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Número - 1447

  • “En el Senado, tenemos la responsabilidad de legislar con base en evidencia y con una visión a largo plazo”, aseguran senadores

 

El senador Navor Alberto Rojas Mancera, vicepresidente de la Mesa Directiva del Senado, aseguró que introducir la evaluación del impacto legislativo al Congreso mexicano traerá más beneficios que riesgos, porque permitirá una mayor transparencia en el quehacer legislativo, lo que fortalecerá la confianza de la ciudadanía en nuestras instituciones.

 

Al inaugurar el Foro “Herramientas de Evaluación de impacto Legislativo en el Senado, medir y mejorar”; Rojas Mancera explicó que habilidades como esta coadyuvan en el fortalecimiento del trabajo de senadores y diputados, así como en la mejora continua de las funciones como representantes del pueblo y del pacto federal.

 

Además, agregó, fomentará una cultura de rendición de cuentas, donde cada ley y cada reforma se analizarán rigurosamente, en función de beneficios y retos, y al mismo tiempo, nos proporcionará datos valiosos para tomar decisiones más informadas optimizando así los recursos y esfuerzos de todo el Congreso.

 

Sin embargo, el legislador de Morena reconoció que la implementación de estas evaluaciones implica desafíos por la complejidad de los procesos legislativos, la diversidad de temas que se abordan y la necesidad de contar con herramientas y personal capacitado.

 

No obstante, Navor Rojas señaló que es imperativo superar la “resistencia del cambio” que pueda existir dentro de las propias filas de los grupos parlamentarios, por lo que consideró que la adopción de un modelo de evaluación de impacto legislativo requiere de una firme voluntad política y el compromiso de todos y todas las legisladoras.

 

“Es crucial que, ante el umbral de una nueva legislatura, los y las integrantes del Congreso se familiaricen con este modelo de evaluación, no sólo como una metodología adicional, sino como una práctica esencial de su labor. Sólo así podremos garantizar que las leyes que promulgamos no sólo cumplan con su propósito inicial, sino que generen beneficios tangibles y sostenibles para todos los mexicanos”.

 

Estas herramientas, indicó, no sólo nos ayudarán a identificar áreas de mejora, sino que también nos permitirán demostrar la transparencia y la eficacia de nuestro trabajo ante la ciudadanía, porque en el Senado tenemos la responsabilidad de legislar con base en evidencia y con una visión a largo plazo.

 

Por su parte, el senador de Morena, Gilberto Herrera Ruiz, promovente de la iniciativa que evalúa el impacto legislativo en los trabajos del Senado, calificó como “de vital” importancia que se implemente esta medida, ante la crisis que se está registrando en el Congreso por el exceso de leyes de baja importancia que se presentan.

 

Dijo que se debe discutir sobre la crisis de imagen y credibilidad en la que se encuentran los legisladores, en la cual se enfrentan a la desconfianza ciudadana y la idea equivocada que son más productivos quienes presentan mayor número de iniciativas, aunque se deje de lado la trascendencia de los temas que abordan y los alcances que en verdad tienen sus planteamientos.

 

Silvia Matallana Villegas, investigadora del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencias y Tecnologías, detalló que entre los aspectos que afectan la calidad de las leyes está la “hiperlegislación”, que se ocasiona porque cada vez se aprueban más leyes que no tienen un impacto significativo en las políticas públicas ni en la sociedad.

 

“Como ejemplo basta mencionar que de 1985 al 2015 el promedio de iniciativas por legislador creció más de dos mil 500 por ciento. En la LVII Legislatura se presentaron 667 iniciativas y se aprobaron 144; mientras que en la LXIV se presentaron 11 mil 74, de las cuales, sólo 650 se aprobaron”, afirmó.

 

Eduardo Bohórquez López, director ejecutivo de Transparencia Mexicana, destacó la necesidad de pasar a la democracia participativa y dejar de lado la democracia de audiencias, es decir que los representantes populares presenten sólo las iniciativas que de verdad contribuyan a mejorar las políticas públicas, en vez de usarlas como lucimiento personal.