Mensaje del presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, Gerardo Fernández Noroña durante la presentación de los foros para la construcción del nuevo sistema para maestras y maestros.
Muy buenas tardes, compañeros, compañeras, me disculparán que no nombre a todas y todos, sino me echo la mitad del discurso en ello.
Quiero comentar de entrada mi contento, mi gusto, de estar acompañando a mi amigo, compañero de lucha, Mario Delgado, hoy secretario de Educación Pública.
Aquí fue líder de la mayoría morena, presidente de la JUCOPO.
De aquí salió a presidir Morena, coordinó la campaña de la hoy, compañera presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, y hoy tiene un merecido, una merecida responsabilidad como secretario de Educación.
A mi compañero Sergio Gutiérrez Luna, mis compañeros senadores, diputados, diputadas, montones de compañeros, compañeras, amigos y amigas.
Y muy contento, además, de que aquí esté el magisterio.
Esta es la casa del magisterio, porque, miren, decía mi abuela, era muy dicharachera, “que el que con atole se quema, hasta al jocoque le sopla”.
Y cada que hay una reforma, el magisterio dice, ya nos van a (inaudible), porque siempre es muy complicado.
De ninguna manera, de verdad, pueden ustedes estar tranquilos de que nosotros todas las transformaciones que hagamos serán en beneficio de nuestro pueblo.
Y ahí tiene un lugar especial el magisterio.
Yo creo que es cierto que hay que construir las bases del nuevo sistema para maestros, maestras, pero yo estoy convencido que la Cuarta Transformación, esta revolución sin violencia, tiene que revolucionar la educación.
Yo, a riesgo de ser malinterpretado, no me canso de decir: mis padres no pudieron ir a la universidad, mi abuela, con la que yo crecí tampoco, yo fui el primero que fui a la universidad, y la verdad es que era horrible la escuela, a mí no me gustaba nada.
Yo creo que hay que hacer una profunda transformación.
Yo no concibo que haya mujeres y hombres libres sin la lectura.
La lectura es un castigo, es algo que no... promover la lectura, sueño con que seamos el primer país de hombres y mujeres lectores empedernidos del mundo, pero ello pasa por las condiciones laborales del magisterio, que estén cada vez mejor pagados y reconocidos, y pasa...
Está muy bien, está muy bien, tenemos que trabajar las condiciones, también las consignas, por una educación pública, laica, gratuita y revolucionaria.
No sólo no se vende el magisterio, ni la patria, ni la educación, y no me alargo más.
Coincido que en este momento difícil que estamos viviendo, para todo mundo es público, que hay que erradicar el racismo, el clasismo, y ahí la educación es importantísima, la defensa de la independencia y la soberanía nacional es fundamental.
Hoy en la ceremonia, en el Campo Marte, de la celebración del Día de la Bandera, la compañera presidenta Claudia Sheinbaum Pardo volvió a insistir que somos una nación independiente y soberana, no una colonia o un protectorado, y sabemos que contamos con el magisterio en la defensa, no sólo de educación pública, laica y gratuita, sino la defensa de la patria, de la independencia, de la soberanía nacional y los mejores intereses de nuestro pueblo.
Sean bienvenidas, bienvenidos todos.
Un abrazo y larga vida al magisterio nacional.
¡Larga vida a la educación pública, laica y gratuita!
¡Y larga vida a nuestra patria independiente y soberana!
Y por supuesto, ¡Larga vida al rebelde e irredento pueblo de México!
Muchas gracias, compañeros y compañeras.