinado. 

 

O lo que le pasó a Francisco Villa que, por defender sus ideas o por ser un revolucionario, sea cobardemente asesinado.  

 

Entonces, sí hemos evolucionado como país, sí hemos aprendido de la historia de nuestro país y sí hemos aprendido de la lucha de estos magníficos hombres y, por supuesto, de nuestra querida resistencia que se dio en la tres veces heroica ciudad de Puebla. 

 

Y me voy a referir al momento también que tenemos, porque luego hay confusión en cómo se va o cómo se ha manejado el tema, por ejemplo, del Ejército. 

 

Justamente, este ejército del pueblo, este ejército revolucionario nace de allí, de ese proceso histórico.  

 

Y es un ejército que ha venido caminando del lado del pueblo y que ha tenido, como jefe supremo, a los distintos presidentes de la República. 

 

Y cuando vemos los hechos tan lamentables, como el 68, como el 71, como Ayotzinapa, pues claro que decimos: Esto no debe volver a ocurrir en la historia de este país.  

 

Pero no debe volver a ocurrir, porque no debe de volver o no debemos de volver a tener como jefe supremo de las Fuerzas Armadas a un tirano, a alguien que por decisiones políticas decide reprimir al pueblo. 

 

Hoy, afortunadamente, tenemos como Jefe de las Fuerzas Armadas a un demócrata que jamás le va a pedir al ejército que se levante en contra del pueblo de México; y eso es parte también de las enseñanzas que tenemos que tomar de la historia de este país. 

 

Pues, enhorabuena a este Senado de la República por develar estas tres leyendas; por recordarnos lo que hicieron nuestros heroicos mexicanos, defendiendo a la patria en Puebla.  

 

Por supuesto, por recordar al gran Francisco Villa y al gran Gustavo A. Madero y Adolfo Bassó. 

 

Y, por cierto, luego he hecho bromas con mi compañero senador Gustavo A. Madero que, aunque somos de posiciones políticas distintas y a veces tenemos debates ríspidos, también bromeamos debajo de la tribuna. 

 

Y yo bromeo mucho con él, que debería estar del lado de la Cuarta Transformación nuestro querido senador Gustavo A. Madero. 

 

Espero que algún día lo veamos defendiendo a la Cuarta Transformación, como vimos a sus antecesores defendiendo la democracia y la revolución de este país. 

 

Muchas gracias. 

 

SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: Gracias, senador Cravioto.  

 

Enseguida tiene el uso de la tribuna el senador José Ramón Enríquez Herrera, para referirse a Francisco Villa, hasta por cinco minutos. 

 

SENADOR JOSÉ RAMÓN ENRÍQUEZ HERRERA: Hola a todos. 

 

Qué gusto saludarlos. 

 

Los saludo con mucho afecto y cariño. 

 

Senadora presidenta, Ana Lilia Rivera Rivera, con su permiso. 

 

Saludo con mucho afecto a cada uno de los senadores aquí presentes. 

 

A la senadora Marcela Mora, a Gustavo Madero, a Margarita Valdez y a todos los que nos acompañan, como es Rocío Adriana Abreu. 

 

Hablar del siglo XXI es hablar del siglo del conocimiento. El siglo de la globalización, pero también enfrentando la desigualdad y la pobreza, la violencia en todas sus formas y el cambio climático y el deterioro del medio ambiente. 

 

Qué importante es poder hablar de un personaje como es Francisco Villa, José Doroteo Arango Arámbula. Por eso agradecemos a la familia que hoy nos acompaña en este Recinto, en esta Máxima Tribuna, y también agradecer al historiador Manuel Guerra Luna su presencia, al antropólogo Diego Prieto, a la licenciada Merlo Talavera, del estado de Puebla, y a Jesús Aquino, representante de nuestro Estado, del gobierno del estado de Durango. 

 

Hace unos meses, el 8 de septiembre del 2022, presenté una Iniciativa con proyecto de Decreto por el que se declarara el año 2023 como “Año del general Francisco Villa, Centauro del Norte”. 

 

Hizo eco y el Ejecutivo Federal así lo determinó, que este año fuera considerado Año del general Francisco Villa. 

 

Su legado, el binomio indisoluble de la educación y salud. Desde esos tiempos lo tenía muy claro, una lucha social durante la Revolución, la tercera transformación de nuestro país. 

 

Y poderle decir a los mexicanos que hoy nos reunimos en este acto trascendental de nuestra historia, a efecto de romper las barreras del tiempo y adentrarnos en la esencia misma de la Revolución Mexicana y la lucha por un México más justo, más democrático, más progresista. 

 

Y estamos aquí para presenciar la develación de las letras doradas que llevarán el nombre de un héroe que se convirtió en un emblema de la lucha popular. Más allá de ser leyendas, son la propia historia. 

 

Un nombre que encabezó la búsqueda de un México mejor y más equitativo. Estamos aquí para honrar a Francisco Villa, el general revolucionario del pueblo. 

 

La decisión de inscribir el hombre de Francisco Villa en el Muro de Honor del Senado de la República, no es un acto simbólico, es un reconocimiento profundo a la contribución inmensa de este líder revolucionario para forjar a nuestra Nación. 

 

Francisco Villa no fue sólo un hombre que llevó un título militar. Fue un auténtico representante de las aspiraciones populares, un héroe que luchó por los campesinos y obreros, por los desposeídos y marginados, pero también con una claridad de las políticas públicas. 

 

Como gobernador del estado de Chihuahua, en sólo 30 días inició con la apertura de 50 escuelas. 

 

Las letras doradas que hoy se develan son mucho más que palabras en la pared. Son un testimonio de la lucha incansable de Villa, de su legado, de todos aquellos que alzaron en la Revolución Mexicana y que levantaron la bandera de la justicia y el cambio. 

 

Villa, no sólo combatió contra las fuerzas opresivas de su época, sino que también fue un arquitecto de reformas agrarias que transformaron radicalmente la tenencia de la tierra en nuestro país. 

 

Su compromiso con los ideales revolucionarios trascendió su vida y dejó una huella profunda en la historia de México y del mundo: Educación, salud, infraestructura productiva. 

 

Y coincido con la senadora Margarita Valdez: No es un hombre con una historia controvertida, es un hombre con sensibilidad social y emoción social, con gran visión para su tiempo y sobre todo con rostro humano. 

 

En el Muro de Honor del Senado, estas letras doradas no sólo conmemoran a un hombre, sino que simbolizan el compromiso de nuestra Nación con la justicia, la igualdad y el respeto a los derechos humanos. 

 

Reconocer a Francisco Villa, es reconocer la lucha del pueblo por una vida digna y el derecho a un futuro mejor. 

 

A medida que estas letras doradas se hacen visibles para todos, nos van a recordar la importancia que tuvo precisamente la lucha de Francisco Villa, el revolucionario del pueblo. 

 

Nos recuerda que las aspiraciones populares y el deseo de un México más justo, son ideales que trascienden generaciones. 

 

Hoy, sí enfrentamos muchos retos en el país. En el tema de educación tenemos solamente un 29 por ciento de jóvenes entre 18 y 25 años, y aquí la presencia de un gran académico, el director del Politécnico Nacional, y que es la ruta, el instrumento para poder transformar al país. 

 

Si combatimos la corrupción, si combatimos la desigualdad, y la pobreza, y la violencia, el instrumento, senadora Blanca Piña, como usted lo ha dicho en múltiples ocasiones en este Recinto, es la educación. 

 

Francisco Villa es una de las figuras más icónicas del siglo pasado. Es un hombre que está presente el día de hoy ante todos ustedes. 

 

En nombre de nuestra Nación, en nombre de todos los mexicanos, es un honor develar estas letras doradas que inmortalizan a Francisco Villa en este muro del Senado de la República. 

 

Y el 29 de junio del 2022 también presenté otra Iniciativa, un punto de acuerdo en el que se exhortaba a la Secretaría de Gobernación, para en el que, en el marco de sus atribuciones y con base a los medios disponibles, en este año se realizara ha exhumación de los restos del general Francisco Villa, con la finalidad de que éstos transiten por la ruta villista y de este modo pueda ser honrado su legado en su aniversario luctuoso número 100, la muerte por el Estado Mexicano, el cual cumpliría precisamente 100 años. 

 

Agradezco a la familia de Francisco Villa, que nos ha donado la máscara mortuoria del general Francisco Villa, para que quede en este Recinto, para que, desde aquí, del Senado de la República, y le demos un aplauso a todos los familiares de Francisco Villa, que nos acompañan y quienes están en otras partes del país. 

 

Muchas gracias por esta oportunidad. 

 

Que su legado inspire a las generaciones presentes y futuras a continuar la lucha por un México más libre, más igualitario y más justo. 

 

¡Viva Francisco Villa! 

 

TODOS: ¡Viva! 

 

SENADOR JOSÉ RAMÓN ENRÍQUEZ HERRERA: ¡Viva Villa! 

 

TODOS: ¡Viva! 

 

SENADOR JOSÉ RAMÓN ENRÍQUEZ HERRERA: ¡Viva Durango! 

 

TODOS: ¡Viva! 

 

SENADOR JOSÉ RAMÓN ENRÍQUEZ HERRERA: ¡Viva México! 

 

TODOS: ¡Viva! 

 

SENADOR JOSÉ RAMÓN ENRÍQUEZ HERRERA: ¡México: te queremos feliz! 

 

Muchas gracias 

 

SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: Gracias señor senador Enríquez Herrera. 

 

Se concede el uso de la palabra al señor Francisco Villa Campa, nieto del general Francisco Villa, hasta por cinco minutos. 

 

SEÑOR FRANCISCO VILLA CAMPA: ¡Yo soy uno de los Dorados, de ese mi general Villa! ¡Tengo 10 grados ganados y pronto seré cabecilla! 

 

Senadoras, senadores: muchas gracias. 

 

El día de hoy les expresamos nuestra gratitud. Y, para la familia Villa, nuestro profundo agradecimiento por la develación de las letras en oro del general Francisco Villa. 

 

 

Pero también permítanme recordarles que el develar las letras de Francisco Villa, es develar los deseos del pueblo de México, porque Francisco Villa es la representación del pueblo de México. 

 

Nuestro pueblo ha luchado incansablemente por igualdad. Nuestro pueblo ha luchado incansablemente por tener derechos. 

 

En la Revolución se decía que: “si un campesino quería sembrar, que sembrara en una maceta”. 

 

También decían “véndeme tu tierra, porque si no, se la compro a tu viuda”. Entre risa y risa y entre broma y broma, la verdad se asoma y es lo que vivía nuestro pueblo. 

 

Por eso iniciamos una lucha revolucionaria y Pancho Villa luchó por justicia e igualdad. Pero también Pancho Villa luchó junto, de la mano con su pueblo. 

 

Pancho Villa no buscó el reconocimiento, Pancho Villa no buscó la gloria: esa se la dieron sus hermanitos de raza, porque siempre fue un igual con todos ellos. 

 

Por eso el día de hoy, la familia Villa agradece el trabajo que han venido haciendo las senadoras y los senadores, y el día de hoy podemos tener con letras de oro el nombre de Francisco Villa. Al mayor de los dorados, nuestro amigo y ya lo consideramos de nuestra familia, el doctor José Ramón Enríquez, nuestro cariño. 

 

Nos conocemos de tiempo atrás y hemos venido caminando juntos y hemos visto cómo, con total desinterés, “el doc”, como le llamamos, ha venido apoyando a su pueblo, con recurso y sin recurso, por eso nuestro cariño, doctor. Dios te cuide. 

 

Estamos ciertos, senadoras y senadores, que existen diversas posturas ideológicas.  

 

Yo quiero invitarlos a que sigan siendo valientes, independientemente de las posturas ideológicas que tengamos, sigamos luchando por nuestro México y hagamos que los ciudadanos en México se sientan orgullosos de la curul que ustedes representan. 

 

El cargo se va a acabar, pero estoy cierto de que si seguimos trabajando en beneficio del pueblo de México, cuando se termine este encargo con la cara en alto, podemos reconocerles el trabajo que han venido realizando. 

 

Por eso, amigas y amigos, para atrás ni para agarrar vuelo. Soy nieto de Pancho Villa, hijo de Francisco Villa Rentería, médico militar, teniente coronel, y reconozco en el Ejército a hombre de honor, reconozco en el Ejército a hombres de valor y sé que ayer como hoy tanto el Ejército como la Marina, defenderían nuestra soberanía nacional y nunca, un arma contra nuestro pueblo. 

 

¡Viva Villa! 

 

TODOS: ¡Viva! 

 

SEÑOR FRANCISCO VILLA CAMPA: ¡Viva Villa! 

 

TODOS: ¡Viva! 

 

SEÑOR FRANCISCO VILLA CAMPA: ¡Y viva México! 

 

TODOS: ¡Viva! 

 

SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: Muchas gracias, señor Francisco Villa 

 

Tiene ahora el uso de la palabra, el antropólogo Diego Prieto Hernández, quien se referirá a la figura del general Francisco Villa, hasta por cinco minutos. 

 

ANTROPÓLOGO DIEGO PRIETO HERNÁNDEZ: Buenas tardes, ya. 

 

Señora presidenta. 

 

Senadoras y senadores. 

 

Amigas y amigos. 

 

Me complace mucho acompañar este merecido y necesario homenaje que rinde el Senado de la República al general Francisco Villa. Sin duda, uno de los personajes más emblemáticos y más populares, por supuesto, de la Revolución Mexicana de 1910; la primera revolución social en el siglo XX del mundo. 

 

Una revolución que engarzó dos anhelos fundamentales que desafortunadamente, no siempre se han podido acompasar: la democracia y la igualdad y la justicia social. 

 

Fueron estos anhelos los que desencadenaron la revolución de 1910, que llevó a la Presidencia al apóstol de la democracia, Francisco I. Madero, cuyo hermano, también víctima de la usurpación fue asesinado. Así como el presidente Madero. 

 

¿Qué ocurrió en el gobierno de Madero? Ocurrió que se impulsó la democracia, pero se olvidó que sin justicia social no puede haber democracia. Se postergaron los anhelos agraristas del campesinado revolucionario, lo que llevó a la ruptura de Zapata y el zapatismo, con el gobierno legítimo y democrático de Madero. 

 

Un gobierno que no pudo a tiempo apoyarse en el pueblo para profundizar la revolución y que, por lo tanto, fue víctima de los intentos de restauración, que siempre hay cuando un país quiere cambiar. Los intentos de la oligarquía porfirista de recuperar el poder, con el apoyo de la Embajada de los Estados Unidos y por supuesto, de sectores del Ejército porfirista. 

 

Francisco Villa fue siempre un maderista, murió como maderista, y por eso me parece muy acertado que se conjunten en el Muro de Honor del Senado la figura de Gustavo Madero y de Francisco Villa, que lucharon por la misma causa. 

 

Villa entonces toma la bandera de la lucha contra el usurpador Victoriano Huerta, y fue el artífice de los principales triunfos en la lucha contra el usurpador. Los principales triunfos militares fueron, sin duda, el mayor militar, el mayor general de la Revolución Mexicana. 

 

Sin embargo, nuevamente la revolución se entrampó entre la búsqueda de una democracia formal, sin tomar en cuenta la necesidad de igualar a la población y la búsqueda de la justicia y los anhelos agraristas del campesinado, que se agruparon en la convención. 

 

Nuevamente, vamos a encontrar una revolución dividida, una revolución que se entrampa en la lucha de facciones; y dentro de esas facciones por supuesto que se anidaban intereses adversos. De manera que hace cien años, en esa lucha faccional en la que se entrampó la Revolución Mexicana, fue asesinado don Francisco Villa, el general Francisco Villa. 

 

Este gran dirigente de la vertiente agrarista, campesina y popular que hizo una dualidad que debemos seguir siempre recordando y retomando, con el zapatismo del centro y el sur del país. 

 

Villa es asesinado en la compleja lucha de facciones que acompaña a la revolución; revolución que, sin embargo, pudo recuperar el impulso agrarista de la convención en la Constitución de 1917, y en las grandes reformas que pudo llevar adelante el gobierno de Lázaro Cárdenas. 

 

Y nuevamente, esa revolución se atascó en un proceso que nos alejó de la democracia y nos llevó a un gobierno autoritario, y también nos alejó a la postre, de la búsqueda de la justicia y la igualdad social.  

 

En los últimos 35 años se vino agravando la desigualdad en este país. Por eso nuevamente se han levantado las fuerzas populares, ahora de manera pacífica, para reclamar un cabio, para iniciar una transformación de la vida pública y del régimen político de este país, en paz, con democracia. 

 

Y tenemos que recuperar esta convicción. Tenemos que profundizar esta transformación en la unidad, tomando en cuenta que este país tiene que incluir a todos los sectores de la población; tomando en cuenta que, independientemente de las denostaciones fáciles, todos somos mexicanos y todos podemos encontrar el camino para mantenernos unidos en la senda de la transformación. 

 

Porque lo que busca la oligarquía es dividir a las fuerzas que estamos por la transformación y eso no lo debemos lograr.  

 

Es priorizar los intereses particulares de quien quiere un puesto, de quien quiere una posición en el poder y no poner en el centro, como lo hizo siempre Francisco Villa, como lo hizo Emiliano Zapata, el interés superior de la nación y del pueblo y, sobre todo, de los sectores más desfavorecidos; pero, por supuesto, de todos en general. 

 

Por eso me parece muy pertinente que hoy recordemos no simplemente como una estatua de bronce, que vale la pena tenerlas, no simplemente como unas letras en un muro, que qué bueno que se coloquen; sino la convicción de que este país tiene que profundizar su transformación. 

 

Más democracia y más justicia social. 

 

Gracias. 

 

SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: Muchas gracias por su participación, Diego Prieto Hernández. 

 

Enseguida se concede el uso de la tribuna a la senadora Rocío Adriana Abreu Artiñano, para referirse al hecho histórico Resistencia Heroica de Puebla, marzo, abril y mayo de 1863, hasta por cinco minutos. 

 

Señora senadora, tiene usted el uso de la palabra. 

 

SENADORA ROCÍO ADRIANA ABREU ARTIÑANO: Muchas gracias, Presidenta. 

 

Antes que todo, bienvenidos a esta su casa, el Senado de la República. 

 

Nos sentimos muy honrados de tenerles aquí. 

 

Saludo a todos los duranguenses, con mucho orgullo y, sobre todo, con grandes representantes que tienen en el Senado de la República; los cuales son grandes amigos y grandes aliados de todos los senadores, por ejemplo, una servidora que es de Campeche. 

 

Saludo con mucho afecto a la familia Madero, que se encuentra aquí.  

 

También a mi querido senador, que somos amigos y, sin duda alguna, también tenemos debates fuertes pero siempre aprendemos y podemos llegar a coincidencias. 

 

Nos sentimos muy orgullosos de todos los estudiantes que se presentan aquí, del Politécnico, que también hemos tenido oportunidad de trabajar con ustedes en materia petrolera.  

 

Y, bueno, a todos los que nos hacen favor de estar por medio de las redes sociales del Canal del Congreso. 

 

También agradecemos a las Fuerzas Armadas que nos acompañan y a todos los presentes. 

 

Muchas gracias por estar aquí. 

 

Es un honor y un privilegio estar ante ustedes hoy y recordar el episodio fundamental de nuestra historia como nación. Me refiero a la Resistencia Heroica de Puebla de 1863. 

 

Momento que no sólo es de ejemplo de valentía de nuestros antepasados, sino también el celebrar la lucha constante de México por su independencia y soberanía. 

 

Para apreciar plenamente la Resistencia Heroica de Puebla, debemos recordar que, en el marco histórico durante la Segunda Intervención Francesa en México, todo se remonta en 1861, cuando el presidente Benito Juárez, por una fuerte crisis económica en la que se sumergió el país, se vio en la necesidad de suspender el pago de la deuda externa; lo que llevó a la intervención de Francia, España y Reino Unido.  

 

A pesar de que España y Reino Unido accedieron a los acuerdos con el Gobierno Mexicano, Francia, bajo el mando de Napoleón III, persistió en su intento de establecer un imperio en nuestro territorio. 

 

Figuraron personajes como Benito Juárez, que en ese momento era Presidente de México y hoy es un estandarte para todos; ante su liderazgo y valentía, definió a nuestra nación. 

 

El General Ignacio Zaragoza, comandante de las Fuerzas Mexicanas, cuando las tropas mexicanas derrotaron a las tropas francesas, un símbolo de la resistencia mexicana. 

 

El General Mariano Escobedo, quien se unió a la lucha contra la ocupación francesa y desempeñó un papel fundamental en la expulsión de las fuerzas francesas de México, entre otros individuos valientes y patriotas que desempeñaron acciones cruciales para la preservación de la Independencia de México. 

 

Recordaremos que todo es parte de la Batalla de Puebla, el 5 de mayo de 1862, cuando, bajo el liderazgo del General Ignacio Zaragoza, nuestras Fuerzas Mexicanas libraron una batalla que parecía desigual; sin embargo, su valentía y determinación, resultaron en una victoria significativa, misma que es motivo de orgullo para México y simboliza nuestra resistencia contra la opresión extranjera. 

 

A pesar de la victoria de 1862, los franceses no se rindieron y en 1863, bajo el mando del General Frédéric Forey, sitiaron Puebla durante dos meses.  

 

Las condiciones eran extremamente difíciles, con escases de alimentos, municiones y suministros médicos, enfrentando a un enemigo multitudinario.  

 

La Resistencia Heroica de Puebla de 1863, se destaca por la inquebrantable determinación de los defensores de la ciudad, que son ciudadanos comunes, soldados, oficiales que se unieron en la lucha desigual, pero apasionados por la libertad y la independencia, en un momento en que México parecía sombrío, mismo que resistieron con coraje, resiliencia inquebrantable. 

 

La resistencia histórica de Puebla, dejó un legado perdurable y positivo para México.  

 

Ha inspirado a generaciones posteriores de mexicanos por su lucha, independencia y soberanía. 

 

Finalmente, en 1867, con el apoyo de Estados Unidos, en plena guerra civil, las fuerzas francesas se retiraron de México por completo y el segundo imperio mexicano colapsó. 

 

Esto allanó el camino para el retorno de la República y la autodeterminación de nuestros pueblos. 

 

En conclusión. La Resistencia Heroica de Puebla de 1863, es una lección perdurable de valentía y determinación en la lucha por la independencia. 

 

Recordemos y celebremos ese episodio como un tributo al espíritu indomable de México; un recordatorio de nuestra capacidad de superar las adversidades. 

 

Compañeros y compañeras, sigamos trabajando juntos para mantener y proteger la independencia y la soberanía, para que nuestros antepasados que tanto lucharon de manera valiente por preservar y recordar a diario lo que vemos frente a nosotros: La patria es primero. 

 

Viva México.  

 

Muchas gracias. 

 

SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: Gracias, senadora Rocío Abreu.       

 

Saludamos la presencia del distinguido senador Héctor Vasconcelos.  

 

Bienvenido, senador.          

 

Tiene ahora el uso de la tribuna la licenciada María Isabel Merlo Talavera, quien se referirá al hecho histórico que da origen a la inscripción, hasta por cinco minutos. 

 

LICENCIADA MARÍA ISABEL MERLO TALAVERA: Muy buenas tardes. 

 

Vengo a esta Alta Tribuna de la nación, a nombre del señor gobernador del estado de Puebla, Sergio Salomón Céspedes Peregrina, quien, por mi conducto, les envía a todas, les envía a todos ustedes un afectuoso saludo. 

 

A expresar también el agradecimiento de todas y todos los poblanos por el acto solemne que hoy nos convoca. 

 

Saludo a todas y a todos los señores y señoras senadores, a través de la Presidenta de la Mesa Directiva, la senadora Ana Lilia Rivera Rivera. Muchas gracias, señora Presidenta. 

 

Agradezco también a los senadores González Yáñez, Armenta Mier, ambos promoventes de las iniciativas para inscribir en letras doradas en los muros de honor de este gran Senado de la República, la “Resistencia heroica de Puebla”, y “A los Tres Juanes de la Sierra Norte, Beneméritos ilustres en grado heroico del Estado de Puebla”. 

 

Agradezco a la Comisión de Cultura y al Pleno en general por haber votado favorablemente ambos dictámenes, porque la Patria no ería la misma sin la lucha heroica que se dio en la sierra norte de Puebla ante la invasión francesa. 

 

A los poblanos, nos hace hinchar el pecho de orgullo recordar las luchas heroicas que se dieron en nuestro territorio. Somos, sin duda alguna, herederos de la fuerza y gallardía con la que se defendió la Patria en esos obscuros momentos en que los poderosos ejércitos invasores veían en la incipiente República Mexicana la posibilidad de hacernos de nueva cuenta una tierra colonizada. 

 

La entonces muy joven Independencia de México, se vio puesta a prueba. Pero la valentía de los poblanos dio una férrea defensa en la estratégica sierra norte de nuestra entidad. 

 

Hoy, esos actos heroicos quedarán grabados para siempre en los muros de honor del Senado de la República, máximo espacio de representación democrática de todas las entidades federativas que conforman el Pacto Nacional. 

 

Ambos dictámenes dan cuenta de pulcritud. Los motivos por los que los promoventes consideraron que era pertinente colocar ambas leyendas en los muros de honor. 

 

Quienes me han antecedido en la palabra, han hecho excelentes referencias históricas, por lo que no me queda más que agradecerles. 

 

A nombre del señor gobernador del Estado de Puebla, licenciado Sergio Salomón Céspedes Peregrina, agradezco a las y a los 128 senadores de la República la distinción que le hacen al Estado Libre y Soberano de Puebla al colocar en los muros de honor dos pasajes de la historia de nuestra entidad que dan sentido; que dan sentido a la República Mexicana que hoy conocemos. 

 

En el contexto actual, señoras y señores senadores, el heroísmo de los poblanos, el heroísmo de los mexicanos, el defender la soberanía nacional, valores que, en Puebla, gracias al gobierno presente de Sergio Salomón Céspedes Peregrina, se rescatan a diario, se viven cada día, se le transmiten a los más jóvenes. 

 

También, como secretaria de Educación del gobierno del Estado de Puebla, gracias a la entrega y valentía de los docentes, del personal administrativo y de apoyo, en general, de la familia educativa. 

 

Los héroes que, en cada rincón del país, los héroes que, en cada rincón de nuestro estado de Puebla, que en los 217 municipios ahí están día con día, dejando un pedazo de su vida a favor de nuestras hijas, a favor de nuestros hijos. 

 

Desde esta más alta Tribuna, al igual que lo hace permanentemente el gobernador del estado de Puebla, les hacemos un reconocimiento a todos quienes integran la familia educativa. 

 

A los padres de familia, a las maestras, a los maestros, a quienes día con día van a colocar una gota de agua a sus alumnos, a quienes más allá de ver como prioridad la atención a sus hijas y a sus hijos, prefieren estar allá, prefieren estar en las escuelas, en las escuelas que lo mismo puede ser un centro escolar en un área urbana, que lo mismo puede ser una escuela unitaria, donde quizá esté enclavada en una comunidad donde no haya agua, donde no haya luz, pero ahí, ahí está el magisterio, ahí están las maestras, que prefieren ir a atender a sus hijos adoptivos, a sus alumnos, en lugar de quedarse a ver a su hijo, a su hija enferma. 

 

Esa es la familia educativa que da muestras de que el heroísmo por quienes hoy estamos aquí reunidos se mantiene vivo. Se mantiene vivo a través de la familia, de la familia magisterial. 

 

Vaya pues, nuestro reconocimiento. 

 

Hoy que se distingue a Puebla, hoy que se le da esa oportunidad, gracias a ustedes senadoras, gracias a ustedes senadores, también me permito reconocer, insisto, el trabajo permanente, el trabajo incansable de todo el magisterio poblano, y con ello, también, reconocer a quienes defienden, por supuesto, los derechos laborales ganados a pulso; ganados a pulso por todas las maestras, por todos los maestros. 

 

Por su atención, muchas gracias. 

 

SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: Muchas gracias, señora Isabel Merlo. 

 

Señoras senadoras. 

 

Señores senadores. 

 

Invitados que nos acompañan: 

 

El día de hoy, con motivo de esta ceremonia solemne, en este acto que nos permitirá enriquecer las leyendas que ocupan un lugar significativo en el Muro de Honor de la Cámara de Senadores, las inscripciones en letras doradas nos permiten evocar momentos históricos y personajes significativos de la historia nacional. 

 

Honramos, con esta ceremonia solemne, a los habitantes de una gran entidad federativa de nuestra República Mexicana, como lo es el estado de Puebla. 

 

Y es a través de la inscripción que se plasmará en este Muro de Honor, que nos referiremos a la “Resistencia heroica de Puebla, marzo, abril y mayo de 1863”. 

 

La defensa heroica de la ciudad de Puebla ante el sitio del ejército francés por más de 60 días en el año de 1863, constituye un acto en el que debe reconocerse el esfuerzo tanto del Ejército Mexicano como de la población civil de esa localidad y de la región, pues esta Ciudad constituía un bastión fundamental para el gobierno de la República, encabezo por Benito Juárez. 

 

La defensa heroica de Puebla, acontecida entre los días 16 de marzo y 17 de mayo de 1863, cumple con los méritos y virtudes de un acontecimiento ejemplar de la Patria, por lo que su memoria debe ser preservada y reconocida en el Muro de Honor del Senado de la República. 

 

En esta ceremonia solemne, también honramos con la inscripción en letras doradas en el Muro de Honor del Senado de la República, el nombre de: “Gustavo A. Madero”, y gran y entregado político mexicano “Francisco I. Madero”. 

 

Gustavo Adolfo Madero trascendería como un personaje clave durante la Revolución Mexicana, ya que luchó por el sufragio efectivo antirreeleccionista, ya que luchó porque durante el tiempo de vida se forjara; en el brazo derecho que sostuvo los grandes ideales de un hombre pacifista que tuvo que enfrentar uno de los grandes movimientos de México y que con el paso de los años se eclipsara su importancia por el nombre grandioso de su hermano, este hombre a quien el destino le tuvo que entregar uno de los más grandes sacrificios. 

 

Durante la lucha revolucionaria, Gustavo Adolfo Madero mostró su talento e ingenio en la recaudación de recursos económicos para la causa. 

 

No obstante, se ha constatado que era un hombre entregado a los más puros ideales de la gesta heroica. Muchas veces entregó sus propios recursos y patrimonio para sufragar los gastos inherentes a la revuelta. 

 

Además de ser un hombre íntegro e ingenioso, también era un excelente político que descubrió que Victoriano Huerta traicionaría la causa. 

 

El 19 de febrero de 1913, Gustavo fue detenido por Victoriano Huerta y entregado a los militares golpistas. Félix Díaz y Manuel Mondragón, quienes ordenaron martirizarlo y finalmente asesinarlo. 

 

En este Senado de la República honramos a Gustavo Madero, con la inscripción de su nombre en letras doradas en el Muro de Honor por su incansable lucha por un México de libertades y cuyas acciones en favor de la Patria siempre serán recordadas. 

 

Otro personaje ilustre y partícipe del mismo acontecimiento histórico, al cual le rendimos un merecido reconocimiento con la inscripción de su nombre en letras doradas, es Adolfo Bassó Bertoliat, quien fue un marino que se formó en las escuelas navales de Campeche y Veracruz, llegando a ser intendente de Palacio Nacional; destacando que este puesto sólo lo cubría aquel que tenía la extrema confianza del presidente de entonces, Francisco I. Madero. 

 

Fue debido al golpe de Estado, liderado por Victoriano Huerta en contra del presidente Francisco I. Madero, que Adolfo Bassó intentó detener el asedio y disparó contra el general Aureliano Blanquet, en un intento de frenar la detención del presidente de México, sin embargo, no tuvo éxito y fue apresado y fusilado posteriormente, sin formalidad alguna en la Plaza de la Ciudadela, mismo lugar donde masacraron a Gustavo Madero. 

 

Previo a su deceso, Adolfo Bassó fue testigo del martirio que le propiciaron a Gustavo Madero y con extrema lealtad, estando ya detenido, intentó frenar los ataques en contra de Madero. Al ver caer a su correligionario y siendo un hombre de valor, hasta el último instante de su vida le llegó a pedir a sus verdugos dispararle, cuanto él mismo lo instruyera. 

 

Estos fueron dos hombres de gran ejemplaridad en la justa vida de México, que ha hecho que estos plasmen sus nombres en el Muro de Honor, como un recordatorio de todos nosotros quienes aquí laboramos a favor de nuestra patria, al ver sus nombres, para qué servimos, a quién servimos y lo que ha costado tener una vida democrática e institucional en México. 

 

Por último, quiero referirme a un héroe de la Revolución Mexicana, a Francisco Villa, general revolucionario del pueblo. Nacido en San Juan del Río, Durango, en 1878, nombrado al nacer como Doroteo Arango, quien es y será siempre en México y en el mundo, un estandarte de lucha por la justicia social y de combate en contra de todos aquellos que oprimen a las clases trabajadoras, a los campesinos y a los menos favorecidos. 

 

Nuestro héroe revolucionario, también conocido como El Centauro del Norte, creció en una sociedad sumamente desigual que se amparaba en un régimen injusto, impuesto por una clase dominante pero minoritaria; que al amparo de la ley y a costa de la clase trabajadora, disfrutaba de las riquezas y de los avances de los que se jactaba aquel que condujo los destinos de la nación por más de 30 años. 

 

Su ímpetu por la justicia le permitió adquirir en la sierra, conocimientos geográficos de supervivencia, de manejo de armas y de caballos; que luego pondría en práctica en 1910 cuando estalló el proceso revolucionario, etapa histórica que marca una profunda transformación en la vida del pueblo de México. 

 

Sus aportaciones no se limitaron sólo al combate por las armas. Su contribución a la lucha revolucionaria se extendió al instituir las banderas del agrarismo, promoviendo y fomentando el reparto agrario. 

 

Nos honra y enorgullece poder reconocer en este Muro de Honor a Francisco Villa, general revolucionario del pueblo quien, como muchos otros héroes mexicanos, puso su vida y sus ideales al servicio de la patria para alcanzar el bienestar de todos los mexicanos, que anhelaban vivir en condiciones de igualdad y dignidad. 

 

Su legado vivirá siempre en la historia de nuestra nación. Nunca más los privilegios e intereses ocultos por encima del desasosiego del pueblo. 

 

Señoras senadoras. 

 

Señores senadores. 

 

Invitados que nos acompañan el día de hoy: 

 

El Senado enriquece su Muro de Honor con la develación de estas importantes y significativas inscripciones. Las personalidades que participaron en los pasajes históricos que formaron nuestra nación; perdurarán en la memoria de nosotros y de las siguientes generaciones para recordar y honrar sus contribuciones. 

 

Larga vida a todos ellos. 

 

Muchas gracias. 

 

Procederemos a la develación de las inscripciones en el Muro de Honor. 

 

En su momento nos pondremos de pie y así nos mantendremos para guardar un minuto de silencio y entonar nuestro Himno Nacional, como acto final de esta ceremonia solemne. 

 

Solicito a quienes conforman el presídium y a quienes hicieron uso de la palabra para referirse a las leyendas que se inscriben, trasladarnos a la base del Muro de Honor para las develaciones de esta ceremonia. 

 

(DEVELACIÓN DE INSCRIPCIONES EN EL MURO DE HONOR)