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Número-437 

  • Cerca de 15 millones de niñas y adolescentes, de entre 14 y 19 años, han experimentado violencia sexual, destacan en el Senado.

 

Con el objetivo de contar con herramientas y llevar a cabo acciones para erradicar las distintas formas de violencia contra las mujeres y niñas, se llevó a cabo en el Senado de la República el foro “Violencia visible e invisible en el mundo del trabajo”, organizado por la senadora Blanca Estela Piña Gudiño. 

 

La legisladora informó que el encuentro se realizó con el acompañamiento de la Asociación Sindical de Pilotos Aviadores de México (ASPA), con motivo del Día Internacional para la Erradicación de las Violencias contra las Mujeres. 

 

José Humberto Gual Ángeles, capitán y secretario general de la ASPA, afirmó que se podrán impulsar desde el espacio público y con el apoyo del Senado, acciones contundentes para erradicar la violencia de género en todas sus manifestaciones. 

 

El tema, más que una cuestión de género es una cuestión de humanidad imperante, enfatizó, ante las cifras que demuestran que una de cada tres mujeres en el mundo, que han experimentado violencia física o sexual, ha sido en manos de su pareja sentimental. 

 

Destacó que cerca de 15 millones de niñas y adolescentes, de entre 14 y 19 años, han experimentado esa violencia sexual, y entre 45 y 55 por ciento de las adolescentes de entre 15 y 17 años, han padecido acoso sexual. 

 

Al abordar el debido proceso e investigación en materia laboral, la maestra Claudia Domínguez Hernández, investigadora de la Universidad Autónoma de México, dijo que es muy complejo comprender que las víctimas deban probar que su propio jefe es un acosador. 

 

En ese sentido, llamó a reconstruir las reglas de esos procedimientos, ya que no pueden ser las mismas que para el procedimiento civil. 

 

En tanto, Martha Vera Araujo, fundadora de la Comisión de Equidad e Igualdad de Género del ASPA, señaló que las violencias nunca fueron invisibles, pero “nos acostumbraron a hacer como si no existieran, aprendimos a no ver, escuchar o sentir”. 

 

La capacidad de una persona que trabaja debe ser determinada sólo por cuestiones técnicas y no ser empañada por la frase: “pero es mujer”.