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Número-1248

  • El Senado se sumó a la lucha contra la homofobia, la transfobia y la bifobia, exponen legisladores.

El Senado de la República iluminó sus instalaciones con los colores del arcoíris para sumarse a la lucha contra la homofobia, la transfobia y la bifobia, y contra cualquier tipo de discriminación y de odio por la orientación sexual y la identidad de género de las personas.  

 

Durante la ceremonia, que se llevó a cabo con motivo del Día Internacional contra la Homofobia, la Transfobia y la Bifobia, las y los senadores hicieron un llamado para que en el siguiente periodo ordinario de sesiones se apruebe el proyecto para prohibir las llamadas “terapias de reconversión”.  

 

La presidenta de la Mesa Directiva, Olga Sánchez Cordero, enfatizó que las llamadas terapias de reconversión son de las peores violaciones a los derechos humanos, pues atentan contra la dignidad de las personas.  

 

“Y nosotras, como legisladoras, hacemos el compromiso para que esta ley, que prohíbe las terapias de reconversión, tiene que ser definitivamente expedida por el Congreso Federal, no puede ser de otra manera”.  

 

Además, dijo que otro de los pendientes es garantizar los servicios de seguridad social para estas comunidades, porque si ya se reconoce el matrimonio igualitario, el concubinato igualitario, ¿por qué no reconocer este derecho?, cuestionó.  

 

El presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Monreal Ávila, refrendó  el compromiso de la Cámara de Senadores con la agenda progresista de la comunidad lésbico-gay, que se impulsará en septiembre, mes en el que inicia el siguiente periodo ordinario de sesiones.  

 

Dijo que con la iluminación, las y los legisladores protestan contra todo tipo de discriminación, intolerancia, crímenes de odio, de todo lo que caracteriza la segregación y la persecución.  

 

“Hoy el Senado es plural, pero también es un Senado que entiende, comprende y comparte todas las inquietudes de la comunidad lésbico-gay”, enfatizó el coordinador parlamentario de Morena.   

 

La senadora Alejandra Lagunes Soto Ruíz, del PVEM, reconoció que “estamos en falta”, porque aún está pendiente la aprobación del dictamen que prohíbe los esfuerzos para corregir la orientación sexual y la identidad de género, que no son otra cosa que tortura y representan la ignorancia y el nulo respeto a los derechos humanos.  

 

Dijo que la ignorancia e intolerancia disfrazan la homofobia, la transfobia y el miedo a la diversidad, con supuestos tratamientos psiquiátricos o de consejería espiritual, con la intención de modificar algo tan íntimo y único, como es la orientación sexual o identidad de género de una persona.  

 

La senadora Citlalli Hernández Mora, de Morena, agregó que las nuevas generaciones tienen el deber de luchar contra toda expresión de odio y reivindicar que la diversidad y la pluralidad son la riqueza de una sociedad.  

 

Patricia Mercado, senadora de Movimiento Ciudadano, consideró que quienes se dedican a la política deben asumir que la población mexicana es cada vez más incluyente con las personas de la comunidad LGBTTTIQ+. 

 

Iván Tagle, director de la organización Yaaj México, señaló que desde el 17 de mayo de 1990, la Organización Mundial de la Salud retiró a la homosexualidad de la lista de enfermedades mentales, pero en nuestro país siguen existiendo personas que fielmente creen que el amar a alguien de tu mismo sexo es una enfermedad, que además puede ser curable con tratos crueles, inhumanos y degradantes.  

 

La diputada Salma Luévano Luna, presidenta de la Comisión de la Diversidad de la Cámara de Diputados, asentó que “a golpe de sentencia hemos avanzado y a golpes de sentencia seguiremos avanzando, hasta que la dignidad se haga costumbre”.