Número-1206
- Lamento que las contradicciones internas del PRI no le hubieran permitido ser el candidato presidencial: Beatriz Paredes.
- Ha desempeñado un papel decisivo en la transición política y social de nuestro país, destaca Ifigenia Martínez.
En la Antigua Casona de Xicoténcatl, sede alterna del Senado de la Repúblico, se rindió homenaje a Porfirio Muñoz Ledo, por sus 70 años de lucha democrática, que emprendió desde distintas posiciones políticas y de toma de decisiones.
La senadora del PRI, Beatriz Paredes Rangel, destacó que Muñoz Ledo fue un gran innovador que modernizó estructuras, democratizó relaciones y buscó siempre impulsar un Estado mexicano robusto, pero a la vez, participativo.
Lamentó que las contradicciones internas de su partido no le hubieran permitido ser el candidato a la Presidencia de la República de ese entonces, “otra historia sería,” consideró la legisladora en el homenaje, que promovió el presidente del Consejo de Administración del Periódico El Universal, Juan Francisco Ealy Ortiz.
“Creo que esa aventura histórica, que pesa para México con un gran costo, además de corresponder a matices ideológicos a veces, y a diferencias de fondo en otras ocasiones, se vincula a un hecho triste que ha caracterizado y que lamentablemente se ha acentuado en esta etapa”, del país.
Paredes Rangel sostuvo que, en este momento, se ha acentuado “el miedo a la inteligencia, el temor a la brillantez ha sido trágico para el sistema político mexicano, ahogado por un presidencialismo opresivo, en donde es pecaminoso ser más lucido que el Presidente, más brillante en las propuestas, más notable en la imaginación”.
En su intervención, la senadora de Morena, Ifigenia Martínez Hernández, subrayó que Muñoz Ledo ha desempeñado un papel decisivo en la transición política y social de nuestro país, “encabezando la lucha por la institucionalización y defensa de la pluralidad.”
Este homenaje, dijo la legisladora, se convierte en una nueva oportunidad para reflexionar de nuestro futuro y de nuestra responsabilidad de todos los que iniciamos este camino para México.
En su exposición, Porfirio Muñoz Ledo consideró que los acontecimientos políticos y económicos ocurridos en el país, a partir de 2018, “han merecido diatribas, elogios, condenas automáticas, sometimientos serviles y en ocasiones prácticas corruptas”.
Reconoció que ha luchado junto con un vasto entramado de generaciones, cuyos voceros calificados, han ofrecido su propia narrativa “de la que sólo puedo reivindicar en exclusiva, mis propios errores”.
El exdiputado comentó que, en 1988, el movimiento que encabezó junto con otros líderes, entre ellos Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, fue depositario de un proyecto nacional fundado en la ciencia y la cultura, “creemos profundamente que al pueblo hay que educarlo, jamás domesticarlo”.
En 1997, recordó el exsenador, se instaló una mayoría en el Congreso opuesta al partido en el gobierno, que dio pie a una transición pacífica, para que, en el 2000, surgiera el primer Ejecutivo federal de la alternancia.
Luego, añadió, vino el desafuero “y desatinos que torcieron el camino democrático,” y criticó además que “de todas las democracias, la menos democrática es la plebiscitaria, porque acaba arrollando a todas las demás.”
Porfirio Muñoz Ledo consideró que la ruptura de 1988 y el levantamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas, precipitó la transición, pero “quedamos a la deriva a acontecimientos democráticos inciertos”.
Todas las instituciones autónomas del Estado, abundó, “hoy consagradas por la Constitución, surgieron durante este doble proceso contemporáneo, no han terminado aún de asentarse ni mucho menos de equilibrarse”. Por ello, ignorarlas o despreciarlas, sólo muestra la predilección “mal sana” por el río revuelto.
Por su parte, Diego Valadés, investigador emérito del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, destacó que, en 1998, Muñoz Ledo, junto con un puñado de mexicanos, emprendió un ambicioso y épico movimiento para democratizar al país, sin alterar la paz.
Ese proyecto, agregó, encabezado por Cuauhtémoc Cárdenas, Ifigenia Martínez y el propio Muñoz Ledo, contribuyó a preservar la estabilidad nacional, porque, además, irradiaron energía y esperanza, y “dieron un ejemplo de civilidad y creatividad al conseguir espacios para las ideas”.
Muñoz Ledo, abundó el investigador, se caracteriza por expresar sin rodeos sus ideas y sus posiciones ha preferido pagar los costos políticos de la dignidad y no los costos morales de la abyección.
Martha Bárcenas, ex embajadora de México en Estados Unidos, resaltó que Porfirio Muñoz Ledo representa un tipo de político que está intelectualmente por arriba de la media de los políticos en México.
“Nada más cierto en un México que atestigua día a día la degradación de la vida política y del debate, que ve impotente la falta de talento y voluntad para construir consensos para reconocer los beneficios de la diversidad”, expresó.
El consejero presidente del Instituto Nacional Electoral, Lorenzo Córdoba Vianello, destacó que los empeños de Muñoz Ledo, y de muchos protagonistas de los años de la transición, “estuvieron enfocados como el más sublime significado del cambio democrático”.
Pasar de un régimen autoritario, monolítico y de partido hegemónico, a un sistema político que reconoce y alienta la pluralidad, los derechos ciudadanos, la libertad, la tolerancia y la convivencia pacífica entre las mayorías y minorías, fue probablemente el fin último de nuestro proceso de transición, agregó.