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Número 245

  • Se trata de un ejercicio transparente, plural y de cara a la sociedad, afirma Celeste Ascencio Ortega.

 

Las comisiones de Derechos Humanos y de Justicia dieron inicio al parlamento abierto con la intención de escuchar las recomendaciones de trece organizaciones de la sociedad civil sobre el perfil del nuevo o la nueva titular de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

 

La presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, Reyna Celeste Ascencio Ortega, dijo que con este ejercicio se cumple con el compromiso de realizar un proceso transparente, plural y de cara a la sociedad, por lo que tomarán nota de los comentarios y opiniones de las organizaciones con la intención de elegir al mejor perfil para la CNDH.

 

Javier Corral Jurado, presidente de la Comisión de Justicia, pidió a las organizaciones sociales hablar de las características de quien debiera encabezar la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, pero sin postular o promocionar a algunos de los candidatos, “que el parlamento abierto sea para identificar el reto que tenemos enfrente y los derechos humanos”. 

 

Ángela Guerrero Alcántara, de Cea Justicia Social, señaló que antes de darse una reelección en la Presidencia de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, hay que llevar a cabo un ejercicio de rendición de cuentas de la actual titular para saber qué se hizo y qué no se hizo, pues más allá de pugnas políticas, no se cumplieron con compromisos que Rosario Piedra Ibarra hizo al presentar su plan de trabajo en el Senado.

 

Jorge Alfonso Victoria Maldonado, del Centro de Estudios Superiores Justo Sierra O’ Really, dijo que su organización no advierte elementos de restricción para que Rosario Piedra continúe al frente de la CNDH, ya que perciben avances medibles y verificables, además del cumplimiento de la ley.

 

Del Observatorio de Designaciones Públicas, Marcia Itzel Checa Gutiérrez, consideró que al estar el país en una “crisis en derechos humanos”, el nuevo titular de la CNDH no debe tener conflictos de interés ni vínculos con hechos de corrupción; además, debe ser independiente del gobierno o de partidos políticos y demostrar imparcialidad en el ejercicio de sus funciones e integridad pública.

 

María Vega, de México Unido Contra la Delincuencia, afirmó que el perfil del o la nueva titular de la CNDH debe ser: “idónea, independiente, responder a la realidad social, cercana a las víctimas, que en su trayectoria haya demostrado un compromiso inquebrantable en la defensa de los derechos humanos, valiente y dispuesta a señalar sin titubeos a aquellas instituciones o personas responsables de violaciones a los derechos”, pues la Comisión no puede ser un ente “pasivo”.  

 

A pregunta de la senadora Alejandra Barrales Magdaleno, de Movimiento Ciudadano, sobre la postura de la CNDH a la adscripción de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional, María Vega respondió que miran con preocupación la postura de la actual titular frente a normas que amplían la “militarización”, por lo que temen una “regresión en derechos humanos, no hay un contrapeso real”.

 

Laura Paredes Chamu, del Colectivo Todas y Todos por los Derechos de Michoacán (Todehumi), exhortó al Senado a que el perfil del nuevo o nueva presidenta de la CNDH sea sin fines partidistas, y que como dijo la presidenta Claudia Sheinbaum, “no a la reelección”, pues sería “incongruente” para el partido en el poder postular un perfil cercano, en lugar de restaurar la autonomía e independencia del organismo.

 

Del Consejo Consultivo de Derechos Humanos de los Pueblos, Yaqueline Daniela González López, afirmó que los participantes idóneos para ocupar el cargo deben tener títulos universitarios correspondientes, estar altamente calificados, que hayan sido activistas o periodistas y que tengan vínculos con la sociedad, para que las respuestas a las quejas sean más expeditas.

 

Las senadoras Carolina Viggiano Austria, del PRI, y María de Jesús Díaz Marmolejo, del PAN, reconocieron la importancia de que las organizaciones de la sociedad civil participen en este proceso, pues coincidieron que la única manera de fortalecer la democracia del país es contar con una sociedad fuerte, por lo que es indispensable tener más interacción entre la sociedad y el Poder Legislativo.