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Versión estenográfica del mensaje de la senadora Olga Sánchez Cordero, presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, en los Diálogos Parlamentarios “La normativa como herramienta estratégica para la igualdad de género”. 

 

Muchas gracias, mi querido Rafael. 

 

Saludo y les doy los muy buenos días, a todas y a todos, saludo con enorme afecto a mi querida compañera, la senadora Malú Lucía Mícher, presidenta de la Comisión para la Igualdad de Género. Una verdadera referente en las luchas feministas, por las causas de la igualdad. Gracias, gracias, gracias, Malú. 

 

También saludo con mucho afecto a mis compañeras Bertha Caraveo, te veo ahí. Muchas gracias, Bertha, por tu asistencia a este zoom, a esta gran cruzada para la igualdad de género. 

 

También a Mónica Fernández. Gracias, Mónica. 

 

Y, quiero saludar y dar la bienvenida a la doctora Nadine Gasman, quien desde el Instituto Nacional de las Mujeres, encabeza una serie de estrategias verdaderamente transformadoras, para las mujeres y para las niñas de nuestro país. 

 

Reconozco también la presencia de Paty Salazar. Paty querida, gracias, alcaldesa de Allende, Nuevo León. Presidenta de la Red de Alcaldesas de AMAC.  

 

Gracias, Paty, estoy viendo la regiduría de equidad, qué bueno que estén todas presentes. Como lo he dicho en otras ocasiones, todo, mi querida Paty, ocurre en el municipio: todo; ese es el primer acercamiento de la ciudadanía con el Gobierno, por lo que la representación municipal en los grandes temas de la nación es indispensable, y este es uno de los grandes temas nacionales: la igualdad, la paridad. 

 

Y, qué gusto saludarle y reunirnos hoy en torno a esta causa tan digna, tan profunda. 

 

Y gracias también a nuestros compañeros varones que están ahora participando en este diálogo. Rafa, tú por supuesto; Andrés, Saúl, Juan, Galo. Gracias, porque sin ustedes tampoco podemos avanzar. 

 

Qué privilegio recibir en esta Casa del Federalismo a tantas de ustedes, a tantas compañeras y compañeros en la lucha permanente por la causa común que tenemos: la igualdad sustantiva. 

 

Me alegro, Pilar, que estás, que sigas y continúes en la Secretaría Gobernación, en este grupo interinstitucional contra las violencias de género, y que nos hayas ayudado tanto a realizar y a organizar este grupo. Muchas gracias. 

 

Agradezco también la respuesta a esta convocatoria y les comento que estos Diálogos Parlamentarios que hemos emprendido, tienen su origen en la convicción de que la vida de las iniciativas y de las leyes, no terminan con su aprobación. 

 

Por el contrario, la permanente discusión, análisis y socialización de leyes y de las leyes generales, de todas las leyes en general que han sido aprobadas por este Congreso Federal, así como los Congresos de los estados; y así como los cambios y modificaciones sustantivos a las mismas, debe ser una tarea permanente de darlas a conocer y de socializarlas. 

 

Las leyes deben conocerse, deben apropiarse por la sociedad, pero sobre todo por las y los operadores jurídicos, de los tres órdenes de Gobierno. Por eso de verdad, agradezco mucho a los municipios que estén presentes en este diálogo.  

 

Una auténtica cultura jurídica será, fíjense ustedes, la que fomente y  permita, bajo el ejemplo de toda autoridad, una adecuada, efectiva y decidida aplicación de las normas que integran cada cuerpo de ley. 

 

Toda mi vida he considerado que la ley es la base de la armonía social, de la acción social; es el fundamento del Estado, es la guía para una acción política correcta. 

 

En este sentido, la aplicación de la ley debe siempre considerar su razón de ser, que es, sin duda, la de proteger a todas y a todos, pero sobre todo al que es más vulnerable, al que enfrenta condiciones de desigualdad, a quien históricamente se ha visto en desventaja.  

 

Las mujeres y las niñas hemos padecido diversos escenarios de discriminación, de exclusión, de violencia.  

 

Afortunadamente, gracias a la lucha incansable de muchas mujeres que nos antecedieron, a muchos de nosotros que seguimos con esta lucha como guerreras de quienes nos sucederán, las cosas sí, ¿por qué no decirlo?, han comenzado a transformarse. 

 

México ha avanzado mucho, sin lugar a duda. Actualmente, la participación y reconocimiento de las mujeres es la más amplia de la historia, tanto en política como en la economía, la industria, la academia, el deporte, por decir sólo algunos temas.  

 

Tanto en el sector social como en el sector público, las mujeres hemos reclamado espacios que nos pertenecían, pero que nos habían sido negados.  

 

La participación de las mujeres en los diversos ámbitos es causa y consecuencia.  

 

El liderazgo de todas es fundamental para transformar la inercia en una nueva narrativa de igualdad sustantiva.  

 

Falta mucho y la discriminación, las injusticias, la exclusión y, hay que decirlo, una deficiente aplicación de la ley permanece.  

 

Por ello, hoy estamos reunidas, estamos reunidos aquí para conversar sobre la necesidad de fortalecer el Pacto Federal, a partir de una mejor coordinación entre los tres Poderes de la Unión, los tres Órdenes de Gobierno y todas y todos los actores políticos. 

 

Hoy México se encuentra en un gran proceso de transformación del que ha sido parte y testigo por muchos años, con la convicción de estar transformando el país se los comparto. 

 

Hace unos días señalé que hay leyes en gran cantidad, pero su aplicación es muy deficiente.  

 

Otro tema grave es que no se ha medido la eficacia y el impacto de esas leyes.  

 

Por eso, actualmente quiero compartirles que desde la Mesa Directiva estamos encabezando un proyecto para integrar un tablero de indicadores muy lógico, suficiente, que permita medir el impacto de las leyes y de los ordenamientos constitucionales y leyes secundarias, en plena coordinación con las entidades federativas y municipales. 

 

Y en este marco, la normatividad deberá reflejar resultados verdaderamente transformadores para generar una cultura jurídica donde la igualdad sustantiva se refleje en la aplicación de la ley en los ámbitos no sólo jurisdiccionales, sino políticos, sociales, económicos. 

 

Una de las modificaciones recientes y de fondo en las que me ha tocado participar en esta materia, es precisamente el Decreto por el que se reforma el artículo cuarto de la Ley General para la Igualdad entre mujeres y hombres. 

 

Esa importante modificación determina que a falta de determinación expresa de la normatividad, se aplicará lo dispuesto en la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, y en la Ley General de los derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. 

 

Esa acción, se inscribe en una agenda de impulso a una serie de reformas para garantizar la igualdad de derechos y la protección de los derechos humanos en las mujeres, niñas y adolescentes. 

 

Y en ese marco se encuentra, igualmente, las reformas a la Ley General de Salud, para que las mujeres tengan acceso a los servicios de sexual reproductiva, a su sexualidad, a la sexualidad reproductiva. 

 

Sin embargo, quiero también decirles, la aplicación de la Norma es realmente lo que hace la diferencia en la vida de las mujeres y de las niñas. 

 

Lo señalé hace poco y lo reitero aquí: El trabajo de jueces, de fiscales, de ministerios públicos, debe ser progresista y debe tener en el centro a la persona, para que sus resoluciones, sus sentencias, sus investigaciones, permitan acabar con la impunidad en las agresiones contra las mujeres, niñas y adolescentes, y permitan recabar el acervo probatorio suficiente, en el caso de las fiscalías y ministerios públicos, para judicializar estos casos de violencia en contra de nuestras mujeres y de nuestras niñas. 

 

Toda persona debe ser responsable de la impartición, que la impartición de justicia debe estar bajo el escrutinio público constantemente, para acabar con los pendientes por formalismos, por falta de sensibilidad, por indecisión e incluso por corrupción. 

 

Hay que romper el círculo vicioso de la exclusión, la violencia y la impunidad. 

 

Mantener el respeto irrestricto a la dignidad humana y devolverla a quienes les ha sido negada, es un deber del Estado; es su razón de ser. 

 

La defensa de la dignidad de las mujeres y de las niñas, dignifica al Estado mismo, no solamente las dignifica a ellas, sino al Estado mismo. 

 

Por eso quiero dar este espacio ahora a nuestras distinguidas ponentes, por lo que hoy, 31 de enero del 2022, a las 11 horas con 44 minutos, inauguro los “Diálogos Parlamentarios. La normatividad como herramienta estratégica para la igualdad de género”. 

 

Y no olvidemos que ya hay un principio constitucional de igualdad de género, pero también de paridad, principios constitucionales que transversalmente deban aplicarse y, por ello, pues estos diálogos. 

 

Muchas gracias.