Versión estenográfica del mensaje del senador Ricardo Monreal Ávila, presidente de la Junta de Coordinación Política del Senado de la República, en la inauguración del Parlamento Universitario Ibero-Senado. 

Este primer ejercicio voy a tener dos intervenciones: una en este momento, para darles la bienvenida aquí, a este lugar que para nosotros es el más sagrado, este Pleno del Senado. 

 

Quiero darles la bienvenida a sus autoridades, Alejandro Anaya, vicecoordinador académico. A la doctora Graciela Teruel, a Roger Magazine, al doctor René Torres Ruiz y a todos ustedes, alumnos y alumnas de la Universidad Iberoamericana, la IBERO. 

 

Primero, muchas gracias por estar aquí.  

 

Saludo a las autoridades académicas, administrativas, universitarias y docentes que hoy nos acompañan en este ejercicio. 

 

También quiero expresarles mi reconocimiento a quienes nos acompañan en el Palco de Honor, al maestro Francisco Daniel Mendoza, a la doctora María Grisel Salazar, al doctor Ricardo Velázquez Leyer, a la maestra claudia Viviana Zamudio, al maestro Joel Trujillo Pérez, a la maestra Priscila Denis Deodato Alpízar, a todos ellos, bienvenidos. 

 

Doy también una cálida bienvenida a toda la comunidad universitaria. Aquí hay 130 alumnos y alumnas de las escuelas de Derecho. Levanten la mano los de Derecho. 

 

Los de Ciencias Políticas.  

Los de Administración Pública o las de Administración Pública. 

Criminología.  

Comunicación.  

Ingeniería Civil. 

Otras.  

Relaciones Internacionales, aquí tengo la relación. 

 

Bueno, hoy es una evolución natural, prácticamente, me informan, que se han inscrito el 60 por ciento de mujeres, es decir, ahora dominan este Congreso Universitario las mujeres, 60-40 y me alegra mucho por eso en este ejercicio. 

 

¿Qué es lo que van a hacer? 

 

Primero debo de decirles a todos, a todas, que deben de sentirse ustedes muy honrados y muy honradas, lo comentaba con la doctora Graciela. Vivan este momento porque ese lugar donde están ustedes, para nosotros es sagrado; donde están ustedes le corresponde a cada uno de los senadores y senadoras que forman parte de esta Legislatura.  

 

Está asignado, ese lugar se llama escaño y normalmente no permitimos el acceso a este Salón, sólo a senadores y senadoras. Entonces, ahora lo que están haciendo ustedes es histórico. La Universidad ha venido directamente a ocupar los escaños y a sentir el espíritu del Legislativo, el espíritu del legislador.  

 

Y como decía Alejandro, no es remoto que ustedes sean llamados al servicio público; tampoco es remoto que algún día no sólo sea en un Parlamento Juvenil, sino que puedan ocupar permanentemente ese escaño, en beneficio del país. 

 

Es importante que ustedes vivan este día, es trascendente que ustedes sientan el entusiasmo que nosotros todos los días sentimos al hacer nuestro trabajo como constructores de la ley, como arquitectos del sistema normativo mexicano. Aquí es donde damos las grandes discusiones y ustedes ahora van a poder ocupar esta, la más alta Tribuna de la nación. 

 

Ustedes a los que les corresponda deliberar, debatir, discutir, aquí estarán. Sus propios compañeros que han electo como Mesa Directiva, ocuparán este lugar donde estoy dirigiendo este mensaje y habrá vicecoordinadoras, vicecoordinadores y la Mesa Directiva, como si estuviera funcionando el Congreso, el Senado. 

 

Va a haber quien los auxilie, no se preocupen ni se pongan nerviosos. Tampoco crean que nosotros sabemos todo; tenemos servicio parlamentario y ese servicio parlamentario profesional los van a auxiliar para que puedan conducir las sesiones y para que puedan conducir la deliberación que hoy sostendrán. 

 

Me alegra que ustedes hayan electo a su Mesa Directiva, porque por ahí comienza todo por la vía democrática.  

 

Y también que hayan ya resuelto sus grupos parlamentarios, que me parece pertinente decirles que es clave que ustedes se sientan en casa.  

 

Es único este ejercicio, recuérdenlo bien, son privilegiados en toda la comunidad universitaria mexicana.  

 

Han venido aquí también a realizar paramentos la UNAM, el Colegio de México, el Tecnológico de Monterrey, la Universidad de Puebla, la Universidad d Zacatecas; han venido varias universidades a establecer con mucha seriedad este ejercicio de trabajo y de deliberación. 

 

Como ustedes saben, este parlamento, y si no se los digo, tiene este Poder Legislativo está dividido en un sistema bicameral: la Cámara de Senadores y la Cámara de Diputados. Y, aunque no lo crean, los asientos están divididos en razón de su geometría e ideología política.  

 

Del lado del Presidente, donde estoy yo, la derecha mexicana se sienta a la derecha. Es decir, donde están ustedes ahí se sienta el PAN fundamentalmente; y la izquierda mexicana se sienta a la izquierda. Es decir, Morena y aliados normalmente ocupan estos escaños al lado izquierdo. 

 

Y en el centro está, parte Morena, parte el PRI, parte Movimiento Ciudadano, parte el Verde, en esta parte central. 

 

Y les quiero decir que hay incluso luchas duras al inicio de la legislatura, porque la derecha por ningún motivo se quiere sentar a la izquierda y la izquierda tampoco se quiere sentar a la derecha; es un asunto de ubicación ideológica y política que desde el inicio de sesiones se da.  

 

Cuando un elemento de la derecha renuncia a la derecha y se va a la izquierda, prácticamente lo envían a la izquierda, no quieren que esté a la derecha. Y cuando también en la izquierda renuncia alguien y se va a la derecha, también no lo aceptan en las filas de la izquierda. 

 

Es un asunto que tiene que ver con la historia. 

 

Cuando la Revolución Francesa en 1789, después de la Toma de la Bastilla, cuando la asamblea nacional, la asamblea popular, la asamblea legislativa se sentaban en el salón y los más radicales, los de la izquierda, Robespierre, Marat, Talleyran, todos ellos se sentaban en la montaña en la izquierda, pero hasta el final de la izquierda y les decían los de la montaña, que eran precisamente los más radicales de la izquierda.  

 

Y en la derecha se sentaba la nobleza, normalmente la nobleza, los militares de grado y los clérigos, obispos y toda esta situación que prevaleció en lo que Joseph Emmanuel Sieyes refería como el tercer Estado,  

 

¿Qué es el tercer Estado?  

 

Después de durante muchos siglos ser llamados por el monarca o el soberano a las asambleas sólo para determinados temas, fundamentalmente de impuestos, a partir del siglo XII, 1215, con la ‘Bill of Rights’, empezaron a generarse condiciones mejores para establecer asambleas más constantes y más permanentes, aunque no fue sino hasta muchos siglos después cuando comenzaron los primeros parlamentos, fundamentalmente el de Inglaterra, que es de los más antiguos, tal y como los concebimos ahora, en un sistema bicameral entre la Cámara de los Lores y la Cámara de los Comunes. 

 

Toda la historia es apasionante, pero yo quiero que ahora ustedes disfruten este momento, estas horas, porque a las 06:30-07:00 se clausura, y quiero que saquen historia, no tengan temor. Donde están sentados corresponde a un senador. 

 

Por ejemplo, mi asiento, mi escaño está allá, donde está usted. ¿Cómo se llama usted? Usted señorita, debajo de Clouthié. Prenda el micrófono. El micrófono se prende aquí, se apaga ahí mismo. ¿Cómo te llamas? 

 

GALILEA: Gracias. Me llamo Galilea. 

 

SENADOR RICARDO MONREAL: Galilea. Bueno, Galilea está en el asiento que me corresponde a mí, como Coordinador del Grupo Parlamentario de Morena y como Presidente de la Junta de Coordinación Política. 

 

Y Galilea tiene un teléfono, igual que acá. Ahí se sienta el Coordinador del PAN. ¿Usted cómo se llama? Donde está el teléfono. Prensa el micrófono. 

 

INÉS PADILLA: Inés Padilla. 

 

SENADOR RICARDO MONREAL: Inés. Inés Padilla. Ella, ahí se sienta el Coordinador del PAN. Como ustedes se pueden fijar, en donde están los teléfonos -no todos tienen teléfono-, están los coordinadores de grupos parlamentarios. 

 

Ahí donde está usted, se sienta el Coordinador del PRD. Y así en cada uno de los asientos, donde tienen teléfono, se sienta un Coordinador. Y el teléfono es para que no te muevas. 

 

Tienes posibilidad de hablar con el Presidente de la Mesa Directiva, con cualquier otro Coordinador, o al exterior. A veces en discusiones difíciles tratas de resolverlo por la vía telefónica, con los coordinadores, o ponerte de acuerdo con ellos sin que te muevas del escaño. 

 

Y si ustedes se fijan, en el escaño hay la toma de huella. Donde está lo rojo, una luz roja, ahí ponen la huella digital los senadores y las senadoras, para poder votar y para poder pasar asistencia, y cuando ponen la huella digital se prenden tres luces, ahí los tienen: verde, rojo y amarillo, que son voto en favor, voto en contra y el amarillo abstención. 

 

Tienen su propia computadora, una computadora externa-interna, para conocer el Orden del Día, lo que se discute, pero también tienes acceso a Internet y a todas las redes que sean necesarias que el Senado tiene. Entonces, puedes trabajar de tu escaño, duras horas, horas sentado, para poder darle seguimiento a los puntos más importantes. 

 

Entonces, es un trabajo apasionante. Yo he pasado más de la mitad de mi vida pública en estos parlamentos. He sido tres veces diputado federal y tres veces senador de la República. Quiere decir que de mi vida política tengo 27 años que le dedico al Parlamento. 

 

Conozco bien el Congreso, conozco bien los usos y costumbres del Congreso, conozco bien los usos y costumbres del Congreso, la práctica parlamentaria, y conozco bien el comportamiento de los legisladores; bueno, eso es lo que creo, porque a veces no entiendes muchas cosas, aún con todos los años que tienes de experiencia. 

 

Pero es parte de la vida de un Parlamento, es una vida extraordinaria. No sé quién les da Poder Legislativo, pero es apasionante el ser legislador, es una cosa impresionante, y ahora ustedes lo van a ser por unas horas. 

 

Ahora ustedes van a poder desarrollar su oratoria, sus ideas de manera libre, lo que ustedes quieran decir; no se preocupen. Por esa razón, saquen historias en sus páginas de internet, saquen fotografías, mándenlos a sus papás porque es un momento único que quizá se repita, quizá no o quizá algún día van a estar sentadas o sentados aquí ya como legisladores electos popularmente. 

 

Los felicito, las felicito.