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Número-1034

  • Se pueden impulsar cadenas de valor, con productos como el cáñamo, sostiene la presidenta de la Mesa Directiva del Senado.
     

La presidenta de la Mesa Directiva, Olga Sánchez Cordero, afirmó que el Senado de la República construye un modelo para la regulación de cannabis, que no sólo eliminará el enfoque prohibicionista que incrementó la violencia en nuestro país, sino que permitirá garantizar la seguridad y el control en el consumo de la planta.  

Desde el punto de vista económico, dijo, es importante tomar en cuenta las diversas experiencias internacionales, para impulsar la economía social y las cadenas de valor de la planta, con productos como el cáñamo.  

“Vencer los obstáculos formalistas del pasado no es tarea sencilla, pero tengo la plena confianza de que en esta Legislatura lo podemos lograr, para regular e implementar medidas de consumo a conductas que se practican desde hace muchos años, y abrir nuevos mercados económicos que permitan a nuestro país crecer”, expresó. 

En el foro “La regulación del cannabis y las oportunidades para el desarrollo de una industria de cáñamo en México”, Sánchez Cordero refirió que el uso lúdico del cannabis es sólo una pequeñísima parte del potencial que tiene la planta; por ello es importante reflexionar sobre los otros beneficios que traería aparejada su reglamentación.  

“Continuaremos sembrando conciencia en nuestra población, en donde no hay cabida para políticas prohibicionistas; somos el México de las libertades y el pueblo es consciente de ello”, expresó.  

La senadora Cora Cecilia Pinedo Alonso, del PT, indicó que su interés en la regulación del cannabis se ha centrado en los beneficios de una industria de uno de sus derivados: el cáñamo. 

Este cultivo, acompañado de una política integral para el desarrollo de esta industria, puede generar cadenas de valor y enormes beneficios para el combate a la pobreza de amplias regiones del país, aseguró la presidenta de la Comisión de Relaciones Exteriores Asia-Pacífico-África.  

En ese sentido, dijo que impulsa una iniciativa para reformar la Ley General de Salud y el Código Penal Federal, a fin de atender el mandato de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, que declaró inconstitucional la prohibición de la siembra, cultivo y cosecha del cáñamo para usos industriales.  

Por eso destacó la necesidad de aprobar la Ley para la Regulación del Cannabis, pues “se está dejando ir una gran oportunidad, ya que, de acuerdo con estimaciones del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas de la Cámara de Diputados, si se aprueba, la recaudación podría ascender a 18 mil 705 millones de pesos sólo en los primeros años”. 

“Una nueva legislación que brinde certeza creará una industria que pocos estamos viendo. La industria del cáñamo nos brinda la oportunidad de transformar al país, con un producto que es hasta 10 veces más redituable que el maíz”, afirmó. 

En tanto, el presidente de la Comisión de Justicia, Rafael Espino de la Peña, consideró necesario transitar con una legislación integral que incluya la creación de una regulación del cannabis psicoactivo y cannabis no psicoactivo. 

Además, que establezca los lineamientos y directrices para la regulación del cannabis y sus derivados, en cuanto a su siembra, cultivo, producción, transporte, distribución, venta y comercialización. “Es decir, por un lado, el cannabis psicoactivo y por otro el cáñamo”.  

En la mesa “Contexto Histórico y Cultural del Cáñamo y del Cannabis”, moderado por la senadora Ana Lilia Rivera Rivera, presidenta de la Comisión de Estudios Legislativos Segunda, el antropólogo e investigador de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, Julio Glokner Rossainz, mencionó que en la antigüedad la marihuana formó parte de tratamientos para la oftalmía, fiebre, insomnio y disentería. 

 

A esos tratamientos se han sumado los que tienen que ver con la estimulación del apetito, los dolores reumáticos y para evitar náuseas derivadas de las quimioterapias para el tratamiento del cáncer.   

 

Jorge Hernández Tinajero, presidente de la Asociación Mexicana de Estudios de Cannabis, coincidió con la senadora Pinedo Alonso en la necesidad de crear una regulación aparte del cáñamo, ya que el proceso de cultivo de la planta es distinto para aprovechar sus fibras, la materia vegetal, semillas y aceites, que cultivar la flor hembra para producir resina y cannabinoides y psicoactivos. 

 

De tal modo que no existe riesgo en que una plantación de cáñamo vaya a desviar su producción hacia un mercado ilegal de marihuana, afirmó.