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La verdad es que ver este Senado con el folclor de nuestra mexicanidad, de nuestra identidad, representado en la casa del Pacto Federal, nunca había lucido tan bello como con la presencia de sus mujeres y sus hombres charros. Sean bienvenidos. 

 

Este es un evento que nació y que emergió de grandes pláticas, de grandes encuentros entre un personaje que está ligado a la música mexicana, pero que ha nacido de una familia charra, como lo es Humberto Herrera. 

 

Humberto Herrera nos decía un día, con el maestro Rodrigo, secretario técnico del Instituto Belisario Domínguez de este Senado, que deberíamos honrar a las exreinas, a los charros que han hecho historia y que están en diferentes asociaciones; algunos ya no charrean, pero que hiciéramos un reconocimiento en el Senado, en el contexto de nuestros casi 200 años como nación independiente y como República constituida. 

 

Y por eso le pedí de favor al senador Raúl Bolaños, que tuvo que retirarse, él es senador por Oaxaca, charro. Al senador José Narro, que hizo uso también de la palabra. Y a mi amiga Cheni, de Nayarit, que hiciéramos un encuentro para reconocer la trayectoria de cada una y de cada uno de ustedes. 

 

Le doy la bienvenida a don Mariano Pedrero. Sus palabras muy conmovedoras, se ve que late la charrería en el corazón de don Mariano; lo refleja. Sea bienvenido, siéntase como en su casa, es un homenaje a todos los que como usted han hecho posible mantener viva esta tradición, este deporte reconocido mundialmente. 

 

A las dos reinas de México y de la reina de la charrería en Estados Unidos también, sean bienvenidas. Ustedes dos jovencitas que les toca portar este gran símbolo de unidad nacional. 

 

Y, quiero saludar de manera muy especial a un amigo, a un hombre que conocí ya hace varios años y tuvo la gran, digamos ese cosquilleo de inyectarnos a nosotros que no nacimos charros y que nos empezó a enseñar allá en Chiapas, en mi caso, hablo personalmente; y por eso le pedí que me acompañara al presídium a mi amigo Alejo Goñi, un hombre charro, de una familia charra, que allá está su señor padre también, lo saludo con mucho cariño, con mucho afecto y con mucho reconocimiento. 

 

Les decía que la charrería, quienes han nacido, quienes han aprendido y quienes todavía no lo aprenden, es sin duda uno de los deportes que da origen a la competencia, a la disciplina, a la constancia y al trabajo. 

 

La charrería en diferentes épocas de nuestro México ha estado presente.  

 

En la época de la conquista, llegaron los caballos; en la época del virreinato, estuvieron los caballos; en la época del México independiente, estuvieron ya los chinacos; y en la época revolucionaria y posrevolucionaria, estuvieron los charros, estuvieron las escaramuzas. 

 

Y está esta tradición tan latente, que en la casa del Federalismo mexicano, debemos asumirla con mucha pasión, porque es nuestra esencia.  

 

Hemos tenido grandes encuentros con distintos sectores de la población, con mujeres, con las personas con discapacidad, con los jóvenes, con las comunidades, como lo es el LGTB; pero hoy creo que es el primer encuentro de los charros de México en este Senado de la República. 

 

Me refiero a estar presentes en el Pleno del Senado, en los escaños en los que ustedes se encuentran, creo que es el primer evento que tenemos y que debemos generar para que sea éste el espacio donde se visibilicen nuestras tradiciones, nuestra identidad nacional. 

 

Que los hombres y mujeres de a caballo nunca culminen.  

 

Que los hombres y mujeres de a caballo estén siempre presentes en cada parte de nuestra República, donde hay ranchos, donde hay un caballo hay una diversión; donde hay más hombres y más caballos, hay una competencia.  

 

Y ahora tienen las mujeres esa posibilidad en distintas partes de la República de practicar este deporte, que lo hace aún más atractivo, que lo hace aún más familiar. 

 

Qué bueno. Hay muchas escaramuzas el día de hoy, les hablo a ustedes, a ustedes las mujeres que están en primera fila. 

 

Son el primer frente de batalla de la charrería, porque los charros no serían lo que son, ni los equipos, si no estuvieran ustedes acompañando en las competencias con sus hijos, con su familia.  

 

Las mujeres en la charrería fomentan la unidad familiar.  

 

Las mujeres en la charrería impregnan esa belleza del pueblo de México. 

 

Sean bienvenidos, a todas las asociaciones charras que hoy nos acompañan, no quiero pasar inadvertido señalar algunas, pero saludo con mucho cariño a mis paisanos de Chiapas, a la Asociación de Charros de Montebello, ¿verdad? Asociación de Charros Montebello. 

 

A Jericó, ¿dónde está la Asociación Jericó? Allá está presente; y a los de Tuxtla, Gutiérrez.  

 

Muchas gracias a ustedes por acompañarnos en este evento tan importante. 

 

Y no quiero hacer más uso de la palabra, porque aquí venimos a reconocerlos, no venimos a dar un discurso ni legislativo, mucho menos político. Es un reconocimiento a su trabajo, a su esfuerzo, a su dedicación y, ¿por qué no?, a esos grandes campeones que le han dejado una historia a México en sus estados. 

 

Sean bienvenidos y felicidades a todos.  

 

¡Y que viva la charrería! 

 

¡Que viva México! 

 

¡Viva México!