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Número-878

  • Nuestro país vive un momento histórico de grandes transformaciones, y es necesario que nuestras acciones se guíen bajo sus ideales y principios: Raúl Bolaños-Cacho. 

 

El senador Raúl Bolaños-Cacho Cué enlistó un proyecto que plantea realizar una Sesión Solemne para rendir un homenaje a Benito Juárez García e inscribir su nombre, con letras doradas, en el Muro de Honor del Senado de la República.   

 

En la exposición de motivos de la iniciativa, que también suscribieron los integrantes de la Mesa Directiva, el legislador del PVEM expuso que el pensamiento juarista es un vivo ejemplo de sobreponer cualquier interés privado por el interés nacional. 

 

Bolaños-Cacho afirmó que con este homenaje se reconocerá el legado y trascendencia de Benito Juárez García, quien nació el 21 de marzo de 1806 en San Pablo Guelatao, Oaxaca, y se destacó como un importante político de origen indígena, catedrático, abogado, diputado, gobernador, presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, en 1857, y presidente de la República en 1858, hasta su muerte en 1872. 

 

Como jurisconsulto, servidor público y estudioso de las leyes y el derecho, continuó el senador, acuñó un sinnúmero de frases y apotegmas que con el tiempo se han vuelto citas o sentencias obligadas para servidores y actores de la vida pública, entre ellas la siguiente:  

 

“Los funcionarios públicos no pueden disponer de las rentas sin responsabilidad; no pueden gobernar a impulsos de una voluntad caprichosa, sino con sujeción a las leyes; no pueden improvisar fortunas ni entregarse al ocio y a la disipación, sino consagrarse asiduamente al trabajo, resignándose a vivir en la honrada medianía que proporciona la retribución que la ley le ha señalado”.  

 

Además, la diplomacia mexicana no se entiende sin el apotegma de “Entre las naciones como entre los individuos, el respeto al derecho ajeno es la paz”, que forma parte de los principios rectores de la política exterior mexicana, y que fue proclamada por Benito Juárez en su discurso del 16 de julio de 1867, después de restablecer los poderes federales en la ciudad de México. 

 

Raúl Bolaños-Cacho también subraya la Reforma, como una de las etapas más importantes de la vida independiente de México, en donde se sientan las bases de nuestro constitucionalismo y fundamentos de nuestra República, cuyos principales avances fueron la Ley de Nacionalización de los Bienes Eclesiásticos, la Ley de Matrimonio Civil, la Ley Orgánica del Registro Civil y La Ley sobre Libertad de Cultos. 

 

Si bien, todos y cada uno de los y las grandes liberales sumaron con sus aportaciones a la elaboración de estas leyes, fue con la expedición, en 1855, de la Ley Sobre Administración de Justicia Orgánica de los Tribunales de la Nación, del Distrito y Territorios -también llamada Ley Juárez- que inicia esta gran revolución reformista y se consolida con la proclamación de las llamadas Leyes de Reforma, el 6 de septiembre de 1860, cuando Benito Juárez ya era presidente de la República.  

 

“Nuestro país vive un momento histórico de grandes transformaciones y es menester que parte de nuestras acciones se guíen bajo estos ideales y principios”, asentó Raúl Bolaños-Cacho en el proyecto que fue turnado, el pasado 1 de marzo, a la Comisión de Reglamentos y Prácticas Parlamentarias.  

 

Inscribir el reconocimiento, en una Sesión Solemne, de “Benito Juárez, Benemérito de las Américas”, en el Muro de Honor del Senado de la República, es ratificar la solidez de nuestros fundamentos republicanos que nos dan origen y destino, asentó el legislador.