Número-791
- La senadora Cruz Blackledge se solidarizó con los comunicadores.
La senadora panista Gina Andrea Cruz Blackledge presentó un punto de acuerdo para manifestar la solidaridad del Senado con los periodistas “que han sido atacados desde el Poder Ejecutivo Federal”, por dar a conocer los posibles actos de corrupción, como conflicto de interés y tráfico de influencias, en los contratos otorgados por Petróleos Mexicanos (PEMEX) a la empresa Baker Hughes en el presente sexenio.
Además, planteó que la Fiscalía Especial para la Atención de Delitos cometidos contra la Libertad de Expresión, de la Fiscalía General de la República, inicie una investigación sobre la actuación de servidores públicos del Poder Ejecutivo Federal, cuyas expresiones y actos pueden constituir delitos en contra de este gremio.
La legisladora del PAN solicitó que este punto de acuerdo se tramitara de urgente y obvia resolución, pero la Asamblea rechazó esta petición, por lo que fue turnado a la Comisión de Seguridad Pública.
Cruz Blackledge subrayó que los homicidios de periodistas tienen un factor común, “se trata de comunicadores locales que revelan la corrupción del poder político y económico en sus municipios o estados, así como la inseguridad que impera en sus comunidades”.
También señaló que, de acuerdo con la organización Reporteros sin Fronteras, México es el país más peligroso del mundo para ejercer el periodismo y también el país donde se ha asesinado a más periodistas en los últimos cinco años, con un total 66.
Otros países con alto número de periodistas asesinados son los que se encuentran en conflictos bélicos, agregó. Este panorama ilustra la grave situación que se vive en México para el ejercicio del periodismo.
Desde la tribuna, la legisladora puntualizó que el Estado mexicano, particularmente el Ejecutivo Federal, tiene la obligación hacer un llamado a la paz y de encontrar soluciones mediante la apertura a la crítica, para que cesen las agresiones en contra de periodistas.
No obstante, acotó, el presidente López Obrador ha tomado una actitud irresponsable y de persecución en contra de periodistas y medios de comunicación, y ha calificado a la prensa de tendenciosa, corrupta, injusta, amarillista, conservadora, de mercenarios, principalmente cuando se trata de periodistas o medios de comunicación críticos de su gobierno.