Versión de las intervenciones de Juan Esteban Gutiérrez, promotor cultural chiapaneco; y del senador Eduardo Ramírez Aguilar, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, en el evento “Bicentenarios de Chiapas, Documentos Históricos” llevado a cabo en el Patio Central de la Antigua Casona de Xicoténcatl.
JUAN ESTEBAN GUTIÉRREZ: Muy buenas tardes.
Estimado senador Eduardo Ramírez, un gusto estar con usted hoy, compartir esta tarde y compartir y saborear parte de la historia de Chiapas, estimado senador. Nuevamente un gusto volver a coincidir con usted, dialogando siempre sociedad civil y estado, un gusto.
Estimados amigos de Chiapas, muy querida familia.
Mi padre decía que para la cultura no había límites, que era importantísimo el apoyo a todas las expresiones culturales. Y en esto fue congruente, como en muchas otras cosas.
Nunca hubo un regaño por exceso de gasto en librerías. En Arriaga, Chiapas, donde nacimos, teníamos la mejor librería del estado; todo el año íbamos y pedíamos, y como en todo pueblo sólo decíamos “me lo carga a la cuenta”. Cada diciembre, que llegaban las cuentas de todo un año, mi papá, haciendo un gran ejercicio de autocontrol, jamás nos regañó; algunos de sus hijos estamos en el límite de tener a la lectura como vicio.
Mi madre también gran lectora, y pianista en su juventud, nos inculcó el hábito de la lectura. Hija de militar, sobrina de político; mis padres nos inculcaron el amor a Chiapas y a su historia. Mi padre fue más allá: se comprometió muy fuerte con la educación de Chiapas.
El periodista Víctor Lara, que en paz descanse, me comentaba que cada año los estudiantes de la Preparatoria diurna del municipio, ya sabían el camino para que cada olimpiada o juego estatal tocaban la puerta de mi casa y recibía ayuda. El compromiso de mi padre fue más allá de apoyos casuales; lo llevó a donar los terrenos para la construcción de la UNACH, en nuestro natal Arriaga.
Es por estas acciones de la vida de mis papás, que decidí que la colección de documentos que hoy compartimos, lleve su nombre.
Decía Víktor Frankl que el hombre es un ser cultural, aun en las peores condiciones; como lo fue en los campos de concentración. “El olfato para lo valioso, lo bello, lo misterioso o lo ominoso, nunca le abandona por completo.
“Por ello es importante y beneficioso mantener un nivel cultural mínimo, precisamente en las malas épocas. La cultura nos estimula, nos inspira, nos saca del tedio, de la cotidianidad e impide que nos instalemos en la apatía y la rigidez mental; quien lee un libro interesante, escucha su música preferida, aprende por placer un poema de memoria, se hace un bonito vestido y visita una exposición como hoy; está alimentando su mente y abriéndose a las pequeñas cosas que iluminan la vida”. Fin de la cita.
La cultura, que va de la mano con la historia, no es un objeto de placer, sino la expresión de nuestra condición humana y, por consiguiente, un bien inalienable que debemos arrastrar hasta en las épocas de mayor penuria.
Vivimos épocas difíciles en que parece que todo va rápido, épocas de compensación; pero siguiendo el ejemplo de mis padres y de lo que debe de ser la responsabilidad social de un empresario. Este compromiso que va más allá de su patrimonio y su familia, que tiene que ver con la obligación moral con su comunidad.
En mi caso, llevo años colaborando con diferentes asociaciones y fundaciones, y la vida me dio la oportunidad de rescatar y preservar parte de la memoria colectiva a través de estos documentos históricos sobre Chiapas. Así, con el entusiasmo de darlos a conocer y ponerlos a la disposición de la sociedad; estos tesoros que constituyen un bien público, iniciamos esta labor hoy con la muestra de los bicentenarios de Chiapas, que es tan significativo que inicie hoy en este recinto.
Hoy, se hace realidad un sueño. Después de varios años de tocar puertas a gobiernos locales, a gobierno estatal, a universidades, entre otras, por fin esta colección de documentos encontró un lugar en donde ser exhibida; el lugar donde los chiapanecos han hecho historia, el lugar donde la historia marca el presente.
Esta colección se fue haciendo en compras de mercados sobre ruedas, en subastas en internet, con el único fin de resguardar la historia y compartirla; de leer y palpar lo sucedido en los siglos XVIII y el inestable siglo XIX.
Decía Laco Zepeda, el tío Laco, Medalla Belisario Domínguez, que Chiapas estaba tan lejos que todo le llegaba tarde: la Independencia le llegó tarde, la Revolución también. Y en estos documentos donde vamos viendo el caminar del pensamiento, el enfrentamiento de las ideologías y la consolidación del deseo de libertad que llevó a que Chiapas sea el único estado de la República que, por decisión propia, determina ser mexicano.
Agradezco mucho al senador Eduardo Ramírez y a su equipo, por abrazar este proyecto y abrir las puertas del Senado a la historia de nuestro Chiapas.
Le pido, por favor, senador, que así como hoy exhibimos varios documentos de políticos y gobernadores que hicieron historia; se comprometa con ellos y con los que hoy estamos presentes, a seguir engrandeciendo a Chiapas y a hacer historia, historia de la buena, de la que marca a las generaciones.
Por último, dentro de las muchas experiencias que le agradezco a mi padre, era que cada vez que veníamos a la Ciudad de México había una visita innegociable: ir a la casa del poeta Sabines, de quien guardo grandes recuerdos y quien decía: “alguien me habló todos los días de mi vida al oído, despacio, lentamente, me dijo ‘vive, vive, vive’, era la muerte”.
Estoy seguro de que, si seguimos impulsando acciones para preservar y conocer la historia, es la manera de hacerle caso a la muerte y de esta manera, vivir, vivir, vivir.
Muchas gracias.
SENADOR EDUARDO RAMÍREZ: La verdad que el anfitrión es Juan Esteban Gutiérrez, yo solamente fui un facilitador. Esa es la verdad, así es que el aplauso es para él.
Saludo con mucho aprecio a Elsa Gutiérrez Manzano, una familia que le han puesto empeño y dedicación a este trabajo y a esta gran exposición, que ustedes nos brindan para deleitarnos de muchos momentos históricos. Muchas gracias, en verdad.
Agradezco la presencia de mi amigo Jorge Carlos Ramírez Marín, es uno de los senadores más destacados y parlamentarios, porque ha sido diputado federal, presidente de la Cámara de Diputados, vicepresidente en el Senado de la República, nos tocó juntos compartir el escenario del debate nacional, de las posturas de la patria tanto en materia interna como en materia internacional.
Para nosotros los chiapanecos, guarda un especial cariño la fecha de la Independencia; porque es allá en la ciudad de Comitán, otrora Balun Canan, la tierra donde su servidor nació, en Comitán de Domínguez, se gesta la Independencia un 28 de agosto de 1821.
Decidimos ser independientes, decidimos no estar bajo el yugo de la corona y mantuvimos un espacio de definición hacia dónde íbamos a permanecer.
De 1821 a 1824, en nuestra República pasado ya la proclamación de independencia nacional, se lleva a cabo el famoso Plan de Iguala, que se celebra un 24 de febrero y que llega lo que se le conoce como el Gran Triunvirato, el Ejército de las Tres Garantías triunfantes a esta Ciudad de México; 1821, pasó el imperio mexicano, entonces por Agustín de Iturbide.
Ahí hubo dos corrientes: quienes querían que fuéramos un imperio constitucional y quienes querían una República Federal. Y se convocó a un Constituyente, donde destacados y brillantes parlamentarios se inspiraron en las mentes de los grandes federalistas internacionales.
Para mí, el espíritu del federalismo nace con Montesquieu, con John Locke; y se consolida con el Acta de Independencia y la Constitución Política de los Estados Unidos de Norteamérica.
Se privilegió no más monarquías, no más un poder absoluto; sino más bien una división de poderes. No una decisión central, sino una decisión federal.
Y en 1824 que, por cierto, estamos a punto de cumplir, en un año, 200 años de nuestro nacimiento como República Mexicana. Se federaron varios estados, pero el nuestro -como lo dijo el senador Jorge Carlos- tiene una característica distinta porque, para mí, es el primer ejercicio de democracia participativa.
Y han de decir: ¿Y qué es eso? Es la libertad que tienen las personas o los ciudadanos de elegir su camino, y se hizo bajo consulta.
Había quienes pedían “deberíamos incorporarnos o permanecer en la capitanía de Guatemala”; y otros chiapanecos plantearon “le preguntemos al pueblo cuál es su destino”; uno de ellos fue Joaquín Miguel Gutiérrez, con el Plan Chiapas Libre; y hace una exposición y una redacción, por cierto, también parlamentario chiapaneco, una redacción para decirle al pueblo de Chiapas cuál era el mecanismo y cómo transitar hacia el Federalismo mexicano.
Ahí estuvo Fray Matías de Córdova, seguramente. Ahí estuvieron destacados chiapanecos y chiapanecas; y es ahí cuando un 14 de septiembre, después de conocer nuestro resultado y nuestro veredicto ciudadano, no somos la anexión de Chiapas a México.
Así se ha manejado incluso en los libros de texto que, por cierto, voy a poner especial énfasis antes de que nos vayamos, porque no es la anexión de Chiapas a México. Chiapas no es anexo de nadie; Chiapas decidió federarse, es la Federación. Pero por algunas cuestiones de redacción así nos lo enseñaron en la escuela Primaria y Secundaria.
Para mí, esta fecha es conmemorativa.
El próximo año, el próximo 14 de septiembre, que ya no voy a estar aquí en el Senado, porque concluimos el 31 de agosto, se van a cumplir los 200 años de Federación; y es una fecha, mi querido Juan Esteban, que no podemos pasar inadvertida.
Yo ya no voy a estar aquí, pero voy y me comprometo públicamente para que en esa fecha conmemorativa hagamos una aportación los chiapanecos, dos siglos después, para hacer un reconocimiento a esas mentes brillantes que dejaron lo mejor de su vida académica, política y sus razonamientos como seres humanos.
Vamos a editar libros, vamos a hacer conferencias, vamos a hacer exposiciones culturales y vamos a mostrar a Chiapas ante la Federación, cuánto ha portado.
Y también vamos a decir cuánto a Chiapas le debe la Federación mexicana, porque hay asignaturas pendientes, sí las hay.
Aportamos en energía eléctrica y, ¿cuáles son los beneficios?
Aportamos ahora en el cambio climático, en los problemas medioambientales somos el principal pulmón de oxígeno. Esas deben ser las discusiones a 200 años de la Federación; lo que aportamos como Selva Lacandona, más de 400 mil hectáreas.
Esos son los temas en las asignaturas pendientes. Hay que enaltecer esa memoria.
Y por eso no vacilé ni un solo momento, cuando me pidieron si podíamos hacer una exposición en este recinto que, para mí -así lo califico- no tiene nada que ver con la religión; para mí, este es un recinto sagrado de la Patria.
Aquí han pasado destacados hombres que han dado una gran batalla ideológica, política, social e incluso han dejado y han pagado con sangre y con su vida las posturas. Uno de ellos, Belisario Domínguez.
Entonces, empecemos a hacer que este trabajo que ustedes han hecho como familia, se conozca a lo largo y ancho; y todas las ideas que puedan florecer, serán bienvenidas.
Es un momento para reflexionar, para reflexionar sobre nuestro presente y el futuro de nuestro país; pero particularmente el futuro de nuestro estado. Nuestro estado, que tiene mucho qué seguir aportando, pero también que hay deudas pendientes.
Voy a deleitarme, y todos nosotros, con los documentos históricos que aquí se exponen y a remontarnos a distintas épocas, a la época, quizá en nuestra mente, de la colonia, la época de la Independencia, de la Revolución y de la Posrevolución.
La Independencia sí lo logramos los chiapanecos. La Revolución, yo sé que hay algunos historiadores que me debaten, pero es cierto, no llegó y por eso seguimos teniendo todavía tantos problemas en nuestras tierras.
De verdad que este 14 de septiembre sea un año para refrendar, como decía el famoso Andrés, como dice el famoso Andrés Fábregas, rarificar nuestra mexicanidad chiapaneca.
Bienvenidos y felicidades nuevamente, Juan Esteban, y a nuestra amiga Elsa, bienvenidos.
Bienvenidos todos.
Muchas gracias.