Versión estenográfica de la participación de la senadora Ana Lilia Rivera Rivera, presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, en la Novena Cumbre de los Presidentes de Parlamentos del G20.
Muy buenas tardes, compañeras y compañeros legisladores, participantes de la Novena Cumbre de Presidentas y Presidentes de Parlamentos G20.
Es un placer saludarles en este evento tan importante, en el que nos encontramos abordando temas que resultan apremiantes, no sólo para la humanidad sino para el planeta en su conjunto.
Como todos sabemos, en septiembre del 2015, la comunidad internacional se comprometió con el planeta y todos los seres vivos que lo habitamos.
Buscar y reestablecer el equilibrio ecológico que actualmente se encuentra en una crisis alarmante, debido a la voracidad de las dinámicas de producción económica y las prácticas de consumo excesivas.
Esto ha ocasionado, además de un desastre ambiental sin precedentes, un desigualdad económica y social inadmisibles, en perjuicio de las sociedades democráticas.
Por ello, en esta ocasión, también se estableció el compromiso de erradicar la pobreza y asegurar la prosperidad para todos.
Estos propósitos tienen la finalidad de dar continuidad a los Objetivos de Desarrollo del milenio; los cuales, por diversos motivos, lamentablemente, no fueron alcanzados en su totalidad.
Esta visión quedó plasmada en la Agenda2030 para el Desarrollo Sostenible, que incluye 17 objetivos y 169 metas que seguro podrían ser alcanzadas en un plazo de 15 años.
Hoy, a más de la mitad del tiempo que ha transcurrido, nos encontramos muy lejos, lejos de cumplirlos.
Problemas como el hambre, la falta de acceso a servicios más básicos como: la salud, el agua potable, las tecnologías digitales que, sumado a los conflictos sociales que prevalecen, hace que no exista un entorno de paz, constituyen culturalmente el contexto cotidiano de que se desarrollan miles de y miles de personas.
Como ejemplo, voy a mencionar que actualmente en el mundo existen 2 mil billones. Es decir, alrededor del 26 por ciento de la población global que no puede beber un vaso de agua limpia y saludable; y 3 mil 600 millones que no cuentan con un saneamiento gestionado de forma segura de este vital líquido, con todas las consecuencias que ello conlleva.
Como parlamentarias y parlamentarios pertenecientes de este foro que integra las principales economías del planeta, tenemos la obligación de actuar ahora.
Las acciones en favor del clima no pueden ser postergadas por más tiempo.
Los fenómenos climatológicos, de los cuales hemos sido testigos en los últimos años, que en los casos más extremos han cobrado miles de vidas, principalmente de los más vulnerables.
En aquellos casos en los que la vida no se ve comprometida, las difíciles condiciones climáticas, en muchos casos obligan a las personas a migrar de sus hogares de origen, perpetuando contextos de pobreza, inseguridad alimentaria, discriminación y exponiéndolos a violaciones sistemáticas de sus derechos humanos.
El carácter universal de los ODS, implica que todos los grupos y sectores de la población deben ser incorporados en su implementación; por tanto, representan una oportunidad única para abordar la situación de los pueblos indígenas y poner empeño y erradicar de una vez por todas la discriminación y la situación de pobreza que la mayoría de ellos enfrenta día a día.
Y destaco la condición de marginación de los pueblos indígenas porque, en algunos casos, son víctimas de violencia por parte de grupos del crimen organizado, involucrados en la minería y la tala ilegal, que invaden sus temas; hecho que agrava la expansión de la mancha urbana, que desaparece sus zonas de cultivo, contamina sus ríos y causa la extinción de animales sagrados para ellos.
Esto ha provocado daños irreparables a su bienestar físico, espiritual y a su riqueza cultural.
Todo ello violenta el derecho a la autodeterminación, a sus costumbres y entornos naturales.
Estas comunidades, en muchos países, son las últimas en recibir inversión pública y enfrentan múltiples obstáculos para participar plenamente en la economía formal, obtener acceso a la justicia, a la salud, a la educación y ser parte de los procesos políticos y toma de decisiones.
(Inaudible) estima que, poseen, habitan o usan sólo una cuarta parte de la superficie del mundo. Pero ¿saben? Ellos salvaguardan el 80 por ciento de la biodiversidad y sus tierras, incluidos (inaudible) y subtropicales, capturan al menos una cuarta parte de todo el carbono emitido por las actividades urbanas.
Nosotros los contaminados y ellos pagan con sus recursos la descontaminación.
Lo digo fuerte y claro: Sin la incorporación de las personas indígenas al goce de los beneficios del desarrollo, sin la reivindicación de sus derechos y sin el reconocimiento de sus condiciones y sabiduría ancestrales, el cumplimiento de los ODS tristemente será solamente un anhelo con buenas intenciones.
Durante la reunión del G20, realizado en septiembre pasado, se puso de manifiesto la necesidad de renovar los compromisos para alcanzar los ODS.
Aquí se reconoció que solamente el 12 por ciento de las metas está en camino de lograrse.
De continuar en esta dirección, estaríamos condenados a uno de los fracasos más dolorosos de la humanidad, por todo lo que esta Agenda representa en el futuro del planeta en conjunto.
Los líderes de los países que conformamos el G20, se comprometieron con la movilización y el financiamiento asequible, adecuado y accesible, para apoyar a los países en desarrollo,
Además, hicieron un llamado a las naciones desarrolladas para que cumplan con sus compromisos de asistencia oficial del desarrollo, ya que, sin ella, se dificultaría aún más el alcance del bienestar compartido.
Finalmente, quiero comentar que, en lo que se refiere a mi país, puedo compartir que el Gobierno Mexicano estableció una estrategia nacional para la implementación de la Agenda2030, que integra una visión a largo plazo, multisectorial, que beneficia a todos los sectores sociales, principalmente a aquellos involucrados en la erradicación de la pobreza, la inclusión social, la equidad de género, el crecimiento económico sostenible, la cultura de la paz y el cuidado al medio ambiente.
México ha creado programas importantísimos, sembrando un millón de árboles, generando nuevos derechos constitucionales, pensión para adultos mayores y visibilidad en apoyos económicos sin precedentes para nuestros jóvenes, madres solteras, personas con capacidades diferentes, poblaciones indígenas; y, como nunca, se han incrementado los salarios en nuestro país.
Quiero, finalmente, reconocer que el día de hoy nosotros hemos aprobado una reforma que le permite a los mexicanos tener la seguridad en la alimentación de calidad, sin discriminación y para todos.
Me gustaría hacer un reconocimiento a la excelente y ambiciosa iniciativa de Gobierno del Primer Ministro de la India, Narendra Modi, para impulsar las acciones desde lo individual hasta lo comunitario, a favor de un estilo de vida que apoye el bienestar de nuestro hogar común y que entiende que ninguna iniciativa prospera si no se toma conciencia a partir de cada uno de nosotros.
Tengan la certeza que, llegando a mi país, compartiré este valioso proyecto con mis compañeros legisladores y en particular con la Comisión del Senado Mexicano.
Agradeciendo, como siempre, al Parlamento de la India por su gran trabajo y hospitalidad en la realización de este foro.
Estoy segura que será de gran valor para que, en los términos en los que nosotros hemos participado, hagamos votos porque todos los conocimientos aquí sean compartidos y reflejados en nuestra labor legislativa y cotidiana.
Muchas gracias.