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Versión estenográfica del mensaje del senador Ricardo Monreal, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, en la clausura del taller legislativo “10 por México”. 

Muchas gracias. 

 

Muchas gracias a “10 por México”, por hacer posible este acto, con el cual el Senado ha abierto las puertas a los jóvenes desde hace ya cuatro años, casi cinco. 

 

Saludo al senador Miguel Ángel Mancera, coordinador del Grupo Parlamentario del PRD, quien es el artífice de este taller legislativo y, como él lo ha afirmado, vamos a intentar que sea una escuela de parlamento, de capacitación y de formación de los jóvenes. 

 

Yo estoy seguro que lo vamos a lograr. 

 

Saludo al doctor Jesús Jiménez Granados, rector de la Escuela Jurídica Forense del Sureste. 

 

A Maikel Ansted Hoffmann, representante de las preparatorias de la Universidad Panamericana. 

 

A la presidenta de la Mesa Directiva, Desiree de la Rosa.  

 

Quiero, de manera muy especial, también saludar la energía, el compromiso, la emoción social que le imprime a todo Joana. Gracias Joana y a Karen, por todo su trabajo. 

 

Me da mucho gusto formar parte de esta clausura, en la que entregaremos 120 constancias de 120 alumnos y alumnas, las cuales nos dejó claro su interés por actualizarse en la política y en la vía parlamentaria. 

 

También reconozco a los 80 facilitadores, es decir, jóvenes que han venido concluyendo estos cursos y que han ayudado a los otros que vienen atrás de nosotros para poder también capacitarlos y actualizarlos. 

 

A los 40 coordinadores, saludo a los coordinadores; a los 18 secretarios técnicos, quienes estuvieron pendientes de los 36 trabajos legislativos, de las 21 iniciativas y de los 15 puntos de acuerdo que hemos recibido y que tuvieron calidad y pertinencia. 

 

Hoy con la entrega de este documento, esta constancia, tiene valor curricular; los acredita en esta materia y es muy importante para nosotros. 

 

Por eso me parece pertinente destacar que se ha logrado capacitar a través de estos cursos a mil 200 jóvenes, hombres y mujeres “10 por México”.  

 

Han tenido una formación en donde maestros y maestras, incluyéndome, hemos aportado lo mejor de sí para transmitirles parte de nuestra experiencia, parte de nuestros conocimientos, parte del aprendizaje que ustedes han adquirido estas semanas, estas horas que han dedicado su tiempo y su sábado a este proceso y a este seminario. 

 

Me alegra mucho que hayan logrado este propósito. Me alegra también que mantengan este ánimo, este entusiasmo, porque la lucha al final se reduce en tener una mejor sociedad, más democrática, más plural, más progresista, más igualitaria. 

 

Si participamos en estos talleres, en estos ejercicios, es porque queremos que México sea mejor, que México sea más grande, que México sea más justo. 

 

Por eso yo he expresado que a México debemos respaldarlo, ahora que se encuentra entre dificultades por la migración, en donde nuestro país está recibiendo miles de migrantes de otros países del mundo que salen de su territorio por falta de oportunidades, por pobreza o por violencia y que el vecino país del norte está expulsando y deportando. 

 

Y México se ha comprometido con recibir mil, mil personas deportadas diariamente de Haití, de Guatemala, de Venezuela, de Colombia, de los países fundamentalmente centroamericanos, y que debemos prepararnos, porque son cuando menos 30 mil, 30 mil migrantes por mes, y las fronteras nuestras que con el vecino del norte coincidimos, será impresionante la crisis en la que situemos a estas fronteras donde no tienen capacidad para ofrecerles trabajo, alimento y bienestar a todas estas familias de migrantes. 

 

Muchos niños que no están acompañados, mujeres jóvenes, hombres jóvenes que están siendo deportados, después de haber cumplido la Ley 48, este capítulo que ha sido concluido y que se aplicó por Donald Trump apenas hace unos años cuando la pandemia COVID-19 estuvo presente. 

 

Ahora vamos a estar frente a una crisis migratoria que debemos respaldar las acciones del Gobierno, para que no permitamos que en el país del norte se aproveche esta circunstancia para generar odio, para generar encono, para generar un pleito innecesario, que no es conveniente, inconveniente, desafortunado y que está alimentando a políticos de Estados Unidos, como el senador Kennedy o como el Gobernador de Florida, para insultar al Gobierno mexicano, a su titular y para denostar a México y denostar a los mexicanos. 

 

Es momento de cerrar filas, es momento de generar condiciones de fortaleza y de lucha de nuestro país en torno a un propósito fundamental: México.  

 

México, que es nuestra principal tarea, defender a nuestro país. 

 

Recuerdo desde la antigüedad, el año 500, cinco siglos antes de nuestra era, de la era cristiana, cuando Pericles precisamente establecía cómo la polis era muestra de un poco de equilibrio en el país. 

 

Fíjense ustedes, cinco siglos antes afirmaba Pericles, que gobernó Atenas durante 30 años, decía que la polis si pugnaba debía avanzar sin grandes lujos; que debía no contar con ciudadanos que poseyeran riquezas en exceso o privilegios en exceso, respecto de resto de los ciudadanos de la polis. 

 

Que él empujó y logró el que el equilibrio de las fuerzas sociales pudiera ser una realidad y que la justa distribución de la riqueza fuera sin estos excesos que en ocasiones observamos, sino que fuera un reparto más equitativo y un acceso libre y más igualitario en el acceso a los puestos públicos y a los puestos de representación que en ese momento la Grecia antigua establecía. 

 

Lo mismo pasaba en Esparta, lo mismo pasaba en Roma con mayores dificultades. 

 

Pero yo quiero decirles a todos ustedes que los felicito, que las felicito y que me dará mucho gusto encontrarlos en el camino, en las actividades propias del sector público, para que ustedes influyan y puedan ser mejores que nosotros.  

 

Nosotros somos una generación de salida. Ustedes son la generación de nuestro relevo, y por eso me alegra bastante que se estén preparando en estos talleres “10 por México”. 

 

Sus padres, sus familias, sus parejas deben de sentirse orgullosos, orgullosas de que hayan logrado culminar este curso de “10 por México”, que duró varias horas, 70 horas si no mal recuerdo, y varias semanas. A mí me tocó la semana pasada platicar con ustedes. 

 

Pero quisiera dejarles, ahora estaba escribiendo mientras escuchaba los discursos de nuestros compañeros y compañeras, y estaba escribiendo de manera muy rápida un decálogo que quisiera dejárselos; que es un decálogo, aprovechando la experiencia política que me ha correspondido por fortuna. 

 

Tengo 42 años en el servicio público. He sido tres veces diputado federal, tres veces senador de la República, gobernador de mi estado, alcalde de aquí donde estamos, de la Ciudad, y ha sido para mí un privilegio ser servidor público. 

 

Yo espero que con estos cursos les surja la vocación de ser servidores públicos. 

 

Si ustedes deciden ser servidores públicos, por favor dedíquense de tiempo completo a ello, ayúdenle a la gente.  

 

Y por eso este decálogo que he elaborado de manera muy rápida, quisiera dejárselos a manera de consejos, para que ustedes puedan asumirlo, el que crean conveniente, pero esto motivado por la experiencia que he tenido en estos 42 años. 

 

Y en 42 años les puedo decir con satisfacción que nunca he recibido un citatorio del ministerio público o una acusación ante juez, ni por abuso de autoridad ni por malversación de fondos ni por abuso de mi parte en la función que he desempeñado a través de estos 42 años. 

 

Mi vida ha sido de servidor público y le he dedicado más de la mitad de mi vida, le he dedicado más de la mitad de mi vida al servicio público. 

 

Y si volviera a nacer, volvería a ser servidor público, porque es extraordinario tener la satisfacción de que te agradezca la comunidad, el barrio, la región, el sector, sobre lo que estás haciendo, pero también te reclame sobre lo mismo. 

 

Así es que es parte de este proceso que estamos viviendo y que yo deseo que todos ustedes puedan tener una vida larga y una vida productiva y fructífera como servidores públicos o como sector privado en sus despachos, consultorios o cualquier otra actividad a la que se dediquen. 

 

Este decálogo podría resumirse en lo siguiente: 

 

Primero: No sean víctimas de sus propias debilidades.  

 

Es muy fácil, como joven, generar una posición endeble o una posición llamativa al lujo y al exceso. No lo acepten. 

 

Segundo: Aléjense de la vanidad, porque la vanidad de los hombres, de los gobernantes, de los representantes populares y de los ciudadanos acarrea males, acarrea regresiones, frustraciones y también problemas serios que contrarrestan, que generan condiciones de desequilibrio. 

 

Tercero: Cuiden su vida privada, porque aparentemente la vida privada no tiene que ver nada con la vida pública. Les puedo decir que no es así.  

 

La vida privada inevitablemente repercute en lo público y cada vez más la vida privada es más pública. Lo que hacemos nosotros como servidores públicos, somos fácilmente cuestionados por alguna acción, alguna conducta que en el cotidiano quehacer hacemos; aunque sea privada en tu casa, en tu familia, en una reunión, en un restaurante, en la calle, cualquier cosa que hagas sí te repercute en lo público. 

 

Cuarto: Expresa tu amor al prójimo, a la patria, a tus semejantes. Lo que yo llamo la virtud de la República. 

 

Aristóteles y Maquiavelo, sobre todo este último, Maquiavelo decía: “La virtud de la República, es decir, el amor a la igualdad, no es una verdad moral ni una verdad cristiana, es la virtud política”. Eso decía Maquiavelo. 

 

Quinto: Evita el egocentrismo, porque los afanes democráticos se esfuman o se pierden en un afán egocéntrico.  

 

Cuando tú quieres ser el centro de todo y no compartes con tu equipo y no compartes con tu generación y con tu grupo los objetivos sino que tú quieres ser el único, el alma conforme al cual gire todo, eso es lo peor que te puede suceder. 

 

Podrás hacerlo temporalmente, pero con el tiempo te perderás. 

 

Sexto: La soberbia, aléjate de ella. Es un efecto pernicioso y un defecto político.  

 

Es un error que asumas actitudes de soberbia en una sociedad, sobre todo cuando pretendes ser servidor o representante popular. 

 

Séptimo: Sacúdete de la frivolidad y la indiferencia, porque con ellos se abstrae de la realidad. 

 

No está desvinculado este proceso de un afán de la sociedad. Al contrario, el asumir la frivolidad y la indiferencia social, te estás desarticulando de ella y te estás alejando; y propicia vicios graves, como la opacidad, la complicidad, el abuso, el tráfico de influencias.  

 

Esto al final desencadena en degradación y también decadencia.  

 

Así es que no actúes con frivolidad, no actúes con indiferencia. No quieras ser legislador o servidor público para aprovechar los privilegios, el salario, las prestaciones, el cúmulo de privilegios que te da el ser servidor público; ese no es el propósito para el cual debes servir a la sociedad. 

 

Octavo: Evita el fingimiento político, porque esto destruye las vidas y también te genera una destrucción de la sociedad. 

 

Si eres hijo de campesino, siéntete orgulloso de eso. Si eres una hija de una maestra o de un comerciante que vende verduras en el mercado, siéntete orgulloso de ello. 

 

Yo soy hijo de campesino. Vendía agua fresca en el mercado para poder sostener mis estudios y vendía productos agropecuarios en el tianguis para poder sacar dinero y pagar la colegiatura; y eso a mí no me genera ningún problema.  

 

Me siento orgulloso porque vengo desde abajo. 

 

Si sus padres son comerciantes, empleados públicos modestos, profesionistas independientes, maestras, maestros, trabajadores, albañiles, siéntanse orgullosos de ello. No renieguen nunca de eso. 

 

Eviten fingir. Si son católicos, masones, libres pensadores, cristianos, evangélicos díganlo, no lo oculten, no finjan lo que no son, ni tampoco piensen que ubicarse en grupos económicos superiores al suyo van a ser aceptados. Nunca van a ser aceptados. 

 

Mejor traten de ser los mejores, ser las mejores y ayudar a la gente que está rodeándolos en su barrio, en su ejido, en su comunidad. 

 

Noveno: La ley es la vida de los Estados.  

 

Es un deber aceptar y cumplir con las normas si vives en una sociedad. 

 

No pienses que la extrema opulencia otorga felicidad.  

 

Hay quienes suponen que la opulencia y el exceso de riqueza es la felicidad. 

 

Yo debatía hace mucho tiempo en la preparatoria en la UNAM con un compañero sobre la riqueza y sobre el exceso, y le decía: No es la felicidad la riqueza; y él bromeando me decía: Bueno. Sí tienes razón al final, no es la felicidad pero te deja en la esquina de la entrada a la felicidad. 

 

Entonces, no es así, no es así.  

 

El político que está destinado a ser servidor público tiene que actuar con sensibilidad. Tiene que ver lo que ocurre en su entorno, tiene que ver lo que pasa en el transporte público cuando lo usas. Tienes que ver cuando te sientas en una banca del jardín o del parque más próximo para que veas tu entorno y no pierdas realidad con lo que está pasando. 

 

Y décimo: No mientas, no mientas. Las mentiras políticas son una bofetada a la sociedad. 

 

Tarde que temprano se desnuda la mentira y vas a quedar muy mal frente a todos y a todas. 

 

Por eso traten de ser felices, no fingir, no ser frívolos, no ser soberbios, amar a su prójimo, ayudar a su gente, ser servidores públicos honestos, rectos y serán felices. 

 

Enhorabuena por “10 por México”. 

 

¡”10 por México”! 

 

¡Arriba “10 por México”! 

 

CORO: ¡Presidente! ¡Presidente! 

 

PRESENTADORA: Muchas gracias al senador Ricardo Monreal por su valioso mensaje y por supuesto por este decálogo dedicado a la juventud mexicana. 

 

Y bien. A continuación vamos a proceder a la toma de protesta a las y los senadores de esta séptima generación de “10 por México”. 

 

Le pedimos al senador Ricardo Monreal proceda a este acto. 

 

SENADOR RICARDO MONREAL: Normalmente para iniciar funciones, tenemos que tomar protesta como un acto formal, protocolario. 

 

Ustedes van a tomar protesta como integrantes de este taller legislativo para las juventudes “10 por México”, séptima generación. 

 

Cuando se toma la protesta, formalmente se levantan todos, incluyendo asistentes.  

 

Ustedes levantarán la mano izquierda, la mano derecha, como ustedes quieran, para decir “Sí protesto”, después de que yo emita una pregunta. 

 

Entonces, por favor, ponerse de pie todos y todas. 

 

Jóvenes integrantes del taller legislativo para las juventudes “10 por México”, les pregunto: 

 

¿Protestan guardar y hacer guardar el Reglamento para el ejercicio legislativo “10 por México” y desempeñar con responsabilidad y decoro el ejercicio para el cual han sido convocados y convocadas en este parlamento? 

 

CORO: Sí protesto. 

 

SENADOR RICARDO MONREAL: Si así lo hicieren, la sociedad, los jóvenes lo van a reconocer. Si no lo hicieren, se los va a demandar. 

 

Muchas felicidades. 

 

Que este ejercicio parlamentario sea muy provechoso. 

 

Muchas gracias.