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Número - 1484

  • La senadora Elvia Marcela Mora Arellano afirmó que es urgente visibilizar este modelo económico para cambiar la vida de las personas

 

La senadora Elvia Marcela Mora Arellano encabezó el conversatorio sobre “El papel de la economía social y solidaria en las relaciones internacionales de México”, que se llevó a cabo este martes en el Senado de la República.

 

La presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores dijo que la apertura de la administración que encabezará Claudia Sheinbaum Pardo permitirá implementar las mejores formas para que al país le vaya mejor, porque el humanismo mexicano, dijo, nos obliga a buscar el bienestar de las personas.

 

En dos sesiones de trabajo y con el objetivo de intercambiar ideas y experiencias, así como trabajar en conjunto para fortalecer este modelo, los asistentes analizaron el tema de la economía social y solidaria desde la visión de los organismos y organizaciones internacionales, la perspectiva económica centrada en las personas y la integración financiera de actores y empresas.

 

Además, los ponentes enfatizaron en la importancia de trabajar para cerrar la brecha de género.

 

Juan Manuel Martínez Louvier, director general del Instituto Nacional de la Economía Social, señaló que los organismos internacionales reconocen que el sistema empresarial que ha preponderado en las últimas cuatro décadas está agotado, porque se han aumentado los índices de desigualdad social y económica.

 

Detalló que el último informe de desigualdad de World Inequality Report plantea que 50 por ciento de los mexicanos acceden al 9.2 por ciento del ingreso, pero esto no se queda ahí, pues, de ese porcentaje, cuando se traduce en riqueza y en propiedad de la gente, se reduce a menos punto dos por ciento de la riqueza. 

 

“Por eso estamos convencidos que un sistema empresarial complementario, que surja con la gente y para la gente, es urgente y pertinente en la siguiente administración, porque la economía social se trata de producir más, de generar más competencia, de diversificar los rubros económicos, pero con la participación democrática de las personas que deciden hacia dónde debe ir la distribución de la riqueza”, señaló.

 

Alejandro Encinas Nájera, subsecretario de Comercio Exterior de la Secretaría de Economía, indicó que una de las virtudes que tiene la economía social y solidaria es que permite vislumbrar otras posibilidades donde “las cargas, las responsabilidades y los beneficios no están asimétricamente distribuidos”.

 

Reveló que, de acuerdo con las estadísticas de Naciones Unidas, si continuamos con el mismo modelo económico, no sólo no alcanzaremos la meta de los compromisos de la agenda 2030, sino que en algunos casos irán en retroceso; por ejemplo, dijo, en México estamos avanzando en un 69 por ciento, pero en materia internacional sólo el 17 por ciento se podrán cumplir a tiempo, el 18 por ciento están estancados y 17 por ciento en franca regresión.  

 

Mario López Roldán, director del Centro de la OCDE en México para América Latina, reconoció que las políticas económicas que se promueven desde hace mucho tiempo no están funcionando porque promueven desigualdad.

 

Agregó que, tras la pandemia, la economía social demostró que era una manera más eficiente en recuperar la economía de los países, por lo que esta puede desempeñar un papel pionero en la construcción de sociedades inclusivas, con desarrollo local fuerte, porque contribuye al crecimiento económico incluyente.

 

Dijo que la economía social y solidaria es un conjunto de iniciativas socioeconómicas y culturales, que se basa en un cambio de paradigma basado en el trabajo colaborativo de las personas y la propiedad colectiva de los bienes.

 

Marisol Argueta de Barillas, directora para América Latina del Foro Económico Mundial, mencionó que, a pesar de los beneficios de las economías sociales, éstas se enfrentan a obstáculos que les impiden crecer, como la visibilidad limitada, la falta de un marco jurídico y normativo que les apoye y el acceso restringido a financiamiento y a los mercados.