Número - 974
- Destaca la presidenta del Senado avances legislativos, pero advierte que persisten retos como violencia y brecha económica.
Como nunca en la historia de México, en este sexenio se avanzó en el marco jurídico para garantizar los derechos de las mujeres, pero es necesario “no perder el rumbo” y mantener la lucha para enfrentar y superar retos, como la violencia, la paridad de género en el sector privado, las desigualdades en los ámbitos laboral y económico, afirmó la senadora Ana Lilia Rivera Rivera.
La presidenta del Senado de la República consideró que la reforma constitucional, para que hombres y mujeres tengan el mismo derecho de acceder al poder, a la representación política con igualdad de condiciones, fue una lucha de varias generaciones, de alrededor de 100 años.
Ahora, agregó, “lo más importante es no perder el rumbo, es mantenernos y entender que hay nuevos retos que debemos enfrentar”, pues no se trata nada más de cambiar leyes, crear programas y asegurar espacios de representación popular, sino de respaldar a las millones de ellas que todavía enfrentan pobreza, explotación sexual, abandono, desempleo, desigualdad salarial, violencia y falta de oportunidades educativas.
Tenemos que, enfatizó Ana Lilia Rivera en entrevista, trabajar por quienes sufren violencia vicaria, porque les han quitado a sus hijos, por las mujeres que sufren acoso sexual y que no se atreven a denunciar porque pierden su trabajo.
“No basta con construir leyes; ahora hay que ejecutarlas, sancionarlas y hacer que la vida de millones cambie, y que no creamos que, por tener esta oportunidad, las mujeres ya logramos conseguir todo”.
La senadora afirmó que uno de los logros más importantes en el Senado de la República fue la modificación a la Constitución, para establecer la paridad total, no solamente en la representación política o en los cargos populares, sino también en la administración pública, federal, local y municipal.
En entrevista, dijo que es necesario que esa paridad trascienda a la esfera privada, donde ellas también puedan ser directoras de área, superintendentes de empresas privadas, gerentes, directoras y dueñas de empresas.
Pero, sobre todo, dijo Ana Lilia Rivera, es necesario impulsar el empoderamiento de las mujeres para asegurarles su crecimiento y su desarrollo económico.
Para ello, dijo, es preciso crear espacios de educación financiera dirigidos a ellas, bancos o financieras con un enfoque de género, así como impulsarlas en el cooperativismo y las actividades económicas, sobre todo a las mujeres más vulnerables, las que no pudieron salir de la ranchería, del pueblo, de la zona indígena, pero que trabajan todos los días, tienen una actividad y son el sostén de su familia.
Por otra parte, Ana Lilia Rivera destacó que, en materia de violencia política de género, también hay cambios significativos, ya que se ha avanzado como nunca en la historia en esta materia legislativa.
“Hemos aprobado presupuestos extraordinarios, obligando a los partidos políticos a que determinen presupuestos para la capacitación y formación política de las mujeres”.
Recordó que, en el proceso electoral, la mitad de las candidaturas serán representadas por mujeres, de todos los partidos políticos, y es una obligación atender los actos que puedan constituir violencia política de género.
Antes era un discurso, antes se simulaba, era demagogia pura, pero ahora ya se tienen sanciones en el Código Penal, que incluyen la cancelación de candidaturas para los hombres que violenten mujeres o para mujeres que ejerzan violencia en contra de otras mujeres.