- Entre el segundo y tercer trimestre de 2021, la inflación general anual promedio se mantuvo en niveles elevados, reporta Banco de México a legisladores.
En la sesión de este jueves, el Senado de la República recibió el nombramiento que realizó el Ejecutivo Federal en favor de Daniel Alberto Cámara Ávalos, como embajador de México en la República de Haití.
La propuesta se envió a las comisiones unidas de Relaciones Exteriores y de Relaciones Exteriores América Latina y el Caribe, para su análisis y dictamen correspondiente.
Además, la Cámara de Senadores recibió un informe del Banco de México en el que se analiza la inflación, la evolución económica y el comportamiento de los indicadores económicos del país en el trimestre julio-septiembre de 2021.
En este documento se menciona que, en México, en el tercer trimestre de 2021 la actividad económica se contrajo. Este resultado reflejó una desaceleración del ritmo de recuperación de diversos sectores que se puede asociar al recrudecimiento de la pandemia durante el periodo y las continuas disrupciones en las cadenas globales de suministro.
También fue consecuencia de una fuerte reducción del gasto en los servicios de apoyo a los negocios por la transición a la nueva regulación en materia de subcontratación.
En el reporte se anticipa que la actividad económica retomará una senda de recuperación. No obstante, “se espera que prevalezcan disrupciones en las cadenas globales de suministro, en un entorno de incertidumbre respecto de la evolución de la pandemia y sus efectos en la actividad económica”.
El documento, que fue turnado a la Comisión de Hacienda y Crédito Público, destaca que, entre el segundo y el tercer trimestre de 2021, la inflación general anual promedio se mantuvo en niveles elevados, “pasando de 5.95 a 5.80 por ciento y alcanzando 7.05 por ciento en la primera quincena de noviembre, su nivel más elevado desde abril de 2001”.
Además, subraya que en el periodo que cubre este informe se observó un entorno más complejo para la inflación. “A nivel global las presiones inflacionarias se intensificaron, ello debido a los efectos directos e indirectos de la pandemia y de las medidas de apoyo al gasto adoptadas, especialmente en las economías avanzadas”.
Y la interrupción de actividades productivas propició importantes cuellos de botella en las cadenas de suministro, que se han visto ampliados por una reasignación del gasto de los hogares de los servicios hacia los bienes de consumo duraderos