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Versión estenográfica de la participación de la senadora Olga Sánchez Cordero, presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, en el Foro “Trabajando en Unidad contra la Violencia y el Acoso en el Trabajo: Ratificación del Convenio 190 de la OIT”. 

 

Muchísimas gracias. 

 

De verdad, para mí es un honor estar esta mañana con ustedes y con motivo precisamente, de la ya inminente ratificación del Convenio 190 de la OIT. 

 

Saludo con muchísimo gusto a dos compañeras mías de lucha. A Malú Micher, Martha Lucía Micher Camarena, muchas gracias Malú, presidenta de la Comisión de Igualdad de Género; que ya no es equidad y qué bueno, es igualdad. 

 

A mi otra compañera de lucha, Paty Mercado, Patricia Mercado, senadora de la República, con quien hemos librado muchas batallas. Recuerdo una, concretamente: el tema de las trabajadoras sexuales y la sentencia de una juez de distrito muy valiente, para que fueran trabajadoras no asalariadas y tuvieran la autorización de la Secretaría del Trabajo, del entonces Distrito Federal, para poder trabajar. Y otras muchas, Paty. 

 

También saludo con muchísimo gusto, al senador Gómez Urrutia, a Napoleón. Gracias, mi querido Napoleón por ser este líder tan importante de los trabajadores, de las y los trabajadores, y tu compromiso con ellos, que siempre has demostrado y que yo admiro y respeto. 

 

También quiero saludar con mucho afecto a Martha Ferrira, que es la Secretaria Ejecutiva de INMUJERES, porque de verdad es una gran luchadora también de los derechos. Y a Selene, Selene como Secretaria de Igualdad. 

 

Pero también a ustedes, a las que vienen representando a las organizaciones sociales, a los que vienen representando al sector empresarial: gracias, Javier, por estar aquí. 

 

Alejandro Encinas, que viene representando a la Secretaría del Trabajo y también vamos a tener unas palabras, un video de la Secretaria Luisa María Alcalde. Gracias, Alejandro y por tu conducto quisiera yo mandarle a tu padre, Alejandro Encinas, un saludo un cariñoso y un reconocimiento por estos tres años, que juntos nos acompañamos para proteger y garantizar derechos desde la Secretaría de Gobernación. 

 

Y, gracias a todos ustedes por estar aquí. 

 

Y por supuesto, saludo al director de la Oficina de la OIT para México y para Cuba, a nuestro querido Pedro Américo Furtado de Oliveira, que me parece que falleció Jorge de Regil, y después de Jorge de Regil tú estás ahí en la OIT como representante de México. 

 

Me da mucho gusto, yo quise muchísimo a Jorge, fue un gran representante de México en la OIT, y ahora te saludo con gusto y con mucho afecto. 

 

También quiero saludar a las organizaciones y a los representantes de las organizaciones internacionales, a los especialistas que nos acompañan. 

 

La violencia y el acoso en el mundo del trabajo, siguen siendo un problema. Y tenemos, como en este Foro, que discutir y generar sinergias frente al reto de corregir y revertir estos desequilibrios sociales y laborales entre hombres y mujeres. 

 

Es una misión vital en estos tiempos. Y hacerlo a través de la ratificación de este Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo, para garantizar el derecho a un mundo del trabajo libre de violencia y acoso, es un mecanismo muy eficaz para lograrlo; pero es también un reclamo importante. 

 

Yo traigo algunas ideas en estas líneas para ustedes, pero también quiero compartirles mi experiencia personal, que creo que es la más valiosa. 

 

Como todos saben, yo integré el Pleno de la Suprema Corte, cuando en la novena época eran 10 hombres y una mujer. 

 

Como ustedes saben también, y han visto mi historia personal, llegué a ser Secretaria de Gobernación.  

 

Y quiero dejar muy puntual aquí, y muy claro, que el señor Presidente siempre me trató con una gran deferencia, respeto y consideración a mi persona.  

 

Y muchísimos de los integrantes del Gabinete del Presidente, fueron también generosos, amables, corteses; como por ejemplo, puedo señalar a varios de ellos, inclusive al General Secretario, al Almirante, al señor Canciller, que por cierto le vamos a pedir que ya nos mande al Senado de la República este Convenio para ser ratificado.  

 

El señor Canciller siempre fue una gente muy respetuosa y de mucho reconocimiento hacia mi persona.  

 

Pero también quiero decirles que mucha gente cercana al Presidente, mucha gente o alguna gente, no mucha, alguna gente cercana al Presidente, y lo acabas de decir tú, Napoleón, desvalorizaron mi trabajo. 

 

Permanentemente desvalorizada, a pesar de que yo me esmeraba por cumplir la responsabilidad del cargo de Secretaria de Gobernación, una de las posiciones más importantes y difíciles también para realizar. 

 

Pareciera que estas pocas personas, con la desvalorización que hacían de mi trabajo, se retroalimentaban en sus machismos. Pareciera que esa desvalorización era como demostrar la superioridad y la alimentación de ese patriarcado y de ese machismo y de esa obvia desigualdad y desequilibrio; porque quien lo sufre es quien lo está diciendo. 

 

Ya mucha gente me dice: Cúrate las heridas, dale la vuelta a la página, cierra el capítulo, no continúes dándole vueltas a lo que obviamente fue algo tan negativo para ti. 

 

Pero se los comparto y se los expreso, no porque no esté curada ni porque haya yo cerrado el capítulo, que ya lo cerré; sino para demostrarles y decirles que hasta en las más altas posiciones, una mujer sufre acoso y desvalorización de su trabajo, en forma permanente y constante.  

 

Y le consta a Napoleón, le consta a Malú, le consta a Patricia, porque tuvimos muchos temas en la Secretaría con el senador Napoleón, y cómo demostré el trabajo, cómo logré y logramos juntos aperturar minas, aperturar centros de trabajo con la ayuda y el acompañamiento de Luisa María, y avanzamos.  

 

Con Malú, y Malú yo te dije que era un compromiso, y aquí está Paty, que el sistema y la Ley General del Sistema de Cuidados va. Y aquí lo trae. 

 

Y no quiero, de verdad, hacer muy larga mi exposición, pero aquí lo traigo en estas palabras porque es indispensable que estemos abordando las barreras a la igualdad, sobre todo a la igualdad y al empoderamiento de nuestras niñas, y de nuestras adolescentes, y de nuestras mujeres, que, por cierto, yo tengo nietas ya de 17, 18 años y ellas piensan de una manera muy distinta, porque ya traen, como dirían los informáticos, que yo no soy informática porque pues yo no nací en la informática, pero ellas sí. 

 

Y ya traen otro chip, y ese chip es de valorizarse ellas mismas, porque, ¡ojo!, la primera que se tiene que valorizar es la propia mujer, las propias niñas, las propias adolescentes, porque esa autoestima, esa autovaloración es la que nos va a sacar adelante, a pesar de las desvalorizaciones de los acosos y de todo lo que hemos estado sufriendo durante tantos y tantos años. 

 

Pero primero ustedes, primero ustedes; son las más importantes. Por eso comparto mi historia. Porque ustedes pueden pensar que llegando a las más altas esferas de Poder todo es sencillo, y es mucho muy complicado. 

 

SENADORA MARTHA LUCÍA MICHER CAMARENA: Es a codazos. 

 

SENADORA OLGA SÁNCHEZ CORDERO: Es a codazos. Y cuando llegas te minan, y te minan permanentemente tu trabajo todos los que están alrededor de ti. 

 

E incluso, ¡incluso!, los más cercanos colaboradores, cuando me sugirieron que no aceptara la presidencia del Senado, porque no tenía la experiencia, después de haber presidido el Pleno de la Suprema Corte. Y eso consta en un chat, y lo grabé, y lo tengo guardado para mi memoria. 

 

SENADORA MARTHA LUCÍA MICHER CAMARENA: ¿Aquí, del Senado? 

 

SENADORA OLGA SÁNCHEZ CORDERO: No. 

 

SENADORA MARTHA LUCÍA MICHER CAMARENA: ¡Ah! 

 

SENADORA OLGA SÁNCHEZ CORDERO: De la Secretaría de Gobernación. 

 

SENADORA MARTHA LUCÍA MICHER CAMARENA: Ah, bueno. Igual. 

 

SENADORA OLGA SÁNCHEZ CORDERO: Igual. Pero al final del día ahí está presente. Yo no tenía experiencia. 

 

Como si naciera uno ya sabiendo todo; y como si los presidentes y las presidentas hubieran sabido ser presidentas y presidentes cuando llegar. 

 

SENADORA MARTHA LUCÍA MICHER CAMARENA: Ellos, ellos, ellos nacieron… 

 

SENADORA OLGA SÁNCHEZ CORDERO: O ellos nacieron sabiéndolo todo. 

 

Entonces, jóvenes, porque ahora ya todos son jóvenes para mí. Jóvenes: vamos a revertir estos efectos negativos. 

 

Esta sobrecarga, les decía que traía yo esto, esta sobrecarga que tiene en la vida de las mujeres y en las niñas, sí, el tema de cuidados. 

 

La pérdida de empleo, lo que acaba de decir Pati; la pobreza de tiempo, la inequidad, en el salario, en el ingreso, y los derechos y las oportunidades de las mujeres que les cuesta el doble de trabajo, ¡el doble!, llegar. 

 

Y este es un deber ineludible de nosotros, porque lo tenemos que hacer y tenemos que avanzar. 

 

Y tenemos un cargo público, y con ese cargo público vienen responsabilidades que tenemos que cumplir, porque si no, pues vámonos del cargo público si no tomamos las decisiones, ¿no? 

 

El Senado, ya para concluir, reafirma su compromiso por impulsar un régimen en el que la ley sea aplicada por todos, a todos por igual y la justicia sea la vía de solución de conflictos. 

 

Pero tenemos que trabajar con ustedes en forma conjunta, con el sector empresarial, con la Secretaría de Trabajo, con INMUJERES, contigo, con todos, y con Malú, con Napoleón, con Pati, aquí en el Senado. 

 

De verdad, muchas gracias.