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 Versión estenográfica de la participación en Tribuna del senador Alejandro Armenta Mier, presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, con motivo del Día Internacional de la Mujer, en Sesión Ordinaria de este día. 

Con su permiso, presidenta. 

 

Compañeras, compañeros. 

 

Algunas reflexiones de cómo, cómo nos comunicamos a favor de las mujeres; cómo reproducir correctamente esa visión de igualdad entre las mujeres y los hombres. 

 

Felicitar a las mujeres no es correcto en el Día Internacional de las Mujeres: conmemoramos un hecho que fue trágico, un hecho que marcó un acto injusto en la defensa de las mujeres a sus derechos laborales. Por lo tanto, el Día de la Mujer se conmemora. 

 

Hay que estar conscientes de la situación de violencia que han vivido, que viven y que no queremos que vivan las mujeres. 

 

Sin duda, hay que hacer comentarios que no pretendan en el sentido de la protección de los derechos de los hombres, limitar los derechos de las mujeres. Tampoco es correcto. 

 

Las mujeres se organizan para marchar el 8 de marzo en contra de la violencia. Y los hombres debemos de ser solidarios ante esos hechos, debemos de acompañar no sólo en el discurso, sino en nuestros actos: congruencia, congruencia. 

 

Tener conectada nuestra acción con nuestro pensamiento y nuestra comunicación. Ni machismo ni feminismo, sin duda, porque el machismo promueve la superioridad del hombre hacia la mujer.  

 

Por eso es que nada de que a mí me enseñaron a defender a las mujeres en la casa. Nada de que aprendí a lavar los trastes o aprendí a lavar la ropa en la casa; eso, la labor en la casa y en el hogar es una normalidad para los integrantes de una sociedad, la división social del trabajo, histórica. 

 

Por lo tanto, este otro concepto de no puede haber machistas porque han sido creadas o criados por mujeres. No, es un modelo que se repite, por lo tanto es obligación de la sociedad romper con este círculo vicioso. 

 

Es un día fundamental -concluyo-, ni un paso atrás, que la normalidad en el ejercicio de los derechos de las mujeres sea una realidad en la que nadie, nadie sea omiso. 

 

En el Senado de la República tenemos clara consciencia de la importancia de las mujeres. 

 

¡Que vivan las mujeres del mundo! 

 

¡Que vivan las mujeres de México!