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Versión estenográfica de la inauguración de la exposición “200 Años de Relaciones Diplomáticas entre México y Estados Unidos”.  

 

SENADORA ANA LILIA RIVERA RIVERA: Muy buenos días a todas las personas presentes. 

 

Excelentísimo señor Ken Salazar, embajador extraordinario y plenipotenciario de los Estados Unidos de América en México; a nombre de mis compañeras y compañeros senadores, le damos la más cordial bienvenida a la sede del Senado, el corazón del Pacto Federal mexicano. 

 

Saludo con afecto a la senadora Gina Andrea Cruz Blackledge, una extraordinaria compañera y presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores América del Norte, a quien le reconozco su liderazgo en la labor de construir una relación cada vez más estrecha, más sólida, comprometida; pero hoy por lo que veo, muy humana; en el desarrollo de ambas naciones para el bienestar de nuestra agenda y de nuestra gente. 

 

Destaco la presencia del maestro Roberto Velasco Álvarez, jefe de la Unidad de América del Norte en la Cancillería, quien asiste en representación de la doctora Alicia Bárcena Ibarra, secretaria de Relaciones Exteriores. Sea muy bienvenido, maestro. 

 

Quiero destacar que nos encontramos en plena celebración del Bicentenario del establecimiento de relaciones diplomáticas entre México y Estados Unidos de América. La inauguración de esta exposición fotográfica se enmarca en este significativo acontecimiento. 

 

En diciembre del año pasado iniciamos un Programa Binacional que busca destacar la riqueza de los intercambios de dos siglos de relaciones, por medio de diversos eventos de carácter cultural, diplomático, comercial y deportivo, con sedes como la Cancillería mexicana, nuestra propia Embajada en Washington, en la Ciudad de México y en entidades del país y de la Unión Americana; además de distintas universidades y centros académicos. 

 

El Senado de la República se ha sumado a la decisión del festejo, por lo que en adición a esta exposición fotográfica; permítanme recordar que en febrero del presente año, por iniciativa de la senadora Gina Andrea Cruz, aprobamos la emisión de una moneda conmemorativa con valor nominal de 20 pesos, que circulará por todo el territorio nacional y que es un símbolo de la fraternidad, de indudable valor histórico para ambas naciones. 

 

Esta cercanía también se refleja en los intercambios parlamentarios y la estadística así lo demuestra. Desde 1961 hasta la fecha, las personas integrantes de los Congresos mexicano y estadounidense, nos hemos reunido en más de 50 ocasiones para abordar temas de interés común y acompañar a los gobiernos en el objetivo de mejorar la calidad de vida de nuestros pueblos. 

 

Estoy convencida de que este tipo de diálogo entre pares es absolutamente necesario para fortalecer la cooperación bilateral y abrir cauces de encuentro y concentración para un futuro más brillante, especialmente para aquellos momentos donde la coordinación parlamentaria personifica una poderosa herramienta para resolver los desafíos que impactan el desarrollo óptimo de nuestra compleja relación bilateral. 

 

Estimado embajador Salazar: 

 

En el Senado mexicano confiamos en sus buenos oficios, para celebrar en los próximos meses una necesaria Reunión Interparlamentaria y avanzar con nuestras contrapartes estadounidenses, en los temas pendientes de la extensa Agenda Bilateral. 

 

Sirva esta oportunidad para recordarnos a todas y todos que México y los Estados Unidos de América, somos organismos simbióticos, cuya intensa vinculación está enmarcada en 67 acuerdos bilaterales actualmente vigentes, que tocan todo el espectro del desarrollo humano. 

 

Y si bien es cierto que contamos con instrumentos y mecanismos sólidos para gestionar asuntos que conforman la Agenda Bilateral en apego y respeto a la soberanía, y que juntos hemos logrado avances significativos; es necesario continuar trabajando para robustecer nuestros lazos. 

 

La oportunidad es inmejorable, el excelente estado que guarda la relación entre los liderazgos de México y los Estados Unidos de América, abre amplias avenidas de oportunidad para concretar los nuevos proyectos que aportarán mayores beneficios de crecimiento en ambas economías y de nuestra gente; en congruencia con nuestra condición de socios principales. 

 

La exposición fotográfica que hoy inauguramos, en el marco de estos festejos, compuesta por 58 imágenes que ilustran la relevancia de estos 200 años de relaciones diplomáticas, es un testimonio gráfico de la gran valía que nos permite redimensionar la solidez de nuestra historia común; pero también de una expresión de respeto, reconocimiento, amistad y fraternidad entre dos grandes naciones que se distinguen como fuertes aliados en el concierto internacional. 

 

Confío en que el testimonio documental exhibido, sea un túnel del tiempo que nos transporte a esos instantes de los grandes acuerdos que construimos en el pasado y que cada victoria ganada, pero aún más, sirva como un lente que nos permita vislumbrar el futuro próspero, seguro y equitativo en beneficio de ambas naciones, en unidad, con libertad, justicia y hermandad, porque somos amigos. 

 

Estamos llamados a alcanzar esto y mucho más, juntos, México y Estados Unidos de América. 

 

Bienvenido. Muchas gracias y felicidades por este extraordinario trabajo. 

 

EMBAJADOR KEN SALAZAR: Muy buenos días a todas y todos ustedes. 

 

Es un honor y un placer estar aquí, con la presidenta del Senado y con los senadores, hablando de la relación entre México y Estados Unidos. 

 

Conociendo todos los estados de México en la manera que los conozco, de Guerrero a Oaxaca, a Baja California, a Tlaxcala, a Zacatecas; en cada uno de los estados de esta comisión de la presidenta, se ve parte de la grandeza de México y la unión entre Estados Unidos y México, que es una relación no nada más de hoy en día, sino una relación para siempre. 

 

Y también comentar a mi amigo, al líder de Relaciones Exteriores en la relación entre Estados Unidos, México y Canadá, a Roberto Velasco. Comentábamos que ayer pasamos todo el día con la canciller Alicia Bárcena y el secretario de la Marina, Rafael Ojeda en Manzanillo, viendo de qué manera trabajamos más a la mano y lo estamos haciendo, en torno a la seguridad, pero también reconociendo este comercio tan fuerte que hacen esos lazos. 

 

Entonces, Roberto, que ha sido con Gina, desde el comienzo de este bicentenario y esta celebración, uno de los ingenios más grandes. Les quiero dar el reconocimiento, entonces si me ayudan a darle un aplauso a nuestros colegas mexicanos. 

 

Y, antes de hacer un comentario, miren estas flores. Estamos hablando Gina y yo hace un momento, qué tal, ¿no? El simbolismo de las banderas de los Estados Unidos y México; la belleza. No me parecía que yo había visto algo así, entonces señora presidenta, muchísimas gracias por el trabajo que hicieron ustedes para arreglar esto. 

 

Quisiera decir unas pocas cosas, que vine con discurso de veras, porque más del corazón hablando de la relación que llevan Estados Unidos y México. Estamos en un tiempo de transformación, un tiempo de transformar las relaciones entre Estados Unidos y México, a lo mejor. 

 

Sabemos nosotros muy bien que la historia se tiene que reconocer, porque es la historia que no se debería de olvidar; pero no nos deberíamos tampoco perder en esa historia. Pero sabemos desde que la guerra entre Estados Unidos y México, concluyó en 1848, que por 99 años no vino un presidente de los Estados Unidos a México, por 99 años; de 1848 de se siglo, hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial, cuando llegó el presidente Truman aquí, al Parque Chapultepec, no había venido un presidente de los Estados Unidos a México. 

 

¿Por qué? Porque no había esta relación que se conocía, que íbamos a ser vecinos y socios para siempre; entonces en 1947 el 3 de marzo, cuando viene el presidente Truman, va al Parque Chapultepec, va al monumento de los Niños Héroes y se conoce esa historia y se conoce también muy obviamente que en ese tiempo, estaban los Estados Unidos y México trabajando como hermanas y hermanos contra los enemigos que teníamos en la Segunda Guerra Mundial. 

 

Este domingo, actualmente fui al panteón en el Parque Chapultepec, ahí es donde están enterrados los soldados de México que se unieron a la guerra México-Estados Unidos contra las fuerzas antidemócratas que vivíamos en esa Segunda Guerra Mundial. 

 

En ese tiempo también, de la Segunda Guerra Mundial, vimos lo que era parte de la mano de obra que sostuvo a los Estados Unidos en esa guerra, el programa de los braceros, que trabajaban en los campos que conoce Gina bien en California o en Arizona o en Colorado, donde quiera. 

 

Entonces, en ese tiempo éramos una región, una región. Entonces, cambiando por el tiempo, se van viendo las diferentes etapas. 

 

Llegamos, sí, con republicanos, demócratas, el presidente Bush, que era el presidente en su tiempo que había sido gobernador de Texas, que conocía esta relación. 

 

Llegamos a la temporada del presidente Obama, que también conocía la importancia de la relación entre Estados Unidos y Latinoamérica. 

 

Y ahora con el presidente Biden, cuando él y yo hablamos de esta posición de embajador, hablamos de la importancia de transformar esta relación para lo positivo, para lo bueno y para siempre. 

 

Y esto lo llevamos en un trabajo que no es fácil. Todos los días hay más qué hacer. 

 

Pero, fundamental, primeramente, está la relación comercial. La relación donde México y Estados Unidos son los primeros socios del mundo en el intercambio comercial. 

 

Los carros, la comida, se ve en el aguacate que se produce en Michoacán que se come allá; en toda la vida esta relación es tan importante. 

 

Y nosotros, por el marco legal que tenemos, el T-MEC, vemos allí la integración de América del Norte. 

 

Y, como hablamos nosotros con la Canciller, ayer en Manzanillo, que esa integración viene acá a México, Estados Unidos y Canadá por el T-MEC, pero por las realidades del mundo, la pandemia nos enseñó que teníamos que ser autosuficientes aquí en América del Norte. 

 

Nos enseñó también esta guerra brutal de Rusia contra Ucrania, que deberíamos tener nosotros las fuerzas aquí en América del Norte para la independencia de nuestra gente. 

 

Esta integración económica es integración para el beneficio de los pueblos. 

 

Y, cuando yo hablo de los pueblos, hablo de todos, incluso los 300 millones de personas de los Estados Unidos que represento yo, y también los 130 millones de mexicanos que viven aquí en esta nación de México. Esa integración económica. 

 

Pero más de la integración económica, lo vemos en todos los otros temas bilaterales, en la defensa, el trabajo que hacemos; por ejemplo, ayer en Manzanillo. 

 

Y más importante que cualquier cosa, lo vemos en la relación de la gente.  

 

Aquí muchos de ustedes tienen familias en los Estados Unidos. Mucha gente en los Estados Unidos tiene familia acá en México.  

 

Me dicen que hay de 40 millones a 50 millones de descendencia mexicana en Estados Unidos, entonces mírenlo adelante, ¿a dónde vamos?  

 

¿A dónde vamos en el 2030, en el 2040, en el 2050?  

 

Una integración hasta más fuerte entre los Estados Unidos y México. 

 

Entonces, celebrar esta historia es importante, porque nos recuerda de dónde hemos venido, en dónde estamos y, reflexionando en el momento hasta en la política de los Estados Unidos y México, allá la política es difícil, que el camino adelante, vamos a crear un camino muy bueno, pero eso lo vamos a hallar bajo los valores del respeto mutuo, el respeto a la soberanía y entendiendo la grandeza de la democracia en el pueblo de los Estados Unidos y en el pueblo de México. 

 

Muchísimas gracias.  

 

SENADORA GINA ANDREA CRUZ BLACKLEDGE: Muy buenos días a todas y a todos ustedes. 

 

Quiero agradecer su presencia el día de hoy, principalmente a nuestros invitados de honor.  

 

Al Embajador de los Estados Unidos de América en México, al excelentísimo Ken Salazar.  

 

Bienvenido, como siempre, Embajador, aquí a la Casa de la República. 

 

Por supuesto, doy la bienvenida al maestro Roberto Velasco, jefe de la Unidad para América del Norte de la Cancillería, que siempre, como aquí ya se ha mencionado, siempre ha sido abierto al diálogo, al acompañamiento en cada una de las invitaciones que le hemos hecho, para poder seguir construyendo desde el Senado de la República esta gran amistad, esta gran relación desde el Senado con Cancillería y, por supuesto, con las autoridades de los Estados Unidos. 

 

También agradecer y felicitar a nuestra presidenta de la Mesa Directiva, Ana Lilia Rivera. 

 

Y, por supuesto, agradecerle a los y las senadoras aquí presentes a este importante evento, siempre solidarios. 

 

De hecho, estos tres senadores siempre son solidarios con la Comisión, a donde los invitamos siempre están, y la verdad les agradezco mucho siempre el acompañamiento y sobre todo el interés para poder trabajar desde la Comisión de Relaciones Exteriores América del Norte, en todos los temas que nos competen. 

 

Hoy es un evento importantísimo para la Comisión de Relaciones Exteriores de América del Norte, porque podemos plasmar o estamos viendo realizado un sueño que precisamente nació en casa de Brian Naranjo, en una reunión en la que estuvimos, en donde allí precisamente en su casa planeamos y pudimos ver la posibilidad de tener este tan importante acontecimiento, que es que en el Senado de la República podamos tener la historia de una relación binacional. Una relación binacional que data únicamente de 200 años. 

 

Quiero, antes de continuar, agradecerle mucho al personal de la embajada de los Estados Unidos de América por toda su apertura, por el acompañamiento, por el gran entusiasmo y, sobre todo, el apoyo para llevar a cabo este evento. 

 

Por supuesto, a mis compañeros de la Comisión de Relaciones Exteriores América del Norte, que me han acompañado estos cinco años, muchísimas gracias por todo su apoyo. 

 

Y también especialmente agradecer al personal de aquí del Senado de la República. 

 

Anoche ellos estaban hasta muy tarde, en la noche instalando la exposición.  

 

Vimos que estaban instalando las banderas, poniendo todo lo que tuviéramos que necesitar para poder este gran evento, en donde se conmemoran 200 años de relaciones bilaterales. 

 

La relación más importante para nuestro país es, sin duda, con los Estados Unidos de América. 

 

Asimismo, es la más compleja, pero es enriquecedora, vinculante e inmediata en términos de política exterior, comercial, cultural y social. 

 

Tenemos una frontera compartida de más de tres mil kilómetros de extensión que, a través de la historia, ha conllevado un sello distintivo de encuentros y desencuentros, de problemas y retos, pero sobre todo de oportunidades de cooperación y diálogo. 

 

Naturalmente la historia de las relaciones entre México y los Estados Unidos de América, ha transitado y se desarrolla por líneas paralelas; con momentos difíciles, pero también con momentos de gran éxito. 

 

Recordemos que desde la independencia de ambos países, se iniciaron las relaciones diplomáticas; es decir, hace dos siglos. Con la finalidad y objetivos de fortalecer y reafirmar que somos dos naciones hermanas que recorren caminos unidos siempre.  

 

La convergencia es una dimensión geohistórica y geopolítica. Los dos países compartimos un espacio común y, por lo tanto, compartimos retos y problemas conjuntos que requieren la activa cooperación binacional, así como un entendimiento constante y un diálogo permanente. 

 

Esta exposición de imágenes históricas es un reflejo de aquello que comenzó por la búsqueda del reconocimiento y un acercamiento comercial, transitó por etapas de reclamaciones territoriales y propuestas de compra-venta, guerras costosas y desencuentros, hasta establecer una relación sólida, colaborativa y fructífera. 

 

Al reconocer nuestra historia conjunta, comprendemos que la mejor forma de hacerlo es a través de acciones reales que beneficien a nuestras naciones. Como ejemplo inmediato tenemos el Diálogo Económico de Alto Nivel, que nos permite profundizar la integración mientras trabajamos juntos para tener una frontera moderna, segura y eficiente. 

 

A la par de trabajar por un sistema migratorio ordenado y humano, y compartir la visión de la necesidad de incrementar el uso y generación de energías limpias, ante los efectos del cambio climático para proteger el planeta. 

 

A través de esta exposición, construida en conjunto con la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Embajada de los Estados Unidos, el Senado de la República da testimonio de que a lo largo de estos primeros 200 años de relaciones bilaterales, se reconoce una historia compartida. 

 

En la exposición se presentan de manera gráfica las etapas por las que ha transitado el entendimiento entre los dos países y se muestran los programas binacionales que en conjunto han fortalecido la colaboración y la cooperación entre nuestras naciones.  

 

Finalmente, quiero destacar que ningún muro, ni personajes, ni boyas lograrán menoscabar este lazo que une a nuestras naciones. La historia nos ha demostrado que la colaboración y el trabajo entre amigos, socios y aliados, es la mejor manera de enfrentar los retos futuros y los problemas presentes. 

 

Es importantísimo también decir que para los próximos 200 años, estaremos seguramente trabajando para que sean más prósperos todavía; que sean pacíficos y sobre todo que sean buenos, que sean prósperos, que sean en beneficio de ambas naciones para estas dos grandes naciones. 

 

Muchísimas gracias por acompañarnos y espero de todo corazón, que disfrutemos esta exposición, que logremos ver que más allá de lo que pudiéramos nosotros decir, ahí ustedes van a ver reflejado en estas imágenes nuestra historia conjunta, somos un mismo pueblo, somos una misma nación, somos una misma región.  

 

Y ahí es donde queremos seguir fortaleciéndola, sobre todo seguir trabajando por la humanidad, por las personas, por nuestros connacionales, por los mexicanos en Estados Unidos, por los estadounidenses en México. 

 

Muchísimas gracias.