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Versión estenográfica de la participación de la senadora Ana Lilia Rivera Rivera, presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, en la Presentación Alianza Parlamentaria Iberoamericana y Caribeña por la Seguridad Alimentaria para Todos y Todas, en la FAO.

 

Muy buenas tardes.

 

¡Que calor!

 

Que calor se siente en el ambiente, pero también en el ánimo.

 

Espero despertarlos, porque el calor y después de comer, ya estamos durmiendo.

 

Voy a omitir los saludos porque el tiempo es breve, para poder concretarme en lo que he venido a plantearles desde México.

 

Creo y es fundamental reconocer el gran esfuerzo que ha hecho la FAO, que ha hecho esta Cooperación Española y la AMEXCID, en lograr que vayamos impulsando desde nuestros espacios legislativos una agenda en común.

 

Hace un momento hablábamos que hablar de la desigualdad en el mundo tiene muchas variantes, pero la desigualdad más brutal es la que expresa que haya millones de seres humanos que no pueden comer.

 

Desafortunadamente estamos viviendo tiempos todavía más convulsos, que van a hacer que la Agenda 2030 que está pendiente, quizá no la logremos; el que nadie se quede atrás, el que nadie se quede afuera.

 

Porque vivimos momentos en el que el impacto del cambio climático, que es algo que ya no podemos combatir sino a lo que nos tenemos que adaptar, tiene que llevarnos a garantizar agua, alimentos y el control de la inflación.

 

Eso ha hecho que la agenda de los frentes parlamentarios hoy sean nuestros países de prioridad nacional, de prioridad de seguridad nacional; porque simple y sencillamente el cambio climático va a impulsarnos a refrendar o a modificar nuestro modelo civilizatorio.

 

El trabajo de los parlamentarios que estamos aquí no es fácil, porque llevar una agenda que tenemos, en muchos de nuestros países no es prioridad en nuestros gobiernos.

 

Por eso las parlamentarias y los parlamentarios que llevan una iniciativa de una ley modelo que construimos y que precisamente para eso es esta alianza, llega a nuestros países, no tan fácilmente a concretarse.

 

¿Por qué? Primero, porque vivimos en realidades políticas donde es muy difícil a veces encontrar acuerdos.

 

Llegas, presentas una iniciativa que puede quedarse en la congeladora seis años.

 

Si la logras cabildear y la logras poner como un tema prioritario, si es un sistema bicameral pasa en una Cámara pero ya no pasa en la siguiente.

 

Entonces, lograr que cada una de esas iniciativas se convierta en leyes y que estas leyes sean decretos, y que estos decretos impacten en el presupuesto, en las políticas públicas de tu país y logren llegar esos recursos a los que menos tienen, a los que padecen hambre y desnutrición, es un triunfo.

 

Quince años de estar impulsando esta agenda no es mucho tiempo, para lo complejo que es ver sus efectos.

 

Distinguidas y distinguidos anfitriones de este gran evento:

 

Hoy quiero con ustedes celebrar esta alianza que tiene como objetivo principal fortalecer la colaboración entre nuestros países, para garantizar que todas las personas tengan acceso a alimentos suficientes, seguros, nutritivos.

 

Y lo planteamos desde la trinchera parlamentaria porque establecer leyes en materia de alimentación no es un capricho, no es una moda; se trata de un tema de derechos humanos, porque a través de ellas es posible materializar este derecho a la alimentación.

 

Promover la soberanía alimentaria, proteger la biodiversidad, respaldar los derechos de los pueblos indígenas y comunidades rurales, y asegurar la seguridad alimentaria.

 

Nuestra alianza ha apostado por un enfoque sistémico, territorial y centrado en las personas, porque hemos coincidido en que la seguridad alimentaria no es sólo un problema de falta de alimentos sino también de desigualdad en su distribución, desperdicio y acceso a recursos para producirlos de manera sostenible.

 

Por ello es que esta alianza se ha propuesto colaborar en múltiples frentes; desde la promoción de la legislación y las políticas públicas inclusivas, hasta el fenómeno de tecnologías agrícolas avanzadas y la reducción del desperdicio alimentario.

 

Me complace atestiguar la suma de España y Portugal como miembros de esta alianza; dos países que por sí mismos han mostrado un firme compromiso con estos objetivos.

 

España ha liderado diversas iniciativas en el ámbito de la seguridad alimentaria… (corte de video) …tales para el éxito de nuestra Alianza, y precisamente, porque estos espacios nos permiten enriquecerlos.

 

A través del intercambio de consejos, experiencias y buenas prácticas, quisiera compartir con ustedes, en el caso de mi país, México, que hace más de una década reconoció en su Constitución el derecho humano a una alimentación suficiente, nutritiva y de calidad, imponiendo al Estado la obligación de garantizar dicho derecho.

 

Comentar con ustedes que, aunque el precepto constitucional estuvo vigente desde octubre de 2011, no fue sino hasta abril de 2024, hace apenas unos días, que logramos materializar su norma reglamentaria.

 

La Ley General de Alimentación Adecuada y Sostenible, que tiene como propósito promover, proteger, respetar y garantizar el ejercicio efectivo de este derecho y de los derechos humanos interdependientes que de él nacen, priorizando el derecho a la salud, el medioambiente, el agua, el interés superior de la niñez y el enfoque de género en todas las políticas de Estado Mexicano, relacionadas con la alimentación adecuada.

 

Entonces, tardamos 10 años en crear las leyes reglamentarias que pudieran hacer efectivo el derecho a la alimentación sana.

 

Pero logramos en México, como parte de una estrategia, se prevé la obligación de que las autoridades den una normatividad apropiada para determinar canastas normativas regionales.

 

Es tiempo de que se disponga ya de la promoción del consumo de productos naturales, la obligación de productos y distribuidores de alimentos procesados, y de advertir cuando esos productos ordenan ingredientes que de forma directa prevengan el uso de organismos genéticamente modificados, así como el mandato a las autoridades a preservar el uso de las técnicas tradicionales y saberes ancestrales para la producción de alimentos.

 

Esta ley establece, además, la obligación del Estado de promover condiciones para el desarrollo rural integral, con el propósito de generar empleos, garantizar a la población campesina bienestar y su participación e incorporación en el desarrollo nacional.

 

Quiero decirles que con esta Ley hemos asegurado que el 15 por ciento de la producción de medianos y pequeños productores sea comprado por las grandes empresas que se dedican a la compra y distribución de alimentos en nuestro país, y muchas otras más.

 

Pero quiero decirles que en esta Ley -que no me voy a extender más; el tiempo es corto-, lo más importante es que logramos construir una Ley General.

 

¿Qué quiere decir? Que en México ya estamos legislando, en los 32 estados de la República, replicar lo que la Ley General está ordenando.

 

Y hemos consolidado que los presupuestos destinados, que están dispersos en diversas leyes, se enfoquen en un mismo reglamento, que ya estamos construyendo, para que no se sigan duplicando presupuestos, esfuerzos, que, finalmente, no concluyan en el objetivo principal.

 

Que en mi país todos los niños, todas las mujeres tengan un plato de comida garantizado, libre de alimentos chatarras, que están controlados ya por el Estado.

 

Vamos por modificar normas, vamos por seguir etiquetando. En México ya tenemos el etiquetado de advertencia, pero ahora se va a multiplicar con el etiquetado de transgénicos.

 

Entonces, seguimos impulsando una manera distinta de alimentarnos, una conciencia del consumidor a lo que está comiendo, garantizando en los entornos escolares alimentos sanos. Entonces, vamos por buen camino. Falta mucho por hacer.

 

Pero el haber logrado en estos meses de trabajo, en estos 15 años de políticas públicas, enfocadas a una alimentación sana, que 3 millones de niños, de niñas hayan logrado salir del hambre, es un objetivo que nos indica que va por buen camino.

 

Yo deseo que esta Alianza sea exitosa, que sigamos haciendo el trabajo que nos corresponde en nuestros países, lo hagamos con seriedad.

 

Hablar de alimentación y de desnutrición no es moda. Tenemos pandemias en nuestros países, diabéticos, hipertensos, obesos, que solamente son producto de la mercadotecnia y de la ambición desmedida de quienes tienen el control de los insumos y de los alimentos, esos que enferman al mundo, para después producir medicamentos y seguir ganando con sus enfermedades.

 

Acabemos con ese modelo de consumo que ha llevado al mundo a tener una sociedad hambrienta, mal alimentada y enferma.

 

Muchas gracias.