Número - 471
- México seguirá siendo un refugio para quienes lo necesitan, particularmente para los menores desplazados por conflictos armados, persecución o pobreza, afirma.
La presidenta de la Mesa Directiva, Ana Lilia Rivera Rivera, refrendó el compromiso del Senado de la República con la protección de los derechos de niñas y niños, especialmente de aquellos que son desplazados de sus lugares de origen por conflictos armados, persecución o pobreza.
El pasado 16 de noviembre, la senadora dio la bienvenida al recinto legislativo a “La Pequeña Amal”, una marioneta de 3.5 metros de altura, que representa a una niña siria refugiada de 10 años y que se ha convertido en un símbolo de los derechos humanos, particularmente de los menores desplazados.
Ana Lilia Rivera enfatizó que México ha sido y seguirá siendo un refugio para quienes lo necesitan, un hogar para quienes han perdido todo, una premisa que es parte de nuestra historia y cultura, que está profundamente arraigada a los valores, empatía y hospitalidad de la nación mexicana.
La Pequeña Amal es parte central del proyecto “The Walk” (La Caminata), con el que se busca hacer consciencia en diferentes naciones sobre el enorme número de niños y niñas que huyen de la guerra, la violencia y la persecución.
Desde julio de 2021 ha recorrido 15 países, con un mensaje de esperanza para las personas desplazadas, refugiadas y migrantes. Amal recorre siete ciudades de nuestro país. El recibimiento en el Senado fue la primera actividad que realizó por la Ciudad de México.
Al recibirla en la Cámara, dijo la presidenta de la Mesa Directiva, “no sólo acogemos a una marioneta gigante, sino que abrazamos, simbólicamente, a todas las niñas y niños refugiados alrededor del mundo”.
Esta representación artística, enfatizó, trae consigo un mensaje poderoso de resiliencia, esperanza y humanidad, que toca los corazones del pueblo de México.
“En cada hilo, en cada movimiento de la pequeña Amal vemos reflejadas las historias de millones de niñas y niños que, forzados por circunstancias ajenas a su voluntad, han tenido que dejar sus hogares en busca de seguridad y una vida mejor”.
Ella, agregó la legisladora, nos recuerda la importancia de mantener nuestras fronteras y corazones abiertos para aquellos que buscan refugio y paz.
Ana Lilia Rivera señaló que “en tierras lejanas, bajo cielos distintos, hay niñas y niños con sueños extintos”, que en sus ojos llevan el reflejo de guerras y en el alma cicatrices, pequeños refugiados, viajeros sin fin, que buscan un hogar para volver a sonreír.
“Son los niños de Palestina, son los niños de Ucrania, son los niños de África, son los niños de Venezuela, son los niños de Haití, son los niños de El Salvador, son los niños de Honduras, son los niños de Nicaragua, son los niños de México”, expresó.
Dijo que históricamente en nuestro país caben todos, por lo que al recibir a “La Pequeña Amal”, reiteramos estos valores y nos comprometemos a ser una voz para los que no tienen nada, ni siquiera patria.
En este sentido, reiteró la solidaridad del Senado con las causas de este proyecto, así como su determinación de trabajar en todos los espacios para construir un mundo justo y generoso con los más inocentes, con los que no tienen un lugar en el mundo.
A esta ceremonia también asistió Renee Cuijpers, representante adjunta del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados; Dana Graber, representante de la Organización Internacional para las Migraciones en México; y David Lan, uno de los productores de “The Walk Productions”.