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Versión estenográfica de la reunión de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, encabezada por el senador Ricardo Monreal Ávila, con el señor Luiz Inácio Lula da Silva, expresidente de la República Federativa de Brasil.  

 

SENADOR RICARDO MONREAL: Está Julen Rementería, del Partido Acción Nacional. 

 

Está Osorio Chong, el senador del Grupo Parlamentario del PRI, del Partido Revolucionario Institucional. 

 

Clemente Castañeda, él es coordinador del Grupo Parlamentario Movimiento Ciudadano. 

 

Geovanna Bañuelos, senadora del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo. 

 

Raúl Bolaños, del Partido Verde Ecologista de México, él es senador de Oaxaca. 

 

Sasil de León es coordinadora del Grupo Parlamentario del Partido Encuentro Social. 

 

Miguel Ángel Mancera es el coordinador del Grupo Parlamentario del PRD, quien fue Jefe de Gobierno de esta Ciudad. 

 

Higinio Martínez, del Grupo Parlamentario de Morena. 

 

Josefina Vázquez Mota, del Partido Acción Nacional, que ha sido dos veces candidata a la Presidencia de la República, también. 

 

Está Nancy de la Sierra, ella es coordinadora del Grupo Parlamentario Plural, en la Cámara de Senadores. 

 

Está –que ya saludaste– Susana Harp, senadora de Oaxaca. 

 

Está Manuel Añorve, senador del PRI. También de Guerrero. 

 

Patricia Mercado, senadora de Movimiento Ciudadano. 

 

Gómez Urrutia, que ya lo saludaste, senador por Morena, y es el líder nacional del sindicato de mineros en México y trabajadores de la metalurgia, similar a lo que tú iniciaste en Brasil. 

 

Ellos son nuestros invitados. 

 

Están funcionarios de la Cámara de Senadores. El de Comunicación Social, Abelardo Martí. Está Mauricio Farah, secretario general. Y, de Servicios Parlamentarios el doctor Garita. 

 

Y obviamente, de quien hablamos hace un rato, que tiene mucha deferencia de ti y me ha comentado muchas cosas de Brasil, nuestra amiga Beatriz Paredes, que ya conversamos desde ayer sobre ella. 

 

Entonces, voy a proceder a dar la palabra por el orden creciente de los Grupos Parlamentarios, como están ubicados. 

 

Le pido que haga uso de la palabra el senador Julen Rementería. 

 

SENADOR JULEN REMENTERÍA: Muchas gracias, Presidente. 

 

Brasil y México somos países hermanos, compartimos raíces, retos, sueños e importantes relaciones comerciales y amistad. 

 

Las y los senadores del Partido Acción Nacional, somos antes que políticos, mujeres y hombres humanistas, ciudadanos del mundo, que compartimos el orgullo de ser latinoamericanos. 

 

Creemos genuinamente en la democracia, en el valor del consenso y en la importancia de la pluralidad, las diferencias que siempre contribuyen a construir el bien común. 

 

Sea usted bienvenido al Senado de la República, señor Luiz Inácio Lula Da Silva, expresidente de Brasil. 

 

Su historia personal y de gobierno nos brinda  ejemplos y lecciones. Destaco en primer término, su perseverancia y evolución, su historia personal lo honra como una persona que, sin perder su vocación social, supo abrir sus pensamientos y sus programas a la actualidad; al mundo. No haber sido beneficiado por una mayoría, entre tres elecciones, no fue motivo de amargura; sino de ponderación y aprendizaje. 

 

Segundo, su apertura en el ejercicio de gobierno, subrayo el hecho de haber tomado las mejores experiencias del mundo en programas sociales para innovarlos e incorporarlos a la realidad de su país. 

 

No es menor el hecho de que parte de ellos fueron inspirados en los programas mexicanos que en ese momento aplicaba mi partido, desde la Presidencia. 

 

Tercero, condenamos la persecución política a la que fue sometido desde el poder. El acoso a quien piensa diferente es el retrato de la tiranía y el abuso. Su exculpación, el hecho de que la democracia es el antídoto, contra arrogancia del poder. 

 

Más allá de las diferencias ideológicas que pudiéramos tener, quisiera concentrarme en nuestras coincidencias. La historia de Brasil desde su gobierno, revela que teniendo un origen social y progresista, implementó medidas económicas responsables que permitieron darle a la gente resultados positivos. 

 

Impulsó la privatización de empresas públicas. Disminuyó el proteccionismo, se abrió al mundo. Gracias a eso, Brasil logró bajar la inflación, crecer su economía, reducir el desempleo, la pobreza e incentivar las exportaciones. 

 

El ingreso percápita se incrementó de manera notable, porque una economía que crece es la única manera de generar prosperidad. 

 

Fue su país, bajo su mando, un firme defensor de la energía limpia y la protección del medioambiente. Es decir, exactamente todo lo contrario de lo que hoy ocurre aquí: la inflación más alta en 20 años, recesión económica incluso antes de la llegada de la pandemia, desempleo y 4 millones de personas en situación de pobreza. 

 

Es de reconocer su pragmatismo y el haber dejado atrás las ataduras ideológicas.  

 

Como dijo (inaudible) a Felipe González: “no importa si el gato es blanco o negro, lo importante es que cace ratones”. 

 

Me parece que resaltar en lugar de dividir, es lo que decidió usted hacer para unir a Brasil. Invito a colaborar a funcionarios con distintas convicciones políticas, gente preparada, profesional, y no sólo a los incondicionales. Apoyó a la clase media en lugar de golpearla. Incentivó la inversión privada en lugar de ahuyentarla. 

 

En fin, aciertos que sería mezquino no reconocer y que esperamos, pudieran ser tomadas como referente por este gobierno. 

 

En Acción Nacional estamos a favor de la apertura, del esfuerzo, de la competitividad, de la educación y la superación; también de la justicia y de los luchadores sociales que como usted, han dejado huella enfrentando al autoritarismo. 

 

Luchamos por el respeto a la ley, a los derechos y libertades, a la propiedad privada. Estamos comprometidos con la democracia, con la transparencia, con el equilibrio de poderes en el Estado de Derecho. 

 

Seguiremos señalando y denunciando la corrupción, el abuso de poder, la impunidad, sea quien sea y donde sea. Son nuestras convicciones y es el sentir de muchas personas, no sólo aquí en México, sino alrededor de todo el mundo. 

 

Muchas gracias. 

 

SENADOR RICARDO MONREAL: Muchas gracias, senador Julen. 

 

El senador Osorio quiere hablar y luego cede la palabra a la senadora Beatriz. 

 

Adelante, senador Osorio. 

 

SENADOR MIGUEL ÁNGEL OSORIO: Gracias, Presidente. 

 

Sólo para saludarle, recibirle en este país, que sabe bien usted que es hermano de Brasil. Recibirle con respeto, Luiz Inácio Lula Da Silva. 

 

Y, a nombre de mi partido, del Revolucionario Institucional, le he pedido a la Presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores de América Latina, su amiga, exembajadora en Brasil, que usted conoce bien y aprecia, lo sabemos, y ella a usted, a Beatriz Paredes, que a nombre del Grupo Parlamentario del PRI, haga uso de la voz. 

 

Adelante. 

 

SENADORA BEATRIZ PAREDES RANGEL: Muchas gracias. 

 

En primer lugar, agradezco la deferencia que hace nuestro coordinador parlamentario y la invitación, señor Presidente de la Junta. 

 

Presidenta. 

 

Amiga Gleisi Hoffmann, presidenta del PT, y diputada. 

 

El legislador Humberto Costa. Aloinso, con cariño. 

 

Rosángela. 

 

Mi querido presidente Lula. Espero ser premonitoria. 

 

Quiero recordar su discurso de toma de posesión, en donde su emoción nos puso a llorar a todos los que estábamos ahí. El Presidente Lula en su discurso de toma de posesión, dijo: “Yo creo en Brasil, ¿cómo no creer en Brasil si un menino vendedor de laranjas, un laranjeiro, llega a ser Presidente?”. 

 

Eso significa Lula, significa la posibilidad de la movilidad social en la democracia, significa la posibilidad de que en un régimen democrático, que respeta los derechos humanos, se pueda aspirar a que un menino vendedor de laranjas, a que un dirigente sindical llegue a la primera magistratura. 

 

Este septiembre se conmemoran 200 años de la relación Brasil y México. Tenemos que potenciar esa relación. 

Brasil y México son las dos más importantes economías de la región, es el país lusoparlante más grande del mundo, Brasil. Es el país hispanoparlante del mundo. 

 

Somos dos potencias latinoamericanas y qué mejor que estos 200 años, los celebremos recuperando nuestros vínculos, relanzando nuestras relaciones y construyendo las mejores oportunidades para los pueblos de nuestros países y de América Latina y el Caribe. 

 

Qué bueno que está en México, presidente. Qué bueno que está en el Senado de la República; este es un Senado plural, con una convicción democrática, con la certeza de que la palabra distinta no es ofensa, sino es aportación racional. 

 

Un Senado que reivindica el diálogo y que nos permite vincularnos a los grandes liderazgos universales, como el de usted. 

 

Bienvenido a México. 

 

SENADOR RICARDO MONREAL: Tiene el uso de la palabra Clemente Castañeda, senador por Jalisco y coordinador de Movimiento Ciudadano. 

 

SENADOR CLEMENTE CASTAÑEDA: Muchas gracias al Presidente de la Junta de Coordinación Política. 

 

Con el aprecio de la Presidenta de la Mesa Directiva. 

 

Y, sean ustedes bienvenidos y bienvenidas al Senado de la República, señor Luiz Inácio Lula Da Silva y toda la comitiva que lo acompaña el día de hoy. 

 

Encuentros como este son, sin duda, motivo de celebración, pero también de reflexión sobre la historia y sobre el rumbo de la política en nuestra América Latina. 

 

Yo estoy convencido de que cuando hombres y mujeres, como es su caso, ponen las causas al frente, el cambio sí es posible. Por eso, debo decir a nombre de Movimiento Ciudadano, con la presencia además, de la senadora Patricia Mercado, que reconocemos en usted a un luchador incansable, de causas sociales que son realmente inspiradoras para quienes hacemos política en América Latina y en México, en particular. 

 

No es casual que su labor haya tenido el reconocimiento tanto de partidarios como de detractores. Sus gobiernos, inegablemente lograron transformar a un Brasil, en una nación más igualitaria donde millones de brasileños salieron de la pobreza. 

 

Reconocemos que bajo su liderazgo, el gobierno dedicó gran parte de sus esfuerzos para llegar a los rincones más marginados del país, fortaleciendo una renovada clase media, desde la óptica de una política laboral avanzada, con trabajos dignos y salario decente. 

 

Aquí hago la siguiente anotación. Yo creo que la causa o una de las causas más importantes de los movimientos progresistas a lo largo del mundo, es justamente la tarea de construir mejores políticas laborales, que acaben con los trabajos precarios y con los salarios indignos.  

 

La política laboral es la verdadera política social y la verdadera herramienta para combatir la desigualdad.  

 

El Gobierno de usted, sus gobiernos creo que así lo entendieron y aquellos esfuerzos de su Administración, como ya se mencionaba aquí, redundaron en mayor crecimiento económico para el país y mejores oportunidades para su población. 

 

Hay que aprender mucho en nuestro país del trabajo que ustedes han hecho como Gobierno. 

 

El día de hoy, por cierto, cuando el mundo parece gravitar hacia liderazgos autoritarios, intransigentes, que se esmeran en decirnos a quién odiar y quiénes son los culpables de los problemas; hoy, su legado, su ejemplo, nos recuerda que los cambios son posibles y que sí hay esperanza para los más desfavorecidos. 

 

Que con determinación, con honestidad y con verdadera voluntad política sí podemos mover nuestras sociedades hacia el orden y el progreso, como reza el lema de su bandera. 

 

Brasil, y con esto termino, ha sufrido la ausencia de su liderazgo, donde la injusticia y el odio nuevamente han logrado entrañarse en lo más profundo del actual Gobierno, con adversas consecuencias para la población y para la democracia en América Latina.  

 

Pero, como se dice popularmente, nada es para siempre, y hoy debo decirle que nos da muchísima alegría que una vez más Luiz Inácio Lula da Silva le traiga alegría y esperanza al pueblo brasileño. Le deseamos lo mejor y muchas felicidades. 

 

Gracias. 

 

SENADOR RICARDO MONREAL: Antes de otorgar la siguiente palabra, sólo les comento que lo acompaña su esposa, la socióloga, maestra Rosa Ángela Silva, la esposa de Lula da Silva. Bienvenida. 

 

Por cierto, buen preludio que, estando aquí en México el señor Lula da Silva, la Suprema Corte o la Corte Suprema de Brasil ayer haya anulado la última causa penal de 17 que tenía.  

 

Tiene el uso de la palabra Geovanna del Carmen Bañuelos, senadora del PT. 

 

SENADORA GEOVANNA BAÑUELOS DE LA TORRE: Brasil y México convergen en similitudes. 

 

Ambas naciones tienen una vasta historia, cultura, anhelos de libertad y, particularmente, ambas naciones tienen historial de hombres y mujeres que entregan sus vidas por ver a sus patrias recubiertas de justicia social. 

 

Luiz Inácio Lula da Silva, mejor conocido por todos los que creemos en la justicia social, la igualdad y la libertad, simplemente como Lula, inspira estos anhelos para nuestro continente. 

 

Sea usted bienvenido al Senado de la República, el luchador social, el obrero, el hermano de la clase trabajadora. Bienvenido a este recinto parlamentario donde de manera cotidiana se escuchan diversas voces, pero que no obstante también es el espacio donde se abren las puertas a los defensores de los pueblos y a los que sueñan con una sola Latinoamérica.  

 

Al igual que Andrés Manuel López Obrador, usted se postuló en diversas ocasiones a la presidencia de Brasil, en donde logró vencer los intereses fácticos en su cuarto intento en el 2002, de la mano de un partido hermano para nosotros, el Partido de los Trabajadores. Aprovecho para dar la bienvenida a la diputada y presidenta del Partido de los Trabajadores en Brasil, Gleisi Hoffman. 

 

Su proyecto fue, sin duda, completamente exitoso; cuestión que tocó los intereses más mezquinos de la política brasileña. Situación que obligó a una brutal persecución política en su contra para evitar su participación en los procesos electorales; tanto que su compañera y amiga, Dilma, fue víctima de un cobarde golpe de Estado blando, rompiendo todo orden constitucional. 

 

La mayor virtud de Lula en el país fraterno de Brasil, es que supo ser aliado de los sectores más desprotegidos, defensor de los sectores más desprotegidos, sin romper con el empresariado. 

 

En cierta ocasión, le escuchamos decir que la democracia no es una media palabra; es una palabra completa. Esta frase fue vital en su Gobierno, ya que la democracia significa la inclusión de todas y con todos, de todas y de todos, en primer lugar, los pobres, que siempre fueron su prioridad y que fueron, sin duda, parte fundamental de su Gobierno y que hoy le acompaña ese hermoso legado. 

 

Usted diseñó un proyecto de gobierno incluyente y sensible. Es decir, la armónica relación de todos los sectores, con el objetivo de generar progreso y bienestar social, al dar oportunidad de vida a quienes se encontraban en la franja de pobreza extrema. Nos enorgullece tenerlo en casa, nos enorgullece conocer los resultados de un proyecto de Gobierno progresista, por y para los pobres. 

 

En México, aprendemos de los luchadores sociales y nuestro objetivo es que el progreso económico sea de abajo hacia arriba; de gobernar para todos, pero siempre priorizando a la población en situación de vulnerabilidad. 

 

Nuevamente, Luiz Inácio Lula da Silva, bienvenido a nuestro país, el país que puede usted, y toda su Delegación, considerar como su hogar, y que su visita por esta tierra azteca, suscite la fortaleza y la inspiración para seguir trabajando por la unidad, la democracia, la paz y la prosperidad de nuestra América. 

 

Bienvenido. 

 

SENADOR RICARDO MONREAL: Muchas gracias. 

 

Está en uso de la palabra el senador Bolaños. 

 

SENADOR RAÚL BOLAÑOS CACHO CUÉ: Gracias, Presidente. 

 

Muy buenos días. 

 

Señor Luiz Inácio Lula da Silva: Sea usted bienvenido a México, a este Recinto Legislativo, nuestra Casa de las leyes. 

 

A nombre del Grupo Parlamentario del Partido Verde Ecologista de México, le extiendo un saludo fraterno. 

 

Y quiero reconocer el liderazgo de nuestro presidente de la Junta de Coordinación Política y de todos los integrantes, al promover la apertura y el diálogo entre líderes, funcionarios y demás actores de otras naciones para construir puentes políticos, fortalecer nuestros lazos de amistad y afrontar problemáticas comunes para el desarrollo y bienestar de nuestros pueblos. 

 

En este mundo globalizado e interconectado, es preponderante aprovechar todo canal de comunicación para impulsar agendas conjuntas y cumplir con nuestros compromisos internacionales en matera de derechos humanos, la lucha contra la pobreza y la desigualdad, el cuidado al medio ambiente y el cambio climático; la igualdad entre géneros, la promoción de la paz y de la seguridad. 

 

Con tristeza, somos testigos del conflicto entre Rusia y Ucrania, aunada a la grave situación que desencadenó la pandemia. Las experiencias y las grandes pérdidas que ocasionaron los anteriores conflictos bélicos, debieran ser motivo suficiente para anteponer la concertación y la solución pacífica frente a las controversias. 

 

En las guerras todos perdemos. 

 

Y como miembros de la Comunidad Internacional, debemos apelar al derecho internacional, respetar la libre autodeterminación de nuestros pueblos y solucionar, por la vía pacífica y política, cualquier diferencia entre naciones. 

 

Afortunadamente, Latinoamérica y el Caribe se distinguen por su postura a favor de la paz mundial. La hermandad y los lazos de amistad entre nuestros pueblos, nos posicionan como una región en el mundo pacifista y progresista. 

 

Brasil y México juegan un papel preponderante en esta tarea, y es fundamental que logremos un mayor acercamiento para que a través de los distintos foros y mecanismos que tenemos, seamos actores responsables y promovamos acciones desde nuestros ámbitos de competencia. 

 

En el Senado de la República, reconocemos las aportaciones que su Movimiento e ideales han aportado a la izquierda latinoamericana. Sin duda, usted es un ejemplo de perseverancia y un gran impulsor de la reivindicación de los derechos sociales y la justicia en favor de los menos favorecidos. 

 

Como lo ha manifestado el presidente López Obrador y nuestro canciller Marcelo Ebrard, usted es amigo de México, que hoy le abre las puertas. 

 

Estamos ciertos de que su visita ha de rendir buenos frutos y sembrará las semillas que generen cambios positivos para todos y cada uno de los pueblos de Latinoamérica y el Caribe. 

 

En palabras del pedagogo y filósofo brasileño, Paulo Freire: “Hablar de la democracia y callar al pueblo, es una farsa. Hablar de humanismo y negar a los hombres, es una mentira”. 

 

Muchas gracias y sea usted bienvenido. 

 

 

 

SENADOR RICARDO MONREAL: Es la voz del Partido Verde Ecologista. 

 

Enseguida está la palabra de Sasil de León. Ella es senadora, representa al Partido Encuentro Social en México. 

 

SENADORA SASIL DE LEÓN VILLARD: Buenas tardes. Sea usted bienvenido al Senado de la República, a la casa de la democracia mexicana. Toda su comitiva también.  

 

Gracias, Coordinador Monreal, a la Presidenta del Senado, por abrir estos espacios en los que podemos no sólo darle la bienvenida sino manifestarle nuestra admiración y nuestro respeto a un personaje como usted y el legado que tiene en Latinoamérica y lo que vamos a construir como país hoy, que formamos parte de esta Cuarta Transformación encabezada por nuestro Presidente Andrés Manuel López Obrador.  

 

Creo firmemente que tenemos que hermanarnos más con Brasil.  

 

Tenemos una relación, como ya lo dijo la senadora Beatriz, de 200 años, pero que estamos en el momento oportuno para poder sacar a nuestros países de mucho rezago.  

 

Que es usted un ícono de la izquierda en Latinoamérica y, bueno, sean bienvenidos todos. 

 

SENADOR RICARDO MONREAL: Muchas gracias. 

 

Enseguida hablará el senador Mancera del Partido de la Revolución Democrática. 

 

SENADOR MIGUEL ÁNGEL MANCERA ESPINOSA: Muchas gracias. 

 

Gracias al Presidente de la Junta de Coordinación Política.  

 

Me da muchísimo gusto volver a verlo, volver a tener la oportunidad de saludarlo. Coincidimos en Sao Paulo, en una visita con el ingeniero Cárdenas, en donde también escuché con atención su Programa de Hambre Cero, de Bolsa de Familia.  

 

Nos platicó, acompañando con un café, y tuvo el tiempo para, además de muy buen ánimo como siempre y de muy buen humor, platicarnos exactamente en qué había consistido, a propósito de nuestro viaje para llevar Médico en Tu Casa allá a Sao Paulo. 

 

Hoy le damos la más cordial bienvenida en el Grupo Parlamentario del PRD, le damos la bienvenida al obrero, metalúrgico, al líder sindical, al referente de América Latina en muchas luchas. Usted pudo triplicar el PIB de Brasil, per cápita, datos de Banco Mundial; y, por supuesto, colocó como una potencia económica a su país. 

 

Todos esos logros siempre salen a la luz y son reconocidos.  

 

La persecución política es algo que se debería de desterrar, es una práctica que desgraciadamente se sigue llevando a los hechos, pero usted es un ejemplo de lo que ya no se debe hacer con la política, porque al final del día se demuestra, con la propia justicia, la injusticia que se estaba cometiendo. 

 

Yo quiero reconocerle por todo el liderazgo, por todo lo que representa para la lucha progresista y por todo lo que seguirá representando, no tengo duda que seguirá siendo este referente y que vienen mucho más cosas.  

 

La bienvenida para usted y para todo su equipo que lo acompaña, para toda la comitiva, para su esposa. Verdaderamente nos sentimos muy halagados y muy contentos de saludarlo y verlo también de tan buen semblante. 

 

El único punto donde siempre tenemos algún tema es en el fútbol, querido Presidente, pero al final del día todos somos Brasil porque es el referente que queda para llegar hasta la final. 

 

Muy bienvenido. Muchas gracias. 

 

SENADOR RICARDO MONREAL: Tiene el uso de la  palabra Nancy de la Sierra, del Grupo Plural del Senado. 

 

SENADORA NANCY DE LA SIERRA ARÁMBURO: Gracias. Muy buenos días. 

 

Agradezco al Presidente de la JUCOPO la invitación.  

 

A la Presidenta de la Mesa la saludo. 

 

Por supuesto, a mis compañeras y compañeros senadores.  

 

A la esposa de nuestro invitado, a su equipo de colaboradores. 

 

En nombre del Grupo Plural de este Senado de la República, le doy la más cordial bienvenida al señor Lula da Silva, expresidente de Brasil y muy reconocido y querido por muchos y muchas mexicanas. 

 

Le tenemos respeto, le tenemos admiración. Sea siempre bienvenido a México y a este Senado de la República. 

 

Consideramos urgente que nuestro país encuentre canales de interlocución con dirigentes políticos y sociales como usted, que han dejado huella imborrable en la historia de América Latina.  

 

En el Grupo Plural, creemos que México tiene mucho que aprender de su trayectoria; que le ha ganado el reconocimiento del Maestro de la Reducción de la Desigualdad alrededor del Mundo, y como el Campeón Mundial de la Lucha contra el Hambre por la Organización de las Naciones Unidas. Títulos que se ha ganado a través de una aguerrida lucha cuesta arriba y que, a pesar de las fuerzas políticas, de la reacción internacional y doméstica, lo ha logrado.  

 

Reconocemos que su presidencia demostró las grandes batallas que un gobierno de izquierda enfrenta en nuestro continente, así como ha ejemplificado la importancia de la integración regional en Latinoamérica tan necesaria para conquistar la vida que soñamos para nuestros países. 

 

Hoy le comparto que en el Grupo Plural, que nació precisamente como un espacio de disidencia y reflexión crítica parlamentaria, coincidimos en que las naciones deben dirigir sus esfuerzos al desarrollo socioeconómico de la ciudadanía en el contexto de la pandemia, con la convicción de que es necesario dejar atrás el fascismo y la militarización que amenaza a la democracia alrededor del mundo. 

 

Tenemos la seguridad de que su visita servirá como un enriquecimiento, un intercambio de conocimiento y experiencia en torno a los temas que se han mencionado, y esperamos con toda sinceridad que su estadía en México sea muy grata. 

 

Reiteramos nuestro agradecimiento por su valioso tiempo y extendemos nuestro saludo a sus compañeros colaboradores, pero en especial a su compañero de lucha, el señor Paulo Vanucci.  

 

Muchísimas gracias y muy buenos días. 

 

SENADOR RICARDO MONREAL: Muchas gracias. 

 

Cierra esta ronda de participaciones el senador Higinio Martínez, él es de Morena.   

 

SENADOR HIGINIO MARTÍNEZ MIRANDA: Presidente Lula, presidente Lula, presidente Lula: 

 

Tres veces le he dicho Presidente; dos veces porque ya lo fue del Brasil. Y, la tercera, porque desde Morena, el Partido que represento y que encabeza aquí en el senado el senador Monreal, deseamos que, por tercera ocasión, sea usted Presidente de esa grande y hermosa nación brasileira. 

 

Sea bienvenido al Senado de la República, junto con su Comitiva, en especial la maestra Rosángela Silva. 

 

Usted sabe del afecto y del cariño que nos profesamos los brasileños y los mexicanos. 

 

Déjeme sacar de mis recuerdos el Mundial de Fútbol de 1970, en México. 

 

Yo estoy seguro que a partir de ese Mundial, la selección de su país pasó a ser nuestra segunda opción para ganar algún Mundial, por supuesto, después de México. 

 

Me atrevo a decir que, en buena medida, el triunfo que tuvo su selección en 1970, en el Mundial de México, se debió a que los mexicanos de entonces, nos volcamos en el apoyo al scratch the world. 

 

Recuerdan ustedes esos momentos vividos de ese inolvidable mundial, con Pelé, Jairzinho y mucha gente más; Rivelino, en este caso. 

 

Para cerrar esta introducción sostengo que nuestros dos grandes hermanos de los mexicanos, de un lado tenemos a Cuba, al pueblo cubano, y, en el otro extremo, al pueblo brasileño. 

 

Ellos dos son para nosotros nuestros grandes hermanos y, entre otras cosas que nos unen, nos une la alegría por la vida y el deseo de la gran Patria que soñó Simón Bolívar. 

 

Si mal no recuerdo, presidente Lula, el último brasileño que visitó este Senado de la República, antes que usted, fue un juez federal de su país, un tal Sergio Moro. Sí, ese que ascendió a través de la felonía. 

 

Obviamente a ese juez de consigna, golpista, sólo lo recibieron aquí, en la pasada legislatura, algunos senadores mexicanos, los más conservadores, que defendieron desde ese país la destitución de Dilma y el encarcelamiento de usted. La verdad, la visita de ese juez por México pasó sin pena y sin gloria. 

 

En cambio, usted, en estos días, ha sido recibido por el Presidente de este país, por muchos sectores democráticos, mexicanos. Y en este momento usted es atendido por los senadores representantes de todos los partidos de México. 

 

Cuando observábamos desde 2015 los acontecimientos en Brasil, el proceso, el inicio de la destitución de Dilma, y el proceso que lo llevó a usted a la Cárcel. Por cierto, como usted lo había advertido, no era suficiente que cayera Dilma, sino iban también por usted para impedir su llegada al Gobierno. 

 

No entendíamos bien por qué sucedía eso y por qué le sucedía a un político que entonces tenía el 80 por ciento de la aceptación popular de su país, no entendíamos por qué podría ser encarcelado por los mismos golpistas que ya habían destituido a Dilma. 

 

No entendíamos algunos entonces que en palabras del mismísimo presidente Barack Obama, el político más popular de toda la tierra, como así se lo dijo a usted el presidente Obama, estaba sujeto a un proceso de encarcelamiento injusto e ilegal. 

 

Pero ahora que estamos en el poder de este país, Morena, y que volvemos a ver las mismas expresiones que usted y ustedes observaron en su país durante esos años, las expresiones, los más conservadores de los reaccionarios, algunas cuasi fascistas, las que verán ustedes, empezamos a verlas en nuestra Nación, en contra del gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador. 

 

Así como nosotros no podemos intervenir en los asuntos de su país, tampoco nadie fuera de los mexicanos puede intervenir en el nuestro. Sólo le relato algunas cosas que usted vivió y que aquí empezamos a ver. 

 

Será y es nuestro trabajo defender la democracia en México y defender a nuestro presidente López Obrador. 

 

Usted debió, ustedes también, muchos de los mexicanos, debieron haber visto un documental, ahora en el famoso Netflix. Un documental que aquí se traduce como la democracia en peligro y que habla sobre este proceso en Brasil. 

 

Es un gran documental. Lo vuelvo a ver cada dos o tres meses. Trato de aprender mucho de él, porque no quiero que en mi país se repita el golpe de Estado que hizo la reacción en su Nación, y que tuvo la osadía de encarcelarlo sin ningún reparo y ninguna vergüenza. 

 

Yo espero que usted lo haya visto. Hay varias imágenes terribles en ese documental, vergonzosas, que no se olvidan, o no se me olvida. Pero hay una en especial, una imagen que retengo y la recuerdo, cuando el entonces diputado, de su país, Jair Bolsonaro, ahora presidente de Brasil, estruja entre sus manos, así aparece en el documental, un muñeco con la imagen de usted tratando de romper, de quebrarlo. 

 

¿Sabe el horror, el dolor que me produce esa escena cada que la vuelvo a ver? Es en verdad, preocupante. 

 

Pero ahora que lo veo a usted aquí, con ánimo, de pie, firme, enterito, me da gusto saber que así como en el documental se observa que el señor Bolsonaro, en entonces diputado, no pudo destruir el muñeco con su imagen, menos pudo destruir a la persona, a Luiz Inácio Lula Da Silva. 

 

Señor presidente, yo le tengo que decir así: suerte, estoy seguro que la democracia se reanudará pronto en su país para que la justicia, que en ocasiones suele tardar, finalmente va a llegar a su patria. 

 

¡Que viva Brasil! 

 

¡Que viva México! 

 

LUIZ INÁCIO LULA DA SILVA (Interpretación del portugés al español): O sea, aquí hay mucha gente con formación intelectual diferenciada, hay mucha gente con pensamiento y conflicto ideológico diferenciado. 

 

Pero al mismo tiempo, al mismo tiempo lo que percibimos es que fuera la pluralidad, nosotros no podemos construir la democracia que todos nosotros hablamos todo el día. 

 

Yo soy un privilegiado por estar en México, viviendo ese momento que ustedes están viviendo. Yo tengo una historia de mucha relación con México, aun cuando el PRI era un partido prácticamente unánime aquí en México, muchas veces en Brasil oíamos que se hablaba de las políticas progresistas del PRI, a nivel internacional. 

 

Era un motivo de orgullo para nosotros, cuando el PRI, considerado como partido conservador por algunos, tenía mucha solidaridad a todas las luchas sociales de la América Latina. 

 

Después, yo tuve el privilegio de tener una buena relación con el presidente Fox, antes de que fuera presidente, cuando estaba surgiendo en el escenario político. 

 

Después participé de muchas reuniones con Fox, no olvido una, que fue la primera vez que México y Brasil fueron invitados para participar del G-8. Fuimos invitados por Chirac, y aquí yo les voy a contar un pasaje que marcó mi vida. 

 

Yo era un simple metalúrgico, presidente de un partido, que se había convertido en Presidente de la República. Yo conocía a las grandes figuras que estaban en la reunión, por la televisión. 

 

El Presidente Bush, Tony Blair, el primer ministro de Japón, el rey de Arabia Saudita. Todo eso para mí era como si fuera una fantasía, y yo llegué allá y estaba Fox, y yo dije: por lo menos entiendo algunas palabras de uno de ellos que está aquí. 

 

Y yo no hablaba una palabra en inglés, no hablaba y no entendía, lo que era peor. Me quedé en la reunión y el jefe de la ceremonia, que ustedes saben que el jefe de ceremonias a veces manda más que el presidente; porque cuando uno gana la presidencia, uno cree que es fuerte, pero después quien manda en ti es la seguridad y los de la ceremonia. Tú no escoges donde te sientas, etcétera. 

 

Y entonces, yo estaba parado, viendo todas esas figuras políticas importantes, y me quedé pensando: “¿Qué voy a hacer?” Yo no hablo inglés, no hablo español, entiendo un poco de español, ¿cómo voy a portarme?”. 

 

Intenté asegurarme que pudiera participar y no me dejaron; entonces yo dije: “¿Qué voy a hacer? Mejor desisto de entrar en esa reunión”. Ahí empecé a ver a la gente, sus rostros y me recordó una imagen que era la siguiente: 

 

Me quedé pensando: ¿Quién de esos presidentes conoce lo que es una fábrica por dentro? ¿Quién de esos presidentes ya estuvo desempleado? ¿Quién de esos presidentes ya vivió en hogares que se llenan? ¿Quién pasó hambre aquí? Entonces me quedé pensando, no hay ninguno que había venido del mundo del que yo vine.  

 

Lo que sucedió conmigo fue algo muy grande y yo pensé: Yo estoy aquí, no porque hable inglés o español, estoy aquí porque yo represento una parte del mundo que no es oída por el Presidente de la República, por los políticos, que no participa de la discusión del presupuesto, que no tiene derecho a ir a la universidad, que no tiene derecho a tener una escuela de calidad, que los niños mueren desnutridos, que los niños pasan hambre.  

 

Yo dije, pues entonces voy a entrar y voy a hablar grueso; porque yo no tengo su formación, pero yo soy más importante que ellos, porque yo represento a la mayoría del pueblo.  

 

Ese valor hizo que yo pudiera ejercer la presidencia y Beatriz acompañó en parte, y yo no tenía dudas de lo que yo representaba. Yo no dudaba de dónde había venido y para dónde iba a regresar. Porque muchos presidentes cuando pierden las elecciones, ellos van a vivir en París, en Londres, a veces en Nueva York, nadie regresa a su casa normal.  

 

Yo vivía a 600 metros del sindicato, y yo cuando salí de aquí, yo no voy  para París cuando salga de aquí, yo voy a regresar cerca del sindicato y me quedaré despertando en la mañana viendo a los sindicalistas haciendo sus discursos, los que yo hacía cuando era presidente del sindicato; y eso permitió que yo tomara una decisión en mi vida: Que era necesario viajar por el mundo para que la gente conociera a Brasil y para que yo conociera a la gente.  

 

Era necesario intentar cambiar la geopolítica mundial. Era necesario intentar cambiarla. 

 

No era posible que todos los órganos multilaterales creados, las Naciones Unidas siguieran siempre iguales desde 1940; no era posible eso.  

 

Decidí que tenía que viajar por el mundo. Yo viajé por todos los países de América del Sur, de América Latina, de América Central y el Caribe, todos sin distinción.  

 

Yo viajé para 29 países africanos y 19 embajadas en África fueron abiertas por mí, porque a los diplomáticos de mi país les encanta ir a Nueva York, París, Londres, Buenos Aires, México, pero a África nadie quiere ir; porque para hacer solidaridad con un país pobre tienes que pensar con la cabeza y el corazón, y yo tenía la conciencia de que Brasil tenía una deuda histórica de 350 años de esclavitud con África, y que esa deuda no era mensurable en dinero, sería mensurable en solidaridad, en compartir. 

 

Y Brasil pidió y debería dar a África lo que Brasil tenía para ofrecer a través de sus conocimientos científicos, tecnológicos, revolución agrícola. 

 

Yo participé en varias reuniones de CARICOM, reuniones en que ninguno quería ir porque eran partidos pequeños, partidos de 500 mil habitantes. Yo participaba, yo siempre creí que un Presidente de un país de medio millón de habitantes, tiene la misma importancia que el de Estados Unidos o el de China. 

 

Nosotros no somos medidos por el tamaño de nuestro país, pero por la calidad de nuestro comportamiento era la relación de seres humanos y de jefes de Estado. 

 

Y nosotros logramos hacer una relación extraordinaria. Había en Brasil una cultura. Brasil veía sólo hacia Estados Unidos. No veíamos el Continente Africano. Nuestros ojos se iban directo a Europa. No veíamos América del Sur porque siempre pasábamos por encima y nos íbamos a Estados Unidos. 

 

Nuestra relación con América del Sur era muy pequeña. Para que tengan una idea, cuando llegué a la presidencia, el comercio exterior Brasil-Argentina, era de solamente 7 billones de dólares. 

 

Cuando PT dejó el gobierno, ese comercio era de 40 billones de dólares y eso aumentó, y yo siempre creía que el comercio exterior debería haber sido hecho, era algo una rodear una calle o carretera de dos manos; tienes con qué comprar, pero también vender; tienes que tener un equilibrio; no tienes que tener ni déficit ni superávit, lo mejor es empatar. 

 

Y muchas veces platiqué con Fox, con Calderón, porque aquí en México había un problema. O sea, yo creo que tiene que mejorar mucho, que tal vez por la proximidad con Estados Unidos, son 3 mil kilómetros de frontera, hay una historia muy antigua, compleja y yo sé de la necesidad primordial de la buena relación con Estados Unidos, de la misma forma que Brasil. 

 

Yo no soy de esos que hace discursos anti imperialista; no, al contrario. Yo sé la importancia de Estados Unidos en el mundo y yo sé cómo es bueno tener una buena relación con Estados Unidos. 

 

Pero el hecho de que yo quiera tener una buena relación con ellos, no me impide tener una buena relación con México, o de tener una buena relación con Cuba, con Venezuela; tenemos que tener autonomía para ejercer nuestra soberanía de acuerdo con los intereses soberanos de cada Patria. 

 

Y de eso nosotros logramos hacer. Quedé muy feliz de ver a Beatriz aquí, porque era una Embajadora muy actuante. A veces pensaba que era Petista, que era de mi Partido, porque era muy, muy simpática en nuestras causas. 

 

Y yo nunca logré ver un Jefe de Estado ideológicamente. Cuando platicas como Jefe de Estado, no vas porque ideológicamente piensa como tú. Cuando dos jefes de Estado se encuentran, o lo que está en juego no es la vocación ideológica de algunos, son los intereses de los pueblos que ellos representan. 

 

Para eso mantenemos la relación y por eso creo que Brasil y México tienen una deuda entre nosotros. 

 

Nosotros tenemos una deuda que yo espero, que, si regreso a la Presidencia, trabajemos para pagar esa deuda. No es posible que Brasil y México tengan hoy un flujo de comercio exterior de solamente 10 billones de dólares, un potencial económico de México y de Brasil, era que tuviéramos un flujo de 40, 50 mil millones de dólares; y yo descubrí que muchos empresarios mexicanos sí estaban muy preocupados con los empresarios brasileños. 

 

Yo decía “no, ¿pero por qué un empresario mexicano se preocupa con un empresario brasileño? Y no se preocupa con el americano, que está aquí”. Y yo decía “es un absurdo, es una cuestión cultural”. Es una cuestión cultural, es algo que está enraizado en nuestra formación política y tenemos que romperlo, con muchas reuniones como esa, en que no tenemos vetos. 

 

Que la gente no necesita querernos como somos, no necesitamos querernos por como somos, pero porque somos capaces de hacer algo bueno. Nadie es cien por ciento bueno y nadie es cien por ciento malo. Sé que hay un punto de equilibrio para que podamos establecer lo que ustedes están haciendo aquí. 

 

Por eso, para mí esa reunión, Ricardo, es histórica y quisiera felicitarte porque conducir un Senado plural, hay que tener habilidad para convivir bien con todo el mundo, sin preguntar de qué partido es. 

 

Bueno, quisiera decirles que yo sueño con un mundo multipolar. Yo sueño con una nueva gobernación mundial, un gobierno mundial, tenemos que pensar en un nuevo gobierno mundial, nuestro senador que habló de esta cuestión. 

 

Hoy no se puede discutir ningún problema de desarrollo económico, si no vemos la cuestión ambiental. 

 

No basta crecer el PIB, es necesario ver si ese PIB respeta la naturaleza y el planeta, la calidad del aire, del agua, preservando nuestro mar. 

 

Es necesario saber esa cuestión ambiental, está al orden del día y no vamos a resolverla si no hay un nuevo gobierno mundial. Voy a dar un ejemplo: 

 

Hace 20 años fue aprobado el Protocolo de Kyoto, o un poco más. Estados Unidos de América del Norte no firmó el Protocolo de Kyoto, no lo firmó. Se habla mucho de ayudar a los países pobres, tener energía limpia, etcétera: pero en el fondo, los países desarrollados han hecho menos de lo que deberían en esa cuestión ambiental. 

 

Yo recuerdo que en Copenhague, en 2015, no, perdón, 2009, Obama me habló diciendo que quería crear un fondo como el FMI para ayudar a los países pobres, en la cuestión ambiental. 

 

Yo le dije: “Obama, no queremos un fondo con el FMI, ¿entiendes? No queremos ese fondo”. Es un fondo nefasto, porque sólo sabe dar opiniones con respecto a los países pobres.  

 

Hubo la crisis de 2008 y quebró, el FMI sencillamente se cayó. Sólo saben hablar cuando la crisis es en México o en Argentina, en Bolivia o en Brasil; o si hay crisis en Alemania, Francia, Estados Unidos él sencillamente se calla.  

 

No queremos ese fondo. Queremos que ustedes hagan una inversión productiva en países africanos. No queremos ser convertidos en santuario de la humanidad; queremos compartir una política de preservación ambiental en que todos tengan derechos y deberes. 

 

Necesitamos un gobierno nuevo. Nos vamos al foro internacional, aprobamos reglas, pero cuando las reglas son discutidas adentro del Estado nacional ellas no son aprobadas y entonces todo sigue igual. 

 

Yo recuerdo que el mundo rico en 2008 me decía que en el 2020, todo Europa tendría por lo menos 10 por ciento de etanol en su gasolina. Recuerdo que toda Europa decía que tendría 10 por ciento de aditivos en gasolina. Ya estamos en 2022 y eso no sucedió.  

 

En el Encuentro de Copenhague en Europa y Estados Unidos se reunieron con la idea de culpar a China por la polución y la contaminación del mundo, y yo estaba de acuerdo en que China era el país que más contaminaba; pero yo no podría castigar a China si Inglaterra que tenía 200 años de industrialización, no pagarán la deuda ambiental histórica que tenían con el planeta. 

 

¿Qué historia es esa? Los que habían contaminado realmente no tenían la culpa.  

 

Después hubo el Encuentro de París, hubo una voz extraordinaria en Brasil. Nosotros asumimos el compromiso de reducir el (inaudible) y reducir el efecto del gas y cumplimos; pero una parte del mundo no cumplió. 

 

Nosotros tenemos un problema, cuando la gente pobre trata de la cuestión del medio ambiente, no es solo cuidar nuestras tierras, nuestra agua, es cuidar nuestro pueblo que muere en la periferia sin tratamiento de agua, sin energía, sin calidad de educación, de salud, la gente que vive en el fin del mundo.  

 

Es algo mucho más serio y necesitamos una nueva gobernanza mundial.  

 

¿Por qué México no puede estar en el Consejo de Seguridad de la ONU?  

 

¿Por qué Nigeria no puede estar? ¿Por qué África del Sur no puede estar? ¿Por qué Egipto tampoco?, en el Consejo de Seguridad. 

 

¿Por qué no puede estar India? ¿Por qué Alemania y Japón? Por qué tienen que ser sólo esos cinco, los de siempre, y algunos con derecho a voto. Esa es una pelea que tenemos que hacer. Si queremos construir un mundo más saludable, más humano que queremos construir. 

 

Por eso, querido Ricardo, quisiera agradecerte, a cada senador y senadora, y decirles: La democracia es la cosa más importante que tenemos en la política. 

 

Cuando yo veo lo que sucedió en la Unión Europea, cuando veo lo que sucedió, siempre me dije: La Unión Europea es un monumento a la democracia, porque después de la segunda guerra mundial, los países volvieron a sentarse, a platicar, hicieron un parlamento, un Banco Central, una moneda en común. 

 

Es más, de lo que cualquier ser humano podría imaginar, y yo creo que aquí en América Latina podemos construir algo, algo de nuestro tamaño, por supuesto; algo para nuestras necesidades, calidades. 

 

Ningún país tiene que abrir mano de lo que ya hace. Pero podemos hacer un poco de lo que nunca hicimos. Y pelear para tener representatividad en los foros internacionales, esa es una obligación de los países de América Latina. 

 

Voy a terminar diciendo algo a ustedes: Cuando empezamos a discutir en hacer las olimpiadas en Brasil 2016, yo descubrí algo absurdo. 

 

Suiza tiene más delegados en el COI, en la Organización que decide a dónde será, de lo que todo el Continente Africano. Un país como Nigeria tiene 140 millones de habitantes; Suiza poquísimos, tiene cinco delegados; Italia tiene cinco. 

 

Y ahí uno ve a Europa, tiene más que América Latina y América juntas, lo que me parece que las cosas fueron hechas para ellos. Entonces, eso vale para la economía, eso vale para la salud. 

 

Y ahora con la pandemia, en Brasil tuvimos 650 mil muertes. La mitad de ellas por cuenta, por debido a la irresponsabilidad de nuestro gobierno, que hasta hoy no cree en la pandemia, hasta hoy no cree en el Covid, hasta hoy no cree en las vacunas. 

 

Nunca fueron a visitar a un pariente de una víctima, nunca. Pero aquí, ustedes ya se vacunaron. Brasil se tardó, pero tardó mucho porque el Presidente no quería comprar las vacunas, pero los países africanos, que todavía no han recibido las vacunas. 

 

¿Por qué el mundo rico, que compró prácticamente 75 por ciento de todas las vacunas producidas en el mundo? Ya hay gente tomando la cuarta, yo ya tomé la tercera; pero hay millones de personas pobres que ni siquiera han tomado la primera. 

 

Entonces, el mundo nunca será justo mientras los países no dividan todo de forma justa en el mundo. 

 

Muchas gracias, compañeros.