Número - 104
- Este sector debe contar con respaldo legal y remuneración económica: Gilberto Herrera Ruiz.
Senadores, investigadoras y académicas pidieron visibilizar la labor de las personas cuidadoras, así como reconocer el trabajo físico, económico y apoyo psicoemocional que desempeñan, porque por años han estado en el anonimato y su actividad no se reconoce ni es protegida por la ley.
En el foro “La invisibilidad de los cuidados. La paradoja de quienes cuidan a niñas, niños y adolescentes en casas hogar”, el senador Gilberto Herrera Ruiz precisó que es importante reconocer a las y los cuidadores, ya que “deben tener un respaldo legal y contar con una remuneración económica”.
No se trata de un tema de gasto, acotó, sino de un acto de justicia y de inversión social que México debe hacer, porque los programas sociales para los adultos mayores se han incrementado, pero este tema se ha dejado atrás.
Herrera Ruiz afirmó que es tiempo de voltear a ver a estos trabajadores, pues dedican su vida, su esfuerzo y tiempo a atender a otras personas que viven en centros de asistencia públicos y privados.
Para lo cual, dijo el senador de Morena, debemos diseñar un programa especial para atender esta situación:
“En este foro se presentará una investigación que realizó la Universidad Autónoma de Querétaro sobre qué es lo que pasa con esta situación”.
Amanda Hernández Pérez, investigadora de la Universidad Autónoma de Querétaro, explicó que realizaron una investigación en coordinación con ONU-Mujeres, con el Consejo Latinoamericano y la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM, “la cual se llevó a cabo con una convocatoria abierta sobre las personas que trabajan en casas hogar en Querétaro en 2022”.
Con este proyecto, agregó, comprendimos la importancia de entender el cuidado institucionalizado, con un enfoque de bienestar y derechos y no de caridad. Los resultados señalan la urgencia de establecer un diálogo horizontal con actores involucrados, que permita hacer observaciones para orientar el desarrollo de política pública para las casas hogar, añadió.
Lorena Erika Osorio Franco, investigadora de la Universidad Autónoma de Querétaro, dijo que la mayoría de las personas trabajadoras del cuidado remunerado en México son mujeres, ocho de cada 10, y suelen ser una actividad que se realiza en situaciones precarias a cambio de un bajo salario, lo que no sólo reproduce la desigualdad de género, sino que la profundiza.
Destacó que en México hay 879 casas hogar, de las cuales, 754, es decir 86 por ciento están a cargo de asociaciones civiles o instituciones privadas, pero, desafortunadamente, el Estado, en algunos casos, ha sido omiso, y en algunas entidades los gobiernos se han deslindado de la responsabilidad.
Además, dijo, se estima que en América Latina y el Caribe hay 240 mil menores que viven en estas instituciones, pero la información sobre quienes cuidan a estos infantes es escasa, no se sabe sobre su formación profesional, su situación laboral, ni si sus derechos se respetan.
Reconoció que el Estado no sólo delega en la sociedad civil la administración de las casas hogar, sino también su propio financiamiento, toda vez que 84 por ciento dependen de donativos.