Versión estenográfica del posicionamiento de la senadora Ana Lilia Rivera Rivera, presidenta de la Mesa Directiva del Senado de la República, en torno a la iniciativa de crear el Día Nacional del Amaranto.

Hoy es un día muy importante para quienes vivimos en estados donde la producción de amaranto es una de las fuentes de empleo de muchas y muchos de nuestros ciudadanos.

 

Hace más de 500 años, el maíz y el amaranto fueron separados, después de haber evolucionado juntos durante más de 10 mil años. El maíz y el amaranto fueron la fuente de alimentación de las culturas mesoamericanas.

 

Cuando los españoles llegan, consideran que es parte de una magia la que permite que la unión de estos alimentos haga guerreros tan fuertes y tan resistentes, y entonces deciden separarlos y no permitir que se produzca el amaranto y se consuma en nuestras familias. Desde entonces, el amaranto y el maíz fueron separados.

 

Hay estudios científicos que demuestran que el amaranto y el maíz son la proteína perfecta. Esta fuente de alimentación sana, que además tiene múltiples, ayuda en la nutrición y por supuesto en nuestra salud mental.

 

No es una coincidencia que al dulce tradicional del amaranto se le conozca como “Alegría”. Se le llama “Alegría” por el gran contenido de serotonina que contiene; eso y mucho más.

 

La NASA lo declaró uno de los cinco súper alimentos del planeta, y cuando el ser humano salga de nuestra casa, que es este hermoso planeta, entre los alimentos que acompañarán a los hombres que irán a explorar el Universo, indudablemente estará el amaranto, por la capacidad que tiene de regenerar y mantener el músculo humano.

 

Así, es que tenemos alimentos que también pueden, fuera de la Tierra, adaptar y modificar el cuerpo humano a la falta de gravedad.

El estado de Tlaxcala produce aproximadamente el 22 por ciento del amaranto en México.

 

¿Y por qué necesitamos que se declare un Día del Amaranto? Porque es muy importante que todos los mexicanos sepamos las virtudes que tiene este cereal maravilloso y llevarlo nuevamente a nuestra cocina, y en estos momentos donde México vive pandemias por la mala alimentación, regrese a nuestra canasta básica.

 

Es importante un Día, para que podamos analizar las políticas públicas, programas y presupuestos, para impulsar su producción.

 

Y es necesario un Día, para que cada 15 de octubre le recordemos a nuestro gobierno que es necesario que se considere, también, dentro de los granos básicos de la canasta básica, con precios de garantía en México.

 

El amaranto, indudablemente, hoy que tendrá un Día para celebrarse, servirá para que lleguemos a las escuelas, a los mercados, a las plazas públicas, y, finalmente, a la mesa de la casa de todos nosotros.

 

La producción de amaranto en México es mínima y su consumo también.

 

Si cambiamos con información nuestra alimentación e incluimos granos, cereales, como lo es el amaranto, y después de 500 años de haberlos separado los volvemos a reunir, tendremos en nuestra mesa nuevamente el amaranto y el maíz nutriendo nuestra familia, nuestro corazón y nuestra alma.

 

Felicito a la Comisión de Agricultura, y felicito a quienes en la Comisión apoyaron esta maravillosa propuesta.

 

Las cosas más valiosas en el mundo, no tienen precio, y este es uno de ellos.

 

¡Qué viva el 15 de octubre, el Día Nacional del Amaranto!

 

Muchas gracias.