Número - 1383

•  Propone fortalecer la reglamentación local en materia de ordenamiento ecológico, uso del suelo y conservación de cuencas.

La presidenta de la Comisión Especial para el Seguimiento a la Implementación de la Agenda 2030, Amalia Dolores García Medina, afirmó que para atender la crisis de escazes de agua y desertificación en el país es necesario crear alianzas entre los tres niveles de gobierno y la iniciativa privada, así como contar con presupuesto para avanzar en un modelo de gestión sostenible de los recursos naturales.

Entre otras acciones, consideró importante poner en el centro a los municipios y que estos cuenten con un diagnóstico territorial en el que se identifiquen zonas críticas de desertificación y escasez hídrica con apoyo técnico; además de fortalecer la reglamentación local en materia de ordenamiento ecológico, uso del suelo y conservación de cuencas.

Durante el conversatorio "Modelo de Proyectos Sostenibles para la Prevención de la Desertificación en México", destacó que existen tecnologías que permiten detectar sequías de forma anticipada, mapear suelos degradados, monitorear el uso del agua en tiempo real y conocer la condición del territorio, con la finalidad de tomar acciones, como desarrollar sistemas de riego inteligente, hasta cooperativas que promuevan prácticas agroecológicas.

“La gobernanza, previendo escenarios futuros, permite que tomemos medidas con anticipación y podamos generar condiciones de sostenibilidad y generar sistemas de alerta temprana”, subrayó.

Amalia García también refirió que hay fondos climáticos de reforestación y restauración de suelos, así como recursos federales e internacionales que se pueden utilizar para atender la crisis medioambiental.

Recordó que el 60 por ciento del territorio mexicano presenta algún grado de degradación del suelo; además de que las sequías prolongadas por uso de acuíferos y la deforestación por la agricultura aceleran la desertificación, fenómeno que no sólo daña los ecosistemas, sino que pone en riesgo, la seguridad hídrica, la seguridad alimentaria y la económica.

La senadora del PT, Yeidckol Polevnsky Gurwitz, destacó que entre las reflexiones expuestas por los invitados está la importancia de contabilizar los cuerpos de agua y clasificar las diferentes cuencas que existen en el país, a efecto de definir su uso; además, del rescate de sitios como el Río Hondo en Naucalpan, Estado de México, que actualmente está contaminado.

Consideró que estos encuentros permiten intercambiar y conocer experiencias exitosas como en el caso del gobierno de Tlaxcala, que desarrolló un plan para atender el desabasto de agua en esa entidad federativa.

Por su parte, la presidenta de la Comisión de Cambio Climático y Sostenibilidad de la Cámara de Diputados, Alejandra Chedraui Peralta, refirió que 52 por ciento del territorio nacional es árido o semiárido, en el que habita 40 por ciento de la población rural, además de que ocho millones de personas viven en zonas de alta vulnerabilidad hídrica, y todo esto provoca la movilidad por estas condiciones.

Por ello propuso establecer incentivos fiscales, técnicos y presupuestales para productores rurales que apliquen prácticas sostenibles, vincular el presupuesto federal a indicadores de resiliencia hídrica, suelos y restauración, armonizar la Ley de Equilibrio Ecológico, la de Aguas Nacionales y la de Desarrollo Rural, asi como incorporar perspectiva de género, territorialidad y justicia climática en la planeación ambiental.

En tanto, Héctor Ochoa Moreno, director General del Consejo Nacional de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la Secretaría de Economía, coincidió en que la colaboración de todos los actores de la sociedad es indispensable para lograr avances significativos para combatir el cambio climático, principalmente ante la escasez de agua, y que el socializar los objetivos de desarrollo sostenible de la Agenda 2030 ayuda a las personas se sumen a estas acciones.