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Número - 1361

  • Este tipo de conductas vulneran los derechos de las personas consumidoras, señalan senadores del PT.
     

La preventa de boletos para acceder a actividades deportivas, espectáculos musicales y eventos masivos se ha convertido en una problemática que causa discriminación, aumento de precios, agotamiento de entradas, exclusividad y falta de transparencia, aseguraron la senadora Geovanna Bañuelos de la Torre y el senador Joel Padilla Peña. 

 

Los legisladores del Grupo Parlamentario del PT advirtieron que, debido una laguna legal, dichas preventas se han llevado a cabo sólo para obtener beneficios a costa del perjuicio de la gente. 

 

Por tal motivo, presentaron una iniciativa, publicada en la Gaceta de la Comisión Permanente, que busca reformar la Ley Federal de Competencia Económica, a fin de que se considere como una práctica monopólica la preventa de boletos. 

 

El documento plantea que las conductas relativas a la venta o transacción de bienes o servicios condicionadas, así como el uso de un medio específico de pago de una institución financiera determinada, que constituya denegación, restricción de acceso o de acceso en términos y condiciones discriminatorias o restrictivas a bienes y servicios para las personas, sean consideradas como prácticas monopólicas. 

 

La iniciativa, que fue enviada a las comisiones de Economía y de Estudios Legislativos del Senado, propone que también sean consideradas prácticas monopólicas aquellas que se lleven a cabo entre agentes económicos que no sean competidores entre sí y que deriven en el control de inmuebles para condicionar la venta de bienes y servicios que constituya denegación, restricción de acceso o acceso en términos y condiciones discriminatorias o restrictivas para las personas. 

 

Precisaron que las preventas son para un grupo específico que cuenta con tarjetas bancarias exclusivas, “lo que sin duda viola los derechos de las personas consumidoras”, ya que no todos tienen la posibilidad de acceder a ellas, por lo que al no permitirle a las personas que puedan elegir libremente el servicio, constituye una práctica discriminatoria. 

 

Refirieron que las boleteras se han pronunciado al respecto, y mencionan que estos mecanismos facilitan y hacen más justa la adquisición de boletos; sin embargo, la realidad demuestra otra cosa, ya que este fenómeno ha traído en los últimos años molestia por parte de las personas compradoras, quienes han expresado su inconformidad. 

 

Destacaron que la problemática con la preventa no termina ahí, pues miles de personas consumidoras buscan el poder ingresar a un evento, lo que trae como consecuencia la compra con revendedores. 

 

La reventa de boletos, destacaron, ha existido durante muchos años en el país, al igual que la venta de boletos por páginas digitales, redes sociales y ahora por influencers, hechos que vulneran a las personas consumidoras debido a que pueden ser estafados. 

 

Es tiempo de contar con una legislación que permita responder efectivamente ante las prácticas que dañan la libre competencia y las que vulneran los derechos fundamentales; por lo que es prioritario garantizar condiciones de competencia y un mejor servicio para las personas consumidoras, expresaron los senadores.