plg_search_media
Search - EDocman
Buscar - Categorías
Buscar - Contactos
Buscar - Contenido
Buscar - Canales electrónicos
Buscar - Etiquetas

Versión estenográfica del mensaje del senador Alejandro Armenta Mier, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, en el homenaje a Héctor Azar Barbar, escritor y fundador de instituciones teatrales. 

Buenas tardes, amigas y amigos. 

 

Nos da mucho gusto recibirles en el Senado de la República, recibir a la familia del maestro Héctor Azar. 

 

Cuando la senadora, mi amiga Cora Cecilia, me comentó del homenaje, me dio mucho gusto, de verdad me dio mucho gusto y le dije que claro que la íbamos a acompañar. 

 

Y, desde luego que recibir a la esposa del maestro Héctor Azar, la señora María Antonieta, es un gusto enorme. Bienvenida al Senado. A su hijo, don Héctor; y a quienes han encabezado durante tantos años el legado del maestro Héctor Azar en la representación de Adriana Acevedo. 

 

Y el hecho de que esté con nosotros la representación de la Compañía Nacional de Teatro, el Instituto Nacional de Bellas Artes, Aurora Cano, es muy importante porque dan testimonio. 

 

El senador Narro con su presencia, acompañando este homenaje, compartiendo también el arte y la belleza cultural que tiene Zacatecas, se hermana con Puebla y con todo el país. 

 

Me da gusto que esté el maestro Reygadas, con quien tuve la oportunidad de saludarle hace un par de meses y entregarle un reconocimiento en vida, porque eso es importante hacerlo también; es un hombre que le ha dado mucho a México, a Puebla. 

 

Y quiero informarle a la familia, a los amigos de don Héctor Azar, que yo tuve la oportunidad de conocerlo cuando era secretario de Cultura. Él estuvo con el gobernador Manuel Bartlett Díaz, yo era presidente municipal, era un chavito de 21 años, iba a la Secretaría de Cultura a  ver al secretario don Héctor. Y le decía “oiga, don Héctor, ¿qué podemos hacer por la cultura ahí en Acatzingo”? era el presidente de ese municipio. Y me dijo “Crea la Casa de la Cultura”; y fue el año en el que más casas de cultura se crearon en Puebla, generando instituciones que vinculaban la educación cultural de las escuelas con la cultura popular y con los artistas locales regionales, que siempre hay, verdaderos, verdaderas canteras de artistas en todo el país. 

 

Bueno, Cora Ceci, es Cora y es huichola, y aquí han venido muchos c oras y huicholes invitados; yo también los atiendo, ¿eh? Digo, para que se entienda, y a los zacatecanos y a todos. Somos hermanos aquí todos los senadores, senadoras y nos da gusto que entre todos podamos reconocerles; porque ustedes tienen un amor a México y un amor a sus estados, como don Héctor lo tenía a Atlixco y a Puebla, que el arte que transmiten de lo más hondo de su alma, porque el arte es lo más sublime del ser humano, es lo que nos identifica y nos diferencia al mismo tiempo. 

 

Por eso les doy este testimonio de don Héctor. Lo conocí, lo conocí a don Héctor en su plenitud, en su fuerza, en su fortaleza, en su visión de Estado, en su visión como hombre que promovió la universalidad de la cultura desde Puebla. 

 

Por eso nos da mucho gusto. Y nos da mucho gusto recibir, fíjense, qué bueno que hayan incorporado a mi amigo, que quiero decirles él, mi amigo Tizoc pertenece a una familia de serranos y ha venido a entregarnos varias obras aquí, en un acceso principal tenemos a “Los Tres Juanes”, una obra escultora que él hizo y qué bueno que estés de nuevo aquí, Tizoc, ahora con una escultura del maestro, que vamos a poner en lugar especial, le vamos a buscar un lugar especial para que todos los mexicanos que acuden al Senado de la República reconozcan la obra de don Héctor Azar. 

 

Y en este día, que es un día muy importante para las artes, yo también invité a otros amigos que cuando les dije que estábamos en un homenaje a don Héctor Azar, quiero decirles que el maestro Aurelio Leonor, que también es un amigo del arte, me dijo “vamos todos”, y por eso vienen aquí diferentes artistas de Puebla: pintores, escultores están también acompañando en memoria de don Héctor. 

 

Porque el arte no distingue ni partidos, el arte es universal, el arte es un idioma que nos identifica y que nos comunica a todos a través de una pintura, a través de una escultura, a través de una poesía, a través del canto, a través de una artesanía nos comunica a los seres humanos. 

 

Así es que nos da mucho gusto recibirles. 

 

Y también quiero decirles que vienen amigos de Nueva York, New Jersey, Passaic, que hoy recibieron reconocimientos, porque el arte también se lleva de nuestros hermanos artistas mexicanos. Don Héctor hacía exposiciones en Nueva York, New Jersey, en Los Ángeles, don Héctor en esa época se crearon la Casa Puebla en Nueva York, en Chicago. 

 

Es un gran legado el que hizo don Héctor, por eso cuando les dije a mis amigos que vienen con Lety, con Paty, con Manuel, con Isaac, con Tere, que vienen representando a siete estados de la República con familias migrantes; también aquí están presentes, porque don Héctor fue un hombre que unía corazones, unía consciencias y unía talentos. 

 

Qué orgullo, de verdad, estar en este homenaje con don Héctor, que su obra es universal. Y yo siempre he creído que los homenajes póstumos son importantes y hay que hacerlos. 

 

Don Héctor recibió muchos homenajes en vida, porque fue un hombre muy querido y es muy querido. Yo siempre digo hay que apurarnos para hacerle homenaje en vida a los hombres y mujeres que le han dado tanto a México. Hay que hacerlo en vida, hay que hacerlo siempre que sea posible; por eso aquí en el Senado cada semana, cada semana recibimos grupos de artistas, a los que les damos reconocimiento y les damos un homenaje, como hoy. 

 

Que este sea el legado, por siempre, de don Héctor Azar. 

 

Muchas gracias.